Nº 162 Octubre - Diciembre 2005
¡Cumplan sus promesas!*
Declaración del Milenio
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio no se cumplirán para 2015. Esa es la evaluación que hacen las organizaciones de la sociedad civil cinco años después de que fueran adoptados por la comunidad internacional de naciones.
Las promesas de la Declaración del Milenio no se cumplieron; los recursos financieros identificados por el Consenso de Monterrey no han sido generados en su totalidad. Las principales medidas referidas a la financiación para el desarrollo acordadas por los jefes de Estado y los líderes de gobierno no se implementaron cabalmente. En consecuencia, más de mil millones de personas siguen viviendo en la pobreza absoluta, las niñas no pueden asistir a la escuela, la mortalidad infantil sigue siendo elevada, las madres siguen muriendo al dar a luz, la pandemia de VIH continúa creciendo, el medio ambiente sigue siendo devastado y los problemas internacionales de comercio exterior, la deuda y la ayuda oficial al desarrollo (AOD) siguen sin resolverse.
Los recursos financieros nacionales para el desarrollo
A los países en desarrollo se les recuerda constantemente que la movilización de los recursos financieros nacionales es su responsabilidad. ¿Pero cómo podrán recaudar más impuestos cuando sus economías están estancadas y su crecimiento impedido por términos de intercambio injustos, por la fuerte carga de la deuda y por los programas de ajuste estructural?
La inversión extranjera directa
Deploramos la condicionalidad de los programas de ajuste estructural que obligan a los países que no están preparados a liberar sus mercados y sus recursos naturales a la inversión extranjera.
Los países en desarrollo exigen que los inversores extranjeros no solo ejerzan la responsabilidad empresarial, sino que sean transparentes en sus operaciones. Deberán rendir cuentas ante los países que los hospedan y cuyos recursos naturales explotan con fines de lucro.
Comercio internacional
El comercio es la fuente externa más importante de financiación para el desarrollo. Paradójicamente, los países en desarrollo y los menos adelantados siguen padeciendo términos de intercambio injustos. Como señalara incisivamente un funcionario africano: “Ustedes nos exigieron que pagáramos nuestras deudas religiosamente, y lo hicimos. Nos pidieron que reestructuráramos nuestras economías. Nuestros pueblos padecieron sufrimientos indescriptibles, pero lo hicimos. Incluso nos exigieron que cambiáramos a nuestros gobernantes, y lo hicimos. ¡Pero ustedes se niegan a comprar nuestro algodón, nuestro cacao y demás productos nuestros!”
Ayuda oficial al desarrollo
El incremento considerable de la AOD para los países en desarrollo no se ha alcanzado. Varios países ricos se niegan firmemente a cumplir el compromiso asumido hace treinta años para compartir el 0,7 por ciento de su PBN. Solicitamos a la Asamblea General de las Naciones Unidas que recuerde su promesa a los países miembros recalcitrantes.
Deuda externa
Transcurrieron dos décadas desde la última crisis mundial de la deuda. Los infantes que sobrevivieron ahora tienen veinte años. Aún llevan consigo las cicatrices de la desnutrición, la educación insuficiente y la mala salud. Se les privó trágicamente de las capacidades básicas para el desarrollo humano.
La crisis de la deuda continúa haciendo estragos en muchos países de Asia, América Latina y África. Aunque el Grupo de los Ocho (G-8) se comprometió a cancelar todas las deudas de los Países Pobres Muy Endeudados habilitados, los países descritos eufemísticamente como de “medianos ingresos” están al borde del desastre mientras luchan contra sus deudas insostenibles.
Estos países también sufrieron catástrofes naturales, pésimos términos de intercambio, derramamiento de sangre y conflictos bélicos.
Por lo tanto, exhortamos a la Asamblea General que respalde la reducción de la deuda de los países de “medianos ingresos” cuyas economías fueron devastadas por catástrofes naturales como el tsunami, y la de aquellos con altos niveles de pobreza y deuda.
La persistencia de las crisis de la deuda subraya la necesidad de reformar el sistema financiero internacional. Exigimos la transparencia y la responsabilidad de las instituciones multilaterales. Es necesario reforzar la voz y el voto de los países en desarrollo en la gobernanza de estas instituciones.
Seguimiento del Consenso de Monterrey
Igualdad de género
Asimismo exhortamos a los miembros de las Naciones Unidas a asignar recursos que fomenten la igualdad de género en sus respectivos países.
Promesas y más promesas
Los jefes de Estado y de gobierno hicieron muchas promesas durante décadas, algunas de las cuales son la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995, la Conferencia de Beijing también de 1995, la reunión del G-7 de 1999, la Cumbre del Milenio de 2000, la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de 2002, la Cumbre de Johannesburgo también de 2002 y la Cumbre del G-8 en Gleneagles este año.
Promesas y más promesas. Esta sesión de la Asamblea General no es el momento de realizar más promesas. Es hora de cumplir con las promesas de ayer y de hoy. Los pobres del mundo no pueden esperar hasta 2015. ¡Cumplan sus promesas!
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* Declaración ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en representación de la sociedad civil presentada por Leonor M. Briones, Social Watch, Grupo Facilitador Internacional sobre FpD y el Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza, el 14 de setiembre de 2005.
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