No. 149/150 - Marzo-Abril 2004
Brasil
Publicidad de Monsanto irrita a la población
Mediante emotivos avisos publicitarios en medios de Brasil, la empresa estadounidense Monsanto intenta convencer a los consumidores de que la producción de transgénicos promueve la seguridad alimentaria y ambiental, citando supuestos beneficios de la biotecnología. Los comerciales son blanco de duras críticas.
“Imagina un mundo que preserva la naturaleza, el aire, los ríos. Que podemos producir más con menos pesticidas, sin destruir los bosques. Imagina un mundo con más alimentos, con comida más nutritiva y personas más saludables. ¿Puedes imaginarlo? Ah, pero nunca imaginaste que los organismos transgénicos podían ayudarnos a lograr esto. ¿Alguna vez has pensado en un mundo mejor? Deberías pensarlo, como nosotros. Una iniciativa de Monsanto con el apoyo de la Asociación Brasileña de Nutrología”. (De un aviso publicitario de Monsanto).
La Campaña por un Brasil Libre de Transgénicos ha manifestado públicamente su oposición a la propaganda de Monsanto a través de la televisión, la radio y la prensa brasileñas. Mediante el manejo de las emociones, esa empresa intenta formar una opinión pública basada en una relación inexistente entre la producción de transgénicos y la conservación del ambiente. Los avisos intentan convencer a los consumidores de que la producción de alimentos modificados genéticamente promueve la seguridad alimentaria y ambiental, citando los supuestos beneficios de la biotecnología.
Analicemos algunos puntos de la propaganda de Monsanto.
1. El aviso citado sugiere que la producción transgénica puede ayudar a “preservar la naturaleza, el aire, los ríos”. Es importante establecer que hay dos tipos de plantas transgénicas producidas con fines comerciales en la actualidad. La primera clase constituye 75 por ciento del total, y es resistente a los herbicidas. En otras palabras, con los correspondientes cuidados, el agricultor puede rociar todos los herbicidas que precise sobre sus tierras, y morirán todas las plantas excepto las transgénicas. Cabe señalar que Monsanto, que produce las semillas para esas plantas, también produce el herbicida al cual son resistentes. La segunda clase constituye 17 por ciento de las plantas transgénicas. Se trata de plantas a las que se introducen genes de una bacteria del suelo para que produzcan insecticidas tóxicos. Si un insecto come una parte de la planta, muere. El restante ocho por ciento es una combinación de ambas tecnologías.
Hasta ahora, no existen pruebas de que las plantas manipuladas genéticamente beneficien a la naturaleza, al aire o al agua. Por el contrario, tienden a necesitar más herbicidas, por lo tanto contaminan todavía más el ambiente. Y el segundo tipo de plantas transgénicas mata también insectos beneficiosos, es decir que alteran el equilibrio ambiental.
2. La propaganda insinúa también que los transgénicos pueden rendir más con menos sustancias químicas, pero según estudios realizados en Estados Unidos, los frijoles genéticamente modificados rinden de cinco a 10 por ciento menos que los convencionales. En cuanto a otros cultivos transgénicos, su rendimiento es inferior o igual al de los convencionales.
La producción de transgénicos, entonces, no requiere menos sustancias químicas. También es interesante señalar que el uso de glifosato (el principal componente del herbicida Round-up Ready de Monsanto) se triplicó en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, exactamente en el período en que los cultivos transgénicos proliferaron ilegalmente (1998-2001). Es igualmente falso que las plantas transgénicas ayuden a prevenir la deforestación. La mayoría de los cultivos manipulados genéticamente (soja, maíz y algodón) son bienes de exportación y requieren vastas áreas de tierra. Así, los grandes agricultores compran más y más bosques en todo Brasil para sustituirlos por cultivos de soja.
3. El aviso sugiere que la biotecnología provee alimentos más nutritivos y mejora la salud humana. En este punto, cabe señalar que ningún país ha realizado una evaluación cabal de los efectos de los productos transgénicos sobre la salud de las personas. Como si esto no fuera suficiente, Monsanto solicitó a Anvisa (la agencia brasileña de alimentación y seguridad) que incremente 50 por ciento el límite máximo de residuos de glifosato tolerado en la soja. Además, la empresa se negó a realizar estudios de impacto ambiental desde 1998, cuando el Departamento de Justicia le ordenó que lo hiciera, y lucha contra la aprobación de una ley que exigiría el etiquetado de los productos que contengan organismos transgénicos. Si Monsanto está tan convencida de la seguridad de las plantas transgénicas, ¿por qué se niega a realizar estudios para evaluar los riesgos? ¿Y por qué intenta cambiar las leyes brasileñas sin realizar evaluaciones previas?
4. Consideramos preocupante que en los anuncios televisivos Monsanto exhiba imágenes de mujeres embarazadas y niños, sugiriendo que los transgénicos son buenos para ambos. En 2002, un estudio de la Sociedad Real del Reino Unido recomendó especial cuidado con los alimentos transgénicos destinados a bebés: “Existe el riesgo de que los bebés alimentados artificialmente puedan desnutrirse si se les alimenta con fórmulas lácteas a base de productos transgénicos, dado que esos alimentos no están reglamentados ni han sido probados adecuadamente” (Daily Telegraph, 5 de febrero de 2002).
5. Además de ser engañosa, la propaganda de Monsanto se refiere a productos prohibidos en Brasil. A pesar de las Medidas Provisorias 113 y 131, que autorizaron la comercialización de la soja transgénica, la venta de semillas manipuladas genéticamente sigue prohibida por el Departamento de Justicia.
Por todos estos motivos, urgimos a las autoridades de Brasil a suspender la publicidad engañosa de Monsanto y obligar a la empresa a pagar anuncios que rectifiquen sus mensajes y presenten claramente los datos relacionados con los transgénicos.
-------
Este artículo fue redactado por activistas de la Campaña por un Brasil Libre de Transgénicos y transmitido por el Servicio Brasileño de Justicia y Paz (Sejup): www.oneworld.net/sejup
|