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No. 99/100 - Enero/Febrero 2000

COLOMBIA-VENEZUELA

Agenda común para el siglo XXI

por Socorro Ramírez

Las dos principales universidades públicas de Colombia y Venezuela pusieron en marcha, en agosto de 1998, el estudio conjunto del estado de la relación bilateral. Para ello conformaron un Grupo Académico Binacional que examinó tanto las percepciones e interpretaciones mutuas que se expresan en la opinión y en los medios, como los estudios de los expertos en la materia. Por eso, realizó una encuesta sobre cómo se ven colombianos y venezolanos, un estudio sobre cómo han manejado la relación los dos más importantes periódicos nacionales y de frontera de cada país, y desarrolló, además, una investigación sobre ocho dimensiones de la relación bilateral.

De 170 años que Colombia y Venezuela llevan separados, cien se fueron en delimitar la frontera terrestre, no sin muchas controversias. Después de los respectivos acuerdos vino una década de relativa calma y de mejoramiento en las relaciones, para seguir luego con 50 años de negociaciones aún no concluidas sobre la delimitación de áreas marinas y submarinas y marcadas por no pocos momentos de tensión. Tan solo hemos tenido una década, la última, en la que ha sido posible continuar con la delimitación sin que cope todos los espacios de la relación. Por fortuna, a pesar de las controversias y tensiones, siempre ha terminado por primar el entendimiento y se ha evitado la confrontación.

Los años 90 han sido los únicos de integración. Y lograron hacer visibles muchas semejanzas, lazos históricos, culturales y sociales entre los dos países, así como incrementar los mecanismos de comunicación entre los gobiernos para el manejo de los asuntos conflictivos propios de una activa frontera común de más de 2.000 kilómetros. Pero, sobre todo, lograron acercar las dos economías. En efecto, en ésta última década se intensificaron los intercambios comerciales bilaterales o regionales y se desarrollaron muy diversas inversiones cruzadas, a tal punto que cada país llegó a ser el mayor socio para el otro, después de Estados Unidos.

Los 90 contribuyeron también a unir a académicos de los dos países a través de las cátedras "Venezuela", desarrollada en el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia, y "Colombia", en la Universidad Central de Venezuela, dedicadas a contribuir a la superación de problemas que recurrentemente afectan las relaciones entre los dos países y que tienen su origen, entre otros factores, en la desinformación de la opinión pública y en la inconsistencia de las políticas estatales.

Pero muchos de los avances logrados en esta última década han empezado a mostrar preocupantes síntomas de deterioro en 1999. De hecho, no se han puesto en funcionamiento los más de 30 mecanismos creados en este último período para hacerle frente a los factores de unión y de tensión entre los dos países. En 1999 ha predominado, más bien, la recriminación mutua, la diplomacia del micrófono, el temor y el desconcierto, y ha comenzado a retroceder hasta el comercio.

Lo que sí vivió un productivo y exitoso año fue el esfuerzo compartido por las dos principales universidades públicas que, en desarrollo de las cátedras, pusieron en marcha, en agosto de 1998, el estudio conjunto del estado de la relación bilateral. Para ello conformaron un Grupo Académico Binacional que articuló 30 investigadores de los dos países y que en el caso colombiano incorporó, además, académicos de las universidades de los Andes, Javeriana, Externado, el Rosario, la Cámara de Comercio Colombo Venezolana, el Convenio Andrés Bello y la Fundación Social, para examinar tanto las percepciones e interpretaciones mutuas que se expresan en la opinión y en los medios, como los estudios de los expertos en la materia.

Por eso, el Grupo realizó, ante todo, una encuesta sobre cómo nos vemos colombianos y venezolanos y qué pensamos de los principales asuntos de la relación bilateral, cuyos primeros resultados han sido ampliamente reseñados en los principales medios de comunicación de los dos países. Realizó, también, un estudio sobre cómo han manejado la relación binacional o los problemas del otro país los dos más importantes periódicos nacionales y de frontera de cada país y, en el caso colombiano, las dos revistas de mayor circulación. Desarrolló, además, una investigación sobre ocho dimensiones de la relación bilateral: la proyección internacional y la relación binacional, la seguridad nacional y ciudadana, el narcotráfico, el desarrollo fronterizo, la migración colombiana a Venezuela, las relaciones económicas y comerciales, los sistemas educativos, de ciencia y tecnología, y la comunicación y la cultura entre los dos países.

Los resultados de todos esos trabajos acaban de ser puestos por el Grupo Académico Binacional a disposición de los presidentes Miguel Pastrana, de Colombia, y Hugo Chávez, de Venezuela, y de sus respectivos gobiernos, de la opinión pública y de los centros empresariales, educativos y sociales de los dos países, como una contribución al mejor conocimiento mutuo y a la consideración serena de numerosos temas de la agenda binacional.

En concreto, el Grupo Académico Binacional entrega seis resultados:

* Un Informe Final publicado en una edición especial conjunta de las revistas Análisis Político del IEPRI y Politeia de la Universidad Central de Venezuela, que presentan, primero, el contexto internacional y la coyuntura de ambos países; luego, las percepciones e interpretaciones mutuas entre colombianos y venezolanos; después, los resúmenes de las ocho dimensiones analizadas y sus respectivas recomendaciones; finalmente, el Informe hace un poco de historia del proceso vivido por el Grupo Académico Binacional en el desarrollo de su trabajo, las lecciones que deja el ejercicio y las perspectivas de continuidad y ampliación de las Cátedras Colombia y Venezuela. Adicionalmente, presenta el "Proyecto Mapa", que viene desarrollando en el terreno artístico un esfuerzo similar al del Grupo Académico Binacional, y con el cual éste se ha unido para ilustrar el Informe y el libro con los resultados.

* Un libro con el desarrollo completo de los contextos, los análisis de la encuesta sobre percepciones mutuas, el estudio de los medios masivos, los compendios temáticos del estudio, varios anexos y una amplia bibliografía temáticamente sistematizada.

* Un Fondo Bibliográfico que contiene la sistematización de la bibliografía de interés binacional existente, a través de una base de datos compartida entre las dos universidades y que sentó las bases para un intercambio permanente de información bibliográfica entre los especialistas de distintas disciplinas.

* Los resultados de la encuesta de opinión realizada con el fin de identificar las actitudes e imágenes que venezolanos y colombianos poseen sobre sus vecinos y que permiten evaluar los elementos favorables y las percepciones negativas que intervienen en los procesos de integración binacional. La encuesta, aplicada en 12 ciudades de los dos países seleccionadas en zonas de frontera, intermedias y alejadas, fue realizada con todo el rigor técnico, con muestras estratificadas, proporcionales y multietápicas. El tamaño de la muestra fue proporcional al tamaño poblacional de ciudades, secciones, manzanas y viviendas de acuerdo a la cartografía especializada. Las cien preguntas del cuestionario fueron aplicadas en mayo de 1999 en 1.500 hogares de cada país y para su análisis se usó una matriz que permite los cruces de información por edad, sexo, nivel educativo, grado de relación, nivel socioeconómico y distancia.

* Una revisión y un análisis sobre la manera como los medios de comunicación escrita (dos periódicos nacionales y dos de frontera de cada país, y en el caso colombiano dos revistas nacionales) manejan la información sobre las relaciones bilaterales.

* Un CD Rom con los resultados totales de la encuesta, del estudio de los medios de comunicación realizado en los dos países y con la base de datos completa del Fondo Bibliográfico, como nuevas fuentes creadas y usadas por el Grupo Académico Binacional, y puestas a disposición de los centros de estudio para incentivar otras investigaciones.

Con este material las Cátedras "Colombia" y "Venezuela" y el Grupo Académico Binacional aspiran a prestar su contribución a una adecuada valoración de los asuntos pendientes entre ambos países, con el propósito de que sus sociedades, suficientemente informadas, participen en los procesos requeridos para su solución. Pretenden también ofrecer un conocimiento objetivo de sus realidades, contribuir al logro de los consensos mínimos imprescindibles para la resolución y superación de los conflictos y la profundización de las relaciones en áreas que hasta ahora permanecen mutuamente ignoradas. Quieren igualmente contribuir a la construcción de una alianza estratégica entre los dos países para una integración económica, política, social y cultural más profunda, a partir de un proyecto de desarrollo binacional de carácter más integral y con miras a la inserción conjunta en el siglo que comienza.

Por su contenido y por el momento en que ha sido presentado, el trabajo del Grupo Académico Binacional ha dado ya sus frutos. Congregamos a más de 30 periodistas de primera plana de los dos países en Cartagena para un taller realizado conjuntamente con la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, que dirige Gabriel García Márquez, no sólo con el fin de que conocieran nuestro trabajo sino para ponerlos en comunicación recíproca y para que off the record evaluaran de manera conjunta el manejo que le han dado en este año crítico a la relación entre los dos países. El resultado fue magnífico. Lo saben los que estuvieron allí, quienes acordaron conformar una red binacional y le dieron gran despliegue al trabajo del Grupo Académico Binacional.

Reunimos también a funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y de la Embajada de Venezuela en Bogotá con miembros colombianos de las comisiones de negociación y de frontera, y con otros funcionarios para presentarles avances del trabajo del Grupo Académico Binacional. En las semanas culturales de la Universidad Nacional de Colombia en Caracas y de Venezuela en Bogotá, organizadas por las respectivas embajadas, presentamos algunos de los resultados del estudio. En diversos actos de la frontera también hemos entregado parte de las conclusiones del trabajo.

Están previstos otros talleres que se realizarán en asociación con la organización o entidad que aglutina un sector social específico de los dos países: empresarios, funcionarios, académicos, personal político, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales, todo ello con el propósito de generar un proceso de conocimiento mutuo y de amplia discusión.

Han comenzado a perfilarse ya nuevas investigaciones comparadas, realizadas conjuntamente por académicos de universidades venezolanas y colombianas con el fin de profundizar en algunos de los temas centrales del trabajo del Grupo Académico Binacional. Igualmente, algunos miembros del Grupo han empezado a intervenir de manera conjunta en actos y redes académicas regionales o internacionales. También comenzaron ya las pasantías de profesores de ambos países y ojalá pronto se pueda diseñar un intercambio de estudiantes de un país al otro. Ya hemos recibido diversas propuestas para un plan de edición y publicación periódica que actualice el Informe o profundice sobre diversos aspectos del estado de la relación bilateral.

El mayor resultado inmediato que el Grupo Académico Binacional quiere lograr es el de llamar la atención de los dos presidentes y sus gobiernos, de los medios masivos de comunicación y la opinión pública, y de diversos sectores sociales, sobre la imperiosa necesidad de hacer todos los esfuerzos para que la difícil coyuntura que viven ambos países no afecte de manera severa los logros de la última década ni reduzca las perspectivas de mediano y largo plazo.

Hemos demostrado en cada una de las dimensiones y modalidades de nuestro trabajo que son mucho más abundantes y estrechos los nexos, semejanzas y coincidencias que las diferencias y los asuntos en disputa. Este reconocimiento, la herencia común, las interdependencias mutuas y los desafíos del mundo globalizado con los que arranca el siglo XXI llaman a Venezuela y Colombia a resolver conjuntamente los problemas coyunturales actuales y a buscar la estratégica coordinación de sus actuaciones. Esto implicaría, en concreto, acciones en tres direcciones: la relación bilateral y la frontera común, el papel que Venezuela debe jugar en el proceso de paz colombiano y los problemas actuales de la integración económica.

Con relación al primer asunto, el de la frontera común, es indispensable, ante todo, poner en marcha las comisiones de negociación y de frontera, que luego de haberse convertido en política de Estado y perdurar en los años 90 a pesar de los cambios de gobierno en los dos países, no funcionaron en 1999. El estudio del Grupo Académico Binacional muestra que fue un acierto completo la decisión que tomaran los presidentes en 1989, de conformar dichas comisiones y de lograr un tratamiento global, simultáneo y mediante negociaciones directas de los asuntos pendientes: la delimitación de aguas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, el manejo de las cuencas y navegación de los ríos comunes, la densificación de hitos fronterizos, el asunto de la migración, etc. Dicha decisión logró "desgolfizar" las relaciones (por la disputa sobre el Golfo de Venezuela), abrir cambios importantes en la relación y no limitarla a los asuntos fronterizos.

Como lo demuestran los resultados de la encuesta binacional realizada por el Grupo Académico, en esta década de aumento de intercambios de todo tipo, también la opinión cambió. De hecho, cerca del 90 por ciento de los encuestados se muestra favorable a un arreglo directo y negociado del diferendo fronterizo. Sus respuestas muestran cómo se han empezado a superar muchos de los estereotipos que nos alejaban, y se ha incrementado la mutua valoración positiva. El estudio muestra también que cuando los mecanismos de cooperación han funcionado, han disminuido los problemas en la frontera. De ahí la importancia de que los dos presidentes y los dos cancilleres dejen de hablarse como lo han hecho en 1999, por la vía de las declaraciones unilaterales o de los medios de comunicación. No es posible que la recriminación mutua se convierta en la forma de tramitación de los asuntos en disputa.

En cuanto al segundo asunto, el papel de Venezuela y del presidente Chávez en el proceso de paz colombiano, hay necesidad de propiciar un acuerdo. Venezuela es el más vecino de los países vecinos a Colombia y, además, es el país más afectado por el conflicto colombiano: secuestros, "boleteos", refugiados, contaminación de aguas y tierras por voladuras del oleoducto, etc. La falta de claridad en Colombia sobre el sentido que debe tener la participación internacional en el proceso de paz le ha abierto camino a iniciativas unilaterales del presidente Chávez, y del canciller José Vicente Rangel, que los han enemistado con importantes sectores colombianos. Es urgente un acuerdo entre los dos gobiernos al respecto.

La integración económica ha constituido el aspecto más positivo de la relación entre Venezuela y Colombia en la última década. Sin embargo, en 1999 el comercio binacional ha disminuido en un 50 por ciento. A ello se suma la exigencia de las poblaciones fronterizas de que el dinamismo de la integración comercial se traduzca en beneficios para esta zona y contribuya a superar los efectos sociales indeseables que ésta genera. Es de temer que, si en lugar de hacerle frente común a los problemas sociales, sectoriales o nacionales que inevitablemente genera el incremento de los flujos comerciales, se ceda a la tentación de echar atrás los acuerdos comunitarios.

Las crisis que hoy enfrentan Colombia y Venezuela, y en general el mundo andino, podrían echar rápidamente atrás muchos de los logros alcanzados hasta ahora por la integración económica, con un grave perjuicio para todos los países involucrados. Lo que se requiere entre los dos países no es menos sino más integración y para ello es imprescindible una agenda común para el siglo XXI. Esa es la contribución del Grupo Académico Binacional.

Socorro Ramírez es miembro del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia y coordinadora del Grupo Académico Binacional Colombia-Venezuela.






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