No. 145/146 - Noviembre/Diciembre 2003
La actividad humana genera condiciones que facilitan la aparición de enfermedades. Pero además, en las últimas décadas, se adoptaron políticas que han ido destruyendo los servicios esenciales de salud pública y han socavado los fundamentos sociales y económicos necesarios para prevenir y combatir las enfermedades.
Es necesario adoptar una estrategia multifacética de prevención. Hay que rever todo el abanico de actividades humanas que afectan negativamente al ambiente y la ecología, como los métodos agrícolas y ganaderos que se utilizan actualmente, el manejo de la basura, el uso de combustibles fósiles, la contaminación y las condiciones que han llevado al recalentamiento planetario. Y ante todo, es esencial intensificar el activismo para crear sistemas adecuados de salud pública y combatir la pobreza y las desigualdades.
Hace 25 años, una conferencia internacional realizada en Alma Ata, en la ex Unión Soviética, declaró que su objetivo era “Salud para todos para el año 2000”. En su declaración, los 134 países participantes se comprometieron no sólo a trabajar para cubrir las necesidades básicas de salud de los pueblos a través de la “Atención primaria de salud”, sino que además subrayaron la necesidad de diseñar una estrategia amplia que tuviera en cuenta las causas sociales, económicas y políticas que subyacen a los problemas de salud.
Pero el objetivo de “Salud para todos” fue eliminado por poderosas fuerzas empresariales. El sueño acordado en Alma Ata fue producto de las ecuaciones del poder configuradas dentro y entre los países durante los años anteriores. Por lo tanto, cuando la ecuación del poder se inclinó completamente a favor de los países ricos, se obligó a los pobres a “olvidar” los objetivos visionarios establecidos en las solemnes promesas que se les habían hecho antes.
El avance hacia la consecución del objetivo de “Salud para todos” ha sido desparejo. La iniciativa mundial de Atención primaria de salud ha tenido éxito en la difusión de varias tecnologías y programas eficaces, pero se han dejado de lado el foco intersectorial y el cambio de roles sociales, ambos clave para su sustentabilidad.
Es necesario reanudar la lucha para que el sueño de Alma Ata se haga realidad.
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