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   No. 55 - Abril 1996
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Cultura


No. 55 - Abril 1996

CIENCIA / SABER ANDINO

Diálogo en la diversidad de sistemas de conocimiento

por Stephan Rist, AGRUCO, Bolivia (*)

Una relación de igualdad entre diferentes culturas, con sus sistemas de conocimientos respectivos, significa la posibilidad de un dialogo que, en vez de buscar el dominio de una sobre otra, tienda hacia el enriquecimiento recíproco, como contribución para crear sociedades más sostenibles

El Programa Agroecología Universidad Cochabamba (AGRUCO), inició sus actividades en 1986 en búsqueda de aportes para un desarrollo sostenible en los Andes bolivianos.

Las actividades de AGRUCO se enmarcan en el convenio de cooperación entre la Universidad Mayor de San Simón y la Cooperación Técnica Suiza. El objetivo principal consiste en apoyar el proceso formativo en universidades, instituciones de desarrollo rural y organizaciones campesinas, considerando la relación sociedad-naturaleza, a partir de la revalorización del saber campesino y la agroecología en el contexto andino.

Actualmente se mantienen convenios de cooperación interinstitucional con seis de las nueve universidades estatales de Bolivia y con más de 25 instituciones privadas y estatales nacionales e internacionales interesadas en el desarrollo sostenible. De las múltiples relaciones interinstitucionales resultan experiencias en investigación y desarrollo rural en las regiones más representativas de Bolivia que son el Altiplano (entre 3.800 y 4.500 metros sobre el nivel del mar); los Valles Interandinos (entre 2.400 y 3.800 metros sobre el nivel del mar) y Yungas y áreas tropicales (entre 400 y 2.400 metros sobre el nivel del mar).

El territorio andino-amazónico-platense de Bolivia se caracteriza por la alta diversificación ecológica. Alberga una población multiétnica, configurando una diversidad de estilos de agriculturas, consideradas "tradicionales". A pesar de que la mitad de los 6,5 millones de habitantes de Bolivia viven en los centros urbanos, son las "agriculturas tradicionales" las que producen el 75% de todos los alimentos consumidos.

La agricultura "tradicional" es altamente diversificada, basada en la integración de actividades agrícolas, ganaderas y agroforestales, permitiendo un alto grado de autosostenimiento. La agricultura y ganadería son principalmente a secano, y el uso de conocimientos, insumos y tecnologías "modernas" es de importancia restringida.

Puntos de partida teóricos

Al iniciarse el proyecto, el punto de partida fueron los fundamentos de la Agricultura Ecológica de tipo europeo. La agricultura ecológica enfatiza, sobre todo, los procesos biológicos en el análisis, lo que no permitía tomar en cuenta las presiones socioeconómicas, culturales y políticas

El concepto, por lo tanto, evolucionó hacia la Agroecología, que considera a los agroecosistemas como resultado de la "co-evolución" entre sociedad y naturaleza (Noorgard, 1987). El hombre asume el papel activo en la conducción de esta coevolución, a través de sus conocimientos, prácticas sociales y tecnológicas que transforman su entorno natural en agroecosistemas de acuerdo a una filosofía propia de los actores aimaras y quechuas.

De la aplicación del enfoque agroecológico resultaron las siguientes conclusiones:

- La realidad en las comunidades es altamente compleja y solamente puede ser comprendida en base a la investigación interdisciplinaria y holística, buscando la síntesis de las ciencias naturales y sociales.

- El proceso de investigación de la realidad requiere la integración de los "estudiados", debido a que son ellos los mejores conocedores de la misma, convirtiéndose la investigación participativa en un elemento fundamental.

- Los sistemas "tradicionales" de agricultura, practicados actualmente, a parte de sus deficiencias, muestran también potenciales: la rotación y asociación de cultivos, el uso de abonos orgánicos, el control biológico de plagas, las prácticas de conservación in situ de la biodiversidad cultivada y silvestre, forman parte fundamental tanto de la agricultura "tradicional" como de la agroecológica.

El descubrimiento de que los agroecosistemas actuales son resultado de la relación sociedad andina-naturaleza, nos ha obligado a explorar con mayor profundidad sus bases filosóficas y mentales, expresadas en la cosmovisión andina.

En el estudio de la cosmovisión andina, una serie de observaciones hechas en las investigaciones agroecológicas, han sido importantes: la mayoría de las prácticas sociales y tecnologías siempre están acompañadas de rituales: antes de la celebracion de las fiestas, de iniciar el laboreo de la tierra, las siembras o cosechas, se pide permiso y colaboración a la Pachamama ("madre tierra y fuente de vida") y de una serie de otros seres "no-visibles". Evidenciamos también que ésta dimensión simbólica de la realidad, es un elemento constituyente para la regeneración y creación de conocimientos, prácticas sociales y tecnologías.

Una vez comprobada la importancia de la dimensión ritual en el sistema andino de conocimientos, nos ha permitido una primera aproximación hacia su esencia filosófica-espiritual.

Las tres dimensiones

Quechuas o Aimaras se conciben como parte íntegra de un universo compuesto básicamente de tres componentes interrelacionados por medio de la reciprocidad (Rosing, 1994: 176) y complementariedad: entorno natural (vida material), hombre-sociedad (vida social) y seres no-visibles (vida espiritual), que conforman una unidad cultural andina. Los tres componentes son inseparables y se encuentran en una compenetración mutua y dinámica; ninguno de los componentes es superior al otro.

Los seres que representan la vida espiritual, no solamente son interrelacionados con la vida social y material en la superficie terrestre, sino también son asociados a los fenómenos más alejados del Universo, aspecto que influye en los precisos conocimientos atmosféricos y astronómicos del hombre andino.

De esta manera se configura una concepción integral, donde el hombre simultáneamente está arraigado en la tierra y en el cosmos.

En base a la cosmovisión andina, es evidente que los fenómenos sociales o naturales también reciben una explicación distinta a la que ofrece el análisis científico, como se puede apreciar en los siguientes ejemplos:

- En la concepción andina prácticamente todas las enfermedades del hombre no son solamente atribuidas a los agentes patógenos o a las influencias negativas del entorno material-biológico, sino que a la vez expresan un desequilibrio resultante de un encuentro entre la vida espiritual del hombre y la del resto del mundo: muchas personas se enferman (sustjasita) cuando pasan por "wayra utas" (lugares de vientos malos), "mik'ayas" (algunos lugares con vertientes de agua o desérticos) o "sanjo" que son lugares donde cae el rayo (Saravia et al., 1995). Otras causas de las enfermedades se hallan en la vida social, donde en base a un determinado tipo de rituales: la envidia, la venganza o las peleas de una persona pueden ser traducidas en la enfermedad de la persona a la cual se dirigen estos sentimientos negativos.

- De este modo es comprensible que la sola eliminación de las causas biológicas de las enfermedades p.ej. mediante el uso de plantas medicinales o medicamentos modernos, no es suficiente para restablecer el desequilibrio alcanzado, sino que el tratamiento debe integrar un ritual que permite la comunicación con la vida espiritual.

- Cada año, el día Martes de Carnaval, las familias andinas se presentan en sus parcelas de cultivo, que en esta época generalmente se encuentran en pleno desarrollo, para realizar el ritual de la "Ch'alla". El ritual se dirige y honra la "Ispalla". "Ispalla es el alma y el espíritu de todos los alimentos... es Ispalla quien da vida a todos los hombres, los animales y las plantas; es por esto que cosechamos algunas plantas, las cargamos en nuestras espaldas y las hacemos sentirse alegres haciéndolas bailar con nuestra música". Por este motivo, una buena cosecha no solametne depende del uso apropiado de los conocimientos, los insumos y las tecnologías, sino también se debe a una ifnluencia positiva de la vida espiritual de las plantas, estimulada por el ritual de la ch'alla.

La ciencia explica solamente una dimensión

Lograda esta primera aproximación a la cosmovisión andina, surgió una dificultad con el enfoque agroecológico: si bien la agroecología aplica un enfoque integral e interdisciplinario, la misma se define como una "ciencia". Se basa en el materialismo histórico y biológico, postulándose además como objetiva y universal.

Una de las diferencias fundamentales con la cosmovisión andina se refiere a la vida espiritual: debido a que ésta solamente es admitida a un nivel "subjetivo", p.ej. como la adherencia optativa a una de las tantas religiones existentes, se impide su interacción con la ciencia "objetiva" (ver figura 1). Ciertamente es por esta razón que no pudimos hallar, dentro del conjunto de las disciplinas científicas, elementos que permitan establecer puntos de contacto entre la explicación científica y la andina de los fenómenos, p.ej. desde el punto de vista científico es inadmisible que un ritual, como la Ch'alla, podría influir positivamente en la calidad o cantidad de los cultivos; en cambio, desde el punto de vista de la gran mayoría de los actores campesinos, es absolutamente cierto que la Ch'alla es efectiva, motivo por el cual ellos destinan cantidades significativas de tiempo y recursos a los rituales. De esta manera nos encontramos ante un problema típico de la ciencia moderna, en el sentido de que se "describió sólo la superficie de las cosas, una sola dimensión de la realidad" (Havel, 1994).

Revalorizando las cosmovisiones

¿De qué manera deberían interrelacionarse las dos visiones, considerando además que la científica se postula como universal, pero no puede explicar los efectos de los rituales?.

Para llegar a una respuesta era importante darnos cuenta que en las ciencias sociales e históricas ya son innumerables las investigaciones que demuestran que las "ciencias modernas" son resultado de la construcción social del conocimiento, representando, por tanto, un sistema entre muchos otros (Chambers, 1994).

Partiendo de esta conclusión fundamental, logramos asignarnos, como proyecto universitario y representación formal de lo "científico", un nuevo rol en la interacción con la cosmovisión andina: tomando ambos sistemas como expresión de conocimientos valorados por sistemas culturales distintos, se permite superar su supuesta incompatibilidad. Entendiendo los dos sistemas como resultado de la construcción social del conocimiento, uno no le quita legitimidad al otro. El sistema de conocimiento científico solamente pierde su reivindicación de ser universal. Esto significa por otro lado, que el sistema de conocimiento andino empieza a ser revalorizado, poniéndolo en condiciones de igualdad con el sistema científico.

Una relación de igualdad entre diferentes culturas con sus sistemas de conocimientos respectivos, significa el inicio de un dialogo intercultural que, en vez de buscar el dominio de la una sobre la otra, trata de inducir hacia el enriquecimiento recíproco, como contribución para crear sociedades más sostenibles.

El reconocimiento de la importancia del diálogo intercultural, no podía quedarse en lo teórico, sino que nos ha llevado a la redefinición de aspectos institucionales y metodológicos. En primer lugar teníamos que abandonar nuestra identidad como un "programa de desarrollo" en el sentido convencional: ya no es el programa que mediante la "intervención planificada" es la causa o el "motor" de la evolución de los grupos sociales (Long, Vander Ploeg, 1992).

A la luz de estas conclusiones, es claro que una metodología de apoyo a las comunidades tiene que considerar la valoración ética, basada en la cultura propia de los actores. Además, debe responder la siguiente pregunta: suponiendo la correspondencia entre agricultura andina y agricultura sostenible, ¿por qué hay, entonces, tantos problemas ecológicos y socioeconómicos en el área rural?.

Vigencia del Saber Campesino

Para responder a esta pregunta era necesario hacer un análisis sobre la vigencia social y geográfica del Saber Campesino, encontrando señales de debilitamiento serio, aunque el proceso no es aún irreversible. Se muestra que la erosión del Saber Campesino, no es atribuible a su falta de pertinencia, sino más bien es consecuencia de la ignorancia que ha sufrido, tanto por parte de investigadores como de planificadores del desarrollo. El mismo fenómeno se observa a nivel de las familias campesinas, quienes, bajo la creencia subyacente de los proyectos "modernos", tienden a percibir el futuro como "tiempos nuevos", desarticulados de su experiencia y conocimiento propios. De esto resulta que el Saber Campesino, se ha retirado cada vez más a espacios aislados conformando "islas de conocimientos", limitándose así su aporte al desarrollo sostenible. De esta situación nace la metodología de la Revalorización del Saber Campesino, que parte de la siguiente idea: si se lograra fortalecer y dinamizar las bases culturales propias de las familias campesinas, esto significaría también redifundir y vigorizar el uso de las prácticas sociales y tecnológicas andinas. Debido a que las mismas, además, son altamente congruentes con los principios agroecológicos, su revalorización se convierte en un aporte esencial para la construcción de una sociedad sostenible.

Desde un proyecto que se entiende como interfase social, la revalorización del Saber Campesino tiene dos principales dimensiones: primero, la revalorización significa interrelacionarse con un aspecto fundamental de la dinámica social a nivel comunal, a pesar de que el sistema andino de conocimientos existe en forma explícita, está relacionado continuamente con influencias exógenas. Se generan, entonces, procesos sociales que resultan en la reafirmación e innovación del estado actual en un determinado momento. En segundo lugar, la revalorización implica también mostrar a los actores campesinos la lectura "científica" de sus conocimientos: mostrando que buena parte de ellos y sus prácticas, desde el punto de vista agroecológico, son "modernos". Esto permite dinamizar el proceso de reafirmación cultural y tecnológica anteriormente mencionado. De este modo se estimula, desde "afuera", a los actores campesinos, a la reflexión e innovación de sus capacidades para una dinámica social basada en sus propios principios culturales.

Desde el punto de vista occidental-científico el diálogo intercultural contribuye a la superación de sus limitaciones inherentes, de la investigación "científica" y participativa de los fenómenos naturales y sociales en interacción con la cultura andina, se derivan importantes pautas para la innovación tecnológica, metodológica, conceptual y filosófica. En las palabras de Vaclav Havel (1994) esto significa "que en el mundo multicultural de hoy, el camino verdaderamente confiable hacia la coexistencia pacífica y la cooperación creativa debe comenzar desde lo que está en la raíz de todas las culturas y lo que yace en lo más profundo del corazón y la mente de los seres humanos, por encima de las posiciones políticas, las convicciones, las antipatías y las simpatías: debe estar arraigado en la autotrascendencia."

(*) Versión española del articulo "Science is not universal", publicado en ILEIA Newsletter, junio 95 vol. 11 no.2. Holanda.






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