No. 65 - Marzo 1997
MUJER
Menor representación política ahonda brecha de género
Las mujeres aparecen relegadas en todos los parlamentos del mundo. En 1997, controlan 11,7 por ciento de los escaños y sólo presiden 7,1 por ciento de las legislaturas. El tema fue objeto de discusión en febrero en Nueva Delhi, en una Conferencia auspiciada por la Unión Interparlamentaria Mundial.
Todos los países del mundo, excepto los nórdicos, manejan la política de una manera que excluye a cerca de la mitad de sus talentos y recursos humanos. Esta es la conclusión del más reciente estudio de la Unión Interparlamentaria Mundial (UIM), "Hombres y Mujeres en Política: Democracia aún en Construcción", que asegura: "Es la democracia la que sufre y el desarrollo el que se retrasa".
La diferencia de género comienza con la distribución de candidaturas, que beneficia largamente a los hombres. El mismo desequilibrio se refleja luego en la elección y finalmente, las mujeres elegidas acceden a menos cargos de poder parlamentario que los hombres.
Desde el anterior informe elaborado por la UIM, en julio de 1995, 73 de los 179 parlamentos de todo el mundo tuvieron elecciones, que arrojaron un imperceptible aumento del número de legisladoras, del 0,4 por ciento.
El nuevo estudio diagnosticó que las mujeres deben alcanzar primero un poder más equitativo dentro de los partidos políticos antes de eliminar la brecha en los parlamentos. "No hay dudas que deberá ser en los partidos políticos donde se manifieste la voluntad de cambio para que las mujeres tengan participación plena en los asuntos públicos", expresó el secretario general de la UIM, Pierre Cornillon.
En la actualidad, sólo son mujeres 10,8 por ciento de los líderes de partidos y menos de un tercio de los miembros de los comités partidarios.
Candidaturas y escaños
La investigación verificó que existe interdependencia entre el comportamiento en cada una de las fases de la actividad política.
Cuando la proporción de candidatas supera un nivel crítico, mejoran al parecer las posibilidades de que sean elegidas. En estrecha relación con esto, cuando el número de elegidas es suficiente, las mujeres tienden a ocupar un espacio político más favorable al cambio de papeles con los hombres.
Más de 1.000 partidos políticos y parlamentos de 115 países respondieron a una encuesta de la UIM destinada a determinar el lugar ocupado por la mujer en las legislaturas y los partidos, y las medidas aconsejables para una distribución equilibrada.
El tema de la investigación fue discutido en la conferencia "Hacia una asociación de hombres y mujeres en política", que se realizó del 14 al 18 de febrero en Nueva Delhi, auspiciada por la UIM y el parlamento de India, la primera reunión de alto nivel sobre la mujer que se realiza después de la Cuarta Conferencia de Beijing en setiembre de 1995.
La "acción correctiva"
La "acción correctiva", destinada a persuadir a los hombres y la sociedad en general a aceptar que las mujeres también deben estar en los más altos niveles del poder político, apelando al sistema de cuotas y otros métodos innovadores, fue uno de los conceptos más manejados en la reunión de Nueva Delhi.
Sin embargo, la conferencia no se puso de acuerdo sobre las cuotas parlamentarias. Aunque los participantes aprobaron que los órganos legislativos deben tener una "masa crítica" de mujeres, hubo diferencias en torno a la sugerencia de asignarles escaños. Los principales opositores al sistema de cuotas para mujeres fueron los países del antiguo bloque socialista europeo, Australia, Turquía y Sudáfrica.
Algunos países han hecho rápidos progresos, pero en la mayor parte del mundo sólo se empieza a pensar sobre la igualdad de género en la política.
Las cuotas parlamentarias existen en 11 países. El parlamento de India debate una enmienda constitucional para reservar a mujeres un tercio de los escaños en todos los órganos legislativos e Italia creyó necesario experimentar con cuotas para mujeres, pese a que la Constitución prohibe la discriminación sobre la base del género. Esta medida ayudó a elevar la representación de las mujeres en el parlamento de siete a 13 por ciento, señaló en Nueva Delhi la diputada italiana Adriana Poli.
La hora de las declaraciones
Ante la dificultad para adoptar decisiones concretas se abundó en declaraciones de buenos propósitos.
El secretario general de UIM subrayó que la sola presencia en Nueva Delhi de hombres y mujeres parlamentarios en números casi iguales -121 y 119, respectivamente- fue una clara señal de que el proceso está en marcha y el presidente de la conferencia, Purno Sangma, presidente de la Cámara de Diputados de India, dijo que "nunca antes una reunión internacional logró tal grado de paridad, nunca antes una conferencia sobre un tema referente a las mujeres permitió este diálogo entre iguales", y manifestó su esperanza de que todos los parlamentos y reuniones de la UIM "se asemejen cada vez más a las sociedades".
Pero la presidenta del parlamento de Suecia, Brigitta Dahl, puso una nota discordante, rompiendo la aparente armonía de la reunión de Nueva Delhi. "Nosotras, las mujeres políticas, hemos sido descritas como 'salvajes' e 'histéricas', mientras los hombres son 'sabios", dijo Dahl al abrir una mesa redonda sobre "la imagen de la mujer política en los medios de comunicación".
A cobrar la deuda
Lilián Celiberti
La Conferencia de la Unión Interparlamentaria Mundial en Nueva Delhi intenta poner nuevamente en debate la desigualdad en la distribución del poder entre hombres y mujeres. Pero una vez más, al hablar de mecanismos concretos las aguas se dividen y no se llega a acordar ninguno.
La discusión acerca de las cuotas queda siempre atrapada en la lógica de la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, y subyace sobre el principio de que en política se destacan los más capaces. Ambas cosas son refutadas a diario por la realidad, pero el resultado es que las mujeres siguen siendo escandalosamente minoritarias en los gobiernos del mundo. No parece haber otro mecanismo para hacer saltar el tapón que impide a las mujeres acceder a puestos de decisión que la de obligar a los partidos a presentar mujeres en sus listas. Poner en debate la cuotificación de mujeres no resuelve ni garantiza la democratización del poder pero sí abre el espacio para visibilizar los resortes ocultos y perdurables de la discriminación.
La participación de ambos sexos en las instancias de decisión se ha convertido en un elemento clave de la profunización democrática, incompatible con la exclusión de la mitad de la población. Sin embargo, gobiernos, partidos políticos y líderes del mundo parecen hacer oídos sordos a estos reclamos.
Las mujeres muchas veces optan por abandonar los partidos antes que someterse a la pelea desgastante y eterna de transformarlos desde adentro y los movimientos sociales en general no han volcado sus esfuerzos de trabajo a cuestionar la legitimidad democrática de sistemas de gobierno que excluyen a las mujeres.
Después de Beijing hay una nueva conciencia de parte de las mujeres activistas en cuanto a priorizar la participación en las instancias de poder como un elemento de evaluación de las propias democracias. Si como expresa la consigna de este 8 de marzo, "La democracia está en deuda con las mujeres", se trata de empezar a cobrar esa deuda.
Coordinadora de la Comisión de Seguimiento de los Compromisos de Beijing, de Uruguay. |
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