No. 50 - Noviembre 1995
IV CMM
Justicia de género y apartheid planetario
por
Vandana Shiva (*)
En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer recién realizada en Beijing, las mujeres se negaron a ser silenciadas por el discurso predominante que centraba la atención en un estrecho concepto de derechos humanos, justicia de género y 'empoderamiento' de género. En su lugar, avanzaron en una noción más integral de la justicia de género, que incorpora la justicia ambiental, económica y social.
Treinta mil mujeres de todo el mundo se reunieron en Beijing en setiembre último en lo que fue la conferencia internacional más importante jamás realizada: la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer (IV CMM).
La labor informativa de los grandes medios de comunicación sobre la conferencia de Beijing daba la impresión sin embargo de que esta conferencia tan importante era sobre China, no sobre la mujer. Hasta la Secretaria General de la Conferencia, Gertrude Mongella, tuvo que llamar la atención a los medios que informaban acerca de la conferencia de Beijing por insistir en aspectos logísticos en vez de hacerlo en torno a los verdaderos temas que atañen a la mujer.
Desviando la atención informativa
La mayoría de los medios de comunicación centró la atención en la sede del Foro de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), Huairou. Este es un lugar pintoresco con gran infraestructura turística y hotelera, tendenciosamente proyectado al mundo como un "lugar sucio y primitivo" en la mayoría de los informes de la prensa. De todas las Conferencias de la ONU en las que he estado durante los últimos diez años, el lugar del Foro de ONGs en Beijing fue sin duda el mejor y superó claramente los que tuvieron las ONG a su disposición en Nairobi, Rio de Janeiro, El Cairo y Copenhague.
El enfoque en el "lugar" y la cuestión "logística" comenzó cuando el sitio donde se realizaba el foro fue cambiado del Estadio de los Trabajadores en la ciudad a un centro turístico a 60 km. del centro de la capital. Mucho se ha dicho sobre la distancia entre Huairou y Beijing. De hecho, el Comité Facilitador del Foro de ONGs centró las energías de organizaciones y movimientos de mujeres de todo el mundo en negarse inicialmente a aceptar Huairou, pese a que era mucho más apropiado para las actividades de las ONGs porque era está en una región verde, tiene instalaciones turísticas y ofrecía espacios abiertos para autoorganizarse.
En la Cumbre de la Tierra de Río, el Foro de ONGs y la Conferencia de la ONU también quedaban alejados, pero nadie hizo alboroto por ello y los movimientos ambientales no distrajeron su atención por problemas de logística y de lugar. En realidad, el tema de la distancia fue mucho menos significativo en Beijing porque los anfitriones chinos ofrecieron servicios de transporte gratuito para llevar a las personas de Beijing al Foro de ONGs, lo cual no fue ofrecido en Río. Los anfitriones chinos también construyeron especialmente apartamentos en Huairou a efectos de brindar alojamiento subvencionado de bajo costo, entre 10 y 15 dólares por día, para representantes de movimientos de base que no podían costearse hoteles de 100 dólares diarios.
Un encuentro entre "bárbaras"
Huairou en chino significa "sea amable con los bárbaros". Irónicamente, debido a la labor de los grandes medios de comunicación, la actividad intercultural más importante que estaba dada por la conferencia era reducida, de una celebración de diversidad cultural y un intercambio entre civilizaciones diferentes, a un encuentro extraño entre la Civilización Occidental (liderada por Estados Unidos) y los Chinos, en donde los demás pueblos del Tercer Mundo eran implícitamente considerados también como bárbaros.
La esposa del presidente de Estados Unidos, Hillary Clinton, cuya participación no fue confirmada hasta último momento, dio una charla en el Foro de ONGs el día 6 de setiembre. A efectos de hacerle un lugar, una importante concentración de mujeres activistas fue cancelada por el Comité de ONGs. Inclusive mientras se daba a Clinton la oportunidad de brindar su alocución violando los derechos de las organizaciones a realizar sus actividades como se habían planificado en el Foro de ONGs. La intervención de la señora Clinton estuvo centrada en la violación de los derechos humanos de las ONGs perpetrada por las autoridades chinas. Los responsables chinos posteriormente, en forma indirecta y amable, dijeron a Estados Unidos que no se metiera en lo que no le compete.
Los estadounidenses mostraron China a sí mismos y al mundo como una sociedad primitiva, no como una de las civilizaciones más antiguas. Wangari Mathai, dirigente del movimiento de zonas ambientales de Kenia, y yo, observamos las extrañas interacciones que se daban entre estadounidenses y conductores de taxi chinos. Los primeros partían del supuesto de que como los taximetristas no sabían inglés, no entendían nada y eran estúpidos. Nunca se admitió que quienes no entendían eran los visitantes, que no sabían chino.
Estos intercambios reflejaban cómo la falta de reconocimiento y de respeto por la diversidad le ha impedido a la cultura dominante en Occidente comportarse como invitada ante otras culturas, o sea, respetando a los pueblos de éstas, sus formas de vida y sus idiomas. La incapacidad de ser invitada genera el comportamiento de colonizadora. Esas tendencias colonizadoras eran evidentes en Beijing pese a que da la casualidad que, en este caso, el idioma de colonización es el idioma que quiere dictar la norma sobre los derechos humanos universales.
¿Qué derechos humanos?
Los derechos humanos emergieron en la Conferencia de la Mujer como un tema primordial; oradora tras oradora insistía en que los derechos de la mujer son inseparables de los derechos humanos.
El grupo de derechos humanos de Estados Unidos "Human Rights Watch" hasta preparó y distribuyó un boletín "Your Rights in Beijing: A Brief Guide for delegates to the 1995 NGO Forum On Women" (Sus derechos en Beijing: guía breve para delegadas al Foro de ONGs sobre la Mujer). La guía incluía subtítulos tales como "Hacer llegar su mensaje: restricciones a la libertad de expresión" y secciones sobre "Seguridad, Supervisión y Garantías". La falsa idea creada entre las participantes estadounidenses por ese material propagandístico fue evidente para mí cuando viajaba del aeropuerto al hotel y una invitada norteamericana preguntó misteriosamente "¿Dónde están los militares?"
El idioma de vigilancia empleado por grupos como Human Rights Watch, Hillary Clinton, e incluso por el Comité de ONGs trataba de presentar a la Conferencia de Beijing de una forma muy diferente a la realidad de la situación. Si recordamos que Timothy Wirth, del Departamento de Estado, había anunciado el año pasado que "los derechos de la mujer" serían un arma importante usada en la política exterior de Estados Unidos, esto no debería sorprendernos.
Además de presentar al mundo una imagen falsa de la conferencia de Beijing, las intervenciones, el material y la atención de los medios estadounidenses daban una interpretación estrecha a la noción de derechos humanos, porque excluía los derechos humanos basados en la justicia económica, ambiental y social.
Protesta
Las autoridades chinas permitieron actividades que habrían sido restringidas en muchos países. Yo participé en una protesta contra el McDonald's que fue abierto en el Foro de ONGs. En diversas partes del mundo, movimientos civiles están resistiendo la generalización de estos modelos de alimentación de la monocultura mundial. Nuestra acción no fue detenida por las autoridades chinas y por el contrario se informó sobre la misma en la televisión china.
El cierre de un espacio ciudadano por el imperio de una empresa es una forma de violación de los derechos humanos que está en el fundamento de la mayoría de los movimientos que luchan por proteger el medio ambiente, los derechos humanos y las libertades ciudadanas en esta era de mundialización. En este contexto, los derechos humanos abarcan el derecho a influenciar el tipo de producción, los sistemas de consumo y el derecho a satisfacer las necesidades básicas en materia económica, política y ambiental.
El derecho a satisfacer las necesidades básicas no figura en el discurso estadounidense sobre derechos humanos pese a que la negación de las necesidades básicas en el Tercer Mundo es una forma real de violación de los derechos humanos. Incluso este va a convertirse cada vez más en EL derecho humano central violado en el Norte, a medida que la mundialización deje a más personas sin empleo, sin techo y sin seguridad económica.
La conferencia de Beijing fue una oportunidad de ampliar nuestra concepción de derechos humanos para incluir temas de justicia económica.
China, el país más populoso del mundo, ha iniciado el experimento más importante de este siglo de convertir el derecho a la alimentación, al abrigo y a la vivienda en un derecho humano fundamental para todos. En lugar de centrarse en este tremendo logro, que es el cimiento de la confianza de China en la comunidad mundial, Estados Unidos y sus grupos de influencia se centraron solamente en la violación de los derechos humanos en China, interpretándolos en forma limitada. La estrecha noción de derechos humanos que distorsionó la agenda de Beijing se vio también ejemplificada en la manera por la cual los derechos sanitarios de las mujeres se redujeron a derechos reproductivos y los derechos reproductivos fueron distorsionados a su vez para interpretarlos como control demográfico.
Las mujeres del Tercer Mundo protestaron contra esta reducción y distorsión realizando una serie de seminarios sobre los derechos a la salud de la mujer en general y los vínculos ambientales con la salud, aspectos que están siendo sistemáticamente excluidos por los sectores conservadores que tratan de temas demográficos, la USAID y el Banco Mundial. Se organizó una protesta contra los riesgosos anticonceptivos de efecto prolongado como el Norplant. Hubo un intento deliberado de reducir los intereses de las mujeres y centrarlos exclusivamente en la reproducción. Pero como expresó la Dra. Mira Shiva en la manifestación contra el Norplant: "las mujeres no son solamente vientres y trompas".
Se intentó socavar la historia y el contenido del movimiento de la mujer vinculando la conferencia de Beijing exclusivamente a la conferencia sobre población de El Cairo. El eslogan "Recordemos El Cairo" en prendedores distribuidos por los organismos estadounidenses sugería tácitamente "Olvidemos Rio" y "Olvidemos Nairobi". Fue esta amnesia impuesta la que rechazaron las expresiones de autoorganización creativa del Foro de ONGs.
La reducción de los derechos humanos de la mujer a sus derechos reproductivos tiene otro aspecto que recibió la crítica de la Secretaria General de la conferencia de la mujer, Gertrude Mongella, que dijo "Algunas veces cuando las personas resaltan los derechos reproductivos, me hacen sentir como si fuera un vientre".
Los Foros de ONGs de otras conferencias de la mujer anteriores se preocupaban por sintetizar y desarrollar los intereses que las mujeres tienen en sus vidas cotidianas en torno a las cuales se organizan a nivel de base. La reunión y expresión espontáneas de diversos movimientos de mujeres ha traído siempre nuevos temas en un mundo que cambia constantemente.
En Nairobi, las dos nuevas dimensiones que surgieron de los movimientos de base fueron los vínculos entre la mujer y el medio ambiente, y entre la mujer y la economía. Las mujeres cuestionaban la forma en que había sido tratado el medio ambiente como recurso y materia prima y no reconocido por la riqueza que crea la Naturaleza, que es asimismo la base de la economía de subsistencia de la mujer. También ponían en tela de juicio la forma en que el régimen económico dominante excluye la contribución de la mujer y de las economías de subsistencia.
A pesar de que tanto en el documento de la conferencia oficial como en el Foro Mundial de ONGs de Beijing, hubo un intento de menoscabar las contribuciones de Nairobi y Rio, las mujeres del movimiento ambientalista estaban presentes en grandes cantidades y organizaron actividades de interés.
Las pruebas nucleares francesas en el Pacífico dieron lugar a protestas de numerosas de mujeres. Las mujeres indígenas de Estados Unidos hablaron de las minas de uranio en tierras nativas y de la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas por el gobierno de Estados Unidos, que sermonea por el mundo sobre derechos humanos. El movimiento de justicia ambiental de Estados Unidos tuvo un taller muy dinámico sobre vertido selectivo de tóxicos en comunidades pobres y de color y en países del Tercer Mundo.
Antes de la reunión de Beijing, WEDO (Women's Environment and Development Organization/ Organización de Mujeres sobre Medio Ambiente y Desarrollo), con la participación de 70 organizaciones, desarrolló un plan de actividades de 90 días en torno a temas de gran actualidad: comercio, derechos de propiedad intelectual, tecnología, comunicaciones, militarización, salud y medio ambiente, epidemias resurgentes y emergentes. Dimos a conocer un conjunto de Cartillas sobre el Banco Mundial, las trasnacionales y la Organización Mundial de Comercio (OMC), a fin de capacitar a las mujeres para participar contando con información sobre las nuevas fuerzas y estructuras del proceso de mundialización.
Para el Foro Mundial de ONGs, habíamos preparado el programa denominado "Hijas de la Tierra", a ser llevado a cabo en un lugar similar al del Planeta Femea en la Cumbre de Río, de manera que las mujeres supieran adónde ir en busca de actividades sobre los temas de mujer y medio ambiente. No obstante el Comité Facilitador de ONGs separó las actividades y las repartió por distintos lugares, impidiendo así una concentración en torno a los temas emergentes a los cuales las mujeres estaban respondiendo.
El Comité Facilitador canceló también una concentración planificada por la Campaña "180 días/180 formas", que se había iniciado el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) en Copenhague, y en la cual cientos de organizaciones habían participado, para dar lugar a la conferencia de Hillary Clinton el día 6. Esta intervención negativa del Comité Facilitador, excluyendo a las ONGs y minando sus actividades en el Foro, no fue bien conocida porque se responsabilizaba constantemente a las autoridades chinas por acciones y decisiones que habían sido adoptadas por el Comité Facilitador.
Comité Facilitador de ONGs de Beijing
Apuntando falsamente a las autoridades chinas por problemas que enfrentaban movimientos, grupos y personas, se distrajo la atención del papel del Comité de Facilitador de ONGs. Este y otros comités fueron designados para facilitar las actividades de las ONGs en las conferencias de la ONU. Como ellos meramente deben ofrecer servicios, son muy invisibles. Pero el Comité Facilitador de ONGs de Beijing hizo de todo menos facilitar.
En primer lugar, fijaron una cuota arbitraria de acreditación de 50 dólares, lo cual excluía a gran cantidad de mujeres activistas, especialmente del Tercer Mundo. Luego centraron sus energías en el debate sobre Huairou y desviaron la atención de los temas sustanciales. Después, usaron la incertidumbre en torno al Foro de ONGs, por la no aceptación del lugar de la sede, para bloquear las acreditaciones de manera totalmente arbitraria. Yo personalmente tuve rechazada mi acreditación en el Foro de ONGs, pese a que me registré en la Conferencia de la ONU y finalmente ingresé al Foro acreditada como periodista, algo sobre lo cual el Comité no tenía control. A miles de mujeres que llegaron a Beijing se les negó el acceso al foro porque no se habían registrado a tiempo. Mientras que el Comité Facilitador obstaculizó permanentemente la participación de ONGs, el gobierno de Estados Unidos, grupos de derechos humanos estadounidenses y la secretaría del foro llevaron a cabo una campaña bien orquestada protestando por los intentos chinos de excluir a ONGs.
Dos foros de ONGs
El Comité Facilitador de ONGs también sobrepasó sus atribuciones, usurpando y monopolizando los ambientes y plenarios más amplios para actividades organizadas por ellos. Nunca antes en una conferencia de ONGs el Comité Facilitador había invadido las actividades de esta manera. La tentativa era bastante clara: manipular la agenda de Beijing y la posterior. Los plenarios del Comité se concentraban en hacer que las mujeres se adaptaran al Nuevo Orden Mundial. Los movimientos de mujeres, por otra parte, están exigiendo que el orden mundial se ajuste a las necesidades de las mujeres, que reflejan mejor las necesidades de la sociedad en su conjunto.
Como este espacio para los movimientos había sido usurpado por la burocracia de la secretaría, los movimientos crearon su propio espacio.
Como consecuencia, hubo no uno sino dos Foros de ONGs. Uno fue el resultado de las manipulaciones de la Secretaría del Foro, que eran un reflejo de las prioridades de los intereses mundiales económica y políticamente poderosos. El segundo foro fue el Foro de ONGs libres e independientes, que reflejaba los intereses de movimientos, a través de actividades y acontecimientos creados por medio de la autoorganización. Como la asignación del lugar para las actividades había sido manipulada, los verdaderos intereses de las mujeres podían verse en las actividades organizadas en los espacios abiertos: las concentraciones, las protestas, las sentadas.
Uno de los acontecimientos más impresionantes fue la marcha en silencio de las "Mujeres de Negro". Durante una hora las mujeres se sentaron en silencio en una vigilia en las afueras del Pabellón Global. Llevaban carteles que exhortaban a la paz en Palestina, Bosnia, Ruanda. Las actividades de las "Mujeres de Negro", que comenzaron en Palestina y se extendieron por la ex-Yugoslavia, han sido utilizadas por mujeres de todo el mundo como expresión de un llamado a la paz. La oradora de Belgrado en la actividad de "Mujeres de Negro" expresó que la paz y la no violencia están arraigadas en la aceptación de la diversidad. Ese es probablemente el mensaje más categórico de Beijing -la diversidad es fortaleza, no debilidad- en los movimientos de la mujer, en la sociedad y a través de las civilizaciones.
Justicia de género y apartheid planetario
Cuando las brasileñas marcharon en una larga procesión contra el neoliberalismo o las asiáticas hicieron otra marcha por la seguridad alimentaria, finalizando en una protesta contra McDondald's, o cuando las mujeres se reunieron para decir "No" al ajuste estructural en el Sur y a los recortes del bienestar social en el Norte, estaban planteando temas de injusticia económica mundial que las luchas de las mujeres están abordando en las bases: temas que el comité Facilitador de ONGs y el Proyecto de Plataforma de Acción está intentando silenciar. Al igual que en Nairobi y en Rio, las mujeres se negaron a ser silenciadas por el ruido del discurso predominante. Mantuvieron vivos los temas que importan a la vida y la muerte de millones de personas en el mundo.
La conferencia de Beijing estuvo repleta de paradojas, conflictos y contradicciones. El Banco Mundial, que ha sido el artífice e instrumentador de los programas de ajuste estructural, fue también el organismo líder en retórica sobre la "disparidad de género". Estados Unidos, que presionó en la Ronda Uruguay del GATT para debilitar la función de los gobiernos nacionales en la regulación de la desigualdad y la injusticia del comercio, fue campeón en Beijing en exigir que estos gobiernos discapacitados garanticen "justicia de género" e "igualdad de género". Es claro que el nuevo orden mundial fundado en el comercio libre y no reglamentado creará un apartheid planetario, y un abismo inzanjable entre los que participan en la economía mundial y aquellos cuyos medios de subsistencia local han sido destruidos y cuya propia supervivencia está amenazada.
No puede haber justicia de género en un mundo de apartheid planetario, en donde las estructuras sociales y políticas para proteger a los débiles han sido desmanteladas como "barreras" al libre comercio o como "ineficientes" o "dispendiosas" en la lógica de la rentabilidad del mercado. Cuando el derecho de los pueblos a la alimentación, la salud, la educación y la vivienda son socavados a través de la ideología del mercado libre, ¿cómo puede garantizarse el acceso de las mujeres a la alimentación, la salud y la educación? "Justicia de género" es un eslogan vacío en un período en el cual no hay lugar para la justicia entre ricos y pobres, entre poderosos y débiles, entre seres humanos, entre naciones.
Precisamente, en tiempos en que la ONU ha sido debilitada y se ha convertido en una filial de las instituciones de Bretton Woods, se centra la atención en cómo solamente el 30% del personal de la ONU son mujeres, y cómo más mujeres deberían estar en posiciones de poder en los organismos de la ONU. En realidad, se organizó una serie de grupos especiales para exhibir a mujeres del Foro de ONGs ante importantes mujeres funcionarias de los organismos de la ONU. Desfilaban como historias de "éxito". El tema de la democracia internacional, de hacer que el Banco Mundial, el FMI y la OMC rindan cuentas ante los ciudadanos del mundo quedó de lado en la estrecha agenda de tener más mujeres dentro de la ONU ¿Qué poder van a tener las mujeres a través de la ONU cuando la propia ONU está perdiendo poder y todos los temas significativos son controlados por las instituciones de Bretton Woods?
Justamente en tiempos en que los parlamentos nacionales y los órganos electos son marginados por decisiones realizadas por instituciones mundiales como el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, se nos está diciendo que debería haber más mujeres en los parlamentos. El debate se desvía nuevamente, del desgaste del espacio democrático nacional, a una estrecha discusión sobre "las mujeres en la política". ¿Qué poder van a ejercer las mujeres a través de los parlamentos, cuando los propios parlamentos están perdiendo poder y son pasados por alto?
Precisamente en épocas en que todas las garantías de propiedad territorial están siendo retiradas por las políticas de "liberalización comercial" que permiten a las grandes compañías la propiedad ilimitada de la tierra, se habla de los derechos de las mujeres a la tierra divorciados de los derechos del pueblo a la tierra. En India, con la presión de los programas de ajuste estructural, el Estado está siendo obligado a deshacer la reforma agraria, retirar las leyes de tope de propiedad de la tierra y permitir a las grandes empresas que adquieran miles de hectáreas para cultivar flores y verduras de exportación. En México como resultado del TLCAN, las tierras comunitarias fueron puestas en el mercado. Este fue el antecedente del levantamiento Zapatista en Chiapas el 1º de enero de 1994.
Nuevas formas de propiedad
En ausencia de derechos inalienables y de distribución equitativa de la tierra, los derechos de la mujer a la tierra no pueden ser garantizados. Cuando todo es comercializable y no hay límites a la propiedad y al control, las filas de desposeídos aumentan. Equidad de géneros en los derechos de propiedad -en el contexto de derechos comercializables y monopolio del control- equivale a igual derecho a ser desplazadas y privadas de la facultad de representación.
El análisis estrecho de la mujer y los derechos a la propiedad tampoco trató el surgimiento de nuevas formas de propiedad privada a través de los nuevos derechos de propiedad intelectual establecidos en el GATT. Los derechos de propiedad intelectual en el área de la biodiversidad y las semillas habilitaron a las trasnacionales a quitar a las agricultoras del Tercer Mundo el derecho a sus semillas. La verdadera injusticia de género que está surgiendo a través de estos nuevos derechos de propiedad es entre las mujeres del Tercer Mundo, custodias originales de la biodiversidad agrícola, y las trasnacionales de los países del Norte, que reclaman la biodiversidad del Tercer Mundo como su propiedad. Obviamente, esta brecha entre la riqueza y el monopolio de las empresas y la pobreza y el desposeimiento de los agricultores del Tercer Mundo no va a estar entre las medidas elaboradas por los expertos del Banco Mundial y de la ONU.
El PNUD y el Banco Mundial ya están ocupados elaborando medidas para evaluar las "disparidades de género" en los distintos países. Se van a centrar en la diferencia entre hombres y mujeres dentro de sus hogares, dentro de países -no en la diferencia de género entre las trasnacionales predominantes en el sistema alimentario mundial y las agricultoras del Tercer Mundo. Por medio de estas interpretaciones, las verdaderas desigualdades permanecerán ocultas.
Mientras las compañías acaparan la producción, quitándosela a pequeños productores y productoras, y mientras que el mercado libre transforma los derechos en acceso a través del poder adquisitivo, el abismo entre ricos y pobres será más profundo, dejándonos un apartheid planetario entre los desposeídos y los que han logrado "ganar" en la economía mundial y el mercado mundial. Hablar de "justicia de género", sin permitir un análisis de la justicia económica entre ricos y pobres, hace que los creadores de la desigualdad aparezcan como los campeones de la igualdad. Esta es la verdadera política en la cual las potencias mundiales quedaron comprometidas en Beijing.
El apartheid económico planetario, que es una consecuencia inevitable del ajuste estructural y de las políticas de libre comercio, creará un apartheid entre mujeres del mundo. Esta igualdad en un mundo dividido creará una elite minoritaria de mujeres "triunfadoras", como funcionarias de la ONU, importantes ejecutivas de empresa y jefas de estado, y enormes cantidades de mujeres que tendrán -al igual que sus hombres- solo derecho a ser pobres, hambrientas, sin techo y desempleadas. Las mujeres del mundo no quieren esta vacía igualdad dentro de la brutal desigualdad del apartheid planetario.
Justicia indivisible
La fortaleza del movimiento de mujeres siempre se ha construido sobre la base de la compasión, la solidaridad y la cooperación, no sobre la base de la competencia y el privilegio. El movimiento por la salud de las mujeres surgió de "exitosas" doctoras que trataban a las mujeres como sujetos y no como objetos de la ciencia y la tecnología médicas. El movimiento por el medio ambiente creció porque mujeres científicas como Rachel Carson eran lo suficientemente humildes como para "escuchar a la Naturaleza", no tratar de esclavizarla en la visión baconiana del control y el dominio. Sin embargo, el Foro de ONGs organizado oficialmente y la conferencia de la ONU pasaron por alto esta "concatenación" entre el planeta y las personas, entre los privilegiados y los marginados. El propio hecho de que el poster preparado por la ONU para la conferencia de Beijing represente a una mujer sosteniendo al planeta en un símbolo de control, demuestra cuán profundamente los símbolos de control y dominio han sido asimilados por el sistema oficial. Este conjunto de imágenes de los humanos como seres externos al planeta y controlándolo había sido duramente criticado por ambientalistas en la Cumbre de la Tierra. Ahora esta imagen fundada en el dominio se ha convertido en el símbolo de una conferencia de la mujer.
Fue la humildad y la compasión de las mujeres que tuvieron el privilegio de progresar en sus profesiones, pero que eran concientes de las necesidades, aspiraciones, fortalezas y derechos de sus compañeras menos privilegiadas, lo que mostró que eran necesarias otras formas de organizar nuestra vidas, nuestros pensamientos y nuestras acciones, a fin de asegurar justicia para todas. Esta búsqueda de alternativas guiada por valores de justicia en economía, en ciencia y tecnología, en agricultura, en medicina, en política, está todavía viva en el movimiento de mujeres y se manifestó en las actividades de ONGs libres e independientes en Beijing.
El mensaje de las actividades del Foro de ONGs autoorganizadas y basadas en movimientos fue que se debe oponer resistencia y superar todas las formas de dominación. En lugar de dominación, las mujeres quieren solidaridad. En lugar de violencia, quieren paz. En lugar de injusticia, quieren justicia. Pero quieren una justicia de género que no esté separada de otras formas de justicia. Para los movimientos de mujeres la justicia y la igualdad son indivisibles. La justicia de género comprende la justicia ambiental, la justicia económica y la justicia social.
Es este concepto indivisible de justicia el que guiará las luchas de los movimientos de mujeres en un mundo profundamente dividido e internacionalizado en la etapa posBeijing.
(*) Vandana Shiva es una destacada ecologista india, doctora en física, filósofa, y feminista, autora de varios libros sobre estos temas. Vandana es directora de la Fundación Dehra Dun de Investigación sobre Políticas de Ciencia, Tecnología y Recursos Naturales de la India, además de ser la Asesora en materia de Ciencia y Medio Ambiente de la Red del Tercer Mundo/Third World Network.
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