No. 104 - Junio 2000
El Grupo de los 77 (G-77) es la mayor coalición del Tercer Mundo en la Organización de las Naciones Unidas. Creado en junio de 1964 en la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), ha crecido desde entonces y hoy cuenta con 133 países miembros. Su objetivo ha sido expresar y promover los intereses y preocupaciones económicas colectivas del Sur.
El Grupo de los 77 (G-77) es la mayor coalición del Tercer Mundo en la Organización de las Naciones Unidas. Creado en junio de 1964 en la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), ha crecido desde entonces y hoy cuenta con 133 países miembros. Su objetivo ha sido expresar y promover los intereses y preocupaciones económicas colectivas del Sur.
En la década del 60, el G-77 era una fuerza importante en el escenario mundial. Un mundo bipolar ofrecía la oportunidad y el espacio para una "tercera fuerza", es decir, el Movimiento de Países No Alineados y su contraparte económica, el G-77, para funcionar con cierto efecto significativo. En este clima de oportunidades, el G-77 expresó varias demandas esenciales del Sur, incluida la de un Nuevo Orden Económico Internacional, expresada en la Resolución de la Asamblea General de la ONU de 1974.
Con la pauperización de tantos países del Sur como resultado de la crisis de la deuda de los años 80, así como por su dependencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, y los devastadores efectos de sus Programas de Ajuste Estructural, el movimiento se debilitó y sus decisiones, opiniones y demandas fueron ignoradas por los dirigentes del Norte. No obstante, el proceso de globalización, que implacablemente transfirió temas y sectores antes bajo jurisdicción nacional a los organismos internacionales dominados por el Norte (FMI, Banco Mundial, Organización Mundial de Comercio/OMC), se sintió la necesidad de revivir el G-77 y convertirlo en una fuerza más efectiva.
En 1998, y por primera vez, el G-77 decidió realizar una Cumbre del Sur a nivel de jefes de Estado y de gobierno. La primera cumbre se realizó en La Habana, del 10 al 14 de abril y fue un hecho histórico. A juzgar por el tono del debate y las decisiones adoptadas, parece que los dirigentes de algunos países del Tercer Mundo estaban más decididos que antes a hacer algo juntos para enfrentar los temas que afectan al Sur.
El tema central fue la globalización. El presidente de Cuba, Fidel Castro, dio el tono del debate en este tema en su encendido discurso, cuando calificó al proceso de "barco de desigualdad", con demasiada injusticia a bordo como para llegar sano y salvo a su destino.
Otros jefes de Estado se explayaron en el tema. El presidente de Nigeria, y presidente del G-77, Olusegun Obasanjo, destacó las desigualdades de la OMC y la grave crisis del sistema mundial de comercio, mientras que el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, se centró en la penosa experiencia de los países de Asia Oriental. Por su parte, el presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, expresó que era una ilusión confiar en que las fuerzas del mercado lograrían un desarrollo equilibrado en el mundo.
Los dos resultados visibles de la Cumbre fueron una Declaración y un Programa de Acción, que compromete a los jefes de Estado y de gobierno a actuar en una amplia gama de temas. Más interesante aún fue la decisión de establecer una Comisión de Coordinación del Sur que comprenda a los dirigentes políticos o grupos regionales del Sur, con el mandato de hacer un seguimiento de las decisiones de la Cumbre y ser una plataforma para coordinar el Sur en sus negociaciones con el Norte.
De ahora en más, y como dijo el primer ministro de Jamaica, P.J. Patterson: "Los dirigentes tienen una gran responsabilidad sobre sus espaldas. El Plan y la Declaración deben ser implementados. Si no aseguramos un seguimiento efectivo, todos nuestros esfuerzos quedarán en la nada".
Este número comenta lo que ocurrió en la Cumbre del Sur, que recibió escasa cobertura en la gran prensa. Los planes y las declaraciones fueron buenos. Pero, los dirigentes del G-77 ¿finalmente se unirán y actuarán colectivamente o el Sur continuará desorganizado, decayendo, a medida que el "barco de la desigualdad" enfila mar adentro?
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