No. 110 - Diciembre 2000
DECLARACIÓN
Sexta Reunión Binacional del Grupo Académico Colombia-Venezuela
Hace ya un año que el Grupo Académico Colombia-Venezuela auspiciado por la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Nacional de Colombia entregó a la opinión pública el resultado de su primer trabajo conjunto de investigación sobre el estado de las relaciones entre los dos países, así como las recomendaciones que el Grupo formulaba entonces a los dos gobiernos. Este novedoso esfuerzo, realizado desde una perspectiva estrictamente binacional, suscitó un enorme interés tanto en Venezuela como en Colombia, y atrajo incluso la atención de otras naciones del área. Los más importantes medios escritos de comunicación de ambos países dedicaron páginas enteras a la difusión del estudio y de sus resultados.
A lo largo del año, el Grupo ha presentado su trabajo a sectores muy diversos en decenas de encuentros, talleres y foros. Reunió a un selecto grupo de directores de medios y periodistas de ambos países, acudió a invitaciones de universidades y redes de investigación, presentó su trabajo ante funcionarios, congregó a numerosos estudiantes y a público en general. Estimulados por este precedente se ha organizado un grupo creciente de estudiantes de ambos países que están desarrollando sus trabajos de tesis sobre temas binacionales.
Todo este inusitado interés por los resultados de una investigación académica expresa, muy probablemente, la conciencia que tienen nuestros pueblos acerca de la necesidad imperativa de fortalecer sus vínculos recíprocos para hacerle frente común a los retos del presente, y el deseo de amplios sectores sociales de asumir la integración de manera cada vez más directa, incluso al margen de los gobiernos. En este empeño debemos continuar.
En nuestro estudio recordábamos cómo Colombia y Venezuela pasaron 160 años de su vida independiente en un mutuo desconocimiento y concentrados fundamentalmente en torno a una difícil labor de delimitación, y sólo los 10 años de la década pasada en buscar la integración. La creación de las comisiones binacionales de negociación y de fronteras les permitió a los dos Estados tramitar de manera respetuosa y pacífica las inevitables dificultades a las que se enfrenta una relación intensa de vecindad. La mera liberación parcial de los intercambios comerciales permitió que éstos alcanzaran cifras récords, en la década pasada, para bien de ambas economías y del empleo en los dos países. Empresarios de las dos naciones entablaron estrechos vínculos para el mediano y largo plazo. Deponiendo viejas desconfianzas recíprocas, los organismos de seguridad del Estado iniciaron un acercamiento y una provechosa colaboración contra el crimen, que contribuía a consolidar los vínculos de amistad entre ambas naciones. La región fronteriza consolidó diversos lazos de cooperación y otros sectores, como el Grupo Académico Binacional y el Proyecto Mapa de los artistas, tendieron unos primeros puentes culturales entre pueblos hermanos que se han desconocido por demasiado tiempo.
El Grupo Académico Colombia-Venezuela se propone continuar su tarea de acercamiento conjunto a los problemas comunes. Para ello, espera, en su tercera etapa profundizar en el conocimiento mutuo de las nuevas realidades, mediante la investigación, la docencia y la difusión conjunta. Asimismo, el Grupo lanza un llamado a los distintos sectores sociales de ambos países -movimientos políticos, periodistas, empresarios, académicos, artistas, sindicalistas, iglesias, ONG- a multiplicar iniciativas con el fin de avanzar en el camino del mutuo conocimiento, de la comprensión recíproca y de lazos efectivos de integración. Igualmente reitera el llamado que hizo desde hace un año a los gobiernos, de poner en marcha los múltiples mecanismos binacionales construidos por los dos estados para el manejo de la agenda binacional y que pueden ayudar a tramitar las diferencias inevitables en una estrecha vecindad y en momentos cruciales como los que vive cada país.
Colombia y Venezuela están irremisiblemente abocados, por geografía, historia y cultura, a construir su futuro en estrecha cooperación. Unidos, presentan un potencial considerable. Constituyen, además, el motor indispensable de la Comunidad Andina y el puente entre la América del Sur y la del Norte. Por ello, separados, Colombia y Venezuela no sólo se tornan más débiles sino que se convierten en un obstáculo insalvable para cualquier proceso de integración latinoamericana. Ese error no nos lo perdonarían las futuras generaciones.
Ciudad Universitaria, Caracas, diciembre del 2000
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