No. 96/97 - Octubre/Noviembre 1999
¡No a la Ronda del Milenio!
Declaración de los miembros de la sociedad civil internacional que se oponen a la Ronda del Milenio o a una nueva ronda de negociaciones para la liberalización del comercio.
En noviembre de 1999, gobiernos de todo el mundo se van a reunir en Seattle con ocasión de la tercera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Los miembros de la sociedad civil que hemos firmado esta declaración, nos oponemos a los esfuerzos desplegados para extender los poderes de la OMC mediante una nueva ronda de liberalización del comercio. En su lugar, los gobiernos deberían revisar y rectificar las deficiencias del sistema y el propio régimen de la OMC.
Los acuerdos de la Ronda Uruguay y el establecimiento de la OMC fueron presentados como un medio para lograr una riqueza y prosperidad globales y promover el bienestar de toda la gente en todos los estados miembros. Sin embargo, en realidad, durante los últimos cinco años, la OMC ha contribuido a la concentración de la riqueza en manos de unos pocos, incrementando la pobreza de la mayoría de la población mundial, así como modelos insostenibles de producción y consumo.
Los acuerdos de la Ronda Uruguay han servido sobre todo para conseguir una mayor apertura de los mercados en beneficio de las empresas multinacionales a expensas de las economías nacionales, de los trabajadores, agricultores y otros, así como del medio ambiente. Además, el funcionamiento, las reglas y los procedimientos de la OMC son antidemocráticos, opacos, escapan de todo control ciudadano, y han ayudado a marginar a la mayoría de la población mundial.
Todo esto ha tenido lugar en un contexto de creciente inestabilidad económica mundial, de colapso de las economías nacionales, de creciente desigualdades tanto dentro como entre las distintas naciones y de una creciente degradación medioambiental y social, resultado de la aceleración del proceso de globalización.
Los gobiernos que dominan la OMC y las empresas multinacionales que se beneficiaron del sistema de la OMC se han negado a reconocer y tratar estos problemas. En su lugar están pujando por una mayor liberalización a través de la introducción de asuntos nuevos para que sean adoptados por la OMC. Esto conducirá a la agudización de las crisis vinculadas a los procesos de globalización y a la OMC.
Nos oponemos a cualquier negociación encaminada a una mayor liberalización, en especial a las que introducirán nuevos sectores en el régimen de la OMC, tales como inversión, política de competencia y licitaciones publicas. Nos comprometemos a promover una campaña que rechace tal propuesta. También nos oponemos al Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual Relativos al Comercio (TRIPs).
Reclamamos una moratoria en nuevas áreas o nuevas negociaciones que amplíen el alcance y poder de la OMC. Durante esta moratoria, debería realizarse una revisión y evaluación completas y en profundidad de los acuerdos existentes. Deben darse pasos significativos para reformar los acuerdos. Esa revisión debería evaluar el impacto de la OMC en las comunidades marginales, el desarrollo, la democracia, el medio ambiente, la salud, los derechos humanos, los derechos laborales y los derechos de las mujeres y los niños. Esa evaluación debería llevarse a cabo con la plena participación de la sociedad civil.
El fracaso del Acuerdo Multilateral de Inversión (AMI) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pone de manifiesto la amplia oposición pública a la desregulación de la economía mundial, la dominación creciente de las empresas multinacionales, la utilización excesiva de recursos y la degradación del medio ambiente.
La revisión del sistema dará a la sociedad la oportunidad de cambiar su rumbo y desarrollar un sistema internacional alternativo, humano y sostenible de relaciones de comercio e inversión.
Actualizada al 4 de agosto de 1999, la declaración cuenta con 798 adhesiones provenientes de organizaciones de más de 70 países del mundo.
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