No. 91 - Mayo 1999
EPITAFIO PARA UN TIRANO
La letanía de Pinochet
Pinochet. Epitafio para un tirano.
Pablo Azócar. Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1999. |
El periodista y escritor Pablo Azócar llegó a la edad adulta cuando Augusto Pinochet estaba instalado hacía ya largo tiempo en el poder en Chile. "Qué barbaridad: dos décadas después, todavía seguimos en la letanía de Pinochet", dice. La frase pertenece a la introducción de su última obra Pinochet. Epitafio para un tirano, con la cual Azócar busca exorcizar al país del ex dictador por la vía de radiografiar su personalidad, la dictadura y la llamada transición democrática.
Nacido en 1959 en San Fernando, 140 kilómetros al sur de Santiago, Azócar fue redactor las revistas Hoy y Apsi, antes de trabajar para la agencia de noticias Inter Press Service (IPS) como editor y corresponsal en Roma, Madrid, San José‚ y Lisboa.
Pinochet. Epitafio para un tirano es una crónica que retoma y actualiza una investigación biográfica sobre el ahora general retirado y senador vitalicio que el autor inició en 1986, durante una de las clausuras de Apsi bajo la dictadura. La obra, de la editorial Cuarto Propio, adquiere un particular valor periodístico e histórico por el arresto de Pinochet en Londres, desde el 16 de octubre de 1998, y el juicio para su posible extradición a España que se inició el 30 de abril.
Se trata de una crónica comprometida, en el buen sentido de la palabra, que se aleja de la ambigüedad y prudencia con que la prensa chilena y la mayoría de los dirigentes políticos se refiere habitualmente al ex dictador. El libro es un alegato en favor de los derechos humanos en un tono de denuncia que afortunadamente no cae en el panfleto sino que asume, como mérito adicional, una alta expresión literaria, reafirmando la calidad de Azócar como escritor.
"Aquella noche, al salir de un sueño agitado, Augusto Pinochet se encontró en su cama convertido en un auténtico escarabajo. The Clinic no estaba preparada para tamaño acontecimiento, y Pinochet no había leído a Kafka". Con esta parodia de La Metamorfosis, Azócar reconstruye la noche del 16 de octubre en el exclusivo centro médico londinense The Clinic, cuando el ex dictador, recién salido de la operación de una hernia lumbar, fue arrestado por Scotland Yard.
A partir de ah¡, el libro recoge y comenta las reacciones en Chile ante este arresto que removió el andamiaje sobre el cual se asienta la criticada democracia que se recuperó en marzo de 1990, cuando Pinochet entregó el gobierno a Patricio Aylwin. "La plácida transición de los consensos forzados se quitaba por fin el antifaz y se descubría no tan plácida ni consensual", indica el autor. Desde esta caída del antifaz, Azócar retrocede en el tiempo y en una suerte de "biografía no autorizada", pero profundamente documentada, de Pinochet, va develando la personalidad del personaje y su singular protagonismo en el Chile contemporáneo.
La historia está construida sobre numerosos documentos, entrevistas y testimonios, en que el escritor convive con el periodista en una empresa caracterizada por la rigurosidad en los hechos y la ausencia de eufemismos en su valoración. Los dos gobiernos de la transición, de Aylwin (1990-1994) y Eduardo Frei (1994-2000), son acusados por Azócar de no sólo haber defendido a Pinochet, sino también de ser cómplices del ex dictador y legitimarlo políticamente.
La transición chilena ha sido objeto en los dos últimos años de varios libros, con diversos enfoques, ya sea políticos, sociológicos o culturales, pero Pinochet. Epitafio para un tirano, es el primero que la analiza desde el ex dictador. Con esta obra, Azócar incursiona por primera vez en el periodismo de investigación de largo aliento, luego de dos años de signo ampliamente positivo para su carrera literaria.
En 1997 Alfaguara publicó El señor que aparece de espaldas, un relato ambientado en Chile y España, con elementos de novela negra y aproximaciones psicológicas, cuyo título está inspirado en el poema homónimo de Gonzalo Rojas. Esta obra marcó el reencuentro de Azócar con la literatura. En 1990 Planeta publicó Natalia, su primera novela, reconocida al año siguiente con el Premio Municipal de Literatura.
Azócar no recibió personalmente ese reconocimiento, pues el lanzamiento de Natalia coincidió con una de sus tantas "fugas" al exterior, mientras la novela adquiría vuelo propio y se transformaba en objeto de culto para lectores juveniles. El señor que aparece de espaldas fue el testimonio de la madurez de este narrador, ratificada en 1998 con Vivir no es nada nuevo, editado igualmente por Alfaguara, un volumen de cuentos premiado por el Consejo Nacional del Libro. Aunque el dato no figura en las solapas de sus obras, en rigor este no fue el primer libro de cuentos publicado por Azócar. En los años 80 la revista Hoy difundió como separata Aunque tal vez haya cuchillos, su primera obra de relatos breves.
|