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Trabajo


No. 59 - Agosto 1996

INFANCIA

OIT llama a un amplio frente mundial contra el trabajo infantil

por Chakravarthi Raghavan

Hoy hay en el mundo unos 73 millones de niños trabajadores, según la OIT, y no existe ninguna región del planeta en la que no haya alguna forma de mano de obra infantil.

Estimaciones sobre el trabajo infantil publicadas en un documento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revelan que en el mundo existen unos 73 millones de niños de entre 10 y 14 años que trabajan para vivir. Los datos ofrecidos son resultados de encuestas realizadas en diversos países en desarrollo de África, Asia y América Latina.

En el documento también se indica que actualmente no hay ninguna región en el mundo en la que no exista trabajo infantil y se señala que en Europa meridional éste siempre ha sido relativamente abundante. "Los niños trabajan por una paga, en particular en actividades zafrales, en comercios callejeros, en pequeños talleres o en su propia casa".

Las dificultades vinculadas a la transición de una economía centralmente planificada a una economía de mercado en Europa Central y del Este también ha llevado a un aumento sustancial de la mano de obra infantil. "Lo mismo ocurre en Estados Unidos, donde el crecimiento del sector de servicios, el rápido aumento de la oferta de trabajos de medio horario y la búsqueda de una fuerza de trabajo más flexible ha contribuido a la expansión del mercado de la mano de obra infantil".

El término "mano de obra infantil" empleado por el documento de la OIT abarca todas las actividades económicas llevadas a cabo por personas menores de 15 años, independientemente de su situación ocupacional, como asalariados, trabajadores independientes o trabajadores no remunerados de empresas familiares.

La Convención sobre la Edad Mínima de la OIT realizada en 1973. y ratificada por unos 48 países, autoriza a los estados firmantes a establecer una edad mínima para trabajar, aunque exige que no esté por debajo de la edad en que la ley prevé que los niños finalicen el ciclo escolar. Pero no impone la exigencia de que se prohíba el trabajo infantil e incluso autoriza su empleo en "trabajos livianos" en ciertas condiciones específicas.

Falta de cifras oficiales no ocultan el problema

No es posible obtener cifras precisas a nivel mundial acerca de la mano de obra infantil porque "conforme al principio de que lo que se supone que no debe tener existencia legal no puede ser incluido en estadísticas oficiales, muchos países no tienen cifras sobre la mano de obra infantil".

No obstante, el informe confirma que en las regiones en desarrollo hay mayor trabajo infantil. "En términos absolutos, Asia, por ser la región más densamente poblada del mundo, es la que tiene la mayoría de trabajadores menores de edad (probablemente más de la mitad). Pero en términos relativos es África la que está en el primer lugar (con un promedio de un niño de cada tres que participa en una actividad económica)". En América Latina, se estima que el promedio de niños económicamente activos es de uno cada cinco.

En base a la combinación de datos de diversas fuentes oficiales, la OIT estima que del total de niños de entre 10 y 14 años de todo el mundo hay 13,2 por ciento económicamente activo.

Las cifras mayores se dan en Asia, con 44,6 millones, seguido de África con 23,6 millones y de América Latina con 5,1 millones. Como país, Bangladesh es el que tiene el mayor índice, 30,1 por ciento, seguido por Turquía (24), Nigeria (25,8) y Brasil, con 16,1 por ciento.

El director de la OIT, Assefa Bequela, especialista en mano de obra infantil, advierte que las cifras disponibles de trabajadores menores de 10 años no son confiables, si bien se dice que son bastante significativas. Si se pudiera hacer un relevamiento exhaustivo y tener debidamente en cuenta el trabajo doméstico realizado por las niñas, la cifra total de trabajadores menores de edad en todo el mundo bien podría llegar a cientos de millones, declaró.

Una investigación llevada a cabo en Ghana, India, Indonesia y Senegal con el apoyo de la OIT reveló que la actividad económica de tres cuartas partes de los niños de entre cinco y 14 años ocurre en el marco de una empresa de carácter familiar.

Con la excepción de América Latina, donde las cifras parecen ser sustanciales, "los niños emplados como asalariados generalmente representan un porcentaje relativamente pequeño del total de mano de obra infantil", dice el informe. Señala también que la atención prestada a la mano de obra infantil a nivel internacional se centra en los niños empleados en países del Tercer Mundo, predominantemente en industrias dedicadas a la exportación, tales como textiles, prendas de vestir, alfombras y calzado.

Sanciones comerciales no solucionan el problema

Los niños empleados en industrias que producen para la exportación son sustancialmente menos que los ocupados en las actividades dirigidas esencialmente a cubrir las necesidades domésticas. También, una gran parte de la mano de obra infantil pertenece a zonas rurales y plantaciones. Esto indicaría que la aplicación de sanciones comerciales contra las exportaciones producidas con mano de obra infantil no resolvería realmente el problema.

El informe revela cómo en algunos lugares la amenaza de sanciones comerciales provocó la eliminación repentina de la mano de obra infantil, a raíz de lo cual muchos niños y niñas quedaron en la calle y se vieron forzados a entrar en la prostitución.

También señala que un factor que afecta la oferta de mano de obra infantil es el elevado costo en términos reales de la educación, ya que muchos niños trabajan para cubrir el costo de la escuela. Según el informe, "muchas escuelas para los pobres son de tan baja calidad o las posibilidades de ascenso para los graduados son tan escasas que el retorno esperado de la educación no es igual al sacrificio realizado" y añade que "si bien es cierto que muchos niños abandonan la escuela porque tienen que trabajar, es igualmente cierto que mucho se desalientan tanto que prefieren trabajar".

Según los datos contenidos en el documento de la OIT, hay más probabilidades de que los niños sean empleados en industrias manufactureras cuando se les paga menos por su trabajo o causan menos problemas que los adultos.

Los trabajadores menores de edad, dice la OIT, enfrentan serias amenazas a su salud y seguridad. La mayoría trabaja en tareas agrícolas, donde habitualmente sufren climas extremos, manejan herramientas peligrosas y cargan peso, además de estar expuestos a productos químicos tóxicos. Las niñas que trabajan en el servicio doméstico fuera de sus hogares con frecuencia son objeto de abuso síquico, mental y sexual.

La prostitución es otro tipo de actividad en la cual es frecuente encontrar niños, especialmente niñas, dice la OIT, y considera que el sida es un factor que contribuye a ello. Pero también responsabiliza de esta situación a la actitud de laissez faire de las autoridades del turismo nacional e internacional.

El informe también se refiere a formas contemporáneas de esclavitud infantil en términos de una relación entre un contrato de trabajo de un adulto y la disponibilidad de mano de obra infantil o el intercambio de un niño por una suma de dinero, a menudo considerada como un adelanto de su salario. La OIT estima que el número de niños en esas condiciones de esclavitud podría llegar a varios millones, en sectores como agricultura, tareas domésticas, industria del sexo, alfombras y textiles, canteras y construcción.

La pobreza, sólo una de las causas

Si bien la pobreza es la principal causa de trabajo infantil, no es la única y el problema no puede ser resuelto simplemente por el crecimiento económico y la eliminación gradual de la pobreza. Para lograr un progreso firme en el flagelo que significa el trabajo infantil, es necesario un cambio en las actitudes de los distintos grupos sociales y la pasividad y la indiferencia deben dar paso a la comprensión, la rabia y la voluntad de adoptar medidas.

Pero ninguno de los actores de la lucha contra el trabajo infantil puede resolverlo solo, dice la OIT, por lo que hace un llamado a realizar un esfuerzo a nivel nacional con el apoyo de la cooperación internacional y la activa participación de las organizaciones no gubernamentales y de trabajadores.

Es necesario combatir el mal desde diversos frentes. La opinión pública debe ser informada acerca de la naturaleza y gravedad del problema así como de la necesidad de encontrar soluciones urgentes, a partir de lo cual ejercer presión sobre las autoridades. Debería haber una legislación que regulara los tipos de trabajos o actividades en las cuales hay más probabilidades de que se empleen niños y se expongan a la explotación económica o a condiciones laborales peligrosas. También debe fortalecerse la puesta en práctica de las reglamentaciones nacionales.

Pero además de las medidas inmediatas, dice la OIT, son necesarias medidas a largo plazo para promover un tipo de crecimiento económico que centre su interés en los grupos de población que se encuentran en desventaja, facilitando su acceso a un empleo productivo y debidamente remunerado así como a un nivel de protección social mínimo.

Chakravarthi Raghavan es Editor Responsable de SUNS (South-North Development Monitor), un boletín diario, y representante en Ginebra de la Red del Tercer Mundo.






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