No. 135/136 - Enero/Febrero 2003
Propiedad intelectual puede achicar brecha digital
El sistema internacional de propiedad intelectual puede ser empleado para reducir la brecha digital que todavía subsiste entre países industrializados y en desarrollo, concluyó un estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la agencia intergubernamental que administra los tratados de protección de las invenciones humanas.
Una parte sustancial del trabajo se ocupa del papel que la OMPI y el sistema de propiedad intelectual pueden desempeñar para ayudar a los países en desarrollo a “construir los puentes que les permitan involucrarse en el comercio electrónico”. Al mismo tiempo, esos países del Sur promoverían el desarrollo futuro de su propiedad intelectual mientras protegen y preservan su herencia cultural, apuntó la OMPI en su estudio.
El trabajo, en la descripción del panorama de la economía digital, refiere que hasta este año sólo 10 por ciento de la población mundial se encuentra conectada a la red mundial de computadoras, un porcentaje que equivale a más de 605 millones de personas. Ese dato refleja un mundo donde una tercera parte de la población nunca ha hecho una llamada telefónica, indicó.
Sin embargo, la cantidad de usuarios de Internet se expande en forma exponencial y supera todas las previsiones. En 1999 se había calculado que los usuarios de la red llegarían a 250 millones en 2002 y ahora se pronostica que ascenderían a 709 millones en 2004 y a 1.000 millones el año siguiente.
Pero Internet, a su firme ampliación sin pausa, suma otra constante y es la profunda separación en su nivel de desarrollo entre países ricos y pobres. Ante esta realidad, la OMPI deduce que el sistema de propiedad intelectual es una herramienta que puede ser usada para achicar esa brecha digital.
La agencia multilateral interpreta que políticas y sistemas legales nacionales, que incluyan leyes actualizadas sobre propiedad intelectual, pueden fomentar las inversiones extranjeras y locales. Esas normas estimularían la creación de contenidos locales que permiten a la población obtener beneficios económicos y sociales de sus esfuerzos creativos. Al respecto, Internet crea una insaciable demanda de contenido y una oportunidad para producirlo, que no ha sido tenida en cuenta plenamente por los países en desarrollo, lamentó el estudio.
El costo del acceso a las infraestructuras de telecomunicaciones varía entre países y entre regiones, aunque en general el precio más elevado en el mundo en desarrollo lo coloca en desventaja respecto de la celeridad y el desarrollo del comercio electrónico. El acceso mensual a Internet equivale en Nepal a 278 por ciento del ingreso promedio mensual de la población, en Sri Lanka asciende a 60 por ciento, mientras en Estados Unidos absorbe apenas 1,2 por ciento de ese concepto.
La investigación de la OMPI concluye que la brecha digital no se limita a las diferencias entre países ricos y pobres. También se manifiesta entre las propias naciones menos avanzadas y depende de distinto grado de desarrollo digital, de participación en el comercio electrónico y en la economía digital.
Las causas son, a su vez, diversas pero en parte muestran el compromiso de esos países con el estímulo a las innovaciones locales y a la creación de contenidos, y también a la promoción y la protección de su industria local a través del sistema de propiedad intelectual.
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