Nº 161 - Julio - Setiembre 2005
Consejo Ejecutivo de la OMS posterga decisión sobre comercio y salud
por
Martin Khor
Preocupados por los efectos de los acuerdos comerciales sobre la salud pública, un grupo de países en desarrollo presentaron un proyecto de resolución sobre comercio internacional y salud al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, el Consejo postergó la decisión sobre esa importante moción hasta enero de 2006.
El Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue escenario de una acalorada discusión sobre la necesidad de que las autoridades sanitarias tengan mayor influencia en la formulación de normas y acuerdos comerciales, bilaterales y multilaterales que afectan la salud pública. Catorce países en desarrollo presentaron al Consejo un proyecto de resolución sobre comercio internacional y salud. Después de un largo debate, el órgano postergó la decisión hasta su próxima reunión, en enero de 2006, para decepción de Tailandia y Bolivia, los principales patrocinadores de la resolución.
Las discusiones del 26 y 27 de mayo en la reunión del Consejo Ejecutivo, realizadas apenas terminada la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, tuvieron lugar en un marco de creciente preocupación en los últimos años acerca de los efectos en la salud pública de los tratados comerciales, en particular del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS) y del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS) de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Asimismo, los capítulos sobre propiedad intelectual en los acuerdos de libre comercio más recientes, bilaterales y regionales, provocaron protestas de grupos de ciudadanos, en particular de aquellos que representan a pacientes de VIH/sida y otras enfermedades. Esos grupos creen que las disposiciones de esos tratados limitan la capacidad de sus gobiernos para utilizar los mecanismos de flexibilidad del Acuerdo sobre TRIPS, por ejemplo las licencias obligatorias, que permiten el suministro de medicamentos genéricos, más baratos que los de marca.
Tailandia presentó el 27 de mayo la moción sobre “Comercio internacional y salud”, en representación también de Benín, Bhután, Bolivia Brasil, Canadá, China, Irak, Jamaica, Kenia, Nepal, Sudán, Tonga y Vietnam.
El proyecto destacaba la necesidad de información sobre las posibles consecuencias del comercio internacional y los acuerdos comerciales sobre la salud, a nivel nacional, regional y mundial. También resaltaba “la necesidad de que los ministros de Salud y de Comercio y Finanzas trabajen juntos, en forma constructiva, para asegurar un equilibrio adecuado de los intereses comerciales y sanitarios”.
En la parte resolutiva, el proyecto urgía a los países miembros de la OMS a:
1.1 promover el diálogo a nivel nacional para considerar la interacción entre el comercio y la salud internacional;
1.2 adoptar políticas, leyes y reglamentos que aborden los problemas identificados en ese diálogo y aprovechen las oportunidades, y mitigar los potenciales riesgos del comercio y los acuerdos comerciales para la salud;
1.3 crear relaciones constructivas e interactivas entre los sectores público y privado para generar coherencia en sus políticas comerciales y sanitarias;
1.4 continuar desarrollando capacidad a nivel nacional para rastrear y analizar los potenciales riesgos y oportunidades del comercio y los acuerdos comerciales para el funcionamiento y los resultados del sector de la salud.
Asimismo, la moción solicitaba al director general de la OMS:
2.1 brindar apoyo a los países miembros (a pedido de éstos y en colaboración con las organizaciones internacionales competentes) para articular políticas coherentes en materia de comercio y salud;
2.2 responder a las solicitudes de apoyo de los países miembros para comprender las consecuencias del comercio internacional y los acuerdos internacionales sobre la salud, y atender los problemas relacionados a través de políticas y leyes que aprovechen las oportunidades y mitiguen los riesgos que el comercio y los acuerdos comerciales pueden representar para la salud;
2.3 continuar colaborando con las organizaciones internacionales competentes en busca de una coherencia política entre el comercio y la salud a nivel regional y mundial, y promover la recopilación mundial de pruebas sobre los efectos del comercio internacional y los acuerdos comerciales sobre la salud;
2.4 informar al Consejo Ejecutivo, a través de la 61ª Asamblea Mundial de la Salud, sobre los progresos realizados para aplicar esta resolución.
Australia propuso algunos cambios de redacción al proyecto (“considerar la adopción” en lugar de “adoptar”, “impactos” por “riesgos”, etc.) tendentes a restar importancia a los riesgos del comercio y a las medidas que los gobiernos o la OMS deberían tomar para mitigar esos riesgos potenciales sobre la salud.
Por otra parte, Jamaica, Ecuador y Kenia propusieron algunos cambios mínimos en la redacción, que buscaban fortalecer el mensaje del proyecto. Ecuador rechazó las propuestas de cambio de Australia, por considerar que resultarían en un texto tan vago que no significaría nada y por lo tanto no ayudaría a la causa de la salud pública.
Canadá también manifestó preocupación por que los cambios propuestos cambiaran radicalmente el significado del texto.
Tailandia señaló la necesidad de flexibilidad, pero también consideró que los cambios propuestos debilitarían demasiado la moción. En el mismo sentido se manifestó Sudán.
El Presidente del Consejo Ejecutivo señaló que había “mucha aprensión” y propuso entonces que los miembros repensaran la moción y postergaran la resolución hasta la próxima reunión del Consejo.
Tailandia, Ecuador y Bhután manifestaron decepción y señalaron que, con un poco más de tiempo y esfuerzo, la resolución se podía aprobar en esa misma reunión.
Por otro lado, República Checa, Madagascar, Luxemburgo, Francia y Namibia prefirieron postergar la decisión. Luxemburgo señaló que el tema era muy importante y se precisaba más tiempo para determinar la redacción más adecuada. Francia también dijo que era necesario más tiempo para especificar asuntos técnicos sobre el papel de las organizaciones y los acuerdos internacionales.
A modo de conclusión, el presidente reiteró la necesidad de reconsiderar el asunto dada su importancia. Por lo tanto, propuso postergar la decisión hasta enero.
Informe de la Secretaría de la OMS
El marco para este debate se había creado el día anterior, cuando el Consejo Ejecutivo discutió un informe de la Secretaría de la OMS sobre comercio internacional y salud, en el contexto de acuerdos de la OMC relativos al comercio de servicios de salud y seguridad alimentaria.
En vista de que los efectos potenciales del comercio internacional y los acuerdos comerciales sobre la salud se hicieron más evidentes en la última década, el Consejo Ejecutivo y la Asamblea Mundial de la Salud decidieron abordar este asunto en varios contextos específicos, señala el informe y menciona resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud sobre la relación de los fármacos y las políticas de salud con los acuerdos comerciales, el uso de los mecanismos de flexibilidad del Acuerdo sobre TRIPS, la migración internacional y el Reglamento Sanitario Internacional.
El documento menciona cuatro tratados de la OMC que pueden afectar la salud pública y son de particular importancia para el trabajo de la OMS: el Acuerdo sobre TRIPS, el Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (GATS), el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias y el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio.
En cuanto a las consecuencias de la expansión comercial sobre la salud, el informe señala que la liberalización del comercio puede afectar la salud de distintas formas y, a la vez, las normas sanitarias nacionales e internacionales pueden tener importantes efectos en el comercio. El incremento del comercio de los servicios de salud desafía la capacidad de los ministerios del área para evaluar con precisión los riesgos y oportunidades relacionados con la salud de la población y responder rápidamente, dice el documento. El GATS, señala, puede aumentar la apertura del sector de la salud con sus cuatro “modos de suministro”: servicios transfronterizos (por ejemplo la telemedicina o Internet aplicada a la salud); el uso de servicios en el exterior (pacientes que viajan a otros países para recibir tratamiento médico); presencia comercial (establecimiento de servicios de salud en el país involucrado); y presencia de personas físicas (médicos y enfermeros que ejercen en el exterior).
“Se precisan estrategias informadas y basadas en pruebas para manejar cualquier esfuerzo futuro de liberalizar servicios relacionados con la salud, a fin de lograr mayor acceso a servicios eficientes y de mejor calidad, para que los consumidores tengan más opciones y haya mayor equidad en los resultados de salud”, señaló la Secretaría de la OMS. “Los países también enfrentan dificultades para cumplir con las normas de los acuerdos sobre Normas Sanitarias y Fitosanitarias y Obstáculos Técnicos al Comercio, en particular en las áreas de seguridad alimentaria, calidad de los equipos de diagnóstico y los medicamentos, y seguridad y eficacia de éstos. En estas áreas, los acuerdos crean la obligación de elaborar reglamentos basados en hechos científicos, realizar evaluaciones de riesgo y aplicar normas internacionales a través de autoridades reguladoras nacionales e independientes. (...) En general, los ministerios de Salud requieren la capacidad de ofrecer a los ministerios de Comercio y Finanzas las mejores pruebas sobre el efecto potencial del comercio y los acuerdos comerciales sobre la salud, de modo que las negociaciones bilaterales, regionales o multilaterales de comercio se realicen con base en información adecuada”.
Esta necesidad hace que la Secretaría de la OMS reciba solicitudes de orientación de países miembros y de organizaciones internacionales involucradas en el comercio respecto de normas internacionales relacionadas con bienes y servicios, posibles efectos de normas comerciales sobre la salud pública, herramientas y métodos para evaluar esos posibles efectos, e información sobre mejores prácticas en las negociaciones comerciales que puedan afectar la salud.
Algunos países procuran una estrategia más integrada que abarque todas las cuestiones relacionadas con el comercio y la salud. Una opción es establecer unidades especializadas dentro de los ministerios de salud con responsabilidad general en la materia.
El informe señala la necesidad de mayor interacción entre los creadores de políticas y los actores del comercio y la salud, para mejorar la coherencia de las políticas nacionales e internacionales. Los ministerios de Salud deben estar más informados sobre las cuestiones comerciales que estudia la OMC u otras organizaciones internacionales, y deben ayudar a otros ministerios relacionados con el comercio internacional a comprender los aspectos vinculados con la salud pública, tanto a escala nacional como internacional.
Esta interacción, agrega el documento, requiere investigaciones sobre potenciales efectos de los acuerdos y la liberalización del comercio sobre la salud.
Discusiones
En la discusión del informe, Tailandia felicitó a la Secretaría de la OMS, y observó que la liberalización comercial tiene sus ventajas y desventajas. Las patentes pueden generar investigación y desarrollo, pero también altos costos y exclusividad, señaló.
Bolivia observó que, aunque los acrónimos de la OMS y la OMC se diferencian sólo por una letra, las perspectivas de ambas instituciones son muy diferentes y a veces quienes diseñan políticas comerciales no toman en cuenta sus efectos sobre la salud.
Portugal criticó la lentitud en la aplicación de la Declaración de Doha sobre los TRIPS y la Salud Pública y señaló la necesidad de “mayor coherencia política entre el comercio y la salud, como dijo la Secretaría”.
Namibia subrayó que los medicamentos antirretrovirales para el VIH-sida son vitales y que los fármacos no deben sujetarse a las mismas normas que otras mercancías. También indicó la necesidad de mayor colaboración entre la OMC y la OMS, y entre los ministerios de Salud y Comercio.
Islandia coincidió en esa necesidad de colaboración y elogió el informe de la Secretaría.
Brasil consideró necesario hallar un equilibrio entre comercio y salud, y exhortó a la OMS a concentrarse en las consecuencias de los acuerdos regionales y bilaterales de libre comercio.
La República Checa recordó una mala experiencia con el Banco Mundial, que recomendó una reforma del sector de la salud pero sólo consultó con el Ministerio de Finanzas, y no con el de Salud. Esto tuvo consecuencias negativas sobre la salud y la OMS debe hacer escuchar su opinión sobre todos los asuntos que afecten la salud pública.
Además de los miembros del Consejo Ejecutivo, algunos países que no integran este órgano también participaron en la discusión. Estados Unidos dijo que no compartía el entusiasmo mostrado por otros países con respecto al informe de la Secretaría, cuyo análisis consideró “superficial”. Además, manifestó preocupación por el carácter de la asistencia técnica de la OMS y consideró su asesoramiento contrario a la industria, el libre comercio y la propiedad intelectual.
La Secretaría de la OMS replicó que sus actividades de asistencia técnica responden a demandas y que no pretende asumir un papel activo en esa materia.
El presidente del Consejo opinó que la OMS no debe abstenerse de asesorar a los países miembros y destacó la necesidad de un comercio internacional justo. “Corremos el riesgo de crear un ‘Cuarto Mundo’, con los más pobres de los pobres”, advirtió.
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Este artículo fue escrito con aportes de Thiru Balasubramaniam y Marina Kukso, del Proyecto de Consumidores sobre Tecnología.
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