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No. 89 - Marzo 1999

AGRICULTURA

Prenegociando para el 2000

por Chakravarthi Raghavan

La Comisión de Agricultura de la OMC comenzó en noviembre el proceso preparatorio de la próxima etapa de las negociaciones sobre agricultura, en el año 2000. En la primera sesión de la Comisión, realizada en Ginebra, se destacaron los problemas de los países en desarrollo derivados de la liberalización del comercio de productos agrícolas, como la disminución de la ayuda y la seguridad alimentarias y el desempleo rural.

La Comisión de Agricultura de la Organización Mundial del Comercio (OMC) comenzó a preparar las negociaciones previstas para el año 2000 sobre su programa de reformas del comercio agrícola. El órgano de 128 miembros realiza una "notificación y revisión de asuntos relacionados", un eufemismo que alude a las negociaciones previas a la reanudación del proceso de reforma dirigido por la OMC.

En el artículo 20 de la Ronda Uruguay del GATT sobre Agricultura, que entró en vigencia el 1 de enero de 1995, los miembros de la OMC dispusieron iniciar dichas negociaciones preliminares un año antes del comienzo de la aplicación del acuerdo(seis años a partir del 1 de enero de 1995), es decir, en el 2000, teniendo en cuenta: (a) la experiencia de aplicación, hasta la fecha, de los compromisos de reducción del control de importaciones, el respaldo interno y los subsidios a las exportaciones; (b) los efectos de dichos compromisos sobre el comercio mundial de productos agrícolas; (c) cuestiones no comerciales, tratamiento especial y diferencial a los países miembros en vías de desarrollo, y otros objetivos y asuntos mencionados en el preámbulo del acuerdo; (d) otros compromisos que sean necesarios para alcanzar esos objetivos a largo plazo.

Este mandato fue reiterado en el encuentro ministerial de la OMC celebrado en mayo del año pasado en Ginebra y es un punto específico del programa de trabajo, aunque el término "agricultura" no se menciona explícitamente. La Unión Europea afirma que se atiene al compromiso, pero tras la reunión ministerial de Ginebra, uno de sus representantes declaró a la prensa que la Unión Europea sólo se compromete a realizar nuevas negociaciones en el 2000, pero no a completarlas en un plazo específico. El bloque europeo también arguyó en Ginebra, mientras promovía una gran ronda de negociaciones que incluya nuevos temas de inversión, políticas de competencia, etc., que necesitaría nuevas concesiones para poder cumplir con sus compromisos, tanto en materia de agricultura como en otros rubros.

El Grupo Cairns, una asociación informal de países industrializados y en desarrollo que representan un tercio de las exportaciones agrícolas mundiales y procuran reducir los subsidios de exportación y las medidas de respaldo interno, entre otras reformas al comercio agrícola internacional, intenta impulsar una nueva ronda sobre los nuevos temas. Mientras, otros países en desarrollo insisten en que ya realizaron concesiones en la Ronda Uruguay en aras del equilibrio comercial -que a su entender no es tal- y en que las nuevas medidas de liberalización, incluso las relativas a la agricultura, son parte de ese equilibrio. Por tanto, argumentan, no tienen por qué pagar más para que la Unión Europea, Estados Unidos y otros países cumplan con los compromisos asumidos.

Los preparativos de la Comisión de Agricultura para las negociaciones del 2000 deben verse en este contexto, aunque la Unión Europea insiste en que ni siquiera deben llamarse "preparativos". Y la Secretaría de la OMC, "sensible" a los grandes intereses comerciales, no ha querido convocar a la prensa ni a otros grupos para informarles sobre las actividades de la Comisión. El actual proceso que tiene lugar en ese organismo –reuniones informales, sin acta ni registro alguno, pero cuyas conclusiones son informadas por el presidente en reuniones formales- es una de varias actividades oscuras de la OMC.

Preparándose para la lucha

El proceso iniciado por insistencia del Grupo Cairns tras la reunión ministerial de Singapur ha sido comparado por algunos participantes y observadores al entrenamiento que realizan los boxeadores con un adversario imaginario, ya que los diferentes países y grupos tantean las posiciones e intenciones de los otros antes de continuar negociando. Gran parte de las charlas y negociaciones realizadas durante la Ronda Uruguay fueron entre Estados Unidos y el Grupo Cairns por un lado, y la Unión Europea, otros países europeos, Japón y Corea del Sur por otro. El principal blanco de Estados Unidos y el Grupo Cairns son las medidas proteccionistas de la Unión Europea, tales como el respaldo estatal, las restricciones a la importación y los subsidios de exportación previstos en la Política Agrícola Común. Otros países de Europa, Japón y Corea del Sur también protegen a sus sectores agrícolas de la competencia externa, pero no ofrecen subsidios importantes a las exportaciones.

La mayoría de los países en desarrollo fueron simples observadores de esas negociaciones, y el acuerdo final fue forjado entre Estados Unidos y la Unión Europea. Aquél obtuvo algunas concesiones del bloque europeo, Japón y Corea del Sur, en beneficio de sus más ardientes defensores del Grupo Cairns. Aunque inicialmente la Secretaría del GATT, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial elogiaron el acuerdo como fuente de beneficios comerciales y sociales, análisis posteriores más objetivos demostraron que, salvo los exportadores de algunos productos de zonas templadas integrantes del Grupo Cairns, la mayoría de los países del Sur no obtuvieron casi nada, y que en cierta forma las nuevas normas volverían más difíciles el desarrollo agrícola y la erradicación del hambre y la pobreza.

Escritos y análisis de organizaciones no gubernamentales y expertos como Kevin Watkins y Bhagirath Lal Das, denunciaron las cuestiones involucradas y las injusticias del acuerdo. Algunas de éstas salieron a la luz durante el actual trabajo de la Comisión de Agricultura, cuya primera sesión tuvo lugar en noviembre. Durante la reunión de la Comisión en Ginebra, varias delegaciones plantearon asuntos relacionados con las decisiones adoptadas en Marrakesh y Singapur sobre el impacto del programa de reforma de la agricultura en los países menos desarrollados (PMD) y los países en desarrollo importadores netos de alimentos (INA).

Durante las negociaciones de la Ronda Uruguay, los PMD y los INA habían expresado su temor a tener dificultades en la importación de alimentos durante el período de aplicación del Acuerdo sobre Agricultura. En consecuencia, en abril de 1994 los ministros dispusieron en Marrakesh mecanismos para una ayuda alimentaria más efectiva, así como asistencia financiera y técnica para esos países durante el período de aplicación. En 1996, la Conferencia Ministerial de la OMC adoptó en Singapur recomendaciones que reiteraban los principios básicos de esa decisión.

Mientras, en las discusiones de los problemas relativos a la decisión de Marrakesh sobre PMDs e INAs, una nota de la Secretaría señaló que el volumen de ayuda alimentaria se redujo a la mitad entre 1987 y 1997. En ese período, los embarques de ayuda alimentaria disminuyeron de 12,7 a 5,43 millones de toneladas. El documento de la Secretaría no ofrece ninguna explicación para este hecho.

Alarma por reducción de ayuda alimentaria

Estados Unidos y otros países señalaron las dificultades para obtener una nueva convención sobre ayuda alimentaria -en reemplazo de la actual, con vigencia hasta el 30 de junio de 1999-, mientras Noruega indicó la necesidad de abordar ese tema y la reducción de la ayuda. Egipto expresó su alarma por este último problema. Otras cuestiones planteadas fueron los créditos para la exportación, el papel de las instituciones financieras multilaterales y su falta de apoyo a los INA. Esas instituciones, por su parte, justificaron su posición arguyendo que ningún incremento en el costo de las importaciones de alimentos podía atribuirse al proceso de reforma.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) explicó que actualmente los precios de los alimentos están bajos, excepto los del arroz, y ésta es una de las razones de la disminución de la ayuda alimentaria. Sin embargo, la FAO prevé un aumento en los precios entre 1998 y 1999.

En cuanto a los asuntos no comerciales y otros aludidos en el preámbulo del acuerdo, los participantes decidieron continuar la discusión principal en la próxima reunión, prevista para marzo de este año. No obstante, reconocieron la importancia de dichos asuntos y el hecho de que las disposiciones del acuerdo no tienden a los objetivos mencionados. Además, hubo casi unanimidad en cuanto a que los temas no comerciales no deben utilizarse para adoptar medidas contrarias a las normas de la OMC. Este acuerdo general o consenso no se extendió, sin embargo, a la forma en que deberían tratarse tales asuntos.

El concepto de "cuestiones no comerciales" en materia de agricultura difiere entre países industrializados y en desarrollo. Para los primeros, esos temas tienen que ver con medidas para preservar el paisaje rural, el ambiente, la biodiversidad. La Unión Europea utiliza el término para referirse a la calidad de los alimentos. Para la mayoría de los países en desarrollo, en cambio –excepto para los integrantes del Grupo Cairns-, las cuestiones no comerciales comprenden la seguridad alimentaria y el empleo rural, dado que la agricultura es la fuente de trabajo más importante del ámbito rural. Ellos no aceptan la idea de Estados Unidos y del Grupo Cairns de que la liberalización de los mercados facilitaría las importaciones y garantizaría así la seguridad alimentaria. Si un país carece de las divisas o los recursos necesarios para adquirir alimentos, o si la población rural no tiene empleo ni medios para pagarlos, no existirá seguridad ni probabilidad alguna de poner fin a la pobreza, el hambre y el subdesarrollo.

Los PMD e INA pretenden que su posición, reconocida por la decisión de Marrakesh, no sea ignorada ni debilitada. Así, están resurgiendo cuestiones de desarrollo de los años 60, 70 y 80 que habían sido dejadas a un lado por el dogma neoliberal del "Consenso de Washington" y los teóricos comerciales del GATT y su sucesora, la OMC. Varios analistas señalaron que el tratamiento "especial y diferencial" prometido a los países en desarrollo se ha vuelto "especial y discriminatorio".

En la reunión de la Comisión de Agricultura, India presentó un documento titulado "Seguridad alimentaria: Una importante cuestión no comercial". Otros países en desarrollo, entre ellos Sudáfrica y Mauricio, así como algunas naciones industrializadas (Unión Europea, Japón y Corea del Sur), le expresaron en principio su respaldo.

Chakravarthi Raghavan es redactor jefe de South-North Development Monitor (SUNS) y representante de la Red del Tercer Mundo en Ginebra.






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