No. 103 - Mayo 2000
En la UNCTAD X quedó claro que el "Consenso de Washignton" del FMI y el Banco Mundial está agotado. El secretario general, Rubens Ricúpero, hizo referencia en el discurso de clausura a una "Convergencia de Bangkok", refiriéndose a un cambio hacia un nuevo orden internacional basado en la "reciprocidad real" entre países desarrollados y en desarrollo. Queda por ver cómo evolucionará la UNCTAD en el futuro.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), celebró su décima sesión en Bangkok del 12 al 19 de febrero. La UNCTAD X fue la primera conferencia económica mundial importante realizada poco después de la frustrada Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle. Si bien la UNCTAD tuvo un protagonismo destacado a fines de los años 60 y 70, su influencia en las políticas económicas de nuestro mundo "en vías de globalización" ha disminuido considerablemente. De hecho, en cierto momento (previo a la UNCTAD IX celebrada en Midrand, Sudáfrica, en 1996) estuvo a punto de ser clausurada por algunos países desarrollados desconformes con su tradicional estilo a favor del Sur.
Nacida en 1964 con la noción de que una base equitativa para el comercio internacional era un componente esencial para determinar el progreso económico de los países en desarrollo, era de esperar que el centro de atención de la UNCTAD en Bangkok fuera sobre las desigualdades del actual sistema de comercio multilateral, en particular la OMC. Varios delegados y ONGs del Sur se centraron en las asimetrías de los acuerdos de la OMC y de cómo repercuten adversamente en los países en desarrollo. Se pidió que las políticas comerciales guardaran mayor coherencia con los objetivos de desarrollo de los países del Sur.
La UNCTAD X sirvió de foro para que algunos dirigentes políticos, responsables de comercio, destacados funcionarios de organismos internacionales y regionales, y las ONG expusieran sus opiniones sobre la situación mundial actual. Las opiniones fueron desde la posición dominante del Norte -que carga las tintas en los malos gobiernos y la corrupción del Sur- hasta la posición de autoridades del Sur -que responsabiliza a los desequilibrios del sistema internacional-, pasando por las opiniones de las ONG, que culpan tanto al sistema mundial como a las élites del Norte y del Sur por la explotación de los pueblos y el deterioro del ambiente.
El taller de ONGs previo a la reunión oficial y las diarias manifestaciones de agricultores tailandeses víctimas de los proyectos de desarrollo o marginados del sistema mundial, fueron el elemento vivo que tradujo el descontento público que a escala mundial generan los efectos de la globalización y el deterioro de las condiciones en el Tercer Mundo. La propia Red del Tercer Mundo organizó dos foros en UNCTAD X, uno sobre comercio y la OMC y otro sobre la crisis financiera internacional.
Aún en las reuniones oficiales quedó claro que el "Consenso de Washignton" del FMI y el Banco Mundial está agotado. El secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricúpero, hizo referencia en el discurso de clausura a una "Convergencia de Bangkok", refiriéndose a un cambio hacia un nuevo orden internacional basado en la "reciprocidad real" entre países desarrollados y en desarrollo. Queda por ver cómo evolucionará la UNCTAD en el futuro.
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