No. 57 - Junio 1996
Fernando Henrique Cardoso
"Soy de izquierda"
Sociólogo y antiguo militante de izquierda, Fernando Henrique Cardoso ha sido cuestionado en cuando a la vigencia de sus convicciones ideológicas, sobre todo desde que llegó a la Presidencia de Brasil en 1995, luego de vencer en la disputa electoral a "Lula", líder del PT y ex-aliado suyo en la lucha antidictatorial. En una entrevista reciente al diario francés "Le Monde", FHC explicó su postura actual.
El presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, posiblemente con más cautela ahora que cuando inició su mandato hace un año, sigue, sin embargo, reivindicándose como un dirigente de izquierda
Autor en estos tiempos del Plan Real, que estabilizó la economía de Brasil, pero también corresponsable hace tres décadas de la "teoría de la dependencia" que alimentó de ideas a la intelectualidad de izquierda de los 60 y 70, el tema de su posición ideológica reapareció en una entrevista con Le Monde realizada en mayo último, antes de iniciar una visita oficial a Francia.
Cardoso, que el martes se reunirá con su colega Jacques Chirac, recuerda que fue profesor de sociología en París y que frecuentó a Jean-Paul Sartre y a Simone de Beauvoir, estudió con Raymond Aron en la Sorbona y se convirtió en amigo de Alain Touraine.
- ¿Usted sigue siendo de izquierda?
- ¿Que quiere decir exactamente, en su criterio, ser de izquierda?
- Dar prioridad a la justicia social sobre las preocupaciones económicas.
- Si usted hubiera leído a Marx, no me daría esa definición. La justicia social tomada por separado es solamente caridad. Eso tal vez le de a uno un lugar en el cielo, pero no va a cambiar la situación sobre la tierra. Ser de izquierda para mi es comprender la situación objetiva y hacer las transformaciones necesarias para permitir que se realicen los valores del humanismo, la democracia y la justicia social. En ese sentido, soy de izquierda.
- Sin embargo usted tuvo éxito en el terreno monetario, con la creación del real y el triunfo sobre la inflación, pero no tuvo éxito en el terreno social...
- La verdadera cuestión es saber si las políticas implementadas por mi gobierno permitieron reducir las desigualdades sociales. La respuesta es sí. Ante todo, hubo un mejoramiento fundamental de la suerte de los más pobres y del sistema de educación pública. Se redujo drásticamente la mortalidad infantil en las zonas más desheredadas, como el nordeste. Mi gobierno hace todo lo que puede en ese terreno, pero evidentemente esas cosas no pueden lograrse de la noche a la mañana.
- Se lo acusa de ser indiferente a la suerte de los campesinos sin tierra. ¿Va a mantener su promesa electoral de dar terrenos a 280 mil familias en los cuatro anos de su mandato presidencial?
- La mantengo plenamente. En 1995 instalamos a 42 mil familias. Nunca en la historia ningún presidente hizo tanto. El promedio era de 16 mil familias por año. Este año vamos a alcanzar las 60 mil. La verdadera cuestión es saber si hay una reserva de tierras suficiente para esas 60 mil familias. Ya expropie un millón y medio de hectáreas. Solo uno de mis predecesores hizo más. Tengo razones fundadas para decirle que voy a cumplir con lo que prometí.
- ¿Qué le dice Usted a la clase media, que padece actualmente un alza muy grande de precios en los servicios a los que está acostumbrada, como las escuelas privadas y los planes de seguros de salud?
- La suerte de la clase media no es una prioridad para mi sino la de todo el pueblo de Brasil. Las clases medias y altas siempre fueron clases privilegiadas en Brasil. Es verdad que parte de la clase media está afectada. Eso es válido también para mi familia. Mi hija protesta cuando aumentan los gastos de escolaridad de los chicos; yo como abuelo tengo que contribuir...
- Usted hizo mucho por los bancos en dificultades, en todo caso más que para las categorías de las que estábamos hablando. Eso no corresponde con la idea que tenemos en Europa de lo que es un socialdemócrata.
- En absoluto. Acabo de recibir un libro que me envío John Kenneth Galbraith, "Para una sociedad justa". Es un socialdemócrata, ¿no? Dice que hay una sola cosa peor que ayudar a un banco en dificultades, y es dejarlo que quiebre. No le di un centavo a un solo banquero. Hice otra cosa. Permití que el dinero que está en el sistema bancario sea utilizado para que algunos bancos cambien de propietarios, y se hizo de manera que los pequeños ahorristas, todos los que tienen depósitos en establecimientos que están al borde de la quiebra, estuvieran protegidos. Todo el resto es demagogia.
- ¿A qué se refiere?"
- Se dice: "El gobierno ayuda a los banqueros, no da dinero para educación". Pero el dinero de los bancos no le pertenece al gobierno. No puedo utilizarlo para la educación. Lo que hago es decirle al banquero: es malo, va a perder el control de su banco. Además firmé un decreto que hace responsables a los banqueros, no solamente a los gerentes sino a los propietarios, de su fortuna personal. Asi que penalicé severamente a los banqueros. Pero hay que salvar a los bancos. La historia retendrá que el sistema bancario brasileño fue salvado a pesar de dificultades enormes, sobre todo políticas. Y yo me siento cómodo, en tanto socialdemócrata, con la advertencia de Galbraith...
(Fuente: Clarín Digital)
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