No. 149/150 - Marzo-Abril 2004
Argentina
Syngenta emprende campaña publicitaria de soja RR
por
Lilian Joensen
"Republiqueta Sojera" es el nombre utilizado por ONGs de Argentina para advertir a la población sobre los peligros de la agresiva expansión de la soja Roundup Ready (RR) que ha tenido lugar en este país en los últimos 10 años. La irónica denominación es una forma de criticar al modelo agrícola orientado a la exportación que se ha adoptado.
Un aviso publicado por Syngenta el 27 de diciembre de 2003 en la sección rural del diario argentino La Nación conmocionó a todos los grupos e individuos preocupados por los transgénicos. Se trataba de un mapa de la ficticia "República Unida de la Soja", un territorio que abarcaba Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, cubierto por soja RR. La imagen representa la visión de Syngenta de que la soya no conoce fronteras.
El aviso muestra claramente cuál es la intención de las agroempresas, que se atreven a burlarse de la resistencia de los movimientos locales al modelo neoliberal de agroexportación de la soja RR, promovido por la industria semillera y agroquímica. En contraposición al mapa virtual de Syngenta, existe un mundo real en que los campesinos son amenazados y despojados de sus tierras, sus bosques son devastados, su ganado y sus cultivos destruidos, y su salud es puesta en peligro por la fumigación que realizan los productores de soja RR.
El mapa de Syngenta no toma en cuenta la lucha contra la producción de soya RR por parte de campesinos que han vivido en esas áreas por años, porque ellos estorban los planes de las agroempresas. Sin embargo, también se podría trazar un nuevo mapa para mostrar que el movimiento campesino tampoco tiene fronteras. En las mismas áreas abarcadas por el mapa de Syngenta, viven campesinos de Mocase y Mocafor, ambos grupos argentinos, la Organización Comunitaria, de Paraguay, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), de Brasil, y muchos otros.
Mientras Monsanto lucra con la venta de semillas, glifosato y otros pesticidas, Syngenta tiene su propio nicho de mercado en el negocio de la soja RR. En otro aviso en el mismo periódico, Syngenta sostiene que “la soja es una hierba”, en referencia a la soja RR que queda atrás luego de la cosecha y crece fuera de la temporada de plantación. Para resolver este problema de “hierbas”, promueve el uso del paraquat, una sustancia altamente tóxica comercializada por la compañía.
Contrariamente a lo que sostienen las agroempresas y sus aliados economistas y científicos, la soja RR ha multiplicado el uso de pesticidas. Esto está documentado por científicos del Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA), de Argentina y se puede obtener más información al respecto en Internet. Esos informes contradicen la afirmación de que la soja RR contribuye a reducir el uso de pesticidas.
Mientras, la agroindustria utiliza a renombrados economistas neoliberales y científicos para hacer presión sobre los ciudadanos y las ONG de Europa, afirmando que no tiene sentido apoyar la lucha contra los transgénicos en el Tercer Mundo. Esos académicos arguyen que muchos países en desarrollo dependen de la exportación de esos productos, y que el libre comercio y los transgénicos son una realidad que llegó para quedarse. Según este argumento, si Europa desea ayudar al Tercer Mundo, debe informar a esos campesinos ignorantes sobre los beneficios de los transgénicos y eliminar las barreras a la importación de nuevos organismos genéticamente manipulados, que seguramente se producirán en países en desarrollo en el futuro.
La ceguera de los economistas neoliberales y algunos científicos tampoco tiene límites. Ellos prefieren ignorar los hechos e insistir en que el Tercer Mundo adopte los transgénicos, mientras crece la oposición contra esos productos porque amenazan la seguridad alimentaria y la soberanía en los países en desarrollo.
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Lilian Joensen es bióloga molecular, Grupo de Reflexión Rural (Argentina).
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