No. 40/41 - Enero/Febrero 1995
SALUD LA SELVA TERAPÉUTICA
Tráfico de remedios
por
Bas van der Heide (*)
En 1988, la Organización Mundial de Salud (OMS), calculó que de 5 mil millones de personas en el mundo, entre 1,2 y 2,5 tienen poco acceso o acceso limitado a medicinas esenciales. También se estima que hasta un 70% de las medicinas en el mercado internacional son productos no esenciales o indeseables.
Health Action International (HAI) es una red informal de más de 150 grupos de interés público implicados en temas farmacéuticos y de salud en 70 países, que apoya a la Política de Medicinas Esenciales de la OMS, concentrada en el aprovisionamiento y el uso de unas 250 medicinas consideradas entre las más esenciales.
Cada año, en varios países, millones de personas gastan enormes cantidades de dinero en medicinas que, en el mejor de los casos, dejan la condición del paciente inalterada o, en el peor de casos, son peligrosas. Los países industrializados son los que producen la mayor parte de dichos productos. Los fabricantes de medicinas, cuyas estrategias promocionales están determinadas más por las ganancias que por las consideraciones de salud, fomentan un consumo excesivo de sus productos.
CE: dualidad de normas
Europa está orgullosa de su liderazgo en materia de protección pública contra productos peligrosos. Sin embargo, la Comunidad Europea (CE) se niega a insistir que las compañías farmacéuticas con sede en Estados miembros exporten a países en desarrollo solamente aquellas medicinas consideradas buenas para sus propios mercados internos. Aproximadamente una de cada cuatro medicinas exportadas al Tercer Mundo desde Alemania, nunca ha sido vendida en Alemania o distribuida en los últimos quince años. Estas exportaciones incluyen 87 productos farmacéuticos europeos vendidos a países en vías de desarrollo, conteniendo además pocas advertencias.
En 1990 47 medicinas prohibidas o retiradas de la CE se vendían en el Tercer Mundo. La lista de estos productos incluye varios calmantes como glafenine, alclofenac, oxifenbutazono y dipirona. Estos productos fueron retirados del mercado en más de un país europeo por su negativa relación riesgo/beneficio. En la mayoría de los casos, existen alternativas más seguras.
Abrir camino en lo que se ha llamado la "selva terapéutica" -por la enorme cantidad de productos farmacéuticos, la confusión sobre los nombres y el estatuto incierto de ellos- es la meta de HAI.
Esta red tiene integrantes activos en Africa, Asia, Europa, América Latina, Norteamérica y la cuenca del Pacífico. HAI estima que todas las medicinas vendidas deberían responder a necesidades médicas verdaderas, tener ventajas terapéuticas, ser seguras y ofrecer garantías por el dinero gastado en ellas.
Evitar que una medicina no esencial se exporte o lograr que se retire del mercado puede salvar vidas. Más importante aún es convencer al consumidor, a los médicos y a los medios de comunicación del uso racional de las medicinas. No existe una píldora para cada enfermedad. Los remedios "no-medicinales" son apropiados para una buena parte de los problemas de salud en el mundo causados por agua impura, falta de higiene y desnutrición.
El Tercer Mundo exige cambios
La mayoría de los fabricantes de medicinas peligrosas y no efectivas exportan sus productos sin mayores obstáculos. En 1990, 69 ex colonias de Europa en Africa, el Caribe y la cuenca del Pacífico exigieron que las medicinas prohibidas, retiradas o sin título de autorización en Europa fueran exportadas solamente si el país importador las solicitaba de manera específica y después de un intercambio de información sobre el producto.
Mary Banotti, activista de HAI en Irlanda, propuso este procedimiento en su informe de 1986 en nombre del Comité sobre Ambiente, Salud Pública y Protección de Consumidores sobre la exportación de productos farmacéuticos de la CE a países del Tercer Mundo.
Legislación sobre la exportación
Normalmente, la agencia encargada de regulaciones sobre medicinas de un país autoriza aquellos productos farmacéuticos cuya composición ha sido señalada y cuya dosificación correcta resulta efectiva e inofensiva. La mayor parte de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE) requieren la autorización de los productos farmacéuticos antes de comercializarlos. Sin embargo, raras veces el registro de estos productos es obligatorio para su exportación.
Cada año, la Comunidad Europea exporta más de 12,3 mil millones de dólares en medicinas. La OMS aconseja a los países importadores que limiten los productos comercializados a una lista de 250 medicinas esenciales para el tratamiento de las enfermedades fatales y más comunes, y 40 productos para asistencia médica de primera necesidad.
La CE y Estados Unidos
La CE aún no ha adoptado medidas que prohíban la exportación de productos farmacéuticos peligrosos o no efectivos. Una directiva de 1989 permite la exportación de productos que no tengan licencia en la CE. Sin embargo, Francia y Alemania han adoptado medidas más estrictas a través de sus propias legislaciones nacionales. Las medicinas prohibidas en Francia no pueden ser exportadas, y se puede prohibir la exportación de medicinas que se consideren demasiado peligrosas. La legislación alemana imposibilita la exportación de medicinas peligrosas, y exige que la información que acompaña los productos exportados no sea engañosa.
La legislación estadounidense va más allá de la directiva comunitaria. Las compañías farmacéuticas sólo pueden exportar medicinas sin licencias si reúnen las siguientes condiciones: el país importador debe tener en su posesión una legislación operante de registro, el productor procurará autorizar el producto en el mercado estadounidense, y el país importador deberá dar su consentimiento para la importación. En la práctica, se prohíbe la exportación de medicinas sin autorización a países del Tercer Mundo.
La campaña de WEMOS
WEMOS se esfuerza en corregir la dualidad de normas en la exportación de medicinas. Sus principales preocupaciones son lograr que la exportación de medicinas sin licencias sean prohibidas, a no ser que un país requiera específicamente la importación de una medicina sin licencia. En este caso la exportación puede llevarse a cabo solamente después de un intercambio de expediente íntegro con información (Consentimiento con Información Previa). Las medicinas esenciales pueden excluirse de esta condición. Además WEMO promueve que las medicinas exportadas estén acompañadas de folletos para los pacientes con prescripciones de por lo menos la misma calidad que la información exigida en el país importador.
(Fuente: WEMOS Pharmaceuticals Project)
(*) Bas van der Heide, pertenece a WEMOS, ONG que realiza campañas sobre temas de salud y desarrollo, y actúa en Health Action International (HAI).
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