Nº 172 - julio/agosto 2007
Asamblea Mundial de la Salud
Gripe aviar en el centro del debate
por
Martin Khor
La gripe aviar ocupó el centro del escenario la semana pasada en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), que se celebró en Ginebra del 14 al 23 de mayo. El tema del debate no fue la mortandad de la gripe ni la posibilidad de que estalle una pandemia. En general, se da por sentado que habrá una pandemia tarde o temprano y que millones de personas morirán a menos que se adopten medidas preventivas con carácter urgente.
El debate giró en torno a si los países en desarrollo contarán con las vacunas necesarias para proteger a su población cuando se produzca la pandemia.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide a los países con casos humanos de influenza aviar que aporten muestras de sus virus a los centros colaboradores de la OMS. Sin embargo, no existe un mecanismo inverso para compartir las vacunas ni las tecnologías que permitan elaborarlas.
Malasia, Indonesia y otros veintiun países en desarrollo presentaron en la Asamblea Mundial de la Salud un proyecto de resolución que reclama un nuevo marco para la distribución de los virus para vacunas, así como la priorización de la elaboración y disponibilidad de vacunas en los países en desarrollo. También reclamaron la revisión de las prácticas de la red de centros investigadores que colaboran con la OMS. Estos centros han sido cuestionados por conductas tales como derivar partes de los virus a empresas, que después las patentan y las utilizan para sus propios fines de lucro.
Como resultado, los países en desarrollo no pueden comprarse vacunas. Y si estalla una pandemia, los países industrializados acapararán las vacunas, dado que se necesitaría una dosis por persona pero la capacidad de producción anual solo llega a unos 400 millones de dosis.
Al presentar el proyecto, Indonesia subrayó que el acceso de los países en desarrollo a las vacunas es crucial en la lucha contra la influenza aviar, y agregó que el sistema actual de distribución es injusto.
Los países en desarrollo suministran virus voluntariamente a los centros y laboratorios de referencia de la OMS para fines de investigación y diagnóstico, pero cuando las empresas hacen vacunas a partir de esos virus, no informan a los países que los aportaron ni les piden su consentimiento. Peor aún, advirtió Indonesia, no existe un mecanismo para asegurar el acceso de los países en desarrollo a las vacunas de manera oportuna y a bajo costo.
El objetivo, por lo tanto, es obtener una porción transparente, justa y equitativa de los beneficios derivados del diagnóstico, de las vacunas y de otras tecnologías.
“El marco debe dar prioridad a las necesidades de los países en desarrollo en cuanto a la adquisición de vacunas y otros suministros médicos, en cantidades suficientes y a precios asequibles”, urgió Indonesia.
Los países que presentaron el proyecto pretenden que la OMS convoque a los gobiernos a revisar los actuales mecanismos de distribución de vacunas contra la influenza y a elaborar un nuevo marco para compartir tanto las vacunas como los beneficios derivados del uso del virus. El ministro de Salud de Tailandia consideró injusto que los países en desarrollo que ofrecieron muestras de sus virus deban comprar la vacuna a veinte dólares la dosis.
El principal problema es la limitada capacidad de producción mundial de vacunas contra la influenza. La escasez es muy grave y el costo para los países en desarrollo es inmenso.
El ministro tailandés advirtió que muchas naciones industrializadas están acumulando vacunas mediante reservas anticipadas que obligan a los países en desarrollo a quedar en lista de espera. Y añadió que la OMS debería disponer una reserva de vacunas listas para distribuir en los países en desarrollo que más las necesiten en caso de pandemia.
Martin Khor es director de Third World Network (TWN).
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