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Tema de tapa


Nº 161 - Julio - Setiembre 2005

Asamblea Mundial de la Salud dispone revisar investigaciones sobre virus variólico

por Edward Hammond y Lim Li Ching

La Asamblea Mundial de la Salud no aprobó una propuesta de un comité asesor de la Organización Mundial de la Salud que reflejaba la intención de Estados Unidos y Rusia de preservar en sus laboratorios reservas del virus de la viruela para investigaciones adicionales, que incluirían experimentos de ingeniería genética.

En la 58ª Asamblea Mundial de la Salud los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) solicitaron a las autoridades de la agencia que reconsideraran la propuesta de un comité asesor de ampliar riesgosas investigaciones sobre el virus de la viruela y reevaluaran los procedimientos que producen tales recomendaciones.
La Asamblea discutió, pero no aprobó, la realización de experimentos que incluirían la modificación genética del virus variólico. La Secretaría de la OMS “recibió con gran beneplácito” y tomó “nota especial” de las advertencias y críticas realizadas por los países miembros.
Sin embargo, la Secretaría emitió un comunicado de prensa según el cual los miembros aprobaron cuatro de las cinco actividades de investigación propuestas pero decidieron revisar la quinta, sobre transferencia de genes del virus variólico a otros poxvirus. Ahora, organizaciones no gubernamentales (ONG) exhortan a la OMS a atender las preocupaciones planteadas por los gobiernos.

Un éxito en riesgo

La viruela fue erradicada en 1977 gracias a un exitoso programa de vigilancia y vacunación específica lanzado por la OMS. Sin embargo, la verdad es que el trabajo nunca se terminó porque Estados Unidos y Rusia todavía conservan reservas del virus variólico (Variola major), causante de una enfermedad muy contagiosa y una potencial arma biológica.
La viruela mata al menos a un cuarto de los infectados, y del resto deja a muchos desfigurados y ciegos. Se cree que sólo en el siglo XX el virus mató a cerca de 300 millones de personas. En la década del sesenta todavía mataba a más de dos millones de personas al año.
Ahora la amenaza de la viruela vuelve a erguirse con la propuesta de realizar ingeniería genética con el virus. Específicamente, se insertarían genes de viruela en poxvirus relacionados y se permitiría la distribución ilimitada de pequeños segmentos del ADN (ácido desoxirribonucleico) variólico.
La iniciativa, impulsada por Estados Unidos y Rusia, fue recomendada a la Asamblea Mundial de la Salud mediante el Comité Asesor de la OMS sobre Investigaciones del Virus Variólico, dominado por un puñado de países y científicos interesados en realizar las investigaciones.

Recomendaciones polémicas

Las recomendaciones del comité incluían la expresión del virus variólico en otros ortopoxvirus; el manejo simultáneo del virus variólico y otros ortopoxvirus; la síntesis in vitro del ADN del virus variólico, la mutagénesis del ADN de otros ortopoxvirus y la distribución del ADN del virus a otros laboratorios.
Numerosos científicos y ONG manifestaron su oposición a esas recomendaciones y advirtieron sobre el riesgo de creación de formas más peligrosas del virus y de posibles accidentes de laboratorio que liberen el germen al ambiente.
Estas mismas preocupaciones fueron manifestadas por muchos países en el debate de la Asamblea Mundial sobre el asunto, el 19 y 20 de mayo. Esos países reclamaron el fin de las investigaciones, mayor transparencia, un nuevo plazo para la destrucción de las reservas del virus, y el fortalecimiento de los mecanismos de supervisión de la OMS, para hacerlos más independientes y equilibrados científica y regionalmente.
En un informe a la Asamblea, la Secretaría de la OMS informó que las recomendaciones del comité habían sido examinadas por el director general de la organización, Jong-Wook Lee, quien advirtió que la propuesta de ingeniería genética del virus “podría tener importantes consecuencias que afectarían la bioseguridad” y recomendó que el Comité reconsiderara esa iniciativa.
Paradójicamente, el punto del orden del día a discutir en la Asamblea se llamó “destrucción de las reservas del virus variólico”, aunque se trataba en realidad de propuestas de ampliación de las investigaciones sobre el virus y no de su destrucción.
Las reservas del virus variólico debían destruirse el 30 de junio de 1999. Sin embargo, Rusia y Estados Unidos protestaron por la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud que les exigía esa destrucción. Bajo presión, la Asamblea aceptó entonces una “conservación temporal” de virus vivos, y postergó la destrucción para fines de 2002. Sin embargo, en mayo de 2002, la Asamblea volvió a ceder. En esa ocasión, la Asamblea dio un paso atrás mucho más largo al aceptar una suspensión indefinida de la orden de destrucción, hasta que Estados Unidos y Rusia completaran una amplia agenda de investigaciones.

Estados Unidos y Rusia impulsan las propuestas

Como se esperaba, los dos países que mantienen reservas del virus se manifestaron en la última Asamblea Mundial de la Salud a favor de mantener las reservas y de las recomendaciones del Comité Asesor.
Rusia apoyó la recomendación de ampliar las investigaciones y en particular solicitó continuar utilizando virus vivos en estudios de diagnóstico, para lo cual la OMS concluyó que no se necesitaban virus vivos.
Estados Unidos coincidió “plenamente” con Rusia. Señaló que sus investigaciones no han terminado y que fijar una fecha para la destrucción de las reservas sería “arbitrario”. En cuanto a las advertencias sobre accidentes de laboratorio, afirmó que la probabilidad de que ocurran es “increíblemente pequeña” y que las actuales reservas se mantienen “con los mayores niveles de bioseguridad”.
Australia y Egipto, aliados de Estados Unidos, apoyaron las recomendaciones del Comité. Sin embargo, Australia compartió la inquietud del director general de la OMS acerca de la inserción de genes de la viruela en poxvirus relacionados.

Fuerte oposición

Por otro lado, numerosos países se opusieron a las recomendaciones, con declaraciones que variaron desde el tono de precaución hasta enérgicas advertencias.
China subrayó, en una detallada intervención, los riesgos que implicaría un eventual accidente de laboratorio para la salud pública y exhortó a la OMS a fortalecer la supervisión de las investigaciones. Agregó que las actuales vacunas y estrategias de control podrían responder a un eventual brote de viruela, y que los beneficios de la destrucción de las reservas del virus serían mayores que los de nuevas investigaciones con virus vivos. Asimismo, China urgió a la Asamblea a fijar un plazo para la destrucción de las reservas.
Irán reiteró las observaciones de China y recordó recientes accidentes de laboratorio relacionados con la tularemia en Estados Unidos y con el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en Taiwán, Singapur y China.
Japón exhortó a terminar rápidamente las investigaciones en curso y reclamó transparencia. Los resultados de tales estudios, destacó, deben ser “propiedad de todos los países y todos los seres humanos”.
Sudáfrica recordó a los delegados el compromiso anterior de la Asamblea de destruir las reservas del virus. Asimismo, reclamó la interrupción de todas las investigaciones con virus vivos y la creación de un grupo de trabajo con mayor equilibrio y representatividad que el actual Comité Asesor, para evaluar el estado de los trabajos con el virus variólico vivo.
Holanda expresó preocupación por los peligros potenciales de los experimentos de ingeniería genética con el virus y cuestionó la necesidad de hacerlos. También apoyó la exhortación del director general a reconsiderar esa propuesta, reclamó un organismo independiente para supervisar las investigaciones y pidió que se presente a la próxima Asamblea Mundial de la Salud un informe sobre la reevaluación de las recomendaciones.
Canadá también se preguntó si los experimentos de ingeniería genética son “esenciales para la salud pública”, y recordó a los delegados que cualquier investigación sobre la viruela debe dirigirse a resultados específicos y ser limitada en el tiempo. También advirtió sobre el riesgo de accidentes, respaldó la advertencia del director general y reclamó la destrucción del virus, dado que no hay razones de salud pública para mantener las reservas.
Gran Bretaña, Arabia Saudita, Zimbabwe y Tailandia manifestaron una posición similar.
Mientras, Cuba señaló que varios países temen la posibilidad de accidentes de laboratorio o ataques con armas biológicas y, por lo tanto, desean que se mantengan las reservas de las vacunas. Sin embargo, opinó que se debe fijar una fecha final para la destrucción de las reservas y advirtió que, en caso de mutación genética del virus, no habría vacunas disponibles.
Pakistán, por otra parte, aceptó la posibilidad de mantener las reservas del virus por un tiempo limitado, pero expresó preocupación por la posibilidad de accidentes y reclamó una inspección completa de los laboratorios que mantienen las reservas y la publicación del resultado de las investigaciones.

Reforma del proceso de supervisión

Las ONG Sunshine Project y Red del Tercer Mundo destacaron que las autoridades de las Naciones Unidas obtuvieron entonces un mandato para reestructurar radicalmente la supervisión del virus de la viruela hasta su destrucción. Esa reforma incluye los términos de referencia, la integración y los procedimientos del Comité Asesor. Una vez reestructurado, el Comité deberá reconsiderar sus recomendaciones y pedir aprobación a la Asamblea Mundial de la Salud para cualquier investigación que trascienda los límites actuales, establecidos en 1994.
En esencia, los gobiernos pidieron que la supervisión del virus se transforme en un proceso más fuerte e independiente, que separe a los proponentes de las investigaciones de aquellos que revisan las propuestas, que sea regionalmente equilibrado y que incorpore opiniones marginadas sobre salud pública, bioseguridad y preparación para epidemias provocadas.
Sunshine Project y la Red del Tercer Mundo recomendaron a la OMS la adopción de las siguientes medidas en respuesta a las preocupaciones y objeciones planteadas en la Asamblea Mundial de la Salud: 1) Lanzar un proceso transparente y equilibrado para reformar el Comité Asesor de la OMS sobre Investigaciones del Virus Variólico, a fin de: a) evitar que los proponentes de las investigaciones revisen sus propias propuestas; b) incorporar temas marginados, como la relación entre la salud pública y la bioseguridad; c) lograr un equilibrio regional entre miembros y asesores; d) instituir un procedimiento separado y transparente de revisión de la seguridad de los laboratorios; y e) modificar los procedimientos para lograr mayor transparencia e informar con mayor frecuencia y profundidad a la OMS.
2) Una vez reestructurado el Comité, éste debe reevaluar sus recomendaciones anteriores y enviar las propuestas revisadas a consideración de la Asamblea Mundial de la Salud.
3) De acuerdo con resoluciones anteriores y tal como lo solicitaron los países miembros, la OMS debería fijar un nuevo plazo final para la destrucción de todas las reservas del virus variólico.
4) Preparar un estudio para la próxima Asamblea Mundial de la Salud, sobre el supuesto de que el mantenimiento del virus de la viruela más allá del plazo fijado para la destrucción de las reservas actuales sería considerado un crimen contra la humanidad.

-------------- Edward Hammond es el director de la oficina estadounidense de Sunshine Project, una organización internacional sin fines de lucro que intenta fortalecer el consenso mundial contra la guerra biológica.

Lim Li Ching es investigadora de la Red del Tercer Mundo.






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