No. 59 - Agosto 1996
ECOLOGÍA
Los bosques de Totonicapán
Los bosques de Totonicapán.
Greenpeace.
Guatemala, Ediciones Don Quijote. 1996. 48 páginas.
Precio del ejemplar: U$S 5 (más franqueo).
Solicitudes: 10 calle 3-15 zona 1.
Guatemala
Fax: 00 (502) 2- 534206
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El caso de Totonicapán, el lugar de Guatemala donde se conservan los más extensos bosques de pinos, es un ejemplo notable, y a la vez poco conocido, de conservación y uso sostenible de bosques comunales en América Central. Cuidado y protegido por indígenas, que lo han mantenido durante los últimos cuatro siglos, se encuentra en el centro de la región más densamente poblada de un país donde la pobreza rural y la actividad agropecuaria han destruido la mayoría de los bosques del altiplano.
A este tema está destinado el libro de la organización ecologista Greenpeace Los bosques de Totonicapán, lugar donde el principal motivo de preocupación actual es la depredación de los recursos madereros por parte de personas extrañas a las comunidades, pero también de jóvenes indígenas sin empleo ni tierras en las que trabajar, lo que está provocando su acelerado deterioro.
Con esta publicación "queremos presentar la historia de estos bosques y de las comunidades indígenas que los conservan, como una contribución a la búsqueda de nuevos modelos de forestería sostenible y de participación social de la conservación", dice en el prólogo de la obra Lorenzo Cardenal Sevilla, director ejecutivo de Greenpeace-Centroamérica.
Una de las razones de la conservación de estos bosques, cuyo origen debe buscarse tanto en el pasado prehispánico como en la colonia, fue el reconocimiento del valor económico y social de los bosques de pino blanco, "lo cual contribuyó a crear un patrón de uso forestal más conservador que en otras regiones del país". Otra razón radica en la producción de agua para consumo humano. Pero lo que ha favorecido fundamentalmente la conservación en Totonicapán es la institución de los bosques comunales. "La vigilancia que ejerce cada comunidad sobres sus áreas de bosque comunal ha impedido que estos sean invadidos y talados, a diferencia de los bosques de propiedad privada o estatal, que han sido cortados sin mucho trámite para ampliar tierras de cultivo", dice el libro de Greenpeace.
Pero el objetivo de la publicación no se limita a la descripción de una experiencia de conservación y el reconocimiento a los pueblos que la han llevado a cabo durante siglos. Por una parte, pretende sensibilizar a la población y a las autoridades guatemaltecas para que apoyen los esfuerzos realizados por las comunidades indígenas, pero además, considera que el sector forestal centroamericano tiene mucho que aprender de la experiencia de Totonicapán.
"Los valores y principios que fundamentan la filosofía de conservación de las comunidades indígenas tienen poco que ver con los postulados de la ciencia forestal ortodoxa (...) Sin embargo, en la práctica, su cosmovisión y su instrumental han resultado más exitosos que muchos planes de acción forestal y proyectos de forestación y silvicultura industrial actualmente en boga", asegura el responsable de Greenpeace en la región centroamericana.
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