No. 131/132 - Setiembre/Octubre 2002
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible
Eliminada prioridad de la OMC sobre sistema de la ONU
por
Martin Khor
Una de las batallas más dramáticas que se libraron durante las negociaciones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, celebrada en Johannesburgo del 26 de agosto al 4 de setiembre de 2002, tuvo por tema la relación entre la Organización Mundial de Comercio (OMC) y otros acuerdos e instituciones internacionales.
Cuando surgen conflictos entre las normas y principios de la OMC y cualquier otra organización, especialmente las que pertenecen al sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ¿habría que tratar de resolverlos examinando los méritos de cada una en pie de igualdad o, por el contrario, habría que darle prioridad a la OMC?
Esta pregunta dio lugar a encendidas discusiones dentro y fuera de las salas de negociación durante los últimos días de la Cumbre, debido a la existencia de algunos párrafos conflictivos que figuran en los textos de negociación y que tratan sobre los "medios de aplicación" del Plan de Aplicación de dicha Cumbre.
En un borrador sobre comercio, fechado el 29 de agosto, la introducción al párrafo 19 establece lo siguiente: "Continuar fortaleciendo la complementariedad entre comercio, ambiente, desarrollo y obligaciones, con la intención de lograr un desarrollo sustentable, mediante acciones en todos los niveles".
Luego de la introducción, hay varios párrafos sobre cuatro subtemas, como la necesidad de reformar el sistema de subsidios que tienen efectos ambientales negativos; fomentar la cooperación entre las secretarías de la OMC, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en las áreas de comercio, ambiente y desarrollo; y realizar evaluaciones sobre el impacto ambiental para entender los vínculos entre comercio, ambiente y desarrollo.
Las ONG que trabajan en los temas de comercio y ambiente presionaron a varias delegaciones gubernamentales para que borraran las palabras "de conformidad con los derechos y obligaciones de la OMC", argumentando que esto otorga ventajas indebidas a las normas del organismo comercial frente a los objetivos y previsiones de otros acuerdos, como el Convenio sobre Diversidad Biológica.
Sin embargo, el 31 de agosto se redactó otra versión de lo que se llamó el "texto de compromiso", y las palabras "garantizando la conformidad con la OMC" fueron remplazadas por "de un modo que resulte conforme con los derechos y obligaciones de la OMC". La nueva expresión se mantuvo en un borrador elaborado el 1 de setiembre. La mayoría supone que el "texto de compromiso" fue redactado por el ministro de Economía de Sudáfrica, Alec Erwin.
Al principio, las negociaciones quedaron confinadas a un grupo pequeño de países, entre los cuales estaban la Unión Europea, el Grupo de los 77 (G-77) y China -en el cual Brasil, India, Malasia y Venezuela tenían un papel muy importante-, Australia -que estaba a favor del texto sobre conformidad con la OMC-, Estados Unidos y Noruega, que se oponía a la conformidad con la OMC. Se pidió que las principales delegaciones tomaran el texto completo sobre comercio como un paquete, sin cambiarle nada.
En la tarde y la noche del 1 de setiembre, un número cada vez mayor de ONGs presionó a los países del G-77 y de Europa para que borraran la frase "en conformidad con la OMC". Entre dichas ONG estaban la Red del Tercer Mundo, Amigos de la Tierra, la Norwegian Network on Environment and Development, ANPED-Northern Alliance for Sustainability y Greenpeace.
El argumento fue que "garantizar la conformidad con la OMC" inclinaría la balanza de toda discusión o negociación futura sobre la relación entre comercio, ambiente y desarrollo, a favor de las normas de la OMC. Esto pondría en peligro a los acuerdos, resoluciones y declaraciones multilaterales sobre el ambiente, así como a cualquier acuerdo surgido de otras agencias, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, así como las reuniones y conferencias de la propia Asamblea General de la ONU.
La mención de "comercio, ambiente y desarrollo" empeoró las cosas, ya que no sólo los temas de ambiente y las medidas propuestas quedarían sometidos a las pruebas de coherencia de la OMC, sino también las normas sobre comercio y desarrollo, incluso la salud y otros temas sociales, económicos y de derechos humanos.
Por ejemplo, existe un conflicto muy conocido entre los objetivos y las cláusulas del Convenio sobre Diversidad Biológica –en especial en lo referido a la soberanía nacional sobre los recursos biológicos, el acceso a los mismos y la distribución de los beneficios, el conocimiento tradicional, y el derecho de los pueblos indígenas y las comunidades locales- y los propósitos del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS) de la OMC, que ordena dar trato nacional a las patentes obligatorias para ciertos tipos de recursos biológicos y cuyos criterios y procedimientos favorecen a los actores privados, las instituciones y las empresas que piden patentes, además de ser contrarios a las innovaciones de las comunidades locales, que son de naturaleza intergeneracional, acumulativa y colectiva.
Las contradicciones entre ambos acuerdos, así como los esfuerzos por volverlos "armoniosos" entre sí, se discuten tanto en la OMC como en el Convenio. Varios países en desarrollo han argumentado que la contradicción se podría resolver aclarando o enmendando el Acuerdo sobre TRIPS para atender los objetivos del Convenio. Pero los principales países industrializados se resisten a hacerlo, porque prefieren dejar las cosas como están o porque preferirían resolver el conflicto a favor del Acuerdo sobre TRIPS.
La expresión "manteniendo la conformidad con la OMC", aplicada a mejorar la complementariedad del comercio, el ambiente y el desarrollo, es una clara indicación de la Cumbre de que habría que darle mayor importancia a la OMC que a otras agencias, acuerdos y declaraciones.
Las ONG también señalaron que la OMS y su Asamblea Mundial de la Salud han apoyado activamente la entrega de licencias obligatorias y otras medidas para evitar las patentes en el caso de medicamentos de primera necesidad, a fin de volverlos accesibles para los enfermos. En los últimos años, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también ha criticado varios aspectos de la globalización, incluidos los acuerdos de la OMC sobre propiedad intelectual, agricultura y servicios. En el área de comercio y desarrollo, la UNCTAD -sobre todo en su Informe sobre Comercio y Desarrollo- ha criticado varios aspectos de las normas y principios de la OMC que limitan a los países en desarrollo.
Si en el intento por ser "complementarias y apoyarse mutuamente", las agencias de la ONU y los acuerdos multilaterales sobre el ambiente debían ceder para garantizar la conformidad con la OMC, habría que modificar todos los objetivos y medidas relativas al ambiente, el comercio, el desarrollo y los derechos humanos y sociales para que se ajustaran al marco de la OMC, lo cual los distorsionaría. Por ejemplo, en los casos mencionados de conflicto entre las metas y las agencias, el Convenio sobre Diversidad Biológica, la OMS y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se verían sometidos a una presión mucho mayor que antes por parte de los países industrializados de modo de ceder a favor de la OMC, en caso de que sus reglas parecieran "no ser conformes con la OMC". Esto daría la razón a quienes sostienen que la OMC está usurpando el derecho de los países y las organizaciones a decidir sus propias políticas.
Las ONG alegaron que era aún más paradójico e inaceptable que dicho texto se adoptara en una Cumbre de la ONU. "Ya sería bastante malo que se aceptara en una conferencia ministerial de la OMC, pero sería realmente demasiado que la ONU se suicide adoptando una declaración que la deja vacía de poder y la entrega a la OMC", manifestaron.
Australia defendió claramente los términos "de conformidad con la OMC" -y se cree que contaba con el apoyo de Estados Unidos- y la Unión Europea dijo a las ONG europeas que no le importaba si se borraba la frase, pero que los países de Europa se habían comprometido a no cambiar nada del texto. Noruega fue el único país que se opuso claramente a dicha formulación.
La posición del G-77 fue compleja. Al principio, los países en desarrollo líderes en las negociaciones apoyaron la expresión "garantizar la conformidad con la OMC", porque pensaron que los protegía de las medidas comerciales unilaterales que se pudieran tomar contra sus productos por motivos ambientales. Pero luego se dijo que la OMC ya tenía reglas adecuadas para ese asunto y que si el objetivo era ese, se podría haber expresado mejor, diciendo por ejemplo: "garantizar que no se utilicen medidas comerciales como pretexto para el proteccionismo". Con el uso indiscriminado de la "conformidad con la OMC", se producirían consecuencias negativas para los intereses de los países en desarrollo en otros foros.
Algunos países se mostraron interesados en la argumentación, pero expresaron su sensación de que era necesario atenerse al texto para evitar que cualquier propuesta de cambio desbaratara toda la sección y abriera la puerta a que se retomaran temas como el de las normas laborales, que ya habían sido rechazadas.
Cerca de 50 de las ONG que estaban presentes en la Cumbre hicieron una protesta silenciosa fuera de la sala de negociaciones, portando pequeños carteles en los que se pedía la eliminación de la expresión "de conformidad con la OMC". Su fuerte inquietud se hizo sentir.
Las negociaciones se llevaron a cabo en una sala pequeña, y por lo tanto repleta, a la cual sólo se permitía entrar a los ministros con dos ayudantes cada uno. Hubo escenas increíbles e indignas en la puerta, ya que los guardias de seguridad prohibían la entrada de varios delegados gubernamentales que, de todos modos, empujaban para entrar, mientras a su vez eran empujados hacia fuera por los guardias. Las ONG no tenían permiso para entrar, a diferencia de los días anteriores, cuando se les permitió presenciar las negociaciones.
Por qué no se pudo conseguir un local más grande, tal como había ocurrido en reuniones anteriores, es un misterio. Muchas delegaciones y ONGs estaban disgustadas por lo que tomaron como un intento de limitar su participación y compararon esa actitud con los tejes y manejes de las conferencias ministeriales de la OMC.
Tarde en la noche, se produjo un avance en las negociaciones cuando dos países del Caribe anunciaron que no podían aceptar la expresión "garantizar la conformidad de la OMC". En ese momento, E. G. Tewolde, de Etiopía, pronunció un fervoroso discurso en el cual recordó que las discusiones de la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro hace 10 años, estuvieron realmente centradas en la biodiversidad, el ambiente y el derecho de los países pobres y las comunidades locales, mientras que en la actualidad, la OMC defiende los estrechos intereses comerciales de los países industrializados, que además pretenden que los mismos sean aprobados en un organismo del nivel de la propia ONU.
Etiopía es un país muy pobre y su desarrollo se basa en la biodiversidad, así como en el derecho de sus comunidades sobre dicha biodiversidad, declaró Tewolde, y sostuvo que resulta inaceptable que las políticas de los países pobres, así como las de el Convenio sobre Diversidad Biológica y otros acuerdos, deban ser "consistentes con la OMC". Tewolde advirtió también que, sobre este punto, su delegación rompería filas con el G-77. El discurso fue ovacionado con una salva de aplausos que se oyeron desde fuera de la sala.
Luego de esta larga y elocuente presentación, el representante de Venezuela habló en nombre del G-77 y sostuvo que, dada la explicación de Etiopía, el Grupo deseaba que se borrara la frase. La Unión Europea también aceptó borrar la frase y Noruega reiteró su oposición a la misma. El presidente de la reunión, el ministro de Medio Ambiente de Sudáfrica, anunció entonces que se eliminaría la expresión "garantizando la consistencia de la OMC".
El texto definitivo, tal como fue aprobado en el plenario final de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, figura como párrafo 91 en el Plan de Aplicación como sigue: "Seguir alimentando la complementariedad entre el comercio, el ambiente y el desarrollo con la intención de lograr un desarrollo sostenible en todos los niveles".
Debajo, hay cuatro subpárrafos que mencionan los propósitos de: (a) alentar a los comités sobre comercio y ambiente de la OMC a identificar y discutir los aspectos de sus negociaciones que afecten al ambiente y al desarrollo, para favorecer el desarrollo sustentable; (b) apoyar al programa de trabajo sobre subsidios de Doha a fin de promover el desarrollo sustentable y fomentar la reforma de los subsidios que tienen efectos negativos sobre el ambiente, además de ser incompatibles con el desarrollo sustentable; (c) fomentar la cooperación entre las secretarías de la OMC, la UNCTAD, el PNUD y el PNUMA, así como de otras organizaciones, en las áreas de comercio, ambiente y desarrollo; (d) fomentar el uso de evaluaciones de impacto ambiental como herramienta nacional para identificar los vínculos entre comercio, ambiente y desarrollo.
|