No. 40/41 - Enero/Febrero 1995
EL TABACO COSTOS AMBIENTALES
La deforestación
En los países en desarrollo la mayor parte del tabaco se cultiva en zonas semiáridas donde los árboles son escasos. La industria afirma que es uno de los beneficios del cultivo. Pero la desaparición de más árboles es muy grave: elimina la protección natural de la tierra y convierte un lugar donde se cultivan alimentos en un desierto incultivable.
Aproximadamente la mitad de la producción de hojas de tabaco del Sur se cura (es decir se secan las hojas para la producción de cigarrillos) con madera.
Para curar una hectárea de tabaco, puede ser necesario cortar los árboles de una hectárea de tierra. Un estudio realizado por encargo de la industria tabacalera -desde otro punto de vista- concluyó que se necesita un promedio de 7,8 kilogramos de madera por cada kilo de tabaco. Actualmente está claro que el tabaco causa graves pérdidas forestales.
The Economist afirma en un informe denominado "Tobacco and Food Crops Production in the Third World" (El tabaco y la producción de cultivos alimentarios en el Tercer Mundo) que "uno de los rasgos característicos de la producción de tabaco en el Tercer Mundo es la considerable exigencia energética de los procesos de cura con horno o con fuego (...) Como tal, el tabaco es un factor que aumenta en algunos países los problemas de deforestación. La tala de tierras forestadas abre paso a la erosión del suelo y a otras repercusiones ambientales que finalmente reducen la productividad de las tierras agrícolas adyacentes".
Este es un punto muy importante. El tabaco provoca la tala de árboles, lo cual perjudica la tierra y la producción y el abastecimiento de alimentos de un país.
La deforestación es uno de los problemas más acuciantes que enfrenta el mundo, y conforme a la FAO, sigue empeorando. Los bosques son como esponjas, liberan agua lentamente a la tierra que los rodea. Cuando se pierden bosques, se va un regulador natural y las sequías e inundaciones se hacen más probables.
A nivel local, la deforestación puede aumentar las inundaciones, afectar la producción de alimentos y el clima del lugar; a nivel mundial, muchos científicos creen que la deforestación está cambiando el clima en todas partes y provocando el calentamiento del planeta. Los bosques tropicales constituyen el hábitat de valiosas plantas silvestres vitales para nuevas cepas de cultivos.
Los problemas de reforestar
Pero el tabaco solamente causa deforestación porque la industria no planta suficientes árboles para combustible de los hornos de curación. En Kenia, por ejemplo, la comapñía BAT afirma que los agricultores solamente pueden cultivar tabaco si acuerdan plantar mil eucaliptos por año en su campo. Pero el hacendado promedio de Kenia tiene menos de cuatro hectáreas de tierra. Si planta tabaco, le podría insumir aproximadamente media hectárea más otra hectárea para los árboles. La tierra para cultivos alimentarios y para otros fines quedaría muy reducida. Además, muchos agricultores prefieren utilizar el eucalipto para la construcción, entonces continúan talando bosques nativos para la cura del tabaco.
Hace doce años, un ex ejecutivo que ocupaba un alto cargo en BAT Kenia decía: "La compañía hace alarde acerca de la plantación masiva de árboles pero me temo que no es otra cosa que un escandaloso intento de ocultar el problema". No puede aducirse que de los árboles de las regiones de producción de tabaco no queda ninguno. El problema es que BAT y los productores puedan salirse con la suya y lo hagan".
No queda claro cuánto ha cambiado esta situación desde entonces.
Hasta los árboles de rápido crecimiento pueden tardar cinco años en crecer. Muchos agricultores no tienen tiempo para interesarse en plantar hoy árboles que van a poder talar dentro de cinco años. Tienen problemas mucho más inmediatos, como plantar suficientes alimentos para asegurar la supervivencia actual de su familia.
La deforestación en Malawi, el país africano más dependiente del tabaco para los ingresos de exportación, no está bien documentada pero podría alcanzar un nivel alarmante. En Zimbabwe, en contraste, se usa sobre todo carbón para los hornos de curación de tabaco.
Los críticos reclaman que la deforestación por el tabaco es también grave en Brasil, uno de los principales productores mundiales. En "Smoke Ring: The Politics of Tobacco" (Círculo de humo: la política del tabaco), Peter Taylor habla de una visita a un campo de Santa Cruz, Brasil. "Antes había árboles alrededor de la hacienda", escribe, "pero fueron talados para combustible, principalmente para curar tabaco". Los 100.000 cultivadores de tabaco del país, estima Taylor, necesitan unos 60 millones de árboles por año.
La producción de tabaco está presionando los bosques tropicales todavía más y afecta el abastecimiento de alimentos en algunos de los países con mayores problemas de hambre del mundo.
En países con limitadas áreas de tierra, es probable que aumente el problema de distribución de tierras para la plantación de árboles a ser quemados para los hornos de curación de tabaco. En países más grandes, por lo menos hay más espacio. La industria tabacalera afirma que en Brasil, 24,7 millones de árboles fueron utilizados para curar tabaco mientras que se 217,5 millones de árboles nuevos se plantaron. Lo que no dice es cuántos de ellos sobrevivieron. Es común que haya altos índices de fracaso en la plantación de árboles.
El auxilio tecnológico
La industria afirma también que está diseñando graneros más eficientes para la curación que consumen menos combustible. Pero en general se ha rechazado la idea de utilizar graneros solares. Estos fueron desarrollados por primera vez en la década de los años setenta; un prototipo fue probado por BAT y un vocero dijo que se lograba una "buena curación". Pero los hornos solares no han sido promovidos, dice la industria, porque costarían más al agricultor. Tampoco se practica generalizadamente la curación centralizada (recolectar todas las hojas sin curar de los agricultores y curarlas en un sitio único). Las compañías de tabaco podrían ahorrar madera para combustible, y neutralizar las críticas mediante la recolección de las hojas de tabaco de los agricultores sin curar y la curación en un punto central. Tanto el secado solar como el centralizado podrían ahorrar una enorme cantidad de árboles.
Análisis por región
La deforestación del tabaco es generalmente localizada en zonas específicas. Quienes habitan esas regiones conocen los efectos perjudiciales para ellos, incluso cuando el gobierno no comprende el problema y respalda la tala de árboles para los graneros de curación pensando que contribuye con la economía del país.
En la publicación del Instituto Panos "Uganda: Paying the Price of Growing Tobacco" (Uganda: pagar el precio de cultivar tabaco), de Ogen Kevin Aliro, se considera se explica cómo el cultivo puede causar daños a los bosques y a la producción de alimentos.
Aproximadamente el 80% del tabaco de Uganda se planta en la región occidental del Nilo, en el noroeste del país. Unos 10.000 pequeños productores de la región plantan el cultivo para la empresa BAT, que tiene el monopolio del tabaco en Uganda. La empresa suministra a los productores insumos como fertilizantes, a crédito, y les compra el tabaco curado.
El informe afirma que "el efecto más sorprendente del cultivo de tabaco es el casi agotamiento de los bosques naturales y plantados". Los bosques forestados en Uganda cubrían 7.225 hectáreas a comienzos del decenio de los años setenta y llama la atención que hoy se han reducido a 3.000 hectáreas "y algunos valles quedaron sólo con vestigios de lo que antes eran bosques".
El área más afectada por la deforestación en la región del occidental del Nilo es Maracha. "Si no se hace algo durante los próximos cinco años, Maracha se va a convertir en un lugar yermo", afirmaba un ex administrador del distrito. La deforestación ha hecho que pozos y corrientes de agua de la zona se sequen, obligando a la gente a recorrer mayores distancias a pie para conseguir combustible. Las mujeres, que ya trabajaban muchas horas, han tenido que asumir esta mayor carga sobre sus hombros.
Como los árboles fueron talados, el suelo tiene menos cubierta vegetal y mayores probabilidades de erosionarse con las fuertes lluvias. "Los agricultores protestan por la menor fertilidad del suelo y el menor rendimiento de sus cultivos", expone el estudio. BAT manifiesta que se está reforestando en Uganda y que se está mejorando la eficiencia de los hornos de curación para reducir el consumo de madera.
Algunos productores de tabaco del país tienen tan poca madera en su hacienda que están comprándola a 50 kilómetros de distancia, perjudicando los ingresos que perciben por el cultivo. Al agricultor promedio que cultiva tabaco en Uganda "no le ha ido bien" con el cultivo, dice el informe Panos. Los "principales beneficiarios" son BAT y el gobierno.
Uso de la tierra y degradación
Según la FAO, Malawi tiene un 4,3% de su tierra plantada con tabaco, Zimbabwe el 2% y China el 1%. Si bien se trata de porcentajes pequeños a escala nacional, pueden aumentar mucho al analizar zonas específicas, donde los agricultores han sido convencidos de dedicar gran parte de sus tierras al cultivo de tabaco. La doctora Judith MacKay, directora de la Consultora Asiática sobre Control del Tabaco en Hong Kong, dice que este uso "menor" de la tierra niega alimento a 10-20 millones de personas. "En los lugares donde se deben importar alimentos porque ricas tierras de cultivo se utilizan para producir tabaco, el gobierno va a tener que asumir el costo de las importaciones de alimentos", señala.
El tabaco ocupa tierras por períodos más largos que muchos otros cultivos. Desde la siembra hasta la cosecha pueden transcurrir entre cinco y seis meses, mientras que el maíz (un posible cultivo sustitutivo) crece en cuatro meses. (Antes de la siembra, el agricultor tiene que preparar las semillas de tabaco, lo cual insume otros tres meses).
En regiones semiáridas, la pérdida de árboles puede hacer que la tierra se vuelva más vulnerable a la desertificación e inadecuada para la agricultura. Donde se eliminan los árboles, las capas de agua pueden descender, secarse los manantiales, drenarse los pozos e inclusive verse amenazados los ríos.
Arbol polémico
El eucalipto, árbol predilecto de la industria tabacalera, es muy polémico. Crece rápidamente, inclusive en zonas secas, extrayendo agua subterránea. Pero su rápido crecimiento puede ser a costa de la capa freática. Si aparece una napa de agua inferior, la capacidad de la tierra de que crezcan los cultivos se ve perjudicada.
El cultivo de tabaco también afecta los nutrientes del suelo. Agota los nutrientes "a un ritmo muy superior que muchos otros cultivos, disminuyendo así rápidamente la vida del suelo", afirman Goodland, Watson y Ledec. El cuadro muestra el agotamiento de nutrientes provocado por el tabaco y tres cultivos que podrían sustituirlo.
Como agota nutrientes a un ritmo rápido, el tabaco requiere la aplicación periódica de fertilizantes químicos, gasto que reduce más los ingresos de los agricultores. En Kenia, BAT aduce que los intermediarios están convenciendo a los productores para que compren más fertilizantes y plaguicidas que los que necesitan.
La erosión del suelo es un problema grave en una cantidad de zonas tabacaleras. En algunas partes del distrito productor de tabaco de Arua en Uganda, la erosión laminar del suelo es actualmente muy evidente, afirma Ogen Kevin Aliro. "La capa superior del suelo ha sido lavada por las escorrentías dejando en la superficie duros terrones".
En algunos países, Malawi, Sri Lanka, Zambia y Zimbabwe, por ejemplo, el tabaco crece con frecuencia en zonas con elevaciones, y esto acelera la erosión del suelo. Esta erosión puede causar un daño mayor. En Sri Lanka, el tabaco crece en las laderas de elevaciones cercanas al río Mahaweli. La demanda de árboles ha provocado que las laderas de colinas y montañas estén prácticamente desnudas, y sin la protección de los árboles, la capa superficial del suelo corre hacia el río. Esta situación podría provocar serios problemas corriente abajo, porque la acumulación de tierra en el río puede causar problemas de limo en la enorme represa Victoria, construida en la década pasada.
Plaguicidas: "No fumar en la zona del semillero"
El tabaco requiere la aplicación de potentes plaguicidas. Una de las instrucciones del folleto entregado a los productores de tabaco en Kenia describe el programa recomendado para el semillero del cultivo (preparación de las semillas para la siembra). Desde que se prepara el semillero hasta que se trasplantan las semillas a la tierra transcurren aproximadamente tres meses.
Durante ese período se recomiendan 16 aplicaciones de plaguicida, lo que, otra vez, afecta las ganancias de los productores.
En el folleto se dice a los agricultores "no fumar ni utilizar tabaco rapé en la zona del semillero. Reproduce la plaga". La salud del cultivo es una cosa, pero las cifras sobre el sufrimiento de muchos agricultores, e inclusive la muerte por intoxicación con plaguicidas es rara vez dada a conocer.
"Además de peligrosos para los usuarios, estos productos químicos pueden contaminar los suministros de agua del lugar", dicen Goodland, Watson y Ledec.
Sin embargo, rara vez se dan a conocer las cifras de envenenamientos provocados por escorrentías de plaguicidas de los campos a los cursos de agua y suministros locales.
Fuente: Panos
Agotamiento de nutrientes
del suelo por el tabaco y otros cultivos
(pérdida en kg/há) |
|
Nitrógeno |
Fósforo |
Potasio |
Tabaco |
24,4 |
14,4 |
46,4 |
Café |
15,0 |
2,5 |
19,5 |
Maíz |
9,8 |
1,9 |
6,7 |
Mandioca |
2,2 |
0,4 |
1,9 |
Fuente: Van Wambeke, citado en Goodland,
Watson y Ledec, Environmental Management in Tropical Agriculture (Gestión
Ambiental en la Agricultura Tropical).
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