No. 147/148 - Enero/Febrero 2004
Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información
Gobierno de Internet y Fondo de Solidaridad Digital postergados hasta Túnez
por
Pablo Accuosto
Los gobiernos adoptaron unánimemente el 12 de diciembre la Declaración y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. Las acciones concretas sobre temas fundamentales, como el gobierno de Internet y la creación de un Fondo de Solidaridad Digital, fueron postergadas hasta 2005.
El origen de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información se encuentra en la Conferencia Plenipotenciaria de 1998 de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) donde se propuso hacer una reunión para discutir los temas de la sociedad de la información a nivel mundial. La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tomó esta propuesta y resolvió que la reunión sería una conferencia global a nivel de jefes de Estado y de gobierno, encomendando a la UIT la Secretaría de la misma. El objetivo de la Cumbre sería proveer de un medio efectivo para apoyar a la ONU en la concreción de los objetivos acordados en la Cumbre del Milenio, desarrollando un marco global para abordar los desafíos planteados por la sociedad de la información.
Tal como fue concebida, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información diferiría de otras conferencias de la ONU en la medida que se planteó como un proceso en dos fases, que culminaría en dos “cumbres mundiales”. La primera de estas cumbres tuvo lugar en Ginebra del 10 al 12 de diciembre de 2003, mientras que la segunda se realizará en Túnez, del 16 al 18 de noviembre de 2005. A diferencia de conferencias anteriores de la ONU, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información aspiraba a incorporar un enfoque consensual de múltiples actores -que reflejara los intereses de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil- en las deliberaciones.
El proceso preparatorio de la primera etapa de la Cumbre comenzó en julio de 2002 en Ginebra e incluyó múltiples reuniones a nivel regional y global. Para la preparación de la Declaración de Principios y el Plan de Acción que habrían de aprobarse en Ginebra se marcó un calendario de reuniones formales del Comité Preparatorio (PrepCom) bajo la presidencia de Adama Samassekou, ex ministro de educación de Mali. A medida que avanzaba el proceso preparatorio se empezaron a hacer evidentes las dificultades para articular los intereses de los gobiernos entre sí y con los otros actores involucrados, especialmente con las organizaciones de la sociedad civil. Al finalizar lo que se suponía que debía ser la última reunión del PrepCom, en setiembre de 2003 en Ginebra, se llegó a temer un fracaso completo del proceso al comprobar las diferencias aparentemente insalvables por parte de los gobiernos que impedían obtener consensos mínimos sobre temas fudamentales.
Por parte de la sociedad civil, luego de trabajar intensamente durante más de un año en los borradores de la Declaración de Principios y el Plan de Acción, se decidió la redacción de una declaración propia, independiente de la de los gobiernos. Esta fue la última expresión de una frustración cada vez más pronunciada por parte de la sociedad civil respecto al proceso de la Cumbre, al comprobar que los puntos esenciales de sus propuestas no encontraban el camino hacia los borradores de los documentos oficiales. La frustración de los representantes de la sociedad civil también era un reflejo de las limitaciones impuestas a su participación en algunas instancias del proceso, que contradecían las expectativas generadas inicialmente al proponer un enfoque multipartito en la preparación de la Cumbre.
Al resultar evidente que no se podría avanzar más en la definición de los documentos durante la reunión de setiembre se propuso continuar con las deliberaciones en reuniones formales e informales hasta poco antes de la realización de la Cumbre de Ginebra. Durante este período el gobierno de Suiza intervino muy activamente generando instancias de diálogo y proponiendo nuevas versiones de borradores para los documentos. De esta forma Suiza logró evitar una temida “cancunización” de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. Los delegados de los gobiernos llegaron entonces a Ginebra con los principales puntos de la Declaración de Principios y el Plan de Acción ya acordados, los cuales fueron aprobados por unanimidad en la sesión plenaria del 12 de diciembre.
Algunos de los temas que ocasionaron los principales puntos de fricción entre los gobiernos en el proceso preparatorio se referían al gobierno de Internet y la creación de un Fondo de Solidaridad Digital para Africa. Ante la imposibilidad de dar una respuesta clara a estos puntos en Ginebra se resolvió, salomónicamente, la creación de grupos de trabajo en el ámbito de la ONU para estudiar estos temas. Los análisis que surjan de estos grupos serán incorporados a la discusión hacia la segunda fase de la cumbre en Túnez.
En relación al gobierno de Internet, tanto Estados Unidos, que pretende mantener el control sobre aspectos fundamentales de la administración de Internet actualmente en el ámbito del ICANN*, como los países que promovían la creación de un organismo en el ámbito de la ONU (Brasil, Sudáfrica e India), se mostraron conformes con la solución adoptada por los documentos de la Cumbre. Los países que se oponen a la hegemonía de ICANN en el gobierno de Internet ven en los documentos oficiales “el principio del fin” del mecanismo actual de gerenciamiento de las comunicaciones digitales. Por su parte, Estados Unidos logró que el control de Internet permanezca bajo su control por los próximos dos años y también evitó que el grupo de trabajo para estudiar estos temas funcionara en la órbita de la UIT en Ginebra, como había sido propuesto. Este dependerá directamente del secretario general de la ONU. La creación de este grupo de trabajo lo que hace efectivamente es replantear el concepto mismo de “gobernanza de Internet”. De acuerdo a la interpretación que se le termine asignando a este término los documentos de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información podrán adquirir un significado u otro.
El presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, coordinador de cuestiones en materia de tecnologías de información y comunicación (TICs) para la Nueva Estrategia de Cooperación para el Desarrollo Africano (NEPAD), había propuesto durante el proceso preparatorio de la Cumbre la creación de un Fondo de Solidaridad Digital para Africa, con el objetivo de obtener financiamiento para el acceso a las comunicaciones en los países con menos recursos. Este fondo consistiría en contribuciones voluntarias de los países más desarrollados. Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Japón se han opuesto firmemente a la posibilidad de creación del fondo y han sugerido, en cambio, la promoción de políticas en Africa para el establecimiento de un “entorno habilitador”, lo que significa abrir el camino a la inversión privada extranjera para el desarrollo de infraestructura de comunicaciones.
Durante el proceso preparatorio, la sociedad civil ha manifestado su apoyo al fondo señalando que éste debería considerar de forma prioritaria la aportación de recursos para la educación y la generación y diseminación de contenido que promueva la diversidad cultural y lingüística, en el entendido que la “brecha digital” no se resuelve únicamente con mayor infraestructura. Si bien el fondo finalmente no encontró la luz verde en los documentos aprobados en Ginebra, Abdoulaye Wade manifestó su satisfacción por lograr que en la Declaración de Principios se incluyera una referencia al principio de la solidaridad digital, sin bien éste no es definido en términos precisos. A último momento, intentando que la repetida consigna de “acortamiento de la brecha digital” no quedara sólo en palabras, las ciudades de Ginebra y Lyon, organizadoras de la Cumbre Mundial de Ciudades en la Sociedad de la Información, anunciaron junto al gobierno de Senegal, el aporte de un millón de euros para la creación del fondo. En todo caso, este tema sigue sin recibir una respuesta contundente y su resolución también quedó pendiente para la próxima fase de la cumbre, encomendándosele al secretario general la creación de un grupo de trabajo para su estudio.
En la declaración dada a conocer por la sociedad civil en Ginebra se marcan claras diferencias conceptuales con los gobiernos respecto a la sociedad de la información que se pretende impulsar. Si bien en los documentos oficiales se incluyeron referencias a la promoción de los derechos humanos y la voluntad de promover un uso democratizador de las TICs, al analizar los textos con detenimiento se puede ver una visión de la tecnología impulsada por intereses comerciales, opuesta a la concepción de la misma como una herramienta de desarrollo igualitario que sostiene la mayoría de la sociedad civil. Fuertes grupos de presión, como el de los medios corporativos, dejaron su huella en los documentos, que colocan a las formas más democratizadoras de la comunicación en los márgenes de la sociedad de la información. Los medios comunitarios, en particular, y sus reclamos de reconocimiento del espectro radioeléctrico como un bien público, fueron relegados de los textos oficiales. Los documentos aprobados en Ginebra tampoco han resuelto puntos conflictivos sobre los derechos de propiedad intelectual y la promoción del software libre. Sobre estos temas fueron las empresas multinacionales productoras de software las que hicieron primar sus intereses. Respecto a los derechos de propiedad intelectual, la sociedad civil sostiene en su declaración que los instrumentos internacionales de reglamentación existentes, incluidos el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio y los instrumentos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), deberían revisarse con miras a asegurarse de que promueven la diversidad cultural, lingüística y mediática, y contribuyen al desarrollo del conocimiento humano. Algunos gobiernos, particularmente el de Estados Unidos, se han opuesto firmemente a que en el proceso de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información entren en consideración aspectos sobre el comercio de bienes y servicios, alegando que el ámbito natural para estos temas son la Organización Mundial del Comercio o la OMPI.
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* Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (ICANN) tiene a su cargo la administración de números IP y nombres de dominio. Tiene su sede en California y responde al Departamento de Comercio de Estados Unidos. El acuerdo entre el Departamento de Comercio e ICANN, que vencía en setiembre de 2003, fue recientemente extendido por tres años. Ver: www.ntia.doc.gov/
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