No. 123/124 - Enero/Febrero 2002
Argentina se ha convertido en tema de tapa de diarios o cobertura televisiva en todo el mundo. Centenares de periodistas han "invadido" el país, sobre todo la capital, que ha sido el epicentro de las movilizaciones que derribaron al gobierno de Fernando de la Rúa y condicionaron al gobierno de transición de Rodríguez Saa, que finalmente también renunció. Con los interinatos de ley, el país pasó así por cinco presidentes en 11 días.
Argentina se ha convertido en tema de tapa de diarios o cobertura televisiva en todo el mundo. Centenares de periodistas han "invadido" el país, sobre todo la capital, que ha sido el epicentro de las movilizaciones que derribaron al gobierno de Fernando de la Rúa y condicionaron al gobierno de transición de Rodríguez Saa, que finalmente también renunció. Con los interinatos de ley, el país pasó así por cinco presidentes en 11 días.
El sistema de organización social y económica imperante en Argentina durante los últimos 25 años hizo eclosión durante los días 19 y 20 de diciembre de 2001, en las jornadas más trágicas que recuerda el país desde el retorno del sistema democrático en 1983. La profunda crisis económica, política y social dio origen a un estallido signado por la presencia de sectores sociales diversos.
La ausencia de una reacción institucional rápida y adecuada a los reclamos populares puso en peligro la vigencia del estado democrático de derecho, y precipitado el final del gobierno de Fernando de la Rúa que, en un gesto de absoluta incapacidad, sólo atinó a decretar en forma inconstitucional el estado de sitio.
En el quinto año consecutivo de recesión económica, Argentina soporta un crecimiento continuo de la población por debajo de las líneas de pobreza e indigencia, a la vez que la brecha entre ricos y pobres se acrecienta a pasos agigantados. La tasa de desempleo continúa en franco aumento, situándose en el 18,3 por ciento, mientras que el subempleo asciende al 16,3 por ciento. Esta tendencia se ha profundizado ininterrumpidamente en la última década, llevando a que Argentina se encuentre entre los primeros 15 países del mundo que tienen la peor distribución de la riqueza, y encabece la tabla con la peor desigualdad social entre los países de economías con niveles de vida relativamente altos.
Teniendo en cuenta las mediciones de los últimos 25 años –pero con particular intensidad a partir de mediados de la década del 90- se pulverizaron los ingresos de los sectores de menores recursos a tal punto que el 20 por ciento de la población más rica, que en 1974 ganaba 7,8 veces más que el 20 por ciento más pobre, ahora percibe 14,6 veces más.
El tratamiento de la cuestión social debe ocupar un espacio preponderante en la agenda de la transición. Las nuevas políticas económicas deben decidirse sobre la base del consenso político y teniendo en cuenta en forma prioritaria a vastos sectores de la población, que viven actualmente en emergencia alimentaria.
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