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   Nº 157-158 Noviembre-Diciembre 2004
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Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales


Nº 157-158 Noviembre-Diciembre 2004

Preocupaciones por la actual Certificación de Plantaciones del FSC.

Presentación de Ricardo Carrere, Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM), en la reunión internacional del Consejo de Manejo Forestal (FSC) sobre el proceso de Revisión de Plantaciones, celebrada en Bonn, Alemania, en setiembre de 2004.

El WRM está muy complacido por dos cosas: 1) Que se haya iniciado una revisión de las plantaciones. Esto es en sí mismo muy importante, porque implica aceptar que hay problemas y que necesitan ser abordados. ¿Cuáles son esos problemas? ¿Cuán importantes son? ¿Cuáles son las soluciones? Corresponderá a la revisión dar respuesta a esas preguntas, pero esta reunión constituye un paso importante en la dirección necesaria.
2) También nos complace ver que esta reunión –y asumimos que todo el proceso de revisión- está abierta a organizaciones como el WRM y otras, que tienen una visión crítica de las plantaciones. Esta es una señal muy positiva de que el FSC está tratando de abordar seriamente el problema.
Es importante señalar que cuando se discute sobre plantaciones siempre hay una gran confusión acerca de sobre qué está hablando cada uno. Por lo tanto, es necesario aclarar el tema en discusión. ¿Se trata de plantaciones en pequeña escala o en gran escala? ¿Se trata de plantaciones dirigidas a la producción de madera o dirigidas a la recuperación del bosque? ¿Se trata de plantaciones dentro de los sistemas de agroforestería o de monocultivos de árboles en gran escala? A lo que el WRM y otros nos estamos oponiendo no es a las plantaciones en general. No estamos en absoluto en contra de plantar árboles. Ni siquiera nos oponemos a plantar especies tales como eucaliptos o pinos. Nuestra oposición está centrada en un tipo de plantación específica definida como monocultivos de árboles a gran escala que no están dirigidos a la restauración del bosque (gran escala a nivel regional, es decir, la extensión total de todas las plantaciones en una zona, y especialmente dentro de una cuenca).
En nuestra campaña en contra de ese tipo de plantaciones hemos enfrentado un problema inesperado: que el FSC está certificando las mismas plantaciones combatidas por poblaciones locales y ONGs locales a raíz de sus impactos sociales y ambientales negativos. Esta circunstancia debilita esas luchas locales, pero también debilita la credibilidad del FSC.
De manera que aquí, tanto el FSC como nosotros tenemos un problema. No es un problema menor, dado que el FSC ya ha certificado casi seis millones de hectáreas de plantaciones.
Creemos que la razón de este problema radica principalmente en el Principio 10, que permite la certificación de numerosas plantaciones destructivas. Hemos elaborado una crítica detallada del Principio 10 y la conclusión es que permite la certificación de la mayoría de las plantaciones a gran escala. La crítica está incluida en nuestra publicación Certificando lo incertificable. Certificación del FSC de plantaciones de árboles en Tailandia y Brasil (disponible en: www.wrm.org.uy/actores/FSC/certifica.html) y por lo tanto no entraré en detalles aquí. Sin embargo, mencionaré parte del texto de dos criterios para demostrar cuán vagos son.
Por ejemplo, el criterio 10.3 establece: “Se prefiere la diversidad en la composición de las plantaciones, para mejorar la estabilidad económica, ecológica y social”. ¿Qué significa “se prefiere”? El criterio 10.4 dice: “son preferidas las especies nativas sobre las exóticas en el establecimiento de plantaciones y para la restauración de ecosistemas degradados. Las especies exóticas, las cuales deberán ser usadas sólo cuando su desempeño sea mayor que el de las especies nativas”... Aquí aparece otra vez el concepto de “preferido”, que puede ser ignorado si el desempeño de las exóticas (¿desempeño en términos de qué?) es mayor.
La segunda razón para la certificación de plantaciones destructivas tiene que ver con las aplicaciones en el terreno de la certificación. Hemos elaborado tres detallados estudios de caso (uno en Tailandia y dos en Brasil), que demuestran lo inadecuado de las evaluaciones (también en “Certificando lo incertificable”).
En el caso de mi país (Uruguay), hay seis plantaciones certificadas: cuatro por el FSC y dos por la ISO 14001. Quienquiera que sepa algo del debate de las plantaciones en Uruguay sabe que prácticamente todas las organizaciones que están haciendo campaña contra las plantaciones son miembros del Grupo Guayubira. Sin embargo, ninguno de los certificadores del FSC se puso en comunicación con el Grupo. Sólo un certificador se dirigió a mí personalmente porque un amigo mío no uruguayo le dio mi nombre. Esto demuestra la falta de conocimiento sobre la situación local o una falta de voluntad para identificar y consultar a los actores involucrados.
También es importante señalar que ninguna de las evaluaciones del FSC realizaron estudios serios sobre los impactos sociales o ambientales, y que incluso las certificaciones ISO -si bien son totalmente insuficientes- brindan más información sobre algunos temas que las realizadas en el marco del FSC. El hecho de que haya información frecuente en los medios de difusión con relación a las condiciones laborales de semiesclavitud empeora aún más las cosas con respecto a la certificación del FSC.
Tal vez más interesante que tan solo observar los impactos negativos de las plantaciones sea preguntar: ¿tienen alguna ventaja ecológica o social? ¿Cuáles podrían ser las ventajas ecológicas de las plantaciones? Desde una perspectiva ecológica, cuanto mayor sea la superficie de un bosque, mejor para el medio ambiente: contribuirá más a la diversidad biológica y a la conservación del suelo, así como a una mejor regulación del ciclo del agua. Con una plantación de árboles en gran escala ocurre lo contrario: cuanto mayor la escala, menores las ventajas ecológicas que tiene. De hecho, cuanto más se expande, más agota y contamina los recursos hídricos, no ofrece un hábitat para la fauna y flora local e impacta sobre los suelos.
Con frecuencia se ha sostenido que las plantaciones alivian la presión sobre los bosques. De ser verdad, eso sería una ventaja. Pero esa hipótesis ha demostrado ser errónea en la mayoría de los países, y ni siquiera se ha tomado en cuenta el hecho de que las plantaciones afectan negativamente las praderas y humedales.
La segunda pregunta es: ¿cuáles son las ventajas sociales de las plantaciones? La respuesta a esta pregunta debe ser enfocada en dos niveles: el rural y el urbano.
1) A nivel rural, las plantaciones no tienen ventajas. Por el contrario, expulsan a la gente del campo. Incluso la ganadería extensiva –que genera muy poco empleo- crea más puestos de trabajo que las plantaciones. Esta situación negativa empeorará aún más con la creciente mecanización de las actividades de cosecha.
2) A nivel urbano, la industrialización de la madera proveniente de las plantaciones tiene la capacidad de ofrecer más empleo, excepto cuando la madera es transformada en pulpa, ya que las plantas de celulosa modernas ofrecen muy poco empleo.
La conclusión principal es que cuando se comparan las ventajas ecológicas y sociales de la mayoría de las plantaciones a gran escala con sus desventajas, el saldo es claramente negativo. Por lo tanto, creemos que muchas de las plantaciones que han sido certificadas debilitan la credibilidad del FSC, a la vez que debilitan las luchas locales en contra de las plantaciones.
En función de lo antedicho, nos gustaría contribuir a su revisión con una serie de recomendaciones resultantes de nuestros estudios sobre plantaciones certificadas.
La recomendación principal es que el FSC debería suspender toda nueva certificación de plantaciones industriales de árboles a gran escala hasta que finalice esta revisión. El FSC ya ha certificado unos seis millones de hectáreas de plantaciones y es hora de evaluar la experiencia antes de continuar con la certificación de plantaciones.
Para la revisión en sí, hacemos tres recomendaciones.
1) Realizar una evaluación general de la certificación de las plantaciones que incluya: * Discutir internamente en profundidad el Principio 10, al que consideramos en gran medida responsable de los problemas identificados en el libro Certificando lo incertificable.
* Analizar las consecuencias políticas de la certificación del FSC en países donde movimientos de pobladores locales están luchando contra las plantaciones.
* Analizar la contradicción de la certificación FSC de plantaciones en países donde está vigente la prohibición de realizar actividades de madereo o donde las comunidades locales están luchando por introducir este tipo de prohibiciones, y donde, en consecuencia, la certificación del FSC provoca un debilitamiento de los esfuerzos de las comunidades locales por proteger los bosques.
* Analizar las razones por las cuales se han certificado sólo plantaciones grandes o muy grandes.
* Reflexionar sobre las causas por las cuales la certificación de plantaciones a menudo ha sido contraproducente para el manejo comunitario de bosques.
* Analizar la relación negativa que existe entre, por una parte, la certificación de plantaciones y por otra, la restauración del bosque y el sustento de los pobladores locales.
* Reabrir el debate sobre la certificación parcial, que permite que todas las actividades de una empresa, sin importar lo perjudicial que resulten, se beneficien de la buena publicidad asociada a la certificación de una parte de esas actividades.
2) Realizar una investigación profunda de los impactos sociales y ambientales de las plantaciones de árboles en gran escala, que incluya: * Los impactos de las plantaciones sobre la tenencia de la tierra y el acceso de los pobladores locales a la tierra.
* La relación entre plantaciones y recursos hídricos.
* Los impactos de las plantaciones sobre la biodiversidad.
* Los impactos de las plantaciones sobre el suelo.
* La relación entre todos los temas anteriores y la disponibilidad de recursos para el sustento de los pobladores locales.
* Las virtudes comparativas de las plantaciones y el manejo comunitario de los recursos.
3) Realizar estudios independientes sobre las plantaciones certificadas que han sido cuestionadas por las ONGs y comunidades locales, que incluyan: * Identificar una amplia selección de casos de este tipo.
* Términos de referencia claros para los equipos de investigación, que aseguren que se aborden todos los temas sociales, culturales, políticos, económicos y ambientales.
* Pautas claras sobre la composición de los equipos de investigación que aseguren el equilibrio entre todas las pericias necesarias y el equilibrio entre partidarios y críticos de las plantaciones.
* Consultar previamente sobre todos los temas mencionados, a las comunidades afectadas y las ONG locales.
* Consultar adecuadamente, durante los estudios, a todas las partes involucradas, con énfasis especial en las comunidades afectadas.
* Discutir los resultados de la investigación durante el propio proceso de investigación.
* Aplicar medidas para tratar los problemas identificados por la investigación.
* Establecer incentivos para el personal como forma de asegurar que esta investigación y todas las medidas de seguimiento tomen en cuenta las realidades científicas e históricas en cada zona local investigada.
Como afirmamos en el párrafo final de Certificando lo incertificable: “El WRM, los autores de este libro y las organizaciones miembros de Amigos de la Tierra están dispuestos y deseosos de colaborar en la implementación de estas recomendaciones, en especial en la tarea de acompañar a los miembros del FSC en las visitas a las comunidades locales afectadas por las plantaciones y en proporcionarles la información pertinente sobre los impactos documentados de las plantaciones de árboles en gran escala”.
Y realmente lo estamos.






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