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   No. 145/146 - Noviembre/Diciembre 2003
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Tema de tapa


No. 145/146 - Noviembre/Diciembre 2003

Carta del Pueblo por la salud

En un intento de concertación de los esfuerzos internacionales para reincorporar el objetivo de Salud para todos de Alma Ata a la agenda del desarrollo, movimientos de la sociedad civil, ONGs y grupos de mujeres organizaron una “Asamblea Popular por la Salud” en Bangladesh en diciembre de 2000. La Carta siguiente fue aceptada en la Asamblea por 1.453 participantes de 92 países, como plataforma del movimiento mundial de ciudadanos que se proponen hacer realidad el sueño de Alma Ata.

Preámbulo

La salud es un asunto social, económico y político, y sobre todo, un derecho humano fundamental. La desigualdad, la pobreza, la explotación, la violencia y la injusticia son causa de problemas de salud y de muerte entre las personas pobres y marginadas. Salud para todos implica poner en jaque los intereses de los más poderosos, oponerse a la globalización y modificar drásticamente las prioridades políticas y económicas.
Esta Carta se basa en la perspectiva de las personas cuyas voces se han escuchado poco, si es que alguna vez alguien las oyó. Además, alienta a la gente a desarrollar soluciones propias y a exigir responsabilidad por parte de las autoridades locales, los gobiernos nacionales, los organismos internacionales y las grandes empresas.

Perspectiva

Igualdad, desarrollo ecológicamente sustentable y paz constituyen la esencia de nuestra perspectiva de un mundo mejor, un mundo en el que la vida saludable de todos es una realidad; un mundo que respeta, aprecia y celebra la vida y la diversidad; que permite que florezcan los talentos de las personas y la capacidad de enriquecerse unas a otras; donde la voz de los pueblos guía las decisiones que perfilan la vida.
Existen recursos más que suficientes para lograr que esta perspectiva se vuelva real.

La crisis de la salud

“La enfermedad y la muerte nos indignan todos los días. No porque haya personas que se enferman o mueren. Nos enojamos porque muchas enfermedades y muertes se originan en políticas económicas y sociales que se nos imponen”. (Una voz de América Central)

En las últimas décadas, los cambios económicos mundiales han afectado gravemente la salud de las personas y su acceso a los servicios de atención médica, así como a otros servicios sociales.
A pesar de la existencia de una riqueza sin precedentes en el mundo, la pobreza y el hambre siguen aumentando. La brecha entre los países pobres y los ricos se ha vuelto más profunda, al igual que las desigualdades entre los países, las clases sociales, los hombres y las mujeres, y los jóvenes y los ancianos.
Gran parte de la población mundial no tiene acceso a los alimentos, la educación, el agua potable, los servicios de saneamiento, un refugio, la tierra y sus recursos, las fuentes de trabajo y la atención médica. Aún prevalece la discriminación, que genera enfermedades e impide el acceso a la atención médica.
Se depredan los recursos naturales del planeta a una velocidad alarmante. La degradación resultante del ambiente pone en peligro la salud de todos, en particular la de los pobres. Cada vez hay nuevos conflictos y las armas de destrucción masiva aún constituyen un grave peligro.
Los recursos del planeta están cada vez más concentrados en manos de unos pocos que tratan de maximizar su propio provecho. Un pequeño grupo de gobiernos poderosos, junto con instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), se encarga de diseñar políticas económicas neoliberales. Estas políticas, junto con las actividades desreguladas de las mega empresas transnacionales han provocado consecuencias graves en la vida y los ingresos, la salud y el bienestar de pueblos del Norte y del Sur.
Los servicios públicos no cubren las necesidades de las personas porque se han deteriorado a raíz de los recortes presupuestales que han hecho los gobiernos en ese sector. Los servicios sociales se han vuelto menos accesibles y más inadecuados.
La privatización amenaza con minar el acceso a la atención médica aún más y compromete el principio fundamental de la equidad. La persistencia de enfermedades curables, la reaparición de afecciones como la tuberculosis y la malaria, y el surgimiento de enfermedades nuevas como el VIH/sida nos recuerdan la falta de compromiso planetario con los principios de igualdad y justicia.

Principios de la Carta Popular por la Salud

* Lograr el mayor nivel posible de salud y bienestar es un derecho humano fundamental, más allá del color de la persona, su grupo étnico, su religión, género, edad, capacidades, orientación sexual y clase social.
* Los principios universales de Atención de la salud primaria que se anunciaron en 1978 en la Declaración de Alma Ata deberían ser la base a la hora de formular políticas relativas a la salud. Ahora, más que nunca, se necesita un enfoque equitativo, participativo e intersectorial de la salud y el cuidado de la misma.
* Los gobiernos tienen la responsabilidad fundamental de garantizar el acceso universal a la salud, la educación y otros servicios, de buena calidad y acordes a las necesidades de las personas, no a su capacidad de pago.
* La participación de las personas y las organizaciones de personas es esencial para formular, aplicar y evaluar las políticas y los programas sociales y de salud.
* La salud se determina sobre todo por el ambiente político, económico, social y físico, y debería constituir la principal prioridad -junto con la igualdad y el desarrollo sustentable- a la hora de formular políticas a nivel local, nacional e internacional.

Un llamado a la acción

Para combatir la crisis mundial de la salud, debemos actuar en todos los planos -individual, comunitario, nacional, regional y mundial- y en todos los sectores. Las exigencias planteadas constituyen una base para la acción.

La salud como un derecho humano

La salud refleja el compromiso social de igualdad y justicia. La salud y los derechos humanos deberían prevalecer sobre otras inquietudes económicas y políticas.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Apoyar todo intento de aplicar el derecho a la salud.
* Exigir que los gobiernos y organismos internacionales reformulen, apliquen y hagan cumplir políticas y prácticas que respeten el derecho a la salud.
* Generar movimientos populares de base amplia para presionar a los gobiernos a incorporar la salud y los derechos humanos a las constituciones y legislaciones nacionales.
* Luchar contra la explotación de las necesidades de salud de las personas con fines lucrativos.

Frenar a las principales determinantes de la salud

Desafíos Económicos La economía tiene una profunda influencia sobre la salud de las personas. Las políticas económicas que priorizan la igualdad, la salud y el bienestar social pueden mejorar la salud, al igual que la economía.
Las políticas financieras, agrícolas e industriales que responden sobre todo a las necesidades del capitalismo, impuestas por los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales, enajenan a las personas de su vida y sus ingresos. El proceso de globalización económica y el de liberalización han multiplicado las desigualdades dentro y entre los países.
Muchos países del mundo, sobre todo los más poderosos, usan sus recursos, e incluso sanciones económicas e intervenciones militares, para consolidar y expandir su posición, con resultados devastadores sobre la vida de las personas.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Exigir la cancelación de la deuda del mundo en desarrollo.
* Exigir una transformación radical de la OMC y el sistema mundial de comercio para que dejen de violar los derechos sociales, ambientales, económicos y de salud de las personas, y para que empiece a inclinarse a favor de los países del Sur. Para proteger la salud pública, tal transformación debe incluir los regímenes de propiedad intelectual, tales como las patentes y el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS).
* Exigir una transformación radical del Banco Mundial y el FMI, para que ambas instituciones reflejen y promuevan activamente los derechos e intereses de los países en desarrollo * Exigir una regulación efectiva para que las empresas transnacionales no tengan un efecto negativo sobre la salud de las personas, no exploten a las fuerzas de trabajo, no degraden el ambiente y no desafíen la soberanía nacional.
* Asegurarse de que los gobiernos apliquen políticas agrícolas adecuadas a las necesidades de las personas y no a las exigencias del mercado, garantizando así la seguridad alimentaria y un acceso equitativo a los alimentos.
* Exigir que los gobiernos nacionales actúen en defensa del derecho a la salud pública en las legislaciones sobre propiedad intelectual.
* Exigir que se controle y se cobre el flujo de capitales internacionales de especulación.
* Insistir en que todas las políticas económicas estén sujetas a evaluación sobre sus impactos en la salud, la igualdad, la mujer y el ambiente, e incluir medidas regulatorias obligatorias.
* Evitar las teorías económicas centradas en el crecimiento y remplazarlas con alternativas para generar sociedades humanas y sustentables. Las teorías económicas deberían reconocer las constricciones del ambiente, la importancia fundamental de la salud y la igualdad, y la contribución del trabajo gratuito, sobre todo el de las mujeres, que no tiene ningún reconocimiento.

Desafíos sociales y políticos

Las políticas sociales amplias tienen efectos positivos sobre la vida de las personas y sus ingresos. La globalización económica y la privatización han generado profundas disfunciones en las comunidades, las familias y las culturas. Las mujeres son esenciales para mantener el tejido social en todas las culturas, pero sus necesidades básicas suelen ser ignoradas o negadas, y sus derechos suelen ser violados.
Las instituciones públicas han sido socavadas y debilitadas. Muchas de sus responsabilidades han sido transferidas al sector privado, sobre todo a las mega empresas, o a otras instituciones nacionales e internacionales que, en general, no se responsabilizan ante la gente. El poder de los partidos políticos y los sindicatos ha disminuido mucho, mientras que grupos conservadores y fundamentalistas van adquiriendo fuerza. Habría que ahondar la democracia participativa en las organizaciones de la sociedad civil y las estructuras cívicas. Es necesario profundizar y garantizar la transparencia y la responsabilidad.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Exigir y dar apoyo al desarrollo y aplicación de políticas sociales amplias, con participación de la gente * Lograr que todas las mujeres y todos los hombres tengan el mismo derecho a trabajar, a percibir un ingreso, a la libertad de expresión, a participar en la vida política, a ejercer su opción religiosa, a recibir una educación y a no ser víctimas de violencia.
* Presionar a los gobiernos para que promulguen leyes de protección y promoción de los derechos humanos y la salud física, mental y espiritual de los grupos marginados.
* Exigir que la educación y la salud sean prioritarias en la agenda política. Esto es una educación gratuita y obligatoria para todos los niños y adultos, en particular las niñas y las mujeres, y también una educación preescolar.
* Exigir que las actividades de las instituciones públicas, tales como los servicios de guardería de niños, los sistemas de distribución de alimentos y los refugios beneficien la salud de individuos y comunidades.
* Condenar y revertir las políticas que obliguen al desplazamiento forzado de ciertas comunidades obligadas a abandonar sus tierras, casas o empleos.
* Oponerse a las fuerzas fundamentalistas que ponen en peligro los derechos y libertades de los individuos, sobre todo la vida de las mujeres, los niños y las minorías.
* Oponerse al turismo sexual y al tráfico internacional de mujeres y niños.

Desafíos ambientales

La contaminación del agua y el aire, el rápido cambio climático, la perforación de la capa de ozono, la energía y los desechos nucleares, los productos químicos y plaguicidas tóxicos, la pérdida de la biodiversidad, la deforestación y la erosión del suelo tienen consecuencias de largo alcance sobre la salud de las personas. Esta destrucción es causada, entre otras cosas, por la explotación insustentable de los recursos naturales, la carencia de una visión holística de largo alcance, la difusión de conductas individualistas y en beneficio propio, y el exceso de consumismo de los ricos. Es necesario enfrentar este hecho y revertirlo de manera inmediata y eficaz.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Hacer responsables a las empresas nacionales y transnacionales, así como a las instituciones públicas y militares, de sus actividades destructivas y peligrosas que tienen un impacto sobre el ambiente y la salud de las personas.
* Exigir que todos los proyectos de desarrollo sean evaluados con criterios de protección de la salud y el ambiente, y que se limiten cuando las tecnologías o políticas propuestas constituyan una amenaza potencial para la salud y el ambiente (el principio de precaución).
* Exigir que los gobiernos se comprometan rápidamente a reducir la emisión de gases de efecto invernadero en su territorio, según parámetros mucho más estrictos que los establecidos en el acuerdo internacional de cambio climático, sin recurrir a tecnologías o prácticas peligrosas e inadecuadas.
* Oponerse a mudar a las industrias peligrosas de desechos radiactivas o tóxicos a los países más pobres y a las comunidades marginadas, y alentar la búsqueda de soluciones que reduzcan la producción de desechos.
* Reducir el consumo excesivo y los estilos de vida insustentables, tanto en el Norte como en el Sur. Presionar a los países ricos para que reduzcan sus índices de consumo y contaminación en 90 por ciento.
* Exigir medidas para garantizar la salud y seguridad laborales, incluyendo un centro de supervisión de las condiciones de trabajo.
* Exigir medidas para evitar accidentes y heridas en los lugares de trabajo, la comunidad y los hogares.
* Rechazar las patentes de las formas de vida y oponerse a la biopiratería del conocimiento y los recursos tradicionales e indígenas.
* Desarrollar indicadores comunitarios, centrados en las personas, de los progresos ambientales y sociales, y presionar a favor del desarrollo y la adopción de auditorías regulares para medir la degradación ambiental y la situación de la salud de la población.

Guerra, violencia, conflictos y catástrofes naturales

La guerra, la violencia, los conflictos y las catástrofes naturales destruyen comunidades y atentan contra la dignidad humana. Tienen un grave impacto sobre la salud física y mental de sus miembros, sobre todo mujeres y niños. El aumento de la demanda de armas y el comercio internacional de las mismas, agresivo y corrupto, socavan la estabilidad social, política y económica, al igual que la asignación de recursos para el sector social.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Apoyar campañas y movimientos por la paz y el desarme.
* Apoyar campañas contra la agresión y contra la investigación, producción, testeo y uso de armas de destrucción masiva y otras, incluso todo tipo de minas antipersonales.
* Apoyar las iniciativas populares de lograr una paz justa y duradera, sobre todo en países que han experimentado la guerra civil y el genocidio.
* Condenar el uso de soldados niños, así como el abuso y violación, tortura y matanza de mujeres y niños.
* Exigir el fin de la ocupación, una de las armas más destructoras de la dignidad humana.
* Oponerse a la militarización de las intervenciones humanitarias.
* Exigir la transformación radical del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para que funcione democráticamente.
* Exigir que las Naciones Unidas y los países individuales dejen de usar todo tipo de sanciones como instrumento de agresión que pueda afectar la salud de las poblaciones civiles.
* Alentar las iniciativas independientes y basadas en la gente de declarar áreas libres de armas, tales como barrios, comunidades y zonas de las ciudades.
* Apoyar las acciones y campañas para prevenir y reducir las conductas agresivas y violentas, sobre todo por parte de los hombres, y alentar la coexistencia pacífica.
* Apoyar acciones y campañas para la prevención de catástrofes naturales y la reducción del sufrimiento humano que éstas provocan.

Un sector de la salud basado en la gente

Esta Carta llama a crear un centro de atención universal de la salud primaria, sin tener en cuenta la posibilidad de pago de las personas. Los servicios de salud deben ser democráticos y responsables, con los recursos suficientes para lograr este objetivo.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Oponerse a las políticas nacionales e internacionales de privatización de los servicios de la salud, que la convierten en un bien.
* Exigir que los gobiernos promuevan, financien y provean Atención de la salud primaria como la forma más eficaz de resolver problemas de salud y organizar servicios de salud pública, para garantizar el acceso gratuito y universal a los mismos.
* Presionar a los gobiernos para que adopten, apliquen y hagan cumplir políticas nacionales de salud y medicamentos.
* Exigir que los gobiernos se opongan a la privatización de los servicios públicos de salud y garantizar la regulación efectiva del sector médico privado, incluso las instituciones caritativas y las ONG.
* Exigir una transformación radical de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para poder responder a los problemas de salud de una manera que beneficie a los pobres, evite los enfoques verticales, garantice el trabajo intersectorial, involucre organizaciones populares en la Asamblea de la OMS, y asegure independencia de los intereses privados.
* Promover, apoyar y comprometerse en acciones que estimulen el poder de la gente y su control de las decisiones sobre la salud que se toman a todos los niveles, incluso los derechos del paciente y el consumidor.
* Apoyar, reconocer y promover a los sistemas de curación -y sus practicantes- tradicionales y holísticos, así como su integración a la Atención de la salud primaria.
* Exigir cambios en la formación del personal de la salud, para que sepan resolver problemas en base a la práctica de sus conocimientos, puedan comprender mejor el impacto de asuntos mundiales en sus comunidades y sean alentados a trabajar con la comunidad y sus diversidades.
* Desmitificar las tecnologías médicas y de la salud (incluso los medicamentos) y exigir que los mismos estén subordinados a las necesidades de las personas.
* Exigir que la investigación de temas relativos a la salud, incluso la investigación genética, el desarrollo de medicamentos y las tecnologías reproductivas, se lleven a cabo en forma participativa y relacionada con las necesidades, en instituciones responsables. Estas actividades deberían estar orientadas a la gente y a la salud pública, además de respetar principios éticos universales.
* Apoyar los derechos de las personas a la autodeterminación en materia reproductora y sexual, y oponerse a todo tipo de medidas coercitivas incluidas en las políticas de planificación familiar. Este apoyo incluye el derecho a todo tipo de métodos seguros y efectivos para el control de la fertilidad.

Participación popular para un mundo saludable

Es fundamental contar con organizaciones y movimientos populares fuertes para que los procesos de toma de decisión sean más democráticos, transparentes y responsables. Es esencial defender los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Los gobiernos tienen la principal responsabilidad a la hora de promover un enfoque más equitativo de los derechos humanos y el derecho a la salud, pero varios grupos y movimientos de la sociedad civil, así como los medios de comunicación tienen un importante rol que asumir para que las personas tengan poder y control sobre las políticas de desarrollo, así como en la supervisión de la aplicación de las mismas.
Esta Carta llama a los pueblos del mundo a: * Crear y fortalecer las organizaciones populares a fin de generar una base de análisis y acción.
* Promover, apoyar y comprometerse en acciones que estimulen la participación de las personas en la toma de decisiones sobre los servicios públicos en todos los niveles.
* Exigir que las organizaciones populares tengan representación en los foros locales, nacionales e internacionales que son relevantes para la salud.
* Apoyar las iniciativas locales que fomentan la democracia participativa a través de la creación de redes populares solidarias en todo el mundo.

La Asamblea para la Salud del Pueblo y la Carta

La idea de la Asamblea para la Salud del Pueblo se discute desde hace más de una década. En 1998, varias organizaciones lanzaron el proyecto y empezaron a planear una reunión internacional que se realizó en Bangladesh a fines de 2000. Se inició una serie de actividades pre y post Asamblea, entre las cuales hubo talleres regionales, recolección de narraciones sobre la salud de las personas y redacción del borrador de la Carta del Pueblo por la Salud.
La Carta actual se basa en las opiniones de los ciudadanos y las organizaciones populares de todo el mundo. Fue aprobada durante la reunión realizada en Savar, Bangladesh, en diciembre de 2000 y quedó abierta a la ratificación de los países.
La Carta es una expresión de nuestras inquietudes comunes, nuestra perspectiva de un mundo mejor y más saludable, y nuestro llamado a la acción radical. Es una herramienta para la militancia y también es un punto de reunión en torno del cual se pueden unir los movimientos mundiales, además de ser potencialmente generadora de nuevas redes y coaliciones.

Enmienda

Luego de la aprobación de la Carta del Pueblo por la Salud, el 8 de diciembre de 2000, se le hizo un llamado de atención al grupo encargado de redactar el borrador porque los puntos 1 y 2, que figuran bajo el título “Desafíos económicos”, podían interpretarse como un apoyo a la cláusula social de la OMC, que refuerza la agenda neoliberal de dicho organismo. Como esto contradice el pedido de cambio radical de la OMC por parte de la Asamblea del Pueblo por la Salud, ambos párrafos se fusionaron y fueron enmendados.
La sección “Guerra, violencia y conflicto” fue enmendada para incluir catástrofes naturales. Un nuevo punto de acción, el número 5 de esta versión, se agregó para exigir el fin de la ocupación. Además, el punto 7 (ahora 8), se corrigió para que diga “a fin de poner fin a todo tipo de sanciones”. Se agregó un nuevo punto 11 sobre las catástrofes naturales.

-------------- Los individuos y organizaciones que deseen participar y ayudar a aplicar la Carta pueden contactarse con la Secretaría del Movimiento del Pueblo por la Salud, CHC, #367, Srinivasa Nilaya, Jakkasandra I Main, I Block Koramangala, Bangalore -560034, India. secretariat@phmovement.org - www.phmovement.org






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