No. 61 - Octubre/Noviembre 1996
EL GUANACO BLANCO
La vida en el fin del mundo
El guanaco blanco.
Francisco Coloane. Santiago, Chile.
LOM Ediciones, 1996.
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Acaba de aparecer una nueva edición de El guanaco blanco, de Francisco Coloane. Comenzada a escribir en Nueva Delhi y concluida en Santiago de Chile en 1979, la novela relata "el exterminio de los aborígenes del extremo austral del continente, el dramático y violento mestizaje, la codicia insaciable de los dueños de la tierra, la cacería humana, las pasiones desatadas en un escenario inmenso y casi virgen".
El libro, que comienza con el relato de la violación de una joven indígena, hace énfasis en el mestizaje como causa del exterminio masivo del pueblo ona. Chelaite, de madre ona y padre noruego, relata a su manera las causas y efectos de este exterminio: "Entonces los indios eran mansos, la flecha no tenía tanto alcance como la carabina. Mas para la pampa mataron más, los cazadores de indios. Ellos mataban porque les pagaban una libra esterlina por cada cabeza, y a la mujer le cortaban los senos para que vieran que fue mujer y entonces pagaban un poco más por ella: me parece... una libra y media o algo así... Decían que producían los chicos y que los chicos cuando fueran hombres iban a ser ladrones por necesidad, porque ellos tenían hambre; con la flecha a ellos les costaba, muy difícil matar guanacos, no como la carabina hoy en día. Es fácil matar, y después que carecían de guanacos. Se ausentaban los guanacos con el movimiento de la gente, lejos se iban".
"Trabajé de aprendiz en ganadería durante mi juventud en el escenario donde se desarrollan los sucesos de este texto novelado", dice Coloane, de 86 años, quien ganó el Premio Nacional de Literatura en 1964 y cuyas obras han sido traducidas a más de diez idiomas. "Si hay nombres y apellidos que coincidan con los de personas vivas o muertas es pura casualidad, para los efectos legales y sobre todo éticos".
Hijo de un capitán de cabotaje que viajaba hacia el Estrecho de Magallanes, el autor pasó sus primeros años navegando por los canales de Chiloé. En la adolescencia vivió en Puerto Montt, pero las experiencias que marcaron su literatura y su personalidad tuvieron lugar en Punta Arenas, en las grandes estancias de Tierra del Fuego, donde cuidó rebaños y se convirtió en domador de potros. Allí conoció la vida en extinción de los alacalufes y tomó cuerpo una obra que incluye títulos como El último grumete de la Baquedano (1941), Cabo de Hornos (1941), Los conquistadores de la Antártida (1945), Tierra del Fuego (1956) y El camino de la Ballena (1962), a la que se debe el conocimiento de las regiones más desconocidas de Chile y las condiciones de vida de sus habitantes.
El escritor José Tonko, de la etnia kawéscar, recordó en la presentación de El guanaco blanco, el 30 de octubre pasado, cuando en sus tiempos de estudiante leía los libros de Coloane, las únicas historias de aventuras que transcurrían en la tierra y los mares de la región en la que nació.
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