Instituto del Tercer Mundo  
   EDICION | TEMAS
   No. 44 - Mayo 1995
  Tema de tapa
  Internet
  Sociedad
  Ecología
  Indígenas
 
   Ediciones
   Anteriores
   Ultima edición
 
   Otras publicaciones




Internet


No. 44 - Mayo 1995

INTERNET

"Guerras Telemáticas" y el poder de los activistas

por Jason Wehling (*)

Los estrategas militares y las agencias de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, preocupados con el poder adquirido por activistas y movimientos sociales de base a través de Internet, han comenzado a elaborar una contraofensiva a largo plazo, que ya se manifiesta en los ataques directos sufridos por algunas redes.

Luego de lo que han dado en llamar victoria republicana en las últimas elecciones de Estados Unidos, la izquierda quedó tambaleante. En muchos lugares, entre ellos los principales medios de comunicación, se ha dicho que esta victoria anuncia una nueva revolución, una revolución hacia la derecha. Más allá de la verdad de esto, muchos activistas han sentido que su militancia ha sido ampliamente ineficaz. Es interesante que un investigador de la Rand Corporation, David Ronfeldt, argumente que a pesar de la impotencia que sienten muchos activistas sociales, se han transformado en una fuerza importante y poderosa alimentada por el advenimiento de una revolución informativa. A través de las redes de comunicación y las computadoras, especialmente por medio de Internet, se han desarrollado campañas de base, y lo que es más importante, las elites gobernantes se han dado cuenta.

Ronfeldt se especializa en temas de seguridad nacional, en particular en las áreas de América Latina y en el impacto de las tecnologías de la información. Ronfeldt y otros colegas acuñaron hace un par de años el término inglés "netwar" (que podría traducirse como "guerras telemáticas" o "compuguerras") en un documento de Rand titulado "Cyberwar is Coming" ("Se acerca la guerra cibernética"). Las guerras telemáticas son acciones de grupos autónomos -en el contexto de este artículo, especialmente grupos de defensa y movimientos sociales- que utilizan las redes de información con el fin de coordinar acciones para influir, cambiar o luchar contra políticas de gobierno.

El trabajo de Ronfeldt desencadenó un frenesí de discusiones en Internet a mediados de marzo cuando el corresponsal de Pacific News Service, Joel Simon escribió un artículo acerca de las opiniones de Ronfeldt sobre la influencia de las "guerras telemáticas" en la situación política de México. Según Simon, Ronfeldt sostiene que el trabajo de activistas sociales en Internet ha tenido importante influencia -contribuyendo a coordinar importantes manifestaciones en la ciudad de México en respaldo de los zapatistas y a la proliferación de comunicados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a través de redes de computadoras. Estas acciones, dice Ronfeldt, han permitido a una red de grupos opuestos al PRI reunir una respuesta internacional, con frecuencia pocas horas después que el gobierno de Zedillo toma alguna medida. En efecto, esto ha obligado al gobierno mexicano a mantener la fachada de las negociaciones con el EZLN y, muchas veces, ha tenido que impedir que el ejército se dirija a Chiapas y mate brutalmente a los zapatistas.

Rand y el sistema de poder

La posición de Ronfeldt tiene muchas repercusiones. En primer lugar, Ronfeldt no es un investigador independiente. Es un empleado de la conocida sociedad Rand. La Rand es, y lo ha sido desde su creación en 1948, un apéndice privado del complejo industrial militar. Paul Dickson, autor del libro "Think Tanks", describió a Rand como "el primer grupo de estrategas militares ... indudablemente la organización más poderosa de investigaciones asociada a los militares norteamericanos". Los famosos "documentos del Pentágono" que se filtraron a la prensa en junio de 1971, donde se detallaba la horrible participación de los Estados Unidos en Vietnam, fueron elaborados por Rand.

Ronfeldt mismo escribió muchos documentos resultantes de investigaciones efectuadas para Rand, pero sus vínculos con los militares no terminan allí. Ronfeldt también ha escrito documentos directamente para los militares norteamericanos sobre Comunicación Militar y, lo que es más interesante, para la CIA sobre análisis del liderazgo. No, las opiniones de Ronfeldt no fueron escritas para asistir a activistas. Es obvio que el gobierno de los Estados Unidos y su brazo militar y de inteligencia están muy interesados en lo que la izquierda está haciendo a través de Internet.

Ronfeldt sostiene que "la revolución informática ... distorsiona y erosiona las jerarquías en torno a las cuales se estructuran normalmente las instituciones. Difumina y redistribuye el poder, con frecuencia en beneficio de lo que podrían considerarse actores menos importantes y más débiles". Continuando, "las redes multiorganizativas están integradas por organizaciones (frecuentemente pequeñas) o partes de instituciones que están vinculadas entre sí para actuar conjuntamente ... haciendo posible que diversos y alejados actores se comuniquen, consulten, coordinen y operen conjuntamente a grandes distancias, y a partir de información mucho mayor y mejor que nunca."

Ronfeldt enfatiza que "algunos de los usuarios más importantes de las nuevas tecnologías y redes telemáticas son activistas sociales progresistas de centroizquierda... (que trabajan en) derechos humanos, paz, medio ambiente, consumo, trabajo, migraciones y temas étnicos y de género". En otras palabras, los activistas sociales están a la vanguardia del nuevo y poderoso sistema organizativo de las "redes".

Para luchar contra esto, Ronfeldt afirma que la lección es clara: "las redes pueden vencer a las instituciones y pueden resultar necesarias redes para contraatacar a las redes". Sostiene que si el gobierno y/o los militares estadounidenses están dispuestos a luchar esta batalla ideológica adecuadamente con la intención de ganar -y menciona específicamente la ideología- se deben reorganizar completamente, desmantelando la organización jerárquica y sustituyéndola por un régimen más autónomo y descentralizado: una red. En este sentido, declara, "creemos que ... las guerras telemáticas pueden ser las únicas adecuadas para luchar contra actores no estatales".

La ofensiva ya comenzó

El antagonismo entre el gobierno de los Estados Unidos y la militancia política no es nuevo. Durante los últimos años de la década de los sesenta y comienzos de la siguiente, el FBI comenzó lo que se conoce como COINTELPRO, acrónimo en inglés de Programas de Contrainteligencia. Estos programas apuntaban a "desenmascarar, distorsionar, tergiversar, desacreditar o neutralizar de cualquier modo" a los diversos grupos políticos, tales como Black Panthers (Panteras Negras), AIM y grupos de defensa del medio ambiente, antibélicos o de los derechos de la mujer. Muchas personas creen que estos activistas del FBI no se han detenido, señalando los trastornos y la persecución sufridos por CISPES y Earth First! a mediados del decenio de los ochenta.

Debido a la naturaleza misma de Internet y de estas crecientes redes telemáticas, los temas son inherentemente internacionales y trascienden las tradicionales fronteras nacionales. Por estos motivos es importante estar alerta a ataques contra estas redes donde quiera que ocurran. Y sí han ocurrido. Desde el comienzo de este año, una cantidad de redes de computadoras, hasta ahora sólo en Europa, han sido atacadas o completamente cerradas.

En Italia el 28 de febrero, miembros del Grupo de Carabineros de Operaciones Especiales contra el Crimen realizaron una redada en las casas de una cantidad de activistas, muchos militantes del movimiento anarquista; confiscaron revistas, diarios, folletos, agendas y cintas de video. También se llevaron computadoras, una de las cuales era la anfitriona de "BITS Against the Empire", nodo de las redes Cybernet y Fidonet. La orden judicial los acusaba ridículamente de "asociación para subvertir el orden democrático", con una sanción de 7 a 15 años de prisión por una convicción.

En el Reino Unido, una cantidad de redes telemáticas han sido atacadas recientemente. El sistema de cartelera electrónica Terminal Boredom (BBS) de Escocia fue cerrado por la policía luego de detener a un hacker (intruso informático) que estaba afiliado a la BBS. Spunk Press, el archivo más importante de material anarquista publicado e informatizado, también del Reino Unido, fue atacado por los medios de comunicación que lo acusaban falsamente de trabajar con conocidos terroristas como la Facción del Ejército Rojo de Alemania, de brindar recetas para hacer bombas y coordinar la "distorsión de escuelas, saqueo de comercios y ataques a empresas multinacionales". Artículos de la revista comercial de computadoras, Computing, e incluso el Sunday London Times, titulados "El Anarquismo se Amotina en la Autopista de las Comunicaciones" y "Los Anarquistas Usan la Autopista de Computadoras para la Subversión", respectivamente, casi hicieron que el organizador de Spunk Press perdiera su trabajo luego de que la empresa para la que trabaja recibiera la mala publicidad. El pidió que su nombre no fuera mencionado. Según el libro "Turning up the Heat: MI5 after that cold war" (Sube la temperatura: el MI5 luego de la guerra fría) de Lara O'Hara, uno de los periodistas que escribió el artículo del Sunday Times tiene relación con el MI5, equivalente británico del FBI.

El gobierno no es la única institución en resaltar el poder de Internet en manos de activistas. El Washington Post, Newsweek e inclusive la CNN (domingo 26 de febrero) han realizado publicaciones acerca de la importancia de Internet y la organización de redes telemáticas con respecto a los zapatistas. Es importante señalar que los medios de comunicación más grandes no están interesados en la información que circula a través de Internet. No, están interesados en hacer sensacionalismo sobre las actividades, e inclusive satanizarlas. Ven muy bien que los "rebeldes" cuentan con una herramienta increíblemente poderosa, pero lo que no informan los medios de comunicación es lo que hace falta a los rebeldes o de qué carecen.

¿Cuáles son las opciones?

Según la tesis de Ronfeldt, medidas extremas como el artículo 314 no darían respuesta a los problemas de las elites gobernantes, especialmente personas como Huntington. Por cierto, el gobierno ve esta red de información libre como un problema irritante y probablemente trabaje para cambiar las tendencias actuales. Por muchos motivos, es poco probable que destruya a Internet. La oposición a medidas de ese tipo sería demasiado grande.

De acuerdo con la tesis de Ronfeldt, la idea de desmantelar Internet no es siquiera una opción. Internet y las "guerras telemáticas" han venido para quedarse, sostiene Ronfeldt. El secreto está en superar a los grupos a los cuales se opone el gobierno de Estados Unidos. Como se dice más arriba, el camino es crear redes gubernamentales que puedan ser más efectivas que esas redes que han sido creadas y mantenidas por activistas sociales. Por supuesto, esto tiene problemas inherentes a sí mismo. ¿Cómo van a reaccionar las jerarquías militares cuando oigan que los militares tienen que "recortar" su sistema jerárquico para avanzar hacia una red descentralizada y autónoma constituida por partes pequeñas? Por cierto que hay una paradoja en los argumentos de Ronfeldt.

Es mucho más probable, por lo menos por ahora, la noción de Huntington de reglamentación de la información. Actualmente, el tema de cómo se podrían aplicar las leyes a Internet y a otras redes telemáticas es vaga e indefinida. Podría caer en uno de tres aspectos relacionados. El primero es la prensa escrita, que está ampliamente protegida por la primera enmienda. La segunda son los sistemas de trasmisión comunes, como el teléfono y el sistema postal de Estados Unidos -se rigen por los principios del "servicio universal" y el "acceso justo". Por último la televisión y la radiodifusión, que están ampliamente reglamentadas, en primer lugar por la Comisión Federal de Comunicaciones (conocida por su sigla en inglés FCC).

Una hipótesis es que Internet se someta a las reglamentaciones de la FCC. Esto podría resolver el problema mencionado por Huntington -donde el gobierno podría crear barreras y/o limitar el libre flujo de información para que se adecúe mejor a su voluntad. Obviamente, para los activistas sociales la mejor ecuación es que Internet, al igual que otras redes de computadoras, se encuadren en la categoría de los "sistemas de trasmisión comunes", para los cuales el acceso universal está asegurado.

Esta ubicación todavía está por resolverse, pero las líneas de batalla ya se están alistando. Con la excusa de salvar a los niños de la pedofilia, hay una campaña de los medios de comunicación que impulsa la reglamentación de la pornografía y otras "obscenidades" en Internet. El año pasado la Universidad Carnegie-Mellon intentó restringir a los usuarios del campus de la universidad el acceso a fotografías para mayores de 18 años en Internet. Por supuesto que si esto logra aprobarse será solamente el comienzo -se trataría de enmarcarlas completamente dentro de la categoría de las normas FCC. Por su parte, una cantidad de organizaciones de defensa de los derechos civiles como la ACLU (asociación de libertades civiles) y Electronic Freedom Foundation defienden el tipo de solución de los sistemas de comunicación comunes.

Y la "ley" del mercado

Otra hipótesis es el control, no a través del gobierno, sino desde la industria privada. Muchas personas utilizan la analogía de la "autopista" o la "superautopista" cuando describen a Internet. Pero ha surgido una nueva analogía: "vía férrea" o la "supervía férrea", si se quiere. Las dos analogías tienen connotaciones muy importantes: las autopistas son públicas, mientras que las vías férreas son privadas. El problema surge de los crecientes dolores que está experimentando actualmente Internet. Está creciendo a un ritmo muy rápido. Tan rápido que la "espina dorsal" de la red, la línea de trasmisión de datos a alta velocidad por la cual se traslada la información está quedando perimida.

Una propuesta de la ANS, una "joint-venture" (asociación de capitales) entre IBM y MCI es privatizar la "espina dorsal" de Internet, creando así "carreteras con peajes" para Internet. En otras palabras, tienden nuevos cables, son de su propiedad y los usuarios tendrán que "pagar peaje". Actualmente Internet trabaja en base a un sistema de cooperación entre las computadoras (nodos) que forman Internet. La información viaja de acá para allá, todas las computadoras intermediarias cooperan permitiendo y colaborando para que la información llegue a destino. Con un sistema de "pago al pasar", el costo de las comunicaciones aumentaría y limitaría eficientemente la posibilidad de que los activistas sociales y muchos otros grupos puedan participar en estas "guerras telemáticas".

Esta puede ser la solución a largo plazo, establecer un paralelismo con el destino sufrido por lo que fue la nueva forma de comunicación popular del siglo pasado, el periódico. Enfrentado al mismo problema, el medio de expresión de ideas barato y accesible, a disposición de la opinión pública, la respuesta inicial fue aplicar leyes que limitaran su utilización (por ejemplo leyes de censura). No obstante, la coerción es un medio ineficaz de control social y fue inmediatamente abandonado para interponer fuerzas mejores, fuerzas implícitas en el desarrollo de un producto básico en el capitalismo, a saber: la concentración de capital necesaria para elaborar el producto con fines de lucro.

A medida que aumentaban los costos de capital, se derogaban las leyes en tanto que las fuerzas de mercado aseguraban que solamente quienes tenían acceso a grandes sumas de dinero pudieran intentar sacar apenas un semanario. Además, la necesidad de avisos para publicar un periódico aseguraba a las grandes empresas el control del contenido. De este modo, por ejemplo, podríamos ver importantes publicaciones con libre acceso a los puntos de las redes de Internet (totalmente financiados con avisos publicitarios), mientras que publicaciones disidentes (que no desean avisos publicitarios ni el control que estas decisiones editoriales suponen) tendrán que cobrar a efectos de que existan los puntos de la red y pagar peaje.

En estas condiciones, una estructura con "pago de peaje", puntos y publicaciones subsidiadas por avisos publicitarios y costos de capital inicial elevados, la necesidad de leyes de control de la información de la superautopista queda reducida. De todas formas, falta un tiempo para que esto ocurra, por ahora esta opción no está en condiciones de ser utilizada.

(*) Extracto de un artículo publicado en Internet el 25 de marzo de 1995.






Revista del Sur - Red del Tercer Mundo - Third World Network 
Secretaría para América Latina:  Jackson 1136, Montevideo 11200, Uruguay
Tel: (+598 2) 419 6192 / Fax: (+ 598 2) 411 9222
redtm@item.org.uy - www.redtercermundo.org.uy