No. 147/148 - Enero/Febrero 2004
Europa
Socialdemócratas lanzan "alianza progresista"
por
Martin Khor
Los partidos socialdemócratas de Europa organizaron un “foro mundial progresista” en noviembre. Atónitos ante la derrota electoral sufrida, así como por la desconexión con la gente, los socialdemócratas han iniciado un proceso de revisión de sus políticas y han empezado a formar nuevas alianzas con grupos de la sociedad civil. ¿Se trata de un ejercicio de relaciones públicas o es cierto que piensan cambiar sus políticas y generar otros modelos que sustituyan a las estructuras desiguales e injustas que prevalecen hoy en el mundo?
Azuzados y sorprendidos por el crecimiento de los partidos y grupos de derecha en Europa y Estados Unidos, los partidos políticos socialdemócratas de Europa lanzaron una iniciativa para contrarrestar esta tendencia mediante la creación de lo que han dado en llamar “alianza mundial progresista”. En noviembre, organizaron un Foro Mundial Progresista de tres días en las instalaciones del Parlamento Europeo en Bruselas. Entre las 1.500 personas que participaron había políticos, sindicalistas, representantes de organizaciones de la sociedad civil y académicos, en su mayoría europeos, aunque también algunos del mundo en desarrollo.
Los líderes de este Foro incluyen a su presidente, el ex primer ministro de Dinamarca, Poul Nyrup Rasmussen, el presidente de la Internacional Socialista y ex primer ministro de Portugal, Antonio Guterres, el presidente del Partido de los Socialistas Europeos, Robin Cook, de Gran Bretaña, y el presidente del Grupo del Partido de los Socialistas Europeos en el Parlamento Europeo, el español Enrique Barón Crespo.
El objetivo del Foro, según Rasmussen, es generar cambios en este planeta conflictuado y dividido, mediante la reformulación de los modelos de la globalización y el fortalecimiento de la gobernanza mundial. “Esto sólo será posible si hay alianzas progresistas por el cambio que reúnan a políticos progresistas, ONGs, sindicatos, empresarios éticos y académicos de todo el mundo”, declaró Rasmussen, quien agregó que el Foro es el centro desde el cual se pretende lograr que las fuerzas progresistas compartan ideas y unan sus influencias.
Más allá del discurso, está claro que los partidos socialdemócratas están sacudidos por la pobre actuación que han tenido últimamente en la mayor parte de Europa. Hace unos años controlaban el gobierno de 13 países europeos y hoy, sólo mantienen su presencia en unos pocos, como Alemania, Gran Bretaña y Suecia.
La emergencia de partidos de extrema derecha que se han llevado algunos votos del socialismo en Francia y Holanda, por ejemplo, ha dejado a los socialdemócratas en estado de shock. Muchos ciudadanos idealistas, sobre todo los jóvenes, están desencantados con los partidos y los políticos. Millones de personas se han volcado al activismo en movimientos sociales, ONGs y manifestaciones callejeras, y le rehuyen a los partidos políticos, incluidos los socialdemócratas.
Los líderes socialdemócratas que organizaron el Foro lo hicieron con la esperanza de que sus partidos forjaran alianzas con los movimientos sociales activistas que rechazan la globalización conducida por el sector empresarial y el fundamentalismo del mercado. Parece urgente construir un puente entre ambos grupos debido a las acciones unilaterales y cada vez más agresivas de Estados Unidos, que constituyen una amenaza para el sistema multilateral de la posguerra.
Las preguntas obvias que se plantean los participantes no partidarios acerca de los ex primeros ministros y otros líderes políticos eran: “¿Qué hicieron ustedes cuando estaban en el poder? ¿De verdad aprendieron las lecciones y harán algo diferente si vuelven a asumir dicho poder? Y en cuanto a los socialdemócratas que están en el gobierno (como Tony Blair en Gran Bretaña), ¿en qué se diferencia lo que están haciendo de las actitudes de los conservadores que ustedes critican?” Hacia el final de la reunión, las preguntas aún no habían recibido respuestas satisfactorias. Pero los participantes se quedaron con la sensación de conocer un poco mejor a los políticos.
Muchos participantes defendieron apasionadamente el “modelo europeo”, como algo más humano que el brutal modelo del capitalismo practicado en Estados Unidos y como algo que estaba siendo dañado por los conservadores y que habría que rescatar.
Johannes Swoboda, un austríaco que fue vicepresidente del Grupo Socialista del Parlamento Europeo, sostuvo que el “modelo europeo” se caracteriza por una combinación de fuerzas de mercado y derechos sociales, la lucha contra la exclusión social y a favor de que los servicios públicos sean tan importantes como el mercado, el respeto hacia la diversidad cultural y el ambiente, y el uso de la persuasión en lugar de la fuerza (como en el caso de Irak). Este modelo está en peligro, dijo, debido a que los socialdemócratas no lo han defendido lo suficiente. Y está siendo arrasado por el modelo neoliberal que imponen Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En Europa, los servicios públicos están siendo atacados y hay que defenderlos.
Durante la sesión de cierre del Foro, mi respuesta fue que el tan mentado modelo europeo había sido promovido por los socialdemócratas sólo para los países de Europa, pero que cuando habían estado en el poder, se habían dedicado a imponerle a los países en desarrollo lo que ahora criticaban como un “modelo estadounidense” de políticas neoliberales de libre mercado. Parecía que la gente del Sur y los socialdemócratas que estaban en el poder querían el modelo europeo sólo para Europa.
Los países europeos no son mejores -y a veces, son peores- que Estados Unidos en cuanto al modo en que utilizan la Organización Mundial de Comercio (OMC), el FMI y el Banco Mundial, o incluso sus propias políticas bilaterales, para presionar a los países en desarrollo a fin de que acepten políticas dañinas para ellos, pero que benefician a los países ricos. Si los líderes socialdemócratas europeos piensan seriamente formar una alianza mundial para ayudar a los países más pobres, tendrán que cambiar primero la propuesta presentada por la Unión Europea en la OMC de promover la apertura drástica de los mercados del mundo en desarrollo mientras los mercados europeos, sobre todo la agricultura, se mantienen protegidos.
En respuesta a esto, el ex primer ministro de Portugal Antonio Guterres reconoció que es importante terminar con el doble discurso. Sostuvo que la ideología neoliberal y la agenda neoconservadora, con su lógica propia en cuanto a los asuntos internacionales, están estrechamente relacionadas y tienen miles de defensores entre los burócratas del mundo. “Cuando fui nombrado primer ministro y vi los discursos que me habían preparado, no los pude leer, porque eran lo contrario a lo que yo creía”, afirmó.
Había 13 gobiernos socialdemócratas en Europa, en ese momento, recordó Guterres. “Eramos ingenuos, estábamos en el gobierno pero no teníamos el poder, debido al dominio intelectual neoliberal. En realidad, nunca decidimos juntos lo que debían hacer el FMI y el Banco Mundial, y cómo se podían cambiar. Eramos ingenuos, creíamos que como estábamos en el gobierno, no era necesario cambiar las normas y el sistema de gobernanza. Creíamos que éramos el sistema de gobernanza, pero no era así”, expresó.
El ex primer ministro de Portugal declaró que su obsesión actual es prepararse para la próxima ronda, cuando los partidos socialdemócratas vuelvan al poder. “No podemos pasar a la siguiente etapa en el poder y sólo entonces empezar a pensar qué se puede hacer. Nuestro deber es trabajar juntos para prepararnos para la próxima vuelta al poder, en la que tendremos que trabajar para la gente”, afirmó.
Robin Cook, quien renunció al liderazgo de la Cámara de los Comunes como forma de protesta contra las políticas de guerra de Tony Blair, habló en el mismo tono. Ante todo, “la solidaridad tiene que ser mundial”, dijo. Hay que aplicar el principio de solidaridad del partido a nivel mundial, no sólo nacional. “Hay niños con hambre en otros países, pero nosotros agonizamos porque nuestros niños son obesos”.
Cook sostuvo que Estados Unidos desarrolló su poder en el siglo XIX, protegiendo su industria y beneficiándose del libre mercado en agricultura. Ahora, Estados Unidos está revirtiendo esa política para los países en desarrollo, cuyas industrias deben enfrentarse a la competencia del libre mercado en la industria, mientras sus agricultores no pueden beneficiarse de las exportaciones, porque no hay libre mercado para la agricultura. Cook dijo que Europa trata de imponer las mismas políticas que Estados Unidos y que debe cambiar sus prioridades.
En segundo lugar, Cook dijo que “la seguridad tiene que ser multilateral”. Las decisiones de seguridad deben tomarse a nivel colectivo, en lugar de hacerlo cada país por su cuenta. “Ahora que no podemos encontrar armas de destrucción masiva en Irak, hay que olvidar la idea de que cualquier país tiene derecho a iniciar un ataque preventivo”, afirmó.
La atrocidad del 11 de septiembre mostró lo interdependientes que somos en el área de la seguridad, agregó Cook. “Me estresa que Bush haya aprendido la lección contraria y haya generado el colapso de la lucha internacional contra el terrorismo debido a la invasión de Irak”, declaró. “Estados Unidos está llevando a cabo en Irak una estrategia contraproducente. El terrorismo no se puede vencer sólo por medio de las armas, que terminan generando simpatía hacia los terroristas en la opinión pública. Debemos encontrar la paz en Medio Oriente y la justicia para los palestinos, esa es la mejor manera de detener el terrorismo. Es perverso ver a (el primer ministro Ariel) Sharon construyendo un muro (en Cisjordania), que constituye un revés para la tendencia de la globalización”, concluyó Cook.
La escritora Susan George sostuvo que Europa tiene que hacer una elección clave: o se somete al imperio estadounidense, o crea un modelo alternativo que sustituya al neoliberal y le sirva a otros países. George dijo que Europa debe trabajar en base a su historia durante la posguerra para proponer un modelo diferente al de Estados Unidos. El modelo europeo, cuyos fundamentos son la atención de la salud pública, la mejora de las relaciones con el Sur, la regulación pública del mercado, y el gobierno del derecho en lugar del de las invasiones, fue construido con dolor, con muchas personas que murieron en la lucha por su creación.
Sin embargo, no fue fácil para Europa promover su propio modelo. Hoy, la Unión Europea está ayudando a Estados Unidos a promover el neoliberalismo a nivel planetario; varios países europeos se alinearon con Estados Unidos durante la guerra de Irak y la agenda comercial de la Unión Europea refleja los intereses de sus empresas multinacionales. Por lo tanto, hay pocas esperanzas de ofrecerle al mundo el modelo europeo. Se necesita luchar más, sostuvo George. “La gente está observando para ver cuál va a ser la opción de los socialdemócratas, si están dispuestos a cortar radicalmente con el neoliberalismo o no”, concluyó.
El presidente del Foro señaló que tiene la impresión de que la gente está deseosa de reunirse en torno de una agenda mundial progresista. Los partidos socialdemócratas, las ONG y los sindicatos están incluidos en este clima colectivo de “podemos cambiar el mundo”, dijo Rasmussen.
La socialdemocracia y la sociedad civil no pueden formular un mundo mejor por su cuenta, se necesitan mutuamente. Los partidos politicos se han desconectado de la gente y tiene que producirse la “reconexión”, con nuevas miras y nuevas direcciones. El “sueño” de Rasmussen es que el Foro minimice la distancia entre “lo que se dijo aquí y las decisiones políticas que se tomen”.
Rasmussen hizo declaraciones sobre las propuestas presentadas en las 18 mesas redondas realizadas, entre las cuales figuraban: crear un grupo asesor para reformar la política comercial europea y la OMC; organizar una fuerza de trabajo de socialistas europeos que reflexionen sobre políticas de seguridad y defensa; redes mundiales de trabajo sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU); crear un grupo que supervise los derechos humanos; generar nuevas reflexiones sobre el ambiente y la pobreza; diseñar una plataforma de lucha contra el sida; establecer una red de educación para todos; y apoyar el proyecto de la Organización Internacional del Trabajo sobre las dimensiones sociales de la globalización como alternativa al Consenso de Washington.
Los políticos socialdemócratas europeos han generado grandes ilusiones con este Foro. De todos modos, los escépticos se preguntan si, una vez pasado el fervor de la reunión, las cosas volverán a ser “como antes”. Habrá que ver si las expectativas creadas se pueden mantener y si las propuestas anunciadas se convierten en algo concreto.
-----------
Martin Khor es director de la Red del Tercer Mundo.
|