No. 44 - Mayo 1995
INTERNET FUTURO EN DEBATE
¿Servicio público o medio de lucro?
por
Madanmohan Rao
En medio de acuerdos multimillonarios entre firmas y especulaciones sobre la conformación de los medios de difusión a partir de Internet, entidades civiles han comenzado a expresar preocupación por los enfoques oficiales que han comenzado a delinear el futuro de la "autopista de la información".
El debate que se da entre grupos de interés público y grupos comerciales con respecto al futuro uso y al propósito de Internet presagia un debate similar entre países ricos y pobres, en la medida en que Internet se vuelve cada vez más una red a escala mundial.
En un reciente análisis, el influyente National Research Council (NRC) anuncia que hemos arribado a una nueva era en la cual una "trama de redes interconectadas e interoperables" abarcará "prácticamente todos los modos de generación, transporte y uso de la información".
"De la experiencia de Internet se deriva una visión de las redes del mañana", según el informe de NRC titulado "Realising the Information Future: The Internet and Beyond" (Haciendo realidad el futuro de la información: Internet y después).
En dos décadas, Internet -un intento de formación de una red de computadoras impulsado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y la Fundación National Science- "cambió el paradigma de las comunicaciones" entre investigadores y educadores de todo el mundo.
Actualmente Internet, un vasto conglomerado de redes de computadoras que llega a más de 100 países, ofrece a millones de usuarios un acceso barato a servicios como el correo electrónico, foros de discusión, recursos técnicos en materia de computación y bancos de información que hacen uso de diversos medios de comunicación (multimedia).
Intereses opuestos
Hoy la pregunta es ¿hacia dónde va Internet?
Las instituciones educativas están interesadas en preservar los aspectos de colaboración y el bajo costo de Internet y ampliarla haciéndola llegar a instituciones de educación y bibliotecas públicas.
No obstante, para poder hacer realidad esta idea es necesario contar con un importante apoyo financiero del gobierno. Pero Washington ha comenzado a retirarlo. En esa medida, dice NRC, los fondos de Internet dependerán cada vez más de los grupos empresariales o comerciales que ya están comenzando a dominar el tráfico de Internet.
Otra visión de la autopista de la información es la que impulsan las redes de entretenimientos, telefónicas y de televisión por cable. Dichas redes están más interesadas en entregar a los clientes películas, juegos y compras a domicilio a través de los canales digitales con amplio ancho de banda, que ofrecer a ciudadanos y estudiantes canales de información y participación.
Un aspecto preocupante, por lo tanto, es si en la información futura el ámbito educativo y de "bienestar público" podrá coexistir con el escenario comercial y "de lucro".
Varios grupos voceros del interés público se han sumado al debate. El grupo Center for Media Education, con sede en Washington, argumenta que en una democracia toda información que resulte esencial para la participación cívica debe ser gratuita.
La fundación Electronic Frontier, con sede en Massachusetts, coincide con esta postura. El desarrollo de la autopista, sostiene, debe asegurar una amplia difusión de las aplicaciones y los servicios de interés público a los cuales no es posible acceder a través del mercado comercial.
Otro grupo sin fines de lucro, Computer Professionals for Social Responsability, de Palo Alto, California, se moviliza para lograr la máxima participación pública en la formulación de políticas con relación a la infraestructura de la información.
Dimensión internacional y países en desarrollo
Si bien son dignos de elogio, tales esfuerzos se centran únicamente en el acceso público en Estados Unidos y no se refieren a la repercusión a escala mundial de la red. El informe de NRC, por ejemplo, destina sólo unas pocas páginas de su Apéndice a los aspectos internacionales del futuro de la información.
Pero Internet y otras redes de computadoras ya juegan un papel clave en los países en desarrollo, a pesar de tener una infraestructura informativa menos sofisticada.
Dichas redes son ampliamente utilizadas en muchos sectores de la salud pública y en el control de enfermedades tropicales, según Salah Mandil, funcionario de información de la Organización Mundial de la Salud.
Internet también ha resultado una plataforma valiosa para movilizar a la opinión internacional en torno a temas del medio ambiente, temas sociales y conflictos como la Guerra del Golfo y el movimiento zapatista en Chiapas, México.
En una alocución realizada hace poco ante el Comité de Naciones Unidas dedicado al tema de descolonización de la información, un miembro de la delegación india subrayó la necesidad de estar informado sobre "la mayoría del mundo que carece de recursos para expresar su opinión".
Creciente control de la inversión privada
Esa visión refleja, en cierta medida, las expectativas de los grupos del sector de la educación y los de interés público en Estados Unidos. Y, al igual que ellos, los defensores de un mayor acceso de los países pobres a los servicios de la red y a la información ven que el equilibrio del control del futuro de la autopista se les va de las manos.
En un discurso ante la conferencia de Naciones Unidas sobre telecomunicaciones realizada el año pasado, el vicepresidente de Estados Unidos Albert Gore habló de una "red de información planetaria", la cual se lograría, expresó, sólo a través de la "inversión privada".
En el mes de febrero, en su discurso inaugural de la conferencia de Bruselas del Grupo de los 7, que dio inicio a una Comisión de Infraestructura Mundial de la Información (GII), Gore subrayó nuevamente que "estar en el mercado es una situación que no es posible suplir".
En su visión de una "dirección compartida de nuestro pequeño planeta", serán los países ricos del Grupo de los 7 y sus empresas privadas los que dirigirán la marcha del GII a través de una comisión que sería presidida por los jefes de tres gigantes internacionales de la telecomunicación.
Todavía no se ha definido el papel que jugarán los desposeídos del mundo en este esquema, pero, al igual que los grupos de interés público y educativos, parece no haber demasiados motivos para ser optimistas.
Fuente: SUNS/IPS
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