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   Nº 167 setiembre-octubre 2006
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Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales


Nº 167 setiembre-octubre 2006

El futuro del FSC en juego

Proceso de revisión de certificación de plantaciones

En materia de certificación de plantaciones, el Consejo de Manejo Forestal (FSC) ha llegado a una encrucijada en la que se juega nada menos que su credibilidad. El proceso interno de revisión de la certificación de plantaciones ya está bastante avanzado y en setiembre de este año el Grupo de Trabajo conformado a tales efectos planteará sus recomendaciones.
En ese sentido, interesa destacar que hay varios aspectos preocupantes en ese proceso. Por un lado, que desde que se inició, el FSC ha seguido certificando grandes extensiones de plantaciones. En 2002, cuando la Asamblea decidió iniciar el proceso, había 3,3 millones de hectáreas certificadas. En 2004, cuando finalmente se instrumentó el proceso de revisión, había pasado a 4,9 millones y hoy ha alcanzado la cifra de 7,4 millones de hectáreas. Pese a que el WRM y otras organizaciones solicitaron formalmente una moratoria a la certificación de plantaciones hasta tanto no culminara el proceso de revisión (ver: www.wrm.org.uy/actores/FSC/moratoria.html), el pedido no fue aceptado.
Más preocupante aún es el hecho de que se esté hablando de eliminar totalmente el Principio 10 (que se refiere expresamente a plantaciones). Durante años hemos estado señalando las graves carencias de dicho principio -que permite certificar prácticamente cualquier plantación- apuntando a su mejoramiento sustancial (ver: www.wrm.org.uy/actores/FSC/principio10.html). Pretender –como ahora se pretende– que eliminarlo sería la solución resulta insólito. Por otro lado, ello llevaría a una mayor confusión conceptual, ya que definitivamente el FSC pasaría a considerar a bosques y plantaciones como sinónimos.
Cabe además señalar que en el actual proceso de revisión no se está analizando un tema muy importante: el de los intereses creados de las empresas certificadoras, cuyas ganancias dependen más de la cantidad de hectáreas certificadas que de la calidad de la certificación que llevan a cabo.
Como evidencia de lo anterior resulta ilustrativa la reacción del FSC y de las empresas certificadoras ante la publicación de una investigación del WRM sobre cuatro plantaciones certificadas en Uruguay (ver: www.wrm.org.uy/paises/Uruguay/libro.pdf). La respuesta de Smartwood no solo falsea la realidad, sino que además no responde a las críticas hechas en el informe (ver en inglés: www.wrm.org.uy/actors/FSC/fymnsa_clarifications.pdf). La otra empresa involucrada (SGS) elabora una respuesta, que entrega al FSC, pero no la hace pública. En base a la respuesta de las partes involucradas en la denuncia y sin contactar ni al WRM ni al autor del estudio, ni iniciar una investigación interna, el director de FSC Internacional, Heiko Liedeker, desestima públicamente el informe en una declaración con fecha 14 de julio de este año titulada “El FSC garantiza tranquilidad de espíritu a los consumidores” (FSC guarantees peace of mind to consumers –disponible en inglés en la siguiente dirección: www.wrm.org.uy/actors/FSC/Peace_mind.pdf). Como autores del informe, les podemos garantizar que ninguna de esas plantaciones debería estar certificada.
También resulta preocupante el intento de reinterpretar criterios existentes –que en los hechos no se cumplen- como forma de adecuar los criterios a las plantaciones y no las plantaciones a los criterios. De hecho, si el cumplimiento estricto de todos los principios y criterios del FSC fuera una exigencia para la certificación de plantaciones, ningún monocultivo de árboles a gran escala podría recibir el sello del FSC. Sin embargo, gracias a la “flexibilidad” de las certificadoras, logran obtenerlo en la mayoría de los casos.
Por otro lado, ni el FSC ni el Grupo de Trabajo parecen tomar seriamente en cuenta la evidencia documentada sobre el impacto de las plantaciones en general y de las certificadas en particular. Sin embargo, abunda la evidencia que muestra el impacto acumulado de plantaciones, en particular sobre flora, fauna, agua y sociedad, que muestra la necesidad de tomar en cuenta el impacto conjunto de todas las plantaciones en una región y no solo de una en particular.
Por supuesto que no nos corresponde a nosotros decirle al Grupo de Trabajo lo que debe hacer. Pero sí podemos pedirle que el resultado de su trabajo sirva para asegurar el cumplimiento del mandato expreso del FSC en cuanto a que todas las operaciones certificadas (sean bosques o plantaciones) sean “socialmente beneficiosas, ambientalmente adecuadas y económicamente viables”. Dado que muchas de las plantaciones actualmente certificadas no cumplen con uno, dos o todos esos tres elementos, correspondería que sus recomendaciones incluyeran: * la inmediata de-certificación de las plantaciones más cuestionadas, cuyos impactos sociales y ambientales hayan sido suficientemente documentados; * el inmediato inicio de una investigación independiente acerca de todas las demás plantaciones cuestionadas; * la implementación de una moratoria a nuevas certificaciones de grandes plantaciones hasta que se estudie seriamente si este tipo de monocultivos a gran escala puede o no cumplir con los tres elementos del mandato del FSC.
Es bien conocida la posición del WRM en cuanto a la certificación de plantaciones por el FSC y nuestra oposición a la expansión de monocultivos de árboles en general. Pero lo que nos importa en el actual proceso de revisión es que se introduzcan cambios profundos que eviten que –sin quererlo- el FSC siga debilitando las luchas locales contra empresas que impactan sobre el ambiente y los medios de vida de las comunidades locales. No nos preocupan las definiciones. Nos preocupa la gente y su ambiente.
Si de este proceso no resultan exigencias mucho mayores para certificar plantaciones, entonces no habrá servido de nada. Sería una derrota para el propio FSC, ya que aceleraría la pérdida de apoyo a nivel de las organizaciones sociales y ambientales que le aseguran su credibilidad. El caso de España, donde hay organizaciones haciendo campaña para convencer a las demás a retirarse del FSC debería ser tomado seriamente en cuenta.
En definitiva, el Grupo de Trabajo tiene en estos momentos una enorme responsabilidad. Puede optar por “cambiar algo para que nada cambie” o introducir cambios profundos a la política hasta ahora vigente. De la opción que elija dependerá la credibilidad futura de la organización.

Plantaciones certificadas en Uruguay: ¿puede el FSC garantizar tranquilidad de espíritu a los consumidores?*

En marzo de 2006 el WRM publicó Maquillaje verde. Análisis crítico de la certificación de monocultivos de árboles en Uruguay por el FSC (véase: www.wrm.org.uy/paises/Uruguay/libro.html). Este informe concierne a las cuatro principales empresas con plantaciones certificadas e incluye una crítica muy detallada de los informes de las empresas certificadoras que se complementa con entrevistas a trabajadores y gente de las comunidades locales de las zonas vecinas a las plantaciones. La conclusión es que ninguna de estas plantaciones cumple el mandato del FSC, pues no están manejadas de modo “ambientalmente apropiado, socialmente benéfico y económicamente viable”.
Las dos empresas certificadoras involucradas (SGS y Smartwood) reaccionaron al informe enviando su respuesta al FSC. Basándose en esas “pruebas” el FSC difundió una declaración titulada “El FSC garantiza tranquilidad de espíritu a los consumidores” (véase en inglés en: www.wrm.org.uy/actores/FSC/Peace_mind.pdf). Allí se cita a Heiko Liedeker, director de FSC Internacional, quien declara: “Al leer los informes de las empresas certificadoras se ve que en el documento del WRM hay información que se funda en equívocos o en algunos casos se presenta fuera de contexto”. Y termina prometiendo: “Los consumidores pueden contar con el sistema del FSC como garantía de buen manejo forestal”.
Creemos honestamente que al actuar de esta forma el FSC se pierde una buena oportunidad de cambio, especialmente en el contexto de la revisión de la certificación de plantaciones en la que la organización está hoy trabajando. El informe del WRM no “se funda en equívocos” en modo alguno, ni presenta nada “fuera de contexto”; se basa en los hechos.
Desgraciadamente, por mucho que quisiéramos no podemos comentar la respuesta de SGS por la sencilla razón de que el documento presentado ante el FSC no está disponible para el público. Podemos sin embargo comentar la de Smartwood (disponible en inglés en: www.wrm.org.uy/actors/FSC/fymnsa_clarifications.pdf), que expresa: “Las conclusiones del informe del WRM relativas a la interacción entre partes interesadas no concuerdan en numerosos puntos con los registros o la información que posee SW”.
A este respecto, Smartwood brinda la siguiente información: “El informe del WRM declara que el dirigente de un sindicato local (José Bautista) indicó a SW sus opiniones respecto de la certificación de FYMNSA y SW las ignoró (‘lo que dije a SmartWood sobre la certificación de FYMNSA no lo tuvieron en cuenta para nada’ y que ‘luego que vino SmartWood a los pocos días había un gran cartel de la certificadora en las oficinas de la empresa’). Queremos aclarar lo siguiente: SOIMANORPA, que Bautista dirige, se fundó en 2003. Bautista nunca fue entrevistado durante la evaluación inicial de FYMNSA simplemente porque esta organización no existía en aquel momento. Se lo entrevistó después, durante la evaluación de otra operación, Villa Luz, donde se reunió con los auditores de SW Jacques Boutmy y Rolyn Medina. En esa reunión indicó que en su opinión el WRM no estaba actualizado respecto de la realidad social o laboral de las operaciones en el propio campo. Indicó también que FYMNSA era [una empresa] líder en permitir al sindicato la interacción con los trabajadores de FYMNSA y que su sindicato mantiene una comunicación constante y muy abierta con FYMNSA”.
Esa es la versión de Smartwood, que aparentemente Heiko Liedeker considera verdadera. El día jueves 20 de julio de 2006 me comuniqué con Bautista y le pregunté si estaba de acuerdo con lo que planteaba Smartwood. Su respuesta fue: “Es todo falso”. Bautista es un hombre muy organizado y lleva un registro de todo lo que hace. Por lo tanto pudo rastrear la mencionada reunión con Jacques Boutmy y Rolyn Medina ¡y descubrió que ésta se llevó a cabo el 20 de octubre de 2004, mucho antes de que al WRM siquiera se le ocurriera hacer esta investigación! Le pregunté más específicamente si en su opinión “FYMNSA era líder en permitir al sindicato la interacción con los trabajadores de FYMNSA”. Una vez más, Bautista respondió: “Es falso”. Con relación a la afirmación de SW de que “su sindicato mantiene una comunicación constante y muy abierta con FYMNSA” Bautista explicó que si bien la compañía recibe al sindicato, se trata tan sólo de una mera formalidad. Y añadió: “hace tres días me entrevistaron en Rivera [capital del departamento donde FYMNSA tiene su sede] el Canal 6 de televisión y cuatro radios locales y dije que la empresa estaba violando las normas laborales y que nunca tendría que haber sido certificada. Quizás sea por eso que SmartWood reaccionó así”.
En su informe ante el FSC, Smartwood añade: “Ahora FYMNSA contrató un auditor laboral externo para garantizar el cumplimiento de las leyes, reglamentos y procedimientos laborales para todo el personal y los contratistas. Este auditor envía a FYMNSA informes mensuales sobre estos temas, incluidas las solicitudes de acción correctiva (CARs)”.
También le pregunté acerca de esto a Bautista, que me respondió: “De eso no sé nada”. Podría suponerse que el dirigente sindical con quien aparentemente FYMNSA mantiene tan buena comunicación sería la primera persona a quien se informaría de tan buenas noticias. Desgraciadamente, no es el caso.
Peor todavía, Bautista me explicó en detalle la muy conflictiva situación actual resultante de la violación de normas laborales por parte de la empresa y me envió un resumen escrito con los principales puntos del conflicto (véase: www.wrm.org.uy/paises/Uruguay/Carta_Batista.html). Contrariamente a lo que la respuesta de Smartwood parece implicar, el documento termina declarando que “El diálogo con el Sindicato existe pero a través de él no se ha conseguido revertir los incumplimientos laborales de FYMNSA ni el respeto a la organización sindical y al trabajador”.
Incluso sin tomar en cuenta todos los demás impactos ambientales y sociales detallados en el informe del WRM, lo anterior alcanza para enfatizar que en ese caso, donde hay una violación de derechos laborales, el FSC no puede tener la pretensión de creer que puede “garantizar la tranquilidad de espíritu de los consumidores”.

--------------------- * Por Ricardo Carrere, autor del informe mencionado en este artículo.






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