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Tema de tapa


Nº 166 - julio/agosto 2006

Continúan violaciones de Israel a los derechos humanos

por Kanaga Raja

Un nuevo informe del relator especial de la ONU puso de relieve la continuación de las violaciones de Israel a los derechos humanos y la creciente crisis humanitaria en los territorios palestinos.

El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos, John Dugard, manifestó preocupación por las continuadas violaciones a los derechos humanos y la ley humanitaria por parte de Israel en los territorios palestinos ocupados. El experto planteó estas preocupaciones en un informe (E/CN.4/2006/29) al 62º período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. El informe iba a ser considerado por la organización sucesora de la Comisión, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en su primera sesión, en junio. La Comisión finalizó su trabajo en el 62º período de sesiones, el 27 de marzo.
Aunque Dugard consideró un paso importante la evacuación de colonos y el retiro de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de la franja de Gaza, destacó que ese repliegue no significa que la ocupación del territorio haya llegado a su fin. Israel todavía retiene el control del territorio mediante la vigilancia aeroespacial, territorial, marítima y de las fronteras externas, señaló. Además, continúa ejerciendo el control militar mediante explosiones sónicas que, según Dugard, aterrorizan y traumatizan a la población y constituyen una forma de castigo colectivo, además de los reiterados ataques aéreos en el territorio, dirigidos contra milicianos seleccionados.
En los tres meses siguientes al retiro de Israel de Gaza, quince palestinos fueron asesinados selectivamente, dieciocho civiles resultaron muertos y ochenta y uno heridos, como respuesta a los cohetes Qassam lanzados desde Gaza.
Mientras, Israel continúa con la construcción de un muro en territorio palestino, en desafío al dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 2004. Además, siguen creciendo los asentamientos, en particular en la “zona cerrada” entre la Línea Verde y el muro, que actualmente alberga a setenta y seis por ciento de la población de colonos en Cisjordania. La Línea Verde es la frontera entre Israel y Cisjordania.
El experto también dijo que Jerusalén oriental está experimentando grandes cambios como resultado de la construcción del muro a través de barrios palestinos. El claro propósito del muro en el área de Jerusalén es reducir la cantidad de palestinos en la ciudad, mediante su transferencia a Cisjordania. Esto provoca grandes problemas humanitarios, como ser la separación de familias y la privación del acceso a hospitales, a escuelas y al trabajo.
Aunque Israel abandonó su plan de construir un muro a través del valle del Jordán, sus políticas en la región fueron diseñadas para desplazar a los palestinos de la zona, señaló Dugard, y agregó que los asentamientos judíos están en expansión y que se están confiscando tierras palestinas, además de destruir casas, negar el acceso a no residentes del valle del Jordán y limitar el acceso al agua y la energía eléctrica. “Otras violaciones a los derechos humanos continúan”, dijo, y señaló que todavía hay unos nueve mil prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
El relator especial visitó los territorios palestinos ocupados del 3 al 9 de diciembre de 2005. Estuvo en Gaza un solo día, dado que la actual situación de seguridad no permite pernoctar a los visitantes. También se reunió con ministros del gabinete palestino, otros interlocutores palestinos, funcionarios de la ONU y ONGs palestinas e israelíes en Jerusalén y Ramala. Asimismo, visitó Hebrón, Belén y otras áreas.
El funcionario observó que, desde su último viaje a los territorios palestinos ocupados en junio de 2005, hubo algunos cambios importantes, dado que Israel retiró exitosamente a sus fuerzas y sus colonos de Gaza en agosto y setiembre, “poniendo fin así a la colonización de Gaza”.
Subrayó además otros hechos positivos, por ejemplo que, si bien continúan las incursiones violentas de las Fuerzas de Defensa de Israel en territorios palestinos ocupados y milicianos suicidas lograron en alguna ocasión penetrar en Israel con resultados devastadores, la cantidad de víctimas fatales y heridos en ambos bandos ha disminuido considerablemente. Además, las Fuerzas de Defensa de Israel mantienen su decisión de no realizar demoliciones punitivas de viviendas, y la Alta Corte de Justicia de Israel pronunció dictámenes que han reducido el sufrimiento del pueblo palestino.
Uno de esos dictámenes, dijo Dugard, prohibió a las Fuerzas de Defensa de Israel utilizar a los palestinos como escudos humanos de los soldados en sus incursiones en aldeas palestinas, y otro dictamen consideró ilegal una sección del muro, cerca del asentamiento de Alfei Menashe, con el argumento de que causa un sufrimiento desproporcionado al pueblo palestino.
Sin embargo, estos hechos positivos son contrarrestados por el desorden prevaleciente en Gaza y la incertidumbre relacionada con el pasaje de bienes y personas hacia dentro y fuera del territorio, la continuación de la construcción del muro y la expansión de los asentamientos, la “despalestinización” de Jerusalén, la violencia de los colonos y las Fuerzas de Defensa de Israel, el mantenimiento de los prisioneros palestinos, la restricción al libre movimiento mediante los puestos de control, las demoliciones de viviendas dirigidas a limitar la expansión de localidades y aldeas, la pobreza y el desempleo causados por la ocupación, el surgimiento de nuevos desplazados internos como resultado de la confiscación de tierras para la construcción del muro, y las restricciones a la educación y a los servicios médicos mediante los puestos de control y el muro.
Israel aún debe hacer mucho antes de poder afirmar que cumple con sus obligaciones mínimas en el área de los derechos humanos y la ley humanitaria, concluyó el experto.

El muro de la injusticia

En cuanto al muro de separación, Dugard señaló que el 20 de febrero de 2005, el gobierno de Israel realizó una modificación marginal al trazado del muro previsto originalmente. De acuerdo con esto, el muro, una vez terminado, tendrá una longitud de 670 kilómetros, frente a los 622 establecidos en el plan anterior. El nuevo trazado recorre 145 kilómetros de la Línea Verde, mientras que el anterior recorría cuarenta y ocho.
Según el experto en derechos humanos, el muro penetrará más profundamente en territorio palestino, más al norte, y abarcará asentamientos en el bloque de Gush Etzion, cerca de Belén, que alberga a 50.000 colonos. También se decidió incluir los asentamientos de Ma’aleh Adumim y Ariel del lado israelí del muro. Como resultado, cerca de diez por ciento del territorio palestino quedará del lado de Israel (la ruta anterior anexaba 12,7 por ciento de Cisjordania).
El muro dejará del lado israelí a 170.000 colonos (sin contar unos 190.000 en Jerusalén oriental), que constituyen setenta y seis por ciento de la población de colonos de Cisjordania, y a 49.000 palestinos (sin contar más de 200.000 que viven en Jerusalén oriental). Dugard reiteró su opinión de que varias secciones del muro parecen haber sido construidas por razones no relacionadas con la seguridad. “Ha llegado el tiempo de aceptar que, aunque el muro puede servir a un propósito legítimo de seguridad cuando sigue la Línea Verde, sirve a otros objetivos cuando se adentra en territorio palestino, es decir expansión territorial y protección de los asentamientos”.
El experto subrayó que los asentamientos judíos en Cisjordania son ilegales porque violan el párrafo 6 del artículo 49 de la cuarta Convención de Ginebra, y su ilegalidad fue ratificada por la Corte Internacional de Justicia en su dictamen sobre el muro.
La mayoría de las colonias y los colonos de Cisjordania quedarán del lado israelí del muro. A fines de setiembre de 2005, los colonos de Cisjordania sumaban 242.700, frente a 235.100 a fines de diciembre de 2004.
La construcción del muro, la “despalestinización” de la zona encerrada y la expansión y construcción de asentamientos en esa zona dejan claro que el muro está diseñado para convertirse en la frontera del Estado de Israel y que la tierra comprendida en la zona encerrada será anexada, dijo Dugard.
También señaló que la violencia de los colonos sigue siendo un problema grave. Los procesamientos de colonos son raros y parece que pueden aterrorizar a los palestinos y destruir sus árboles y cultivos impunemente. En el curso de 2005 fueron destruidos novecientos olivos en la aldea cisjordana de Salem, cerca de Naplusa. En las colinas del sur de Hebrón, visitadas por el relator especial en junio de 2005, se aterroriza a niños en su camino a la escuela, se han envenenado pozos, campos y ovejas, y se han robado muchas cabras y ovejas.
Dugard también afirmó que Israel realizó cambios mayores a Jerusalén, esencialmente destinados a reducir la cantidad de palestinos y aumentar la población judía de la ciudad, para debilitar la reivindicación palestina de Jerusalén oriental como capital de un futuro Estado palestino independiente. En Jerusalén oriental, ocupada por Israel, viven unos 190.000 colonos judíos. Sin embargo, existen planes para incrementar la cantidad de colonos y extender los asentamientos de modo que rodeen a Jerusalén y reduzcan a Cisjordania a la mitad.
A la vez, dijo Dugard, existen planes para reducir la población palestina de Jerusalén oriental, actualmente cercana a 230.000, mediante una serie de estrategias. En primer lugar, mediante demoliciones de casas. Hubo un abrupto aumento de demoliciones en 2004, cuando se destruyeron 152 viviendas en Jerusalén oriental. En segundo lugar, mediante el trazado del muro por el oeste de barrios que antes formaban parte de Jerusalén oriental. En tercer lugar, mediante la transferencia de barrios que antes formaban parte de esa ciudad a Cisjordania, con la ayuda del muro.
Con respecto a las violaciones a los derechos humanos por parte de Israel, Dugard señaló que todavía hay más de nueve mil prisioneros en cárceles israelíes, entre ellos trescientos menores de edad. Más de seiscientos de ellos se encuentran en detención administrativa, es decir, sin juicio. Mientras, los puestos de control y cierres de frontera en Cisjordania continúan obstaculizando gravemente la libertad de movimiento. Aunque la cantidad de obstáculos fronterizos disminuyó sustancialmente en el curso del año pasado (de 605 en febrero a 376 en agosto de 2005), esto fue contrarrestado por la cantidad de “puestos de control volantes”, es decir, formados por soldados establecidos al azar y temporalmente en alguna sección de un camino. Se estima que cada mes se establecen más de cuatrocientos de estos puestos de control.

Pobreza

El informe del experto en derechos humanos también destacó la crisis humanitaria en los territorios palestinos ocupados, resultante de la ocupación y la construcción del muro. El territorio tiene una población de 3,8 millones (2,4 millones en Cisjordania y 1,4 millones en la franja de Gaza). Cerca de cuarenta y dos por ciento de la población (1,6 millones) son refugiados registrados. La población aumenta naturalmente 3,5 por ciento al año.
El desempleo llegó a veintiocho por ciento (treinta y cinco por ciento en Gaza y veinticinco por ciento en Cisjordania) en 2005. La pérdida de acceso al trabajo en Israel es una de las principales causas de desempleo. Cerca de la mitad de la población (1,8 millones de habitantes) vive por debajo de la línea oficial de pobreza, de 2,1 dólares al día. La pobreza de subsistencia, es decir, la incapacidad de satisfacer las necesidades básicas de supervivencia, se estima en dieciséis por ciento. La pobreza es mucho mayor en Gaza (sesenta y cinco por ciento) que en Cisjordania (treinta y ocho por ciento).
La pobreza es resultado del creciente desempleo, los cierres de frontera, el muro, la pérdida de propiedades causada por las demoliciones de viviendas y las confiscaciones y la nivelación de tierras, según Dugard. Los ingresos agrícolas cayeron considerablemente como resultado de la destrucción de zonas agrícolas y el aislamiento de tierras y pozos del otro lado del muro. Los cierres han limitado el acceso a servicios de salud y educación.
Actualmente, el llamado “Cuarteto”, integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU, tiene la mayor responsabilidad por la resolución del conflicto entre Israel y Palestina, dice el informe.
La base de las negociaciones sigue siendo la hoja de ruta de 2003, que según Dugard está totalmente desactualizada, dado que preveía el fin del conflicto para fines de 2005.
Por lo tanto, la hoja de ruta debe revisarse y tomar en consideración la realidad actual y el dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 2004. Es esencial que el Cuarteto tome más en cuenta consideraciones de derechos humanos y el dictamen de la Corte en el manejo de las negociaciones. Bajo las circunstancias actuales, el relator especial dijo que no puede hacer más que alertar a la Comisión y a la ONU de la grave situación en los territorios palestinos ocupados, resultante de la violación continuada de los derechos humanos y la ley humanitaria, y apelar a la Comisión y a la ONU para que amplíen la protección al pueblo palestino.

----------- Kanaga Raja es investigador de la Red del Tercer Mundo.

Este artículo se publicó por primera vez en South-North Development Monitor (SUNS) el 10 de marzo de 2006.






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