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Ecología


No. 47 - Agosto 1995

ECOLOGIA BIODIVERSIDAD EN DEBATE (*)

¿Qué es y cómo se mide?

La biodiversidad es algo de lo que se habla mucho en estos tiempos pero no siempre sabemos cuáles son los contenidos de esa palabra. Incluso entre los biólogos existen importantes diferencias al respecto. La nota siguiente recoge algunos enfoques en juego al tratar de definir este concepto.

En un intento por aproximarnos al tema, es útil partir de una definición amplia y básica: "Biodiversidad es la variedad y la variabilidad entre los organismos vivos y entre los complejos ecológicos en los que viven". Esta definición incluye diversidad genética, de especies y de ecosistemas.
Biodiversidad genética, específica e interespecífica

Los enfrentamientos entre las posiciones de los naturalistas y los genetistas que caracterizaron la primera mitad del siglo se conciliaron en parte mediante una nueva síntesis evolutiva. Según dicha síntesis, la biodiversidad depende tanto de las condiciones ambientales como de los procesos evolutivos que la generan y mantienen.

En este sentido puede afirmarse que la diversidad está conformada por tres partes interactuantes, con características propias, que emergen de cada uno de sus niveles de integración y le dan nuevos contenidos al concepto global:

1) En primer lugar, existe la biodiversidad genética, que se refiere a la variabilidad genética que controla las características "geno" (herencia) y "feno" (apariencia) típicas de los individuos.

2) De tales características individuales surgen, por un lado, las que unifican a los individuos en una integración mayor: la especie. La segunda parte, entonces, es la biodiversidad específica.

2) De la biodiversidad genética se deriva, por otro lado, la biodiversidad interespecífica, según la cual los individuos de una misma especie son distintos y por lo tanto responden en forma diferente ante los procesos de selección.

La existencia de varios componentes con distintos niveles de integración, hace que sobre la biodiversidad actúen diversos procesos evolutivos.

La influencia de las condiciones ambientales

Para comprender la importancia de las condiciones ambientales es posible observar algunos procesos ecológicos relacionados con la diversidad en ambientes marinos e intermareales (de transición entre la tierra y el mar). La generación y el mantenimiento de la diversidad dependen de factores como la heterogeneidad espacial o de hábitats, el flujo de energía y la estabilidad ambiental.

La heterogeneidad espacial plantea en esencia que los ambientes con mayor complejidad de hábitats pueden soportar un mayor número de especies, pues ofrecen más recursos habitacionales y alimenticios. En efecto, los ambientes marinos y de transición más complejos o heterogéneos suelen tener más especies y hasta pueden presentar nichos vacíos; esto es hábitats y alimentos que no son aprovechados por ningún animal. Este concepto es también válido en varios campos de la ecología terrestre.

Los flujos de energía son factores de difícil medición. Este concepto se relaciona con el anterior, en especial con los recursos alimenticios. Por ejemplo, en las zonas tropicales que reciben gran cantidad de energía solar, se mantiene una alta productividad primaria (vegetales). Cuanto mayor sea tal productividad, mayor será la complejidad de las redes tróficas o alimenticias, o sea que más especies actuarán en un mismo nivel y la disipación energética de un nivel a otro será menor.

El tercer factor se refiere a la estabilidad ambiental. Según la teoría de la perturbación intermedia, los ambientes de transición o intermareales con perturbaciones ambientales intermedias presentan comunidades más diversas. En los ambientes más estables existe una mayor competencia pues los recursos son más limitados y por lo general predominan las especies más generalistas o las más exitosas. Por su parte, los ambientes con altas perturbaciones presentan condiciones tan inestables que casi no permiten el establecimiento permanente de ninguna especie.

Los grados de estabilidad ambiental

Es interesante detenerse en algunos ejemplos del punto anterior. En los manglares, zonas pantanosas de los trópicos que se inundan con agua marina, crecen árboles con raíces en forma de zancos que se ubican por encima del sustrato. Estas raíces constituyen uno de los pocos sustratos duros del manglar. Los ejemplares más desarrollados tienen mayor número de raíces, que permiten el asentamiento de especies características de otros sustratos duros, como acantilados o playas rocosas.

Los estuarios -zonas de transición entre el medio marino y los cursos de agua dulce- son lugares de alta perturbación ambiental. En ellos, las especies de agua dulce pasan frecuentemente la barrera salina. A la inversa ocurre con las especies típicamente marinas. Sólo pueden permanecer las especies adaptadas a las amplias variaciones de salinidad, como las eurihalinas, que pueden pasar tanto al medio marino como al de agua dulce.

En los ambientes intermareales rocosos existe una alta perturbación provocada por el oleaje. La inestabilidad disminuye en forma vertical desde la zona baja hasta la parte alta. El oleaje remueve los organismos; por eso en la parte baja permanecen pocas especies; mientras en la zona intermedia existe mayor número de especies, pues la acción del oleaje es más moderada. En la parte alta, el ambiente es más estable y las condiciones medioambientales son más rígidas, por tanto dominan unas pocas especies.

¿Se puede medir la biodiversidad?

Los métodos de medición de la biodiversidad constituyen un tema polémico entre los especialistas. Algunos desestiman los índices de diversidad por considerarlos abstractos y no aptos para explicar la realidad.

Al utilizar índices para comparar distintas comunidades vegetales o animales, se supone que el comportamiento de dicho índice será lineal a lo largo de todas las comunidades dadas. Sin embargo, si en algunos tramos de su dominio los índices se comportan de manera "horizontal", se tendrá el mismo valor del índice para comunidades diferentes, lo cual haría imposible la comparación. Hay quienes sostienen que no existen prácticamente índices reportados por la literatura específica que se comporten siempre de manera lineal.

Otros afirman que los índices de diversidad son aplicables a las comunidades vegetales y son útiles para caracterizar comunidades que han sufrido perturbaciones naturales o antropogénicas (causadas por la actividad humana). Es más fácil medir la biodiversidad de las plantas que la de los animales, ya que aquéllas carecen de actividad motora. Es más sencillo aun registrar la abundancia, con la posibilidad de obtener la densidad absoluta en un área específica, lo que para el caso de los animales es mucho más complicado.

La medida de la diversidad por medio de los índices de uso más generalizado debe tener como fundamento el objetivo del trabajo que se encare. Las medidas que representan atributos más cuantificables son: riqueza de especies o número de especies presentes en una comunidad (S). La riqueza de especies por unidad de área (S/ha) es aun más específica.

(*) Extractos de un intercambio de comunicaciones entre miembros de la Lista de Ecología y Evolución (ecología@MIT.EDU) integrada por biólogos y ecologistas, bajo la coordinación de Ananías A. Escalante M. (aescalan@uci.edu), investigador del Departamento de Ecología y Biología Evolucionista de la Universidad de California Irvine, Estados Unidos.






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