No. 49 - Octubre 1995
El Foro de ONGs realizado en Beijing en setiembre último, con motivo de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, fue el mayor de los convocados en los últimos años por la Organización de las Naciones Unidas a nivel internacional y, como tal, fue una demostración de la firme voluntad de participación de las mujeres de todo el mundo. En este número, el tema de tapa está dedicado a un balance de ese evento, realizado por una de sus destacadas protagonistas.
El Foro de ONGs realizado en Beijing en setiembre último, con motivo de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, fue el mayor de los convocados en los últimos años por la Organización de las Naciones Unidas a nivel internacional y, como tal, fue una demostración de la firme voluntad de participación de las mujeres de todo el mundo. En este número, el tema de tapa está dedicado a un balance de ese evento, realizado por una de sus destacadas protagonistas.
Entrevistamos a la feminista uruguaya Lilián Celiberti, integrante del grupo Cotidiano Mujer y coordinadora de América Latina y el Caribe en el Foro Mundial de ONGs, quién analizó los aspectos más importantes del proceso vivido por las mujeres de la región. Para Lilián, los acuerdos de la conferencia gubernamental permitirán avanzar a las mujeres en el reconocimiento de sus derechos y en la conquista de nuevos espacios de participación y de poder.
La visión de esta activista sobre el carácter y el sentido del movimiento de las mujeres no queda circunscripta a las reivindicaciones de un sector más de la sociedad, sino que al percibirlo como un movimiento cultural alternativo, que lucha por la igualdad de los géneros y el reconocimiento de la diversidad de los seres humanos, relacionados entre sí por pautas democráticas, lo sitúa en la creación de nuevos paradigmas civilizatorios para la Humanidad.
Al iniciarse las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT, en 1986, había pocos indicios de que éstas discusiones pudieran ser muy diferentes de las anteriores rondas del GATT. Sin embargo, a medida que la agenda en discusión comenzó a ampliarse, para incluir temas que antes habían sido considerados fuera de la órbita del GATT, surgió la inquietud sobre el sentido de estas negociaciones y el impacto que un acuerdo de esta naturaleza podría tener sobre la economía y la soberanía nacional de los países del Sur.
Algunos observadores perspicaces comenzaron entonces a llamar la atención sobre los peligros que se avecinaban y los propósitos del Norte de asegurarse, por medio de las negociaciones del GATT, el acceso y el control de áreas estratégicas de las economías del Sur. Uno de esos analistas calificó sin rodeos este proceso como un intento de "re-colonización".
Sin embargo, a la altura en que la Ronda Uruguay entró en su fase crucial, afectados por agudos problemas económicos, en medio de un rápido cambio del escenario internacional, los países del Sur no tenían la fuerza ni el deseo político de resistir las intenciones del Norte. Al concluirse los acuerdos, en diciembre de 1993, representantes del Sur y del Norte hicieron chocar sus copas y celebraron lo que Peter Sutherland, entonces Director General del GATT, describió como "este momento decisivo en la historia económica y política moderna".
Ahora que la euforia en torno a los acuerdos del GATT pasó, sus reales implicaciones han comenzado a emerger. Martin Khor analiza en este número las propuestas recientes de la Unión Europea con el fin de abrir más ampliamente las economías del Sur y Chakravarthi Raghavan evalúa el diferendo experimentado recientemente entre Japón y Estados Unidos por el mercado automotor y las lecciones que pueden extraer del mismo las naciones más débiles.
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