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Movimiento de Países No Alineados


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Cumbre de No Alineados rechaza amenazas militares contra miembros y adopta declaración sobre Iraq y Palestina

Kuala Lumpur, 25 de febrero
por Martin Khor

La cumbre del Movimiento de Países No Alineados terminó hoy con el rechazo de sus líderes a las amenazas de guerra contra estados miembros bajo el pretexto del combate al terrorismo. Los líderes también “rechazaron totalmente” el uso del término “eje del mal” y las listas confeccionadas en forma unilateral de países que supuestamente respaldan al terrorismo. “Tales acciones constituyen una forma de terrorismo psicológico y político”, dijeron.

La cumbre adoptó avanzada la noche varios documentos que establecen la posición colectiva de los No Alineados sobre la actual situación internacional en lo relacionado con el terrorismo, la crisis de Iraq y la cuestión Palestina.

La posición de los jefes de Estado y gobierno de los No Alineados está contenida en el Documento Final de la cumbre y en declaraciones separadas sobre Iraq y Palestina.

En la sección sobre terrorismo del Documento Final, los jefes de Estado y gobierno del Movimiento condenan inequívocamente el terrorismo internacional como un acto criminal. Asimismo, advierten que el terrorismo pone en peligro la integridad territorial y la seguridad nacional e internacional, y señalan que esos actos violan los derechos humanos, destruyen infraestructuras e intentan desestabilizar a los gobiernos. Los líderes expresaron su resolución de tomar medidas para eliminar el terrorismo, incluso sus causas subyacentes, y exhortaron a todos los Estados a respaldar la convocatoria de una conferencia internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para definir el terrorismo, diferenciarlo de la lucha por la liberación nacional y alcanzar medidas para una acción concertada.

“También denunciaron la brutalización de los pueblos bajo ocupación extranjera como la forma más grave de terrorismo, y condenaron el uso del poder del Estado para la represión y la violencia contra víctimas inocentes que luchan contra la ocupación extranjera y tratan de ejercer su derecho inalienable a la autodeterminación”. El documento también destacó que se debería permitir a las personas bajo ocupación extranjera determinar libremente su destino y reafirmó que la lucha de los pueblos bajo dominación colonial o extranjera por la autodeterminación no constituye terrorismo.

Los líderes rechazaron el uso de amenazas militares contra cualquier país del Movimiento bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, así como todo intento de ciertos gobiernos para usar el terrorismo como excusa para perseguir sus propios objetivos políticos contra países no alineados y en desarrollo, y expresaron la necesidad de solidarizarse con los afectados.

“Ellos reafirmaron el papel fundamental de la ONU en la campaña internacional contra el terrorismo. Rechazaron totalmente el término ‘eje del mal’ acuñado por cierto país para usar contra otros bajo el pretexto del combate al terrorismo, así como su preparación unilateral de listas de países que supuestamente apoyan al terrorismo, las cuales son contrarias al derecho internacional y a los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Esas acciones constituyen, de su parte, una forma de terrorismo psicológico y político”, dice el Documento Final.

En la declaración sobre Iraq, los jefes de Estado y gobierno de los Países No Alineados consideraron con grave preocupación el rápido deterioro de la situación relacionada con la amenaza de guerra contra Iraq.

“Sabemos de la preocupación expresada por millones de personas en nuestros países y otros que rechazan la guerra y creen, como nosotros, que el ataque a Iraq será un factor devastador para toda la región, y que tendrá consecuencias políticas, económicas y humanitarias de largo alcance para todos los países del mundo, en particular para los de la región”.

Los líderes reiteraron su compromiso con los principios fundamentales del no uso de la fuerza y el respeto a la soberanía, integridad territorial, independencia política y seguridad de todos los países miembros de la ONU. También reafirmaron su compromiso de esforzarse para lograr una solución pacífica a la actual situación y su apoyo a toda otra gestión para evitar la guerra contra Iraq. Solicitaron la continuación de tales esfuerzos multilaterales, en oposición a las acciones unilaterales, y reafirmaron el papel central de la ONU y su Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y la seguridad.

Los gobernantes expresaron su aprobación hacia la decisión de Iraq de permitir el retorno incondicional de los inspectores de la ONU y cooperar con ellos, y exhortaron a ese país a seguir cumpliendo con la resolución 1441 del Consejo de Seguridad. Este es un paso importante hacia una solución integral y pacífica de cuestiones pendientes y toma en cuenta las preocupaciones de todas las partes afectadas.

También destacaron que los esfuerzos de desarme en Iraq no deben ser un fin en sí mismo sino un paso hacia el levantamiento de las sanciones internacionales contra ese país, y su creencia en que la resolución pacífica de la crisis aseguraría la soberanía, la integridad territorial, la independencia política y la seguridad de Iraq, así como el cumplimiento de la resolución 687, que establece una zona libre de armas de destrucción masiva en Medio Oriente, incluyendo a Israel.

En una declaración separada sobre Palestina, los No Alineados expresaron su grave preocupación por la destrucción y devastación del pueblo palestino y la Autoridad Nacional Palestina por parte de las fuerzas ocupadoras de Israel. Los mandatarios condenaron las violaciones sistemáticas a los derechos humanos y denunciaron los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes contra los palestinos, que incluyen ejecuciones extrajudiciales, el uso indiscriminado de la fuerza —que provoca numerosas muertes y lesiones—, la destrucción gratuita de viviendas, infraestructura y tierras agrícolas, la detención y prisión de miles de palestinos, y los castigos colectivos a toda la población palestina, todo lo cual provoca una crisis humanitaria de gigantescas proporciones.

Los gobernantes también expresaron grave preocupación por las políticas y prácticas del gobierno de Israel que debilitaron los acuerdos de Oslo y obstruyeron los esfuerzos para poner fin a la trágica situación, incluso las recomendaciones de Mitchell. Pidieron el retiro inmediato de las fuerzas ocupadoras de Israel de las ciudades y posiciones palestinas desocupadas antes de septiembre de 2000, y la plena implementación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.

Asimismo, destacaron que el principal peligro para la realización de los derechos nacionales palestinos y una solución pacífica es el colonialismo en los Territorios Palestinos Ocupados, incluida Jerusalén Oriental, desde 1967, a través de la confiscación de tierras, la construcción de asentamientos y la transferencia de israelíes a los territorios ocupados. Los líderes “subrayaron que esta política de colonialismo y todas las medidas relacionadas deben detenerse y revertirse de inmediato”, dice la declaración.

Los No Alineados recordaron las obligaciones legales de los estados parte de la Cuarta Convención de Ginebra y el Protocolo Adicional I para asegurar el respeto de ambos instrumentos, y señalaron la necesidad de su aplicación efectiva en los Territorios Palestinos Ocupados. También reclamaron medidas concretas contra los productos de los asentamientos israelíes ilegales, así como otras acciones, y pidieron sanciones legales para poner fin a la impunidad en los territorios ocupados, resaltando en ese sentido el papel de la Corte Penal Internacional.

Los mandatarios recibieron con beneplácito la iniciativa de paz adoptada por la Liga Árabe y respaldaron los esfuerzos del Cuarteto y la rápida implementación de su “mapa de rutas”. También reiteraron su compromiso hacia una solución pacífica al conflicto palestino-israelí y apoyaron la idea universalmente respaldada de la coexistencia de un estado palestino junto al de Israel, y y expresaron su apoyo hacia una presencia internacional en los territorios ocupados para proteger a los palestinos y ayudar a las partes a implementar los acuerdos alcanzados.

La declaración sobre Palestina fue elaborada por la Comisión de los No Alineados sobre Palestina, encabezada por Sudáfrica, y adoptada por el plenario final de la cumbre. (FIN)






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