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Ambiente


No. 95 - Setiembre 1999

El MANEJO SOSTENIBLE DEL AGUA

Una alternativa a la privatización

por Margarita Flórez

Red Bancos, el Instituto del Tercer Mundo (ITeM) de Uruguay y el Instituto de Servicios Legales Alternativos (ILSA) de Colombia organizaron en mayo en Bogotá el Taller Agua y Banca Multilateral de Desarrollo. El siguiente texto es la introducción del libro que recoge las ponencias presentadas en el Taller.

Cuando nos preguntamos sobre cuál es el significado del agua, son muy distintas las percepciones que podemos tener dependiendo de quienes contestemos la pregunta. El agua siempre ha sido un bien de uso público al cual teóricamente todos tenemos derecho y a la vez tenemos algunos deberes para con ella. Y esta relación es la que puede ofrecer la satisfacción de todos los usuarios.

La deforestación, la sedimentación, la tala, el uso de plaguicidas, la introducción de especies exóticas y la contaminación por materia orgánica son algunas de las causas del deterioro de los cuerpos de aguas. Adicionalmente, se ha analizado los problemas del suministro del agua, por baja cobertura e ineficiencia en la prestación del servicio. Subsiste en la conciencia pública la creencia de que los recursos naturales renovables son infinitos y esto, unido a un modelo de desarrollo depredador, constituyen causas de deterioro y agotamiento del agua.

En el plano institucional la ausencia de políticas integrales y el tratamiento fragmentado a nivel de las entidades encargadas de promover su tratamiento, distribución y preservación del recurso, se sostiene, han causado una duplicación e ineficiencia que ha afectado la producción y distribución del recurso.

En los últimos años, América Latina ha introducido el concepto de gestión del recurso hídrico con el objeto de trazar la planificación de acciones y la gestión integrada del recurso. Un primer cambio consistió en tratar de extender la cobertura de los habitantes con servicio de agua potable a través de la entrega del servicio de acueducto a la empresa privada, habida cuenta de los niveles de ineficiencia de los entes estatales encargados de proveer el servicio. Esta privatización debería estar acompañada de una reducción de las pérdidas de agua y un incremento de la descontaminación de los caudales. Aumenta el interés por llegar a un desarrollo sostenible de los recursos hídricos, centrado en el manejo de la cuenca como unidad de origen del recurso. Se parte, entonces, de un proceso de evaluación de recurso hídrico para determinar su cantidad y calidad de los caudales, su ubicación para determinar su uso.

Dentro de las medidas que ayudarían a lograr una gestión adecuada del recurso se relevan aquellas de tipo económico encaminadas al reconocimiento del agua como un bien económico, la rentabilidad de los usos del agua, la participación de los usuarios en la gestión, entre otros. Se considera, entonces, que el agua debe ser considerada un recurso con un valor, por el cual se debe pagar un precio y para ello se señalan políticas del mercado del agua, tales como los incentivos, las tasas retributivas, los impuestos por vertimientos, etc. La regulación, que era exclusividad del Estado, cede paso a las leyes del mercado, en las cuales se confía logren desestimular las conductas negativas y estimular con correctivos o premiar los esfuerzos.

Este nuevo entendimiento transforma el carácter socialmente necesario del agua, en cuanto elemento esencial para la vida. Ya no es el Estado quien tiene a cargo la producción y distribución del agua sino son agentes privados quienes producen y prestan el servicio. La privatización del agua sigue el camino de pasar al sector empresarial uno de los servicios esenciales, así como el de la producción y distribución de energía, no generándose nuevos espacios sino reasignándose los existentes. Y en todo caso es imperioso que frente a los procesos de toma de decisiones sobre el agua, la participación ciudadana sea tenida en cuenta como elemento principal. El pensar en lo global cuando se decide en lo local continúa siendo, más que una realidad, una exigencia que no podemos seguir aplazando.

Estas consideraciones motivaron al Instituto del Tercer Mundo (ITeM), de Uruguay , la Red Bancos -que agrupa a ONGs de América Latina y el Caribe, para monitorear los proyectos que reciben el apoyo de la banca multilateral de desarrollo- y el Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA) organizara el Taller del Agua, al cual se convocaron a centros de investigación, universidades, ONGs y organizaciones comunitarias que se reunieron en Bogotá en mayo de 1999, con el auspicio del International Research Center of Canada (IDRC), para responder algunos de estos interrogantes y compartir los esfuerzos que han venido realizando acerca de la protección de las fuentes de agua, así como de su suministro domiciliario. De otro lado, se discutieron problemas relacionados con los programas de privatización, la asimetría entre los usuarios y la respuesta ética de los ciudadanos a través del funcionamiento de tribunales alternativos; sobre el impacto que muchos de los megaproyectos y de los grandes cultivos tienen sobre las corrientes del agua.

De este Taller es producto el libro que presentamos a continuación. Iniciamos con la versión del mito Embera, Pueblo Indígena americano hoy amenazado por la represa de Urrá, en Colombia. Para ellos, como para otras comunidades, el agua es vital y por lo tanto su origen está ligado a su cosmogonía, para indicar a la par la importancia que le conceden su vinculación con sus órdenes superiores. Esto nos revela que siendo nuestras poblaciones americanas de muy diversa extracción, la imposición de modelos de desarrollo uniformes podría llegar a ser atentatorio para su supervivencia.

José María Borrero, de la Fundación Centro de Asistencia Legal Ambiental (CELA) y de la Fundación para la Investigación y Protección del Medio Ambiente (FIPMA), de Colombia, en su trabajo "Agua y justicia ambiental. Fundamentos éticos de los tribunales del agua", resalta los aspectos relativos a la naturaleza del derecho al agua, entendido como derecho humano y, por lo tanto, objeto de especial importancia por tratar de los recursos comunes que a todos nos son dados y no susceptibles de apropiación individual o de pequeñas colectividades.

Sobre el debate de lo público y el conflicto con la privatización, se pone en el centro el derecho sobre los recursos o elementos comunes y el derecho público a usarlos. El agua es un derecho de las presentes y de las futuras generaciones y, por lo tanto, la discusiones sobre su producción, conservación y uso deben estar abiertas e integrar todas las perspectivas de los ciudadanos y asegurar sobre todo que no haya discriminaciones para su utilización basadas en consideraciones económicas. Una de las procedimientos empleados para interponer las demandas de grupos sociales ha sido el establecimiento de tribunales éticos, que poseen un enorme peso en la opinión de los ciudadanos por sus independencia y probidad. Ya en el pasado se han encargado de visibilizar las demandas por la justicia en temas de violaciones a los derechos humanos, civiles y políticos, a los derechos de libertad sexual. Ahora, cada día son más utilizados para precaver daños ambientales y propender por la conservación del medio.

Las propuestas de privatización

La sección "Impacto de las Propuestas de privatización" reúne experiencias de reformas institucionales, normativas y las propuestas elaboradas desde la sociedad civil. Comenzamos con Marilyn Diéguez, de la Universidad de Panamá y del Centro de Investigaciones Populares, quien hace un recuento del estado físico del recurso y los problemas, en su mayoría similares a los de los demás países de la región. Se destaca que para hoy en día el agua disponible para cada uno de los centroamericanos es 62 por ciento menos que en 1955. A esta escasez ha contribuido la actividad agroindustrial, los proyectos hidroeléctricos y mineros. Surgen dos rasgos peculiares: el manejo del área del Canal de Panamá, que próximamente revertirá a los panameños, y la negativa de la población a aceptar el esquema de privatización del agua. El programa de privatizaciones ha incluido la telefonía y la energía. Respecto del agua, los candidatos a la Presidencia de la República para reciente elección se comprometieron a no privatizar los servicios de abastecimiento de agua y alcantarillado, respondiendo a las enormes presiones populares que se hicieron el año pasado con la expedición de normas que facilitaban el proceso. Ante la negativa de los panameños, ha tenido que pensarse en un esquema alterno.

David Pereira, de la Unidad Ecológica Salvadoreña, coincide con el trabajo anterior respecto de las causales de deterioro y escasez del recurso. Destaca los cambios institucionales que se han venido promoviendo con el objeto de modernizar y privatizar el sector del agua potable y saneamiento. Frente al proceso de reestructuración y saneamiento la Red de Agua y Saneamiento ha propuesto algunos criterios que deben informar el proceso, tales como incrementar los procesos de descentralización y participación ciudadana, de forma equitativa entre hombres y mujeres; garantizar adecuados procedimientos para el saneamiento, y establecer procesos de educación ciudadana.

Deborah Barry y Raúl Artiga, de PRISMA, El Salvador, fueron comisionados para realizar un estudio sobre los recursos hídricos en la región y recalcan la importancia de la lectura integral de los recursos hídricos como metodología para avanzar en el tratamiento del recurso. El estudio, parcialmente citado en el escrito "El Desafío del agua en Centroamérica", nos muestra las principales causas de deterioro y se enfoca en la propuesta de norma que existe en El Salvador para tratar de comenzar con un proceso regulatorio que subsane los elementos negativos encontrados.

David Reyes, de Acción Ecológica, de Ecuador, nos muestra cómo la privatización es la única alternativa para el desarrollo en nuestros países que han considerado los gobierno. Estas privatizaciones privilegian una eficiencia lograda por parámetros ajenos a las culturas y, por lo tanto, se priorizan actividades acordes con el modelo exportador que entran en conflicto con el autoabastecimiento. Los procesos comunitarios agrícolas resultan casi tomados como interferentes al modelo nacional y se pretende desconocerlos. La lógica de producción se subordina a los parámetros modernizantes.

Para ilustrar su planteamiento, el autor nos muestra algunos de los ejemplos de actividades económicas que pueden estar afectando el recurso, pero que gozan de gran estima por las posibles ventajas económicas que puedan traer a algunos sectores de la población. La ola de privatizaciones ha tenido en Ecuador un país reacio a dejarlas implantar, tal como lo hemos visto en los continuos alzamientos populares de estos tres últimos años.

Experiencias comunitarias

La sección sobre experiencias no gubernamentales y comunitarias en Actividades de Conservación de los ecosistemas y de la diversidad como propuestas concretas de modelos alternativos comienza con el estudio del profesor David Barkin, "El agua y el bosque como instrumentos para el desarrollo sustentable en Huatulco, México". Se parte del manejo de recurso naturales y del concepto de producción de agua. La experiencia apuesta a la organización social como agente fundamental, antes que a las grandes obras para captar y almacenar el agua. En un trabajo forestal conjunto entre comunidad y asociaciones de investigación se pretende un desarrollo regional a la vez que se protege el ambiente, con mayor valor generado por el trabajo de las comunidades.

Juan Camilo Mira, de la Red de Reservas Privadas de la Sociedad civil, con su trabajo sobre las reservas naturales y su papel en la conservación del territorio, difunde esta iniciativa de ONGs y organizaciones comunitarias de Colombia que han entendido que la conservación del recurso pasa por la preservación, conservación y restauración de los ecosistemas, así como por la implementación de procedimientos de descontaminación. Antes de que se hablara de gestión integrada, ya los ambientalistas estaban preocupados por promover acciones que congregaran a las comunidades, a las instituciones locales y a los ciudadanos en general en la planificación, y gestión de experiencias que ayudaran a solucionar los desequilibrios del entorno causantes de la pérdida de los caudales. Para llevar a cabo sus propósitos se recurre a la iniciativa comunal y a la legitimidad de las organizaciones ganadas en el trabajo diario. La experiencia de la Red de reservas es un buen ejemplo de esfuerzos en ese sentido.

Hildebrando Vélez, de la ONG colombiana CENSAT AGUA VIVA, nos muestra con una experiencia concreta cómo la comunidad con la participación de la asociación puede plantear e implementar acciones para la conservación de un ecosistema productor de agua, propio de la región andina. La importancia de esta actividad ha sido la permanente vinculación de la ONG a la región fortaleciendo su capacidad y fortaleciendo las iniciativas comunitarias. El problema del agua no es aislado de las dinámicas productivas ni de las sociales, por lo tanto, el aporte en programas como el reseñado nos muestra como su tratamiento debe ser integral y de largo plazo.

Alternativas de distribución y financiación

La sección sobre experiencias "Alternativas de distribución y financiación" contiene propuestas de Fondos de Agua, en zonas campesinas, y una experiencia comunitaria de producción y distribución de agua. La primera nos la presenta el profesor David Barkin, quien plantea que el problema del agua por lo menos en el Tercer Mundo podría tener un comienzo de solución si las comunidades campesinas realizan sus propias propuestas sobre la producción y conservación de agua. Cambiar la concepción de los grandes proyectos de infraestructura como cura de todos los males, para entrar a pensar en alternativas viables y proporcionadas a las demandas y a la capacidad de gestión comunitarias. Propone una red de fideicomisos para la producción del agua. En estos fondos cotizarían los grandes consumidores del agua que hoy por hoy son las grandes empresas agroindustriales. El fideicomiso también se encargaría del tratamiento del agua y contribuiría de manera ahí sí eficiente, a solucionar los problemas de escasez, contaminación y distribución de manera equitativa.

Natalia Conde, de la fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), de Colombia, nos introduce en un experimento de microproyectos comunitarios impulsados por la Fundación, denominados Fondo de pequeñas iniciativas por el agua, que pretende, y lo ha logrado, estimular a organizaciones comunitarias a descontaminar el agua.

Magda Rueda, de la Asociación de Amigos Usuarios del Acueducto Independiente de Ocaña, en el departamento de Norte de Santander, Colombia, sintetiza la experiencia de esta comunidad, que ante la ausencia de servicio estatal resolvió congregarse en torno a la iniciativa de diseñar, gestionar, desarrollar y mantener un acueducto independiente. Son ya cerca 15 años de trabajo continuo, que comenzaron con la búsqueda de terrenos para extraer el agua y han cristalizado en un proyecto ambiental que integra protección de la cuenca, reserva forestal y acueducto comunitario. Al entrar en vigor la ley de servicios públicos, los usuarios del acueducto tuvieron que someterse a la norma, con lo cual se causó algunos problemas al funcionamiento comunitario del acueducto.

Descontaminación

En la sección de Descontaminación presentamos esfuerzos de las organizaciones por realizar el tratamiento de las causas de contaminación, así como experimentar con métodos biológicos.

Pedro Serrano, de El Canelo de Nos, de Chile, presenta una experiencia que ataca la fuente misma de la contaminación de aguas residuales. Con una visión integral, cree que los problemas de tratamiento de agua deberían ser complementarios con aquellos que estimulan la búsqueda de alternativas asequibles para las poblaciones de países en desarrollo, con lo cual avanza la noción de centrarse más en el tejido social para alcanzar la preservación del medio natural.

CIPAV ofrece apuntes sobre la descontaminación productiva de las aguas residuales desde el punto de vista de la fundación, que ha sido pionera en proponer alternativas acordes con los niveles sociales y económicos de nuestros países. En dos pequeños artículos nos muestra los avances que se pueden lograr si se conjuga investigación científica para la escala local con un impulso a la gestión por parte de los grupos interesados.

Impactos de megaproyectos

El profesor Aníbal Patiño, de CETEC, Colombia, a partir de algunos apuntes sobre la "Problemática de los recursos hídricos" y con algunas de sus intervenciones en torno a la utilización del agua en trasvases de ríos y en hidroeléctricas, nos enseña cuáles son algunos de los aspectos críticos para el ambiente y para el ser humano que conllevan este tipo de obras. Desde hace muchos años, las grandes presas y los trasvases se han considerado medios eficaces para solucionar el problema del agua. Pero este problema está relacionado con el modelo económico, que pretenden atender a través de éstas mismas obras generándose un círculo vicioso que aspira a soluciones de corto plazo sin analizar los efectos futuros y permanentes que este tipo de trabajos pueda traer.

El Movimiento de Damnificados por Represas, de Brasil, hace un recuento desde su crítica experiencia de cuáles han sido los efectos de toda una política de desarrollo que se ha propuesto la construcción de represas en Brasil, produciendo una catástrofe desde el punto de vista ambiental y social. Una gran masa de campesinos han sido desplazados sin que para ellos se haya considerado en el proyecto de las represas lugares equivalentes o se haya puesto en duda la obra por los impactos humano–ambientales. Esa gran cantidad de desplazados y desarraigados constituyen hoy en día un movimiento social que lucha por sus derechos y por la prevención de situaciones similares en su país.

Paul Sánchez, de la Corporación Nuevo Arco Iris, de Colombia, en "Impactos socioambientales de la represa de Urrá", con base en un documento actualizado, socializa lo que ha significado esta obra, planeada desde hace más de 15 años y para la cual se privilegió el interés de algunos en contra de pueblos indígenas y campesinos que ya comienzan a sufrir el impacto de la obra, sin que ésta haya podido llenarse.

Jaime Castro y Octavio Duque, de la Asociación para el Desarrollo Campesino, de Colombia, en un texto contrastante muestran cómo un proyecto hidroeléctrico puede significar el fin de una experiencia comunitaria y ambiental que ha sido distinguida con varios premios nacionales e internacionales por ser un ejemplo de manejo comunitario de una importante fuente de agua. Aquí todavía existe la posibilidad de detener el proyecto y repensarlo en función de las consecuencias ambientales y sociales. Tal vez es un buen ejemplo para que como lectores nos detengamos a pensar en cuál puede ser nuestra actitud en pro de la sostenibilidad ambiental y social.

El texto que aquí se presenta constituye un mosaico de lo que hacemos y de los debates que pretendemos se extiendan para comenzar a considerar los retos ambientales como parte de nuestra agenda diaria.






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