No. 56 - Mayo 1996
NICARAGUA
Al compás de la "modernización"
por
María Hamlin Zuniga (*)
El reconocido Sistema Nacional Unificado de Salud de Nicaragua, construido durante el régimen sandinista bajo el principio de atención universal y gratuita, está siendo desmantelado para dar paso a los programas del Banco Mundial para "modernizar y democratizar" la salud -eufemismo usado para referirse a la privatización del sector.
Nicaragua, durante el decenio de gobierno sandinista, brindó atención de salud gratuita y universal a la mayoría de la población de 4 millones de personas a través del Sistema Nacional Unificado de Salud. El gobierno fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud por el programa de Atención Primaria de la Salud, que tuvo como resultado respuestas comunitarias y participación en programas de inmunización, control de la malaria, campañas de limpieza, etc. El gobierno gastó un promedio de 63 dólares per cápita en atención de salud, inclusive en los años más difíciles de guerra contrarrevolucionaria financiada y dirigida por el gobierno de Estados Unidos durante los gobiernos de Reagan y Bush.
En 1990, una coalición conservadora de derecha asumió el poder luego de las elecciones llevadas a cabo en una difícil situación de guerra y bloqueo económico. El nuevo gobierno prometió paz y estabilidad económica. El bloqueo económico fue levantado y Nicaragua fue abierta al Banco Mundial y FMI así como al respaldo económico y político del gobierno de Estados Unidos. La mayoría del pueblo creyó que sus condiciones mejorarían.
A pocos días de instalado el nuevo gobierno se inició un severo programa de ajuste estructural con dramáticas reducciones del gasto en programas sociales. Luego vinieron medidas aún más severas. Según el Ministerio de Trabajo, 58% de la mano de obra se encuentra desocupada o subocupada. Muchos son ex-miembros de las Fuerzas Armadas y la Resistencia a quienes se prometió tierra y créditos agrícolas luego de su desmovilización. Muy pocos de estos acuerdos fueron llevados adelante por el gobierno.
Eufemismo
El ministerio de salud redujo el personal y los programas, ofreciendo conversión ocupacional a muchos empleados -en otras palabras, reconversión al sector informal y a la imposibilidad de trabajar en el sector estatal por lo menos por cinco años. Las cuotas por servicios y los cargos por medicamentos se institucionalizaron. Durante 1993 y 1994 , los programas del Banco Mundial exhortaron a una "modernización y democratización" del sector salud, eufemismo para privatización de los servicios públicos. El gasto del gobierno fue reducido aproximadamente 12 dólares per cápita hacia 1995, por debajo de las actuales recomendaciones del Banco Mundial.
A comienzos de febrero de 1996, el Ministerio anunció la privatización de los servicios de limpieza, cocina, seguridad y mantenimiento. Esto va a conducir a que muchas familias terminen en la indigencia, en la medida que la fuente de ingreso familiar es eliminada en un sector de por sí vulnerable.
Recientemente, el Ministerio de Salud creó una Superintendencia de Hospitales dirigida por un Cirujano cardíaco para mejorar la infraestructura hospitalaria y desarrollar estrategias de mercado. Esto desembocó en la minimización de la atención primaria de la salud. Nuevas leyes están siendo propuestas para controlar el sistema de seguridad social, eliminar las pequeñas organizaciones de mantenimiento de la salud y favorecer los grandes servicios privados de seguridad social que fueron creados con la privatización del sistema de seguridad social del estado.
Asimismo, últimamente se ha aplicado el impuesto al valor agregado a diversos servicios de salud, incluidas las consultas en clínicas privadas, los exámenes de laboratorio, los servicios radiológicos y las ecografías.
La atención de salud está volviendo cada vez más a las antiguas prácticas médicas con énfasis en la biomédicina y la medicalización, en lugar de un concepto integral y sectorial más amplio de atención primaria a la salud.
Hoy en día el gobierno afirma que hubo mejoras tanto en materia de mortalidad infantil como materna. Sin embargo, se estima que los informes las subestiman en un 56% y 60%, respectivamente. En muchos casos, los nacimientos y las muertes no son informados a las autoridades del registro civil debido a los costos que suponen los procedimientos de registro. Las personas no tienen medios para alimentar y vestir a sus familias, mucho menos para pagar consultas, medicamentos o certificaciones de nacimiento y defunción costosos.
Ha habido varios brotes de enfermedades epidémicas, tales como cólera, dengue, malaria, infecciones respiratorias, leptospirosis y meningitis, entre otras. En julio de 1995, el Ministerio de Salud declaró una alerta nacional debido a la extención de esas epidemias. Más de 1.200.000 nicaragüenses (aproximadamente 30% de la población) se vieron afectados por una o más de estas enfermedades.
Cerca de un tercio de los niños nicaragüenses menores de cinco años están desnutridos. Cuatro de cada 10 niños viven en regiones rurales en condiciones de extrema pobreza y sufren desnutrición grave.
Los niveles de violencia, especialmente abuso físico y violación a mujeres y niños han aumentado dramáticamente. El índice de morbilidad atribuible a la violencia es superior al de las enfermedades infecciosas.
En Nicaragua, al igual que en otros países pobres del Tercer Mundo, el derecho sagrado de las personas a la vida y a la salud está siendo eliminado cotidianamente, como si el objetivo fuera eliminar a la población pobre y hambrienta que es considerada prescindible por los autores de las políticas sanitarias de las instituciones de Bretton Woods.
(*) María Zuniga es la Directora del Centro de Información y Servicios de Asesoramiento en Salud de Managua, Nicaragua y Coordinadora Mundial del Consejo Internacional de Salud Popular.
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