Nº 167 setiembre-octubre 2006
Se demora decisión sobre reservas del virus de la viruela
por
Edward Hammond
La Asamblea Mundial de la Salud no logró un acuerdo para la destrucción de las reservas del virus variólico, en manos de Estados Unidos y Rusia. Pese a la preocupación manifestada por los países en desarrollo debido a la demora en la resolución, el asunto fue derivado al Consejo Ejecutivo de la OMS para que lo considere en enero de 2007.
Los gobiernos reunidos en la última Asamblea Mundial de la Salud, que terminó el 27 de mayo, no lograron un acuerdo sobre una propuesta de resolución para la destrucción de las reservas del virus variólico*. Las propuestas más controvertidas fueron las de establecer una fecha de destrucción para las reservas, prohibir experimentos de ingeniería genética con el virus y retirar la autorización para los tipos de investigación que ya han cumplido sus objetivos de salud pública. Finalmente, la Asamblea remitió el asunto al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que lo considere en enero de 2007.
Muchos países en desarrollo y varias ONG que seguían la cuestión de cerca manifestaron decepción por la falta de progreso. Sin embargo, gracias a los esfuerzos de muchos países encabezados por Sudáfrica, en representación del grupo de África, se puso de relieve y sigue en pie la necesidad de establecer una fecha de destrucción del virus y prohibir los experimentos de ingeniería genética, entre otros importantes asuntos.
La cuestión del virus variólico se transformó en la más controvertida de la Asamblea. Muchos países en desarrollo promovían un plazo firme para destruir las reservas del virus, además de controles y supervisión más estrictos sobre las reservas y las investigaciones que se realizan con ellas. Estados Unidos asignó una importante capacidad negociadora a este asunto. Varios de los principales funcionarios de su delegación se involucraron personalmente en los grupos de trabajo más pequeños, cuyas negociaciones se prolongaban hasta altas horas de la noche. Los representantes estadounidenses insistían en bloquear la mayoría de las propuestas de los países en desarrollo, con la finalidad de obtener la máxima libertad posible para mantener las reservas del virus y realizar investigaciones con ellas.
Preocupaciones de seguridad
En la Asamblea, los delegados discutieron por primera vez sobre las reservas del virus variólico en la noche del 25 de mayo, en régimen de comisión. Más de veinte países intervinieron en el debate, iniciado por Namibia, que habló en representación de la región de África de la OMS.
Los ministros de Salud de África expresaron preocupación en una reunión por los riesgos de seguridad relacionados con las reservas del virus variólico, señaló Namibia. Los funcionarios reiteraron su oposición a los experimentos de ingeniería genética con el virus, debido al peligro de liberación accidental o deliberada del virus modificado.
Asimismo, expresaron preocupación por la composición del Comité Asesor de la OMS en Investigaciones sobre el Virus Variólico. A criterio de los ministros, la composición de este órgano debería revisarse para garantizar que tenga una representación equilibrada, que incluya a especialistas en salud pública y que sea independiente de los científicos de los dos laboratorios que poseen las reservas.
Namibia consideró esencial eliminar las reservas del virus en lugar de ampliar las investigaciones. La idea original era que los resultados de las investigaciones fueran limitados en el tiempo y revisados. Es necesario evaluar, entonces, si los costos de las investigaciones con el virus vivo son mayores que los beneficios.
Tras citar varias resoluciones anteriores de la Asamblea Mundial de la Salud sobre la destrucción de las reservas, Namibia observó que era hora de decidir una fecha para eliminarlas efectivamente. El grupo de África propuso el 30 de junio de 2010, para dar tiempo a completar las investigaciones.
Sudáfrica y Camerún, al igual que Irán, respaldaron a Namibia. Otros países apoyaron parcialmente el plan de Namibia, como Jordania, que habló en representación de la región del Mediterráneo Oriental de la OMS y señaló que ya existen suficientes secuencias y diagnósticos y que no se precisan más investigaciones en esas áreas. Tailandia solicitó que el texto de la resolución retirara la autorización de la Asamblea para la realización de investigaciones con el virus variólico a fin de obtener secuencias genéticas, diagnósticos y vacunas, dado que esos objetivos ya se alcanzaron.
Oposición
Estados Unidos y Rusia fueron los países que más se opusieron a la propuesta africana, principalmente a un nuevo plazo para la destrucción de las reservas, aunque Estados Unidos aceptó algunas reformas en la composición del Comité Asesor y dijo estar preparado para negociar.
Islas Marshall, Canadá e Israel fueron los países más alineados con Estados Unidos, en especial en la oposición al establecimiento de un plazo para la destrucción. Por otra parte, Australia señaló que el objetivo no debía ser la investigación en sí misma. Japón también destacó el objetivo de destruir las reservas y la necesidad de que la OMS supervisara la investigación y el uso compartido de los hallazgos de las investigaciones.
Francia y Gran Bretaña sugirieron que la Asamblea estudiara el estatuto jurídico de las reservas del virus**, es decir, cuestiones de propiedad y otras.
A la discusión sobre la propiedad de las cepas subyacen cuestiones relacionadas con el control de las reservas y el acceso a los beneficios de las investigaciones realizadas con ellas. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si un miembro de la Unión Europea, u otro país, reclamara sus reservas de virus para poder realizar sus propias investigaciones? Y -relacionado con el actual debate sobre las cepas de la gripe aviar y el acceso a las vacunas-, si los beneficios de las investigaciones se pusieran a disposición de los estados miembros de la OMS y se utilizaran cepas africanas para desarrollar un medicamento antiviral, ¿África no tendría derechos sobre ese producto?
Otros países realizaron breves declaraciones. Ninguno cuestionó la necesidad de destruir las reservas del virus variólico. La mayoría se pronunció a favor de una retención temporal de las reservas, aunque no muchos fundamentaron su posición. Austria, en representación de la Unión Europea, Bulgaria, Rumania, Turquía y Bosnia-Herzegovina, expresó simplemente que la investigación debía limitarse a los parámetros aprobados por la OMS y que debía acordarse por consenso una fecha de destrucción. Brasil parecía tener una posición similar, aunque también señaló la necesidad de reformar el Comité.
Discusiones en grupos de trabajo
Dada la falta de consenso, se formó un grupo de trabajo para discutir el proyecto de resolución. Presidido por Tailandia, el grupo se reunió por primera vez en la tarde del 26 de mayo. Aunque inicialmente logró remover algunos de los corchetes (que indican falta de acuerdo) de los párrafos del preámbulo, después las discusiones se volvieron tensas y el progreso se enlentenció a medida que el trabajo se adentraba en la parte operativa de la resolución.
En la noche del 26 de mayo se realizó una segunda reunión, y en la mañana del día 27 hubo un intento final por lograr un acuerdo, pocas horas antes de la sesión plenaria de clausura. El ámbiente en el grupo de trabajo se enrareció por momentos, según diplomáticos.
Estados Unidos se negó a considerar una nueva fecha para la destrucción de las reservas del virus, y en cambio ofreció realizar una “profunda revisión” de las investigaciones del virus variólico en 2010.
Otros países intentaron acercarse a Estados Unidos aceptando esa revisión, pero en una fecha anterior. A cambio de ceder en su exigencia de una fecha de destrucción, el grupo de África, apoyado por algunos países en desarrollo de otras regiones, trató de impulsar controles más estrictos de la OMS y la Asamblea Mundial de la Salud sobre las investigaciones.
Según fuentes diplomáticas, las propuestas incluían una evaluación anual de la Asamblea para determinar la necesidad de conservar las reservas del virus, la prohibición de los experimentos de ingeniería genética y la distribución de ADN, y más información a la Asamblea sobre las investigaciones, la propiedad y el acceso equitativo a los beneficios de las investigaciones.
Sin embargo, estas exigencias no resultaron aceptables para Estados Unidos, que también resistió los esfuerzos por levantar la autorización de la Asamblea para la conservación de las reservas del virus, para los fines ya cumplidos de obtener secuencias de ADN y desarrollar pruebas de diagnóstico y nuevas vacunas. Aunque el Comité Asesor concluyó que no existe necesidad científica de mantener las reservas para esos fines, Estados Unidos y Rusia se resisten a que la Asamblea les retire la autorización.
Estados Unidos contó con la ayuda de una intervención de último momento del director general de la OMS, Lee Jong-Wook, quien solicitó al Comité Asesor que siguiera trabajando en el asunto solo tres días antes de la inauguración de la Asamblea. Lee, quien falleció el mismo día de la inauguración, pudo de este modo haber influido en las discusiones.
No sorprendió entonces que, cuando el grupo de trabajo se abocó a discutir la propuesta de África de levantar la autorización de la Asamblea para la conservación de las reservas del virus, Estados Unidos alegara que la solicitud del director general al Comité Asesor de continuar discutiendo el asunto impedía que los estados miembros arribaran a sus propias conclusiones.
Por otra parte, se avanzó en la reforma de Comité Asesor para darle un mayor equilibrio geográfico y un espectro más amplio de especialización. El punto más discutido en esta área fue la propuesta africana de que no se permitiera integrar el órgano a científicos de los países depositarios del virus, donde se realizan las investigaciones.
África argumentó que los científicos que realizan las investigaciones no deberían juzgar la necesidad, el mérito científico ni los aspectos de seguridad de sus propias propuestas. Aunque África identificó un grave conflicto de interés en el Comité Asesor, el equipo negociador de Estados Unidos (incluido el director del Centro para el Control de Enfermedades, donde se conservan las reservas del virus) resistió la propuesta africana.
Para la noche del 26 de mayo era claro que subsistían importantes diferencias. Algunos participantes calificaron de “muy duras” las discusiones y relataron que se volvían más y más tensas a medida que se abordaban las cuestiones más importantes. Esa noche, Estados Unidos no solo chocó con África y otros países en desarrollo, sino también con países europeos. Los desacuerdos se hicieron sentir incluso fuera de la sala de reuniones, en los corredores.
Finalmente, Estados Unidos se opuso a ir más allá de su propuesta de realizar una “profunda revisión” en 2010, y se negó a aceptar cualquier limitación adicional a las investigaciones a cambio de que África abandonara su insistencia en fijar este año una nueva fecha de destrucción de las reservas.
En la mañana del 27 de mayo se realizó una reunión final del grupo de trabajo, pero cuando resultó claro que no se progresaría en las negociaciones, Tailandia (que presidía el grupo) propuso a la comisión que la Asamblea sometiera para su consideración el texto del proyecto de resolución propuesto por el grupo de trabajo a la 119ª sesión del Consejo Ejecutivo, en enero de 2007.
Vigilancia del progreso
En la sesión de clausura de la Asamblea se adoptó dicha propuesta, tras lo cual la ministra de Salud de Sudáfrica, M.E. Tshabalala-Msimang, declaró que, cuando la región de África propuso que se fijara una fecha para la destrucción del virus variólico, algunos estados miembros señalaron que las investigaciones no estarían finalizadas para la fecha prevista y que se necesitaría el virus vivo. La ministra coincidió con la necesidad de terminar las investigaciones autorizadas antes de destruir el virus vivo. “Esperamos que, una vez que las investigaciones finalicen, el virus sea destruido. Seguiremos con interés el progreso en este sentido”, agregó.
Durante las discusiones, observó, muchos estados miembros reconocieron que el uso de virus vivos en las investigaciones representaba graves riesgos para la salud pública. “Por lo tanto, es esencial asegurar que las investigaciones se realicen en un entorno completamente seguro”, exhortó. “No es raro que una investigación médica sea controlada por un panel independiente para asegurar que la metodología y las prácticas de laboratorio sean apropiadas, dado el riesgo que el virus representa para la salud pública. Las comisiones de ética son un ejemplo que viene al caso. En conclusión, la supervisión y los requisitos de transparencia suelen ser la norma en los proyectos de investigación”, señaló la ministra.
“Inicialmente, el grupo de África propuso como fecha de destrucción el 30 de junio de 2010. Después de considerar las opiniones de diferentes delegaciones, estábamos dispuestos a aceptar, como solución de compromiso, una serie de medidas que ayudaran a esta Asamblea a lograr un consenso sobre la fecha de destrucción del virus variólico. Estas medidas incluían una revisión profunda de las investigaciones terminadas, las iniciadas y las planificadas en los dos lugares oficiales de almacenamiento, así como la presentación de un informe detallado de esa revisión y de los resultados de las investigaciones a la Asamblea Mundial de la Salud”, agregó.
“Lamentablemente, tenemos que informar que, pese a los esfuerzos del grupo de África para introducir requisitos razonables de control y transparencia, no pudimos lograr el consenso. Confiamos en que todos los miembros mantengan su compromiso con el objetivo de la destrucción final de las reservas del virus variólico, conforme a decisiones anteriores de esta Asamblea”, declaró la ministra sudafricana.
Sudáfrica expresó su deseo de que la resolución fuera aprobada por consenso y señaló que para ese fin debería darse tiempo suficiente para que las delegaciones realizaran las consultas necesarias y obtuvieran mandatos de sus gobiernos. En este espíritu, apoyó la decisión de derivar el proyecto de resolución en su totalidad a la 119ª sesión del Consejo Ejecutivo, en enero de 2007.
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* Aunque el último caso natural de viruela ocurrió en 1977, año en que la enfermedad se declaró erradicada, Estados Unidos y Rusia aún conservan reservas del virus vivo, con el consentimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, expertos en salud y bioseguridad creen que esa retención representa graves riesgos de salud pública y podría conducir a la creación de armas biológicas. Varias resoluciones anteriores de la Asamblea Mundial de la Salud han reclamado y fijado plazos para la destrucción de las reservas, pero no se han cumplido. En la última Asamblea, Estados Unidos y Rusia volvieron a resistirse.
** Las reservas del virus fueron almacenadas en laboratorios de Estados Unidos y Rusia en los años setenta y ochenta. Varios países europeos enviaron reservas del virus variólico a los depósitos de la OMS. Los cientos de cepas que mantienen Estados Unidos y Rusia incluyen variedades procedentes de casi todas las regiones del mundo. Por lo tanto, caben muy diversas reclamaciones.
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Edward Hammond es director del Sunshine Project, una organización estadounidense de investigación especializada en asuntos de bioseguridad.
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