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No. 109 - Noviembre 2000

Estados Unidos analizará "guerra biológica"

por Someshwar Singh

El gobierno de Estados Unidos admitió por primera vez que el uso de agentes microbianos para erradicar las plantaciones de coca en Colombia podría fomentar la proliferación de las armas biológicas. Washington detuvo por el momento el uso de dicho método de lucha contra las drogas para analizar sus consecuencias, pero eso no significa que haya habido cambios en la política de destrucción de las plantaciones ilícitas con agentes biológicos, proyecto al cual está asociada una agencia de la ONU.

El gobierno de Estados Unidos decidió suspender el uso de agentes microbianos para destruir las plantaciones ilícitas mientras se examinan las consecuencias que puede tener dicho método respecto de la propagación de la guerra biológica y el terrorismo, anunció el 29 de agosto Proyecto Sunshine, una organización no gubernamental(ONG) que cuenta con sedes en Seattle (Estados Unidos) y Hamburgo (Alemania).

Según la ONG, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, admitió en un memorándum del 22 de agosto que el uso de agentes microbianos para erradicar los cultivos de coca podría contribuir a la proliferación de las armas biológicas. Esta es la primera vez que un gobierno estadounidense admite públicamente que el uso de agentes biológicos como Fusarium oxysporum (conocido como "Agente Verde") puede interferir con el control de armas. El Proyecto Sunshine argumentó, por su parte, que el Fusarium oxysporum y otros fungicidas son armas biológicas.

Colombia es blanco de la guerra biológica de Estados Unidos debido a sus plantaciones ilícitas de coca. "El gobierno de Estados Unidos y el de Gran Bretaña también financian otros proyectos de utilización de agentes biológicos para acabar con las plantas de amapola y marihuana", advirtió la ONG.

El memorándum de Clinton anula varias de las condiciones impuestas por Washington a Colombia. En particular, el presidente estadounidense desautorizó al Congreso y anuló la exigencia según la cual dicho país debe aceptar el uso de Agente Verde para recibir un paquete de asistencia de 1.300 millones de dólares, conocido como Plan Colombia.

La ONG citó el Memorándum de Justificación para la Decisión Presidencial 2000-28 y declaró: "Clinton asegura que Estados Unidos no usará el Agente Verde hasta que una evaluación más estricta de seguridad nacional, que considere el impacto potencial sobre la proliferación de las armas biológicas y el terrorismo, constituya una base sólida para concluir que el uso de este instrumento para controlar la droga es de interés nacional".

Un importante paso adelante

Edward Hammond, del Proyecto Sunshine, declaró: "Este es un importante paso adelante. Si bien sectores claves del gobierno de Estados Unidos se niegan a retirar su apoyo al Agente Verde, el presidente Clinton ha suavizado la presión bilateral que sufre Colombia y ha admitido que podría tratarse de una mala idea desde el comienzo".

Jan Van Aken, de la misma ONG, agregó: "El Agente Verde es un arma biológica. Fue desarrollado con fines de ataque, para ser utilizado en un conflicto armado contra Colombia. El uso de Agente Verde desafía los acuerdos internacionales que prohíben el uso de armas biológicas. Hay que detenerlo de inmediato, en todo el mundo".

Pero la ONG subrayó que es importante señalar que el memorándum de Clinton no indica necesariamente un cambio en la política de Estados Unidos. Susana Pimiento, también integrante del Proyecto Sunshine, sostuvo que "las partes esquizofrénicas del gobierno de Estados Unidos que están a favor del fungicida podrían volver a saltar. El memorándum es una ventana de oportunidades. Los gobiernos deberían actuar con rapidez y aprovechar las posibilidades de progreso (en la erradicación del Agente Verde) antes de que se cierre la ventana".

Proyecto Sunshine llamó a los gobiernos y agencias internacionales a dar los pasos siguientes:

* El Programa de Control de Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que administra el trabajo realizado en Uzbekistán, financiado por Estados Unidos, y que promueve las pruebas de Fusarium oxysporum en Colombia, debería congelar de inmediato todos sus proyectos internacionales de exterminación de plantaciones con agentes biológicos y retirar el contrato que le ofrece a Colombia. Ningún gobierno -y menos aún la ONU- debería arriesgarse a fomentar la proliferación de las armas biológicas. El trabajo sólo podrá reanudarse cuando se hayan resuelto las cuestiones sobre control de armas, una proporción mayor de agencias expertas de la ONU haya evaluado el programa en forma independiente y el órgano de gobierno del Programa de Control de Drogas del foro mundial haya analizado a fondo el asunto.

* Dado que la ayuda no está ya condicionada a la aceptación de Agente Verde y que Estados Unidos admitió públicamente su inseguridad acerca de la relación existente entre dicho agente y la proliferación de armas biológicas, no hay razones para que el gobierno de Colombia deba llevar a cabo la idea estadounidense de erradicación biológica de las plantaciones ilícitas. Colombia puede ahora calmar la incomodidad regional que causó el plan y retirarse públicamente de las negociaciones con el Programa de Control de Drogas de la ONU, deteniendo todas las investigaciones de Fusarium oxysporum y otros agentes biológicos.

* El gobierno de Estados Unidos debe analizar, cuidando la transparencia de sus operaciones, el programa de su Departamento de Agricultura que financió y desarrolló el Fusarium oxysporum y otras armas de exterminación de cultivos. El Departamento de Agricultura trabajó en esos programas durante más de una década. Si hasta ahora no se realizó una evaluación seria sobre si dicha sustancia cumple con los acuerdos internacionales al respecto o si contribuye a la proliferación de armas biológicas, se trata de un fracaso político peligroso.

* La situación actual ofrece una oportunidad inmejorable para el fortalecimiento de la Convención sobre Armas Biológicas y Tóxicas, actualizándola para que refleje las nuevas realidades políticas y tipos de conflictos que prevalecen en la era de la post Guerra Fría. Los países miembros de la Convención deberían aprovechar, en la próxima sesión que se llevará a cabo en 2001, para prohibir todos los agentes biológicos de exterminación de plantaciones, en particular aquéllos que pueden usarse en conflictos armados. En julio, el gobierno de Ecuador prohibió la introducción y el uso de Fusarium oxysporum en todo su territorio.

En una nota editorial del 7 de agosto, titulada “Agente Naranja y Fusarium oxysporum”, el editor general de Chemical and Engineering News hizo un llamado a suspender las investigaciones sobre armas biológicas para la lucha contra las drogas. El editorial acusa a Estados Unidos de haber desarrollado "dudosos sistemas de armas" y agrega: "Existe un componente moral inevitable en la investigación científica que ha sido violado por el desarrollo de Fusarium oxysporum como arma a ser utilizada en la guerra contra las drogas o contra cualquier otra cosa. Los científicos deberían negarse a participar en este tipo de investigación".

Proyecto Sunshine, cuya principal inquietud radica en que el abuso de ciertos avances científicos termine por socavar los acuerdos internacionales de paz, desarme y ambiente, tiene ese nombre porque muchas armas biológicas son inestables a la luz del sol, que las destruye rápidamente. Esta ONG cuenta también con un grupo de expertos que reflexionan sobre las consecuencias del posible uso de la biotecnología para fines militares.

Proyecto Sunshine analizó la relación existente entre la biotecnología y la guerra contra las drogas, sobre todo en cuanto al impacto de los agentes microbianos que se utilizan para exterminar las plantaciones, y concluyó que Estados Unidos está desarrollando tipos de hongos y de virus que matan a las plantas de coca y marihuana. Esos agentes están hechos para lograr un alto grado de exterminación de plantas y para ser pulverizados deliberadamente en los programas de erradicación de cultivos ilícitos.

Aunque fueron destinados al principio a combatir la producción de drogas en América y Asia, ciertos "agentes" persisten en el suelo durante décadas, su especificidad es cuestionable y se sabe que tienen consecuencias para la salud humana y animal.

Además de las graves consecuencias sociales y ambientales de estos "agentes" de lucha contra la droga, Proyecto Sunshine considera que el desarrollo de los mismos socava el consenso mundial contra las armas biológicas. "Estados Unidos alega que existe un resquicio legal para las plantaciones ilícitas en la Convención sobre Armas Biológicas y por eso pretende aplicar estos patógenos en países donde hay guerras civiles o con los que tiene malas relaciones", protesta la ONG. "Al hacerlo, Estados Unidos amenaza con socavar los acuerdos internacionales que prohíben las armas biológicas. En una era en la que proliferan las amenazas de guerra biológica, habría que evitar toda acción que pudiera llevar a la aceptación de las armas biológicas".

La Convención sobre Armas Biológicas y Tóxicas, de 1972, prohíbe la producción y almacenamiento de dichas armas. Por lo tanto, también prohíbe implícitamente el "uso" de las mismas.

Pero el gran problema de los últimos siete años ha sido cómo verificar que se cumple con lo establecido por la Convención. Por eso se agregó, luego de intensas negociaciones, un Protocolo donde se detalla un sistema de supervisión. Se espera que dicho Protocolo esté listo para el próximo gran análisis de la Convención, que se llevará a cabo en 2001, pero aún queda mucho trabajo por hacer.

Existen regímenes legales que prohíben el uso de dos de las tres principales armas de destrucción masiva: la química y la biológica (la tercera es la nuclear). La Convención sobre Armas Químicas entró en vigor en 1995 y la sede de su Secretaría se encuentra en La Haya. El consenso parece más difícil en el área nuclear, sobre todo desde que algunos países en desarrollo empezaron a preguntarse si es realmente inteligente permitir que los países que actualmente detentan el poder de disparar las armas nucleares ya existentes no tengan contrincantes.

Al igual que en muchos casos, la aplicación de agentes biológicos utilizando organismos portadores de enfermedades de forma controlada, es un arma de doble filo. Dichos agentes pueden utilizarse para la paz, mediante el control de enfermedades, o para la guerra, diseminando enfermedades. En este sentido, pueden convertirse en la bomba atómica de los pobres. Pero aunque así sea, lo importante es garantizar que eso no se convierta en un argumento para bloquear el flujo de tecnologías que sirvan para aliviar el sufrimiento de grandes contingentes humanos.






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