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No. 101/102 - Marzo/Abril 2000

JAPÓN

Deshonestidad de la industria nuclear

Un escándalo de falsificación de datos de la empresa British Nuclear Fuels (BNFL) puso en dificultades al gobierno de Japón y generó un movimiento ciudadano que reclama el abandono del programa de combustible MOX.

El Ministerio de Comercio Internacional e Industria de Japón anunció en diciembre que no permitiría que se cargara combustible de la fábrica británica de plutonio Sellafield, de British Nuclear Fuels (BNFL), en su reactor Takahama 4. La prensa había informado que BNFL había falsificado datos del control de calidad del combustible. El Ministerio también anunció que había postergado todos los embarques de combustible de plutonio provenientes de BNFL hasta tanto la empresa restableciera su "confiabilidad".
El escándalo de la falsificación de datos apareció por primera vez en setiembre, cuando el periódico británico The Independent confirmó que BNFL había falsificado los datos del control de calidad que aseguraban la dimensión del combustible nuclear destinado al reactor Takahama 3. No obstante, BNFL argumentó en ese momento que eso no afectaba a ninguno de los embarques de combustible ya enviados a Japón.

Como consecuencia del escándalo, el 12 de setiembre se cerraron las instalaciones de demostración de BNFL.

Hideyuki prohibe la producción de datos por BNFL

Las revelaciones sobre la tergiversación de datos por BNFL vieron la luz el 14 de setiembre de 1999, cuando The Independent publicó un informe basado en información interna. Las noticias conmocionaron a la opinión pública japonesa en la medida que un buque que transportaba parte del combustible fabricado por BNFL ya había abandonado Europa y estaba en camino a Japón.

El busque partió de Gran Bretaña el 21 de julio de 1999, y transportaba ocho montajes de combustible para la central nuclear Takahama 4. El busque esperó, ya que otro buque descargó combustible en la prefectura de Fukushima el 22 de setiembre, antes de llegar a la prefectura de Fukui, el 1 de octubre. El escándalo, pues, estalló poco antes de la llegada del combustible.

BNFL falsificó los datos de inspección del control de calidad copiando y pegando los datos de control de calidad de partidas anteriores. Después de las denuncias, la empresa de energía eléctrica Kansai Electric Power (KEPCO) y la Agencia de Recursos Naturales y Energía (ANRE) enviaron inspectores a Gran Bretaña para investigar el asunto.

El 1 de noviembre de 1999, KEPCO produjo un informe final sobre la investigación, y al día siguiente la agencia ANRE y el NSC se presentaron ante la Legislatura de la Prefectura de Fukui, donde establecieron que la investigación llevada a cabo por KEPCO era satisfactoria. El informe final concluyó que los datos de 22 lotes de combustible del Takahama 3 habían sido falsificados y que el combustible tendría que volver a ser fabricado. Insistió, además, que no había habido falsificación con los datos del control de calidad para el combustible destinado al Takahama 4.

La investigación de KEPCO

Interrogado por la empresa, un empleado de BNFL testificó que había copiado los datos del diámetro de perdigones de lotes anteriores y que los había copiado en lotes subsiguientes. Así, los investigadores de KEPCO limitaron su investigación a poner juntos los datos de lotes separados y así compararlos para ver si había una coincidencia perfecta.

Por ese método encontraron 22 lotes, todos para Takahama 3, que parecían sospechosos. No obstante, este método de análisis es bastante inadecuado, ya que si, por ejemplo, la última parte de los datos para las 200 inspecciones al azar habían sido llevada al principio y luego copiadas, no habría aparecido la falsificación de los datos.

Interesados en poner fin a la investigación y a la tormenta política generada por la revelación de manipulación de datos, KEPCO y el Ministerio de Comercio Internacional e Industria insistieron en que no se habían manipulado los datos del combustible MOX para el Takahama 4. El Ministerio no quería presenciar más demoras al programa del combustible MOX y estuvo afín a usar el combustible de Takahama 4, que ya llegó a Japón. A esa altura, la carga de combustible prevista para ser cargada en el Takahama 4 en abril de 1999 fue aplazada hasta noviembre.

Análisis ciudadanos de los datos de BNFL

KEPCO recibió datos sobre las inspecciones del control de calidad y el procesamiento del combustible de BNFL y los trajo a Japón en octubre. La prefectura de Fukui publicó estos datos para aliviar las inquietudes de los ciudadanos. En lugar de confiar en los datos, dos grupos de ciudadanos llevaron a cabo un análisis estadístico de las incoherencias en los datos de inspección al azar y los datos totales de la inspección, y descubrió que en algunos lotes los gráficos de distribución de datos para la inspección del control de calidad no coincidían con los gráficos de distribución de datos para la inspección automática. Ambos grupos apelaron a los residentes de Kansai, y el 19 de noviembre, 212 demandantes pidieron a la Corte del Distrito de Osaka que emitiera una orden provisoria que prohibiera el uso de combustible MOX en Takahama 4.

En los tribunales japoneses, sólo es posible obtener una disposición provisoria cuando existe una emergencia, y posteriormente se revé oficialmente la situación. La decisión del tribunal habría salido el 17 de diciembre. No obstante, KEPCO realizó una conferencia de prensa el día antes de que se concediera la decisión y admitió que los datos para el combustible del Takahama 4 también habían sido manipulados y que ya no tenían intención de utilizar el combustible. Por último, KEPCO y el gobierno habían admitido que había ocurrido una manipulación de los datos.

Este reconocimiento se debió a una serie de nuevas revelaciones publicadas en The Guardian acerca de la empresa inglesa Nuclear Installations Inspectorate (NII) sobre la manipulación de datos por BNFL. Esa información creó un terreno favorable para el caso de los residentes locales ante el tribunal. Por ejemplo, de las preguntas de Sumiko Shimizu, miembro de Diet by Diet, se supo que el Ministerio de Comercio Internacional e Industria tenía conocimiento de la maniobra, por una carta del NII a la embajada de Japón en Londres. La carta fue entregada al tribunal como evidencia el 16 de diciembre. Ante esa situación, KEPCO y el Ministerio se dieron cuenta de que era insostenible negar los hechos y decidieron admitir la alteración de datos y cancelar el uso del combustible.

KEPCO decidió impedir que BNFL se presentara a licitaciones con el combustible MOX y actualmente le está pidiendo a BNFL que regrese el combustible a Gran Bretaña. El combustible seguramente será devuelto, planteando una vez más grandes riesgos para el ambiente, la economía y los ciudadanos de los países en ruta.

La deshonestidad de toda la industria nuclear

El delito cometido con los datos por parte de BNFL y el ocultamiento de información por parte de funcionarios del gobierno y KEPCO, provocó una disminución de la credibilidad de la industria nuclear. Naturalmente, surgen dudas sobre el control de calidad en Belgonuclaire, el fabricante de combustible MOX para Fukushima 1-3, que ya llegó a Japón.

El informe dado a conocer por TEPCO en setiembre de 1999 aducía que todos los datos son ingresados automáticamente en la computadora y que los empleados no habrían podido alterarlo. No obstante, TEPCO se niega a dar a conocer ese dato, con el argumento de que necesita permiso de Belgonuclaire. Mientras tanto, Belgonuclaire aduce que no puede dar a conocer los datos del control de calidad porque necesita permiso de TEPCO.

La subsiguiente revelación de la alteración de los datos por BNFL, hizo que TEPCO aplazara la introducción del programa de combustible MOX en Fukushima 1-3, que estaba previsto que comenzaría en febrero del 2000. El Ministerio ordenó a TEPCO que volviera a investigar el combustible MOX fabricado para Fukushima 1-3 y envió un equipo de investigación a Bélgica. No obstante, a menos que TEPCO obtenga datos de control de calidad específicos y los dé a conocer públicamente, los grupos cívicos seguirán siendo críticos de cualquier investigación realizada por TEPCO.

Vale la pena mencionar que también hubo adulteración de los datos del barril que contenía el combustible para Takahama 4. ¡Un combustible con datos alterados, dentro de un barril con datos alterados! En 1998, una compañía japonesa alteró los datos de garantía de calidad para que el barril de transporte del combustible MOX cumpliera las normas de calidad existentes en ese momento. El escándalo se paró bajando las normas de seguridad de manera que los datos originales del barril pudieran pasar los requisitos de seguridad.

La deshonestidad es moneda corriente en la industria nuclear, sea de Occidente u Oriente. Comparada con la quema de combustible de uranio, la combustión de combustible MOX aumenta el riesgo de accidentes y rebaja el margen de seguridad de los reactores de agua. Además, el transporte de combustible MOX plantea riesgos ambientales, económicos y de salud a los países en ruta. Esos riesgos innecesarios se agravan aún más por la deshonestidad de la industria nuclear.

En representación de todas las personas interesadas, el Centro de Información Nuclear de los Ciudadanos (CNIC), seguirá reclamando al gobierno que abandone la locura del programa de combustible MOX.

Este artículo apareció por primera vez en Nuke Info Tokyo (enero/febrero del 2000, No. 75), publicado por el Centro de Información Nuclear de los Ciudadanos.






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