No. 66 - Abril 1997
PRIMERA CONFERENCIA MINISTERIAL DE LA OMC
Una gran decepción
La Red del Tercer Mundo, que reúne organizaciones no gubernamentales (ONG) de países en desarrollo de Asia, África y América Latina, encuentra decepcionante el resultado de la Primera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), porque:
* Los grandes países se adueñaron de la Conferencia para su propio beneficio. A través del Acuerdo sobre Tecnología de la Información aceleraron la liberalización de los productos de ese sector, en el cual tienen predominio, y por otro lado se relegó la liberalización de los productos de interés exportador para los países en desarrollo -como textiles y vestido- y se ignoró su preocupación por el continuo proteccionismo del Norte.
* Los países desarrollados lograron utilizar la Conferencia para ampliar los límites de la competencia y autoridad de la OMC, y abarcar nuevas áreas (comercio e inversión, política de competencia y contratación pública), colocando a los países en desarrollo en una situación de desventaja y en condiciones para las cuales no están debidamente preparados.
* Las prioridades originales y la agenda de la Conferencia -evaluación y balance de la Ronda Uruguay y de los problemas enfrentados por los países en desarrollo en la aplicación de los Acuerdos de la OMC- quedaron relegadas en la medida que las negociaciones reales fueron dirigidas por los principales países ricos, centrándolas en los temas nuevos y en la liberalización de la tecnología de la información.
* Todo el proceso de negociaciones fue a puertas cerradas y careció en absoluto de transparencia y democracia, ya que sólo participaron unos pocos países a través de los llamados "grupos informales".
Como consecuencia, la mayoría de los países en desarrollo miembros de la OMC quedaron al margen. El resultado fue el debilitamiento de la su posición, lo que a su vez provocó mayor desequilibrio de la OMC.
Un club de ricos
El resultado de la Conferencia confirmó la imagen de la OMC como un "club de ricos". Si el GATT ya había sido parcial favoreciendo los intereses de los países industrializados, es mayor ahora el riesgo de que la OMC se convierta en un instrumento de dominación del Norte.
Preocupa en especial que, a través de la Declaración Ministerial, el sistema de la OMC acepte los temas nuevos de inversión, competencia y contratación pública.
Aún cuando el texto sobre inversión está cuidadosamente redactado y contiene ciertas salvaguardias, la decisión de crear un grupo de trabajo para examinar la relación entre comercio e inversión deja la puerta abierta a los países industrializados para ejercer fuertes presiones a favor de un acuerdo multilateral de inversión.
Un acuerdo de este tipo daría a las empresas extranjeras el derecho de ingresar en un país miembro en casi todos los sectores, recibir trato nacional y eliminar la autoridad de los gobiernos de ese país a regular aspectos importantes de su desempeño y prácticas.
Los países en desarrollo deben prepararse ahora para las discusiones que se darán en torno a éste y los otros temas nuevos, además de enfrentar los múltiples problemas derivados de ajustar sus políticas internas para cumplir con las obligaciones de la Ronda Uruguay.
Uno de los resultados de la Conferencia Ministerial es que el sistema de la OMC está sobrecargado, haciendo más difícil aún la situación de los países en desarrollo.
La Conferencia Ministerial reveló el grado de marginación de la mayoría de los países en desarrollo en el proceso decisorio de la OMC. Si bien se supone que las decisiones se toman por consenso, la mayoría de los países no son invitados a las consultas informales, que es donde se toman las decisiones más importantes.
En la Conferencia Ministerial se habló mucho de la necesidad de abordar los problemas de los países en desarrollo y los países menos adelantados (PMA), pero no se hizo nada, salvo la promesa de mayor apoyo técnico.
La diferencia entre apariencia y realidad quedó de manifiesto. Mientras muchos ministros de países en desarrollo reiteraban en sesiones plenarias formales los problemas enfrentados por la aplicación de los acuerdos de la Ronda Uruguay, la acción real se desarrollaba en las reuniones de los pequeños grupos informales abocados a introducir temas nuevos en la OMC.
Una de las prioridades después de la Conferencia Ministerial de Singapur es la de reformar las prácticas de discusión y toma de decisiones de la OMC. Debe haber mayor transparencia y oportunidades de verdadera participación para todos los miembros, especialmente los países más pequeños y débiles. De lo contrario, podrían aumentar las desigualdades y desequilibrios del sistema de la OMC. El resultado sería una mayor polarización Norte-Sur y mayor marginación de los países en desarrollo. Esto, a su vez, podría provocar conflictos sociales en gran escala.
|