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Armamentismo


No. 49 - Octubre 1995

ARMAMENTISMO

Indignación mundial por la decisión nuclear francesa

por Chee Yoke Ling (*)

Casi exactamente un mes después de que cinco potencias nucleares prometieron concluir un tratado de prohibición general de pruebas nucleares, Francia ensombreció las perspectivas de ese tratado anunciando el reinicio de las pruebas nucleares en el Pacífico.

En una conferencia de prensa televisada el 13 de junio, el recién electo presidente francés Jacques Chirac anunció que Francia retomaría las pruebas nucleares en el Pacífico Sur en setiembre. Enfatizó, además, que la decisión era "irrevocable".

En el período que va hasta mayo de 1996 se realizarán ocho pruebas subterráneas en el Atolón de Mururoa en la Polinesia Francesa. Para entonces se espera que concluya el tratado de prohibición general de pruebas. Francia se une ahora a China como segundo estado con armas nucleares que se niega a cesar voluntariamente las pruebas nucleares, al mismo tiempo que se negocia una prohibición total de las mismas.

Francia había suspendido por tres años, desde 1992, las pruebas que habían comenzado en 1960 en Argelia, durante los cuales se efectuaron 192 pruebas.

A partir de la elección de Chirac, comenzaron las especulaciones sobre el reinicio de las pruebas.

El líder francés alegó que las pruebas eran vitales para asegurar la viabilidad y seguridad del arsenal nuclear de Francia. Supuestamente también serían para confirmar datos para los simulacros de prueba a realizarse cuando entre en vigencia el tratado de prohibición general de pruebas. Según algunos comentaristas, argumentos técnicos similares ya habían sido esgrimidos por los militares franceses ante el ex presidente François Mitterrand. Pero sobre los mismos pesaron en ese momento consideraciones de carácter político y diplomático.

Si bien Chirac afirma que la decisión supone apenas completar un programa de pruebas ya existente, los observadores afirman que también es cierto que Francia no está tratando sólo de confirmar la seguridad de las armas que ya posee, sino también de modernizar las ojivas nucleares. Esto plantea la cuestión de si Francia se opondrá al tratado de prohibición general de pruebas y -a más largo plazo- al propio Tratado de No Proliferación.

Reacciones de diversa magnitud

Durante la conferencia del Tratado de No Proliferación realizada en mayo en Nueva York, Malasia planteó que se estaba dando una proliferación vertical en los estados que tienen armas atómicas, es decir mejoras de calidad en esas armas, mientras que la proliferación horizontal puede ser congelada por los estados miembros del TNP no nuclearizados. En tanto esto continúe, dijo el embajador Hasmy Agam, el objetivo del tratado -el desarme final- no se alcanzará. Insistió en que la pronta conclusión y entrada en vigencia de un tratado de prohibición general de pruebas sería una señal de buena voluntad. A efectos de ampliar el TNP, los cinco estados declarados nucleares se comprometieron a terminar las negociaciones sobre ese tratado para el próximo año. Las perspectivas de un tratado enérgico parecen ahora remotas.

El anuncio del presidente Chirac causó la indignación y la condena internacionales, así como la furia de la opinión pública en sus hogares. En una entrevista con la BBC el 14 de junio, el ministro de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Don McKinnon, manifestó que las aseveraciones de Chirac de que las pruebas son necesarias para verificar la seguridad del arsenal nuclear de Francia, y que el número de pruebas será limitado no son más que tonterías. McKinnon describió la medida como de arrogancia napoleónica, una actitud intolerable. Dijo que el reinicio de pruebas nucleares era "algo que podríamos pensar posible pero también pensamos que Chirac se impondría ante las demandas de los militares". Agregó que la decisión significaba "una arrogante desconsideración por cualquier sentimiento de los países del Pacífico Sur".

Australia, por su parte, calificó la medida de deplorable, y se unió a Nueva Zelanda congelando la cooperación militar con Francia. El primer ministro Keating había escrito a Chirac pocos días antes, apelando a una reconsideración de la medida. Obviamente no fue tomado en cuenta. El South Pacific Forum elabora una respuesta conjunta, que está siendo coordinada por Australia, actual presidente del foro. Los sindicatos australianos, por su parte, llamaron a un boicot de productos franceses.

Estados Unidos y Canadá expresaron su desilusión por la decisión francesa, pero en comparación se mantuvieron en silencio.

Durante la cumbre del Grupo de los Siete en Jalifa, cuando Chirac reiteró que su decisión era irrevocable, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, dijo que Francia todavía estaba comprometida con el tratado de prohibición de pruebas. Existen muchos temores de que la medida de los franceses refuerce las exigencias del Pentágono de Estados Unidos frente a Clinton para que reconsidere su posición negociadora y permita explosiones más poderosas conforme al tratado de prohibición de pruebas. Estados Unidos actualmente define la prohibición general de pruebas permitiendo solamente pruebas subterráneas de intensidad extremadamente baja. Los observadores señalan que niveles más elevados serían más aceptables para potencias nucleares como Francia.

Golpe duro

El Reino Unido afirmó que no existía motivo para que un programa limitado de pruebas de Francia afectara necesariamente las perspectivas de éxito en las negociaciones de un tratado de prohibición de pruebas.

Rusia advirtió que la decisión "significa un duro golpe para el desarme" y amenaza el tratado de no proliferación. Un vocero expresó que la preocupación de Rusia es que grupos de influencia de Washington que quieren reformular el tratado de prohibición general de pruebas en negociación renueven sus esfuerzos a la luz de la decisión francesa. Cuando la BBC entrevistó al ministro de Cultura y Medio Ambiente de Tahití, Patrick Hull, éste reconoció que pese a que la legislación de la Polinesia Francesa dicta que las cuestiones de defensa están en manos de París, la mayoría de los ciudadanos no aceptan las pruebas nucleares, y que él mismo había formado parte del movimiento antinuclear antes de integrar el gobierno. Al momento de anunciarse la decisión francesa, el presidente de Polinesia Francesa se encontraba en París.

El secretario general del South Pacific Forum, en Fiji, acusó a Francia de "una desconsideración flagrante y provocativa por la opinión mundial", mientras que las islas Cook expresaron que "si las pruebas eran tan seguras como se decía, ¿por qué no se realizaban en Francia?"

Japón también arremetió contra Francia, sosteniendo que la decisión es un abuso de confianza hacia los estados no nucleares.

Cuando China llevó a cabo sus pruebas nucleares subterráneas el 15 de mayo, Japón fue duro crítico, también, y Tokio confirmó el 23 de mayo que cortaba la ayuda a China en señal de protesta. Una prueba subterránea fue llevada a cabo por China tres días después de prorrogar indefinidamente el Tratado de No Proliferación en medio de fuertes controversias.

Creciente desconfianza

Estos acontecimientos ocurridos tan poco tiempo después de la conferencia del TNP subrayan las serias preocupaciones de muchos estados no nucleares, que consideran que un tratado de prohibición general de pruebas es de extrema urgencia. Lo más importante es que quedó comprobado el temor de una cantidad de países y organizaciones no gubernamentales, que no pueden confiar en los países que poseen armas nucleares.

El último golpe de Francia contra el desarme nuclear no resulta sorprendente. Según Greenpeace International, Chirac tiene un peligroso historial de proliferación. "Veinte años después de que Chirac acordara suministrar a Irak un reactor de producción de plutonio, Francia eligió presidente al mismo político proclive a la proliferación. Debido al fracaso en el tratamiento de los temas reales de no proliferación, la conferencia del TNP ha dado a Chirac luz verde para recomenzar en el punto en que había dejado", dijo Greenpeace en la conferencia del TNP.

Greenpeace ya envió su buque de protesta, el "Rainbow Warrior II" al Atolón de Mururoa donde se planifican las pruebas.

La explosión del primer "Rainbow Warrior" en Auckland, Nueva Zelanda, perpetrada por agentes secretos de Francia en 1985 había causado un escándalo internacional. El incidente estuvo vinculado a las acciones de protesta de Greenpeace frente a las pruebas nucleares francesas. La vocera de Greenpeace, Stephanie Mills, afirmó que la organización adoptará "medidas pacíficas pero efectivas". "Estamos preparados para poner nuestro barco en la zona e impulsar a la comunidad internacional para que presione a Chirac", dijo, agregando que en el momento en que la comunidad internacional avanzaba hacia un tratado de prohibición general de pruebas, el acto de Francia es de "naturaleza irresponsable".

Los primeros informes científicos indican que el atolón está ya muy débil, con fisuras o grietas identificadas. Greenpeace describió la zona como un "gran vertedero de residuos nucleares sin reglamentación" y dijo que mayores pruebas nucleares francesas en el subsuelo pondrían al atolón en mayor riesgo, contaminando posiblemente el medio ambiente marino. Chirac sostuvo que los experimentos eran ambientalmente inofensivos e invitó a especialistas a visitar el atolón.

(*) Chee Yoke Ling es representante de medio ambiente de la Red del Tercer Mundo.


TNP: dilatoria indefinida

A 50 años del inicio de la "Era Nuclear", se realizó en abril/mayo de este año la "Conferencia de Revisión y Extensión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP)". A pesar de los esfuerzos de muchos países y organizaciones de todo el mundo, las potencias nucleares hicieron valer su poder político y lograron que ese Tratado se extendiese de manera indefinida. Esto significa, entre otras cosas, que los compromisos de desarme siguen dilatándose.

Hoy, los cinco países que constituyen las mayores potencias nucleares poseen 17.474 ojivas nucleares con un poder explosivo de 6.348 megatones. Esto es equivalente a una potencia explosiva similar a la de 423.201 bombas como la arrojada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Doce naciones tendrán en el año 2000 suficiente plutonio reprocesado, proveniente de sus reactores nucleares civiles, como para construir 37.585 bombas iguales a la arrojada sobre la ciudad de Nagasaki el 9 de agosto de 1945.

Hasta mediados de este año, Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia y China habían realizado 2.035 ensayos nucleares. Francia ha reiniciado sus ensayos nucleares en el Pacifico Sur y China continúa realizando los suyos. Estados Unidos, Rusia y Francia están trabajando para continuar realizando ensayos de armamentos nucleares por vía de las técnicas de simulación en laboratorios. De esta manera podrán continuar mejorando y manteniendo sus arsenales sin necesidad de realizar explosiones en los ensayos.

A pesar de la finalización de la Guerra Fría y de las últimas reducciones en el tamaño de los arsenales de las superpotencias nucleares, la carrera de armamentos no ha finalizado. Estados Unidos, Rusia, Francia e Inglaterra han reafirmado su compromiso con el mantenimiento de sus arsenales nucleares y con la política de disuasión. Las fuerzas nucleares de Estados Unidos se dimensionan en contraste con las de Rusia y viceversa, y ambas naciones están construyendo nuevos misiles nucleares para disuadir al otro. Francia, Inglaterra y China también están desarrollando y construyendo nuevas armas nucleares para preservar sus independencias en este campo. Estados Unidos y otras potencias nucleares están desarrollando también nuevas estrategias nucleares para atacar potenciales países conflictivos del Tercer Mundo.

Además de las cinco potencias nucleares, existen también arsenales atómicos en Israel, India y Pakistán. Se estima que en Israel existen alrededor de 200 ojivas nucleares, tanto como el arsenal de Inglaterra, mientras que los datos de la India y Pakistán no son conocidos.

Fuente: Greenpeace
Argentina

Dos caras

Buenos Aires - El presidente de Argentina, Carlos Menem, calificó públicamente como "deleznables" a los ensayos nucleares de Francia, mientras su Ministerio de Relaciones Exteriores promueve la ratificación de un tratado de cooperación nuclear con la potencia europea en cuestión.

En esos mismos días, en la Comision de Relaciones Exteriores de la Camara Baja, funcionarios de la Cancilleria recomendaron la ratificación de un Acuerdo de Cooperacion Nuclear con Francia firmado en 1994 y ratificado por el Senado Nacional en los primeros dias de julio último.

Argentina, como miembro del Grupo Rio, firmó una declaración que exige a Francia el mantenimiento de una mortoria en ensayos nucleares y la firma del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.




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