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   No. 40/41 - Enero/Febrero 1995
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El tabaco


No. 40/41 - Enero/Febrero 1995

EL TABACO

Restricciones legales y toma de conciencia

En la mayoría de los países en desarrollo no existen restricciones a la publicidad de cigarrillos en absoluto, ni advertencias en las cajillas. Las personas no son conscientes de los riesgos que supone fumar porque carecen de información al respecto. La publicidad que ven les dice poco o nada acerca de los peligros.

En 1990 había prohibiciones o restricciones a la publicidad del tabaco en 33 países en desarrollo, lo cual significa que las tres cuartas partes de los países del Sur no limitan la publicidad. Las asociaciones médicas y la OMS han recomendado que se retiren los avisos de cigarrillos completamente de los medios de comunicación.
China prohibió los avisos televisivos de cigarrillos. En Kenia la industria acordó recientemente el retiro de avisos de la radio y la televisión -aunque continúa patrocinando un programa semanal de música. Algunos gobiernos del Sur han aumentado los impuestos a los cigarrillos, que son baratos en la mayoría de los países.

La campaña en Canadá

A través de la legislación y de impuestos muy elevados a los productos tabacaleros, Canadá logró un éxito sin paralelos en el hábito de fumar. Hasta comienzos del decenio de 1980, Canadá enfrentaba un problema similar al del Tercer Mundo hoy en día -cada vez se fumaba más. Pero desde 1983 ha habido un impresionante descenso -dos de cada cinco fumadores abandonaron el hábito. En los adolescentes todavía más: tres de cada cinco jóvenes fumadores abandonaron el cigarrillo.

"Los encargados de la campaña buscaron cambiar las políticas orientadas hacia el público a través de la legislación y revirtieron las tendencias de promoción del consumo de cigarrillos", afirma David Sweanor de la Asociación por los Derechos de los No Fumadores de Canadá. Se dedicaron a convencer a los legisladores de que la vida de millones de canadienses corría peligro a menos que se introdujeran leyes para evitarlo.

Reducir la posibilidad de acceso al tabaco fue una parte esencial en esto, dijo Sweanor. "Si se quiere reducir la posibilidad de acceso, hay que aumentar el precio del cigarrillo con relación a los ingresos de las personas. Los adolescentes son especialmente sensibles a los precios; hemos vivido la reducción más impresionante del consumo simplemente como resultado de la elevación de los impuestos. Esto tiene la ventaja para el gobierno de que inclusive con la venta de menos cigarrillos, recibe en total más dinero.

En 1980 una cajilla de 20 cigarrillos costaba poco más de un dólar canadiense. Principalmente debido al aumento de impuestos, una caja cuesta ahora 6 dólares canadienses.

"También fue importante la presión ejercida por una legislación que dificultara el marketing de cigarrillos a niños y redujera los lugares donde se pueden vender, como por ejemplo la eliminación de las máquinas de venta de cigarrillos" dijo Sweanor. La publicidad del tabaco ha estado prohibida en Canadá desde 1989, las advertencias sanitarias en los paquetes tienen que ocupar un quinto del tamaño de la cara anterior y posterior de las cajillas. "Philip Morris, fabricante de Marlboro, dejó de vender cigarrillos en Canadá para no correr el riesgo de enumerar los aditivos al público", dijo David Sweanor.

Los espacios públicos

También hubo una revolución en la creación de atmósferas sin humo en los espacios públicos. La aerolínea nacional, Air Canada, fue la primer aerolínea que prohibió fumar en vuelos nacionales e internacionales. Muchos trenes, restaurantes y oficinas son lugares donde no se fuma.

"Los hechos con relación al tabaco son totalmente unilaterales", dice Sweanor, "tenemos una industria que comercializa un producto que no tiene niveles de consumo sin riesgos, mata cuando se usa de la forma para la cual está creado, genera hábito, y prácticamente todos los nuevos usuarios son menores. Cuando se tiene un producto así, no debería dar mucho trabajo reunir los hechos para presentarlos a los legisladores y convencerlos de adoptar las medidas necesarias para reducir la matanza".

La Asociación por los Derechos de los No Fumadores de Canadá es una pequeña organización donde trabaja solamente un puñado de personas. Pero ha tenido un enorme éxito en convencer al gobierno de controlar el cigarrillo. Afirma que entre 670.000 y 1:400.000 muertes causadas por el tabaco fueron evitadas en los adultos de Canadá como resultado de los cambios en el precio de los cigarrillos.

Los países en desarrollo podrían adoptar medidas similares, aunque las compañías tabacaleras puedan tratar de persuadirlos de lo contrario. Más allá de las presiones, hay que asumir las consecuencias de la producción y el consumo del tabaco, también se debe comprender que existen cultivos alternativos que requieren la inversión de recursos nacionales.

La ayuda internacional

Los organismos de las Naciones Unidas parecen dispuestos a brindar más ayuda al Sur para controlar el tabaco y el hábito de fumar. La UNCTAD insiste en que el nuevo punto focal "tabaco o salud" representa un "importante avance" en el control del tabaco. Reunirá información de organismos de la ONU y otras instituciones internacionales sobre sus actividades y planes de trabajo con relación a tabaco o salud.

"Las soluciones al problema del tabaco", dice la UNCTAD, "deberían abarcar, además de la salud, un análisis de la economía del tabaco, incluida la agricultura, el comercio, impuestos, moneda extranjera, empleo y otros problemas políticos".

La FAO está dispuesta a "ayudar a los países que quieran reducir su dependencia del tabaco". La OMS y UNICEF han adoptado políticas firmes en favor de una vida libre de humo de cigarrillo.

Pero el Banco Mundial, organismo mundial de ayuda multilateral más importante, tiene una orientación ambigua con relación al tabaco. El Banco no da más créditos al Sur para la producción de tabaco, sin embargo, a través de las políticas de ajuste estructural impulsa a los gobiernos a respaldar a los agricultores que plantan cultivos como el tabaco para exportar. Los productores de alimentos, por contraste, generalmente no reciben el mismo tratamiento. Con los auspicios del programa de ajuste estructural dirigido por el Banco Mundial, el gobierno de Zimbabwe fijó los precios para los productores de maíz a niveles muy bajos en 1992, e impulsó una transición hacia el tabaco. Por otra parte los programas de ajuste estructural en general han aumentado los precios de insumos como fertilizantes, haciendo al tabaco menos rentable.

Como muy pocos países del Sur realizan un balance del tabaco, es necesario realizar una investigación para determinar el costo económico real del cultivo y determinar con precisión el costo del tratamiento de las enfermedades causadas por el cigarrillo, así como los costos ambientales del tabaco.

Frente a una acción internacional coordinada, se podría pensar que la industria tabacalera va a intensificar su campaña. La industria dispone de más dinero que los grupos de presión por la salud para controlar el consumo de tabaco. No obstante, como lo demuestra la experiencia canadiense, no se necesita mucho dinero para tener éxito en una campaña.






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