Instituto del Tercer Mundo  
   EDICION | TEMAS
   No. 66 - Abril 1997
  Tema de tapa
  Punto de Vista
  Comunicación
  Ciberzoo
  Libros
 
   Ediciones
   Anteriores
   Ultima edición
 
   Otras publicaciones




Tema de tapa


No. 66 - Abril 1997

PRIMERA CONFERENCIA MINISTERIAL DE LA OMC

La batalla por las normas laborales

por Martin Khor

Los países del Norte se esforzaron en Singapur por introducir nuevos temas que las naciones en desarrollo consideran amenazantes para su futuro económico. Ahora, la batalla de las interpretaciones comenzó en la sede de la OMC en Ginebra. En este artículo se analiza cómo se resolvió el tema de las normas laborales.

La Primera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) ya pasó, pero las discusiones sobre lo acordado exactamente por los ministros en Singapur sólo comienzan. Al cierre de la reunión, los gobiernos ya tenían visiones encontradas sobre lo acordado y su futuro seguimiento.

El presidente de la Conferencia, Yeo Cheow Tong, ministro de Comercio del país anfitrión, y el director general de la OMC, Renato Ruggiero, proclamaron el éxito de la Conferencia. Estados Unidos y la Unión Europea (UE) también se mostraron triunfantes.

Pero los delegados de los países del Sur fueron mucho menos entusiastas.

"Los países en desarrollo sienten que fueron marginados" en Singapur, señaló el diario malasio The Star, y algunos delegados acusaron a los países ricos de "secuestrar" la Conferencia para "impulsar una agenda diferente a la propuesta originalmente".

Dominados

Al final de la reunión, delegados de muchos países en desarrollo se declararon públicamente satisfechos con el resultado de la Conferencia, pero en privado se refirieron sólo al grado de "control del daño" que lograron ante la violenta ofensiva del Norte para la inclusión de temas nuevos en la agenda de la OMC.

Algunos países en desarrollo habían llegado a la Conferencia con la intención de bloquear la inclusión de cualquier tema nuevo en la Declaración, prosiguiendo los intensos esfuerzos realizados en las conversaciones preparatorias de Ginebra.

India, Malasia, Indonesia, Egipto, Tanzania, Ghana, Uganda y Haití objetaron en un principio iniciar un análisis del comercio y la inversión en la OMC, mientras una amplia mayoría de naciones en desarrollo se manifestaron en contra a la introducción de las normas laborales. Creían que la integración de estos temas permitiría a los países ricos ganar ventajas injustamente sobre el Sur, abriéndoles la puerta para la vinculación de temas no comerciales con la OMC y su sistema de solución de diferencias, dictar las políticas domésticas del Sur. Temían que sólo la decisión de estudiar estos temas supusiera aceptar el principio de que entran dentro de la competencia de la OMC, lo que constituiría una peligrosa apertura de negociaciones y eventuales acuerdos vinculantes.

Pero sus demandas de excluir los nuevos temas fueron ignoradas por Ruggiero, quien los trajo a Singapur a través de una carta al presidente de la Conferencia. La esperada resistencia del grupo de países en desarrollo más decididamente opuestos a los temas nuevos menguó considerablemente en los cinco primeros días. Según la mayoría de las fuentes, el cambio se produjo cuando Malasia, uno de los más firmes opositores, sugirió cambios a los textos.

"Suavizados"

Esta actitud tuvo el efecto de "suavizar" la posición original de los países en desarrollo. Luego, más y más países cambiaron su posición, y las discusiones dejaron de concentrarse en si los nuevos asuntos debían ser incluidos en la Declaración para referirse a la forma en que debían ser redactados.

En materia de normas laborales, los países en desarrollo lograron introducir sus principios en la Declaración. Esto fue considerado como una gran victoria, ya que impediría futuros intentos del Norte de hacer un uso proteccionista del tema.

En otros temas nuevos, como inversión, competencia y adquisición de bienes y servicios por parte de los gobiernos, los países en desarrollo pasaron de oponerse a su inclusión en la OMC a aceptar las discusiones, aunque intentando ceder lo menos posible y creando salvaguardas en los términos de referencia de las futuras discusiones.

De todos los temas nuevos, el de las normas laborales fue en el que mejor protegieron sus intereses. Establecieron en el cuarto párrafo de la Declaración que los ministros "renuevan su compromiso de cumplir con las principales normas laborales reconocidas internacionalmente", pero incluyeron los siguientes que reflejan sus intereses:

- la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el órgano competente para establecer y ocuparse de normas laborales;

- se rechaza el uso de normas laborales para propósitos proteccionistas;

- la ventaja comparativa de los países, en particular de las naciones en desarrollo con bajos salarios, no debe cuestionarse de modo alguno; y

- las secretarías de la OMC y la OIT continuarán su actual colaboración mutua.

Algunos países en desarrollo opinaron que el texto no debería estar en la Declaración, ya que daba la oportunidad de introducir el tema en la OMC, pero otros argumentaron que la inclusión de esos principios establecería de una vez la forma en que la OMC consideraría el tema. Esta posición fue la que prevaleció.

La batalla de las interpretaciones

En su discurso de clausura, el presidente de la Conferencia interpretó que el párrafo "no inscribe la relación entre comercio y normas laborales básicas en la agenda" de la entidad y no autoriza trabajos ulteriores sobre el tema.

"Algunas delegaciones expresaron su temor de que la OMC adquiera mayor competencia en la relación entre comercio y normas laborales. Deseo asegurarles que el texto no permitirá que eso ocurra", expresó Yeo.

El ministro de Industria y Comercio de Malasia, Rafidah Aziz, quien había persuadido a otros países en desarrollo de incluir el párrafo en la Declaración, hizo la misma interpretación: "Ya no se hablará más sobre normas laborales en la OMC. Nadie en el futuro nos hará discutir el tema aquí".

Pero los principales proponentes interpretaron el hecho de forma diferente. El ministro francés de Comercio, Yves Galland, declaró que "el debate sobre normas laborales se instaló en la OMC y ya nunca más se irá", en tanto el Business Times de Malasia informó que "algunas delegaciones eligieron interpretar la Declaración como que habría un vínculo entre la OMC y la OIT con relación a las normas laborales".

La representante comercial adjunta de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, dijo: "Nadie pretende cuestionar las ventajas comparativas legítimas, pero reconocemos la colaboración entre la OIT y la OMC, ahora y en el futuro. Debemos admitir que los temas de bienestar social de los trabajadores y los derechos laborales forman parte del debate comercial, nos guste o no desde el punto de vista ideológico". Y el vicepresidente de la Comisión Europea, Leon Brittan, manifestó: "Respetamos la competencia de la OIT para establecer y resolver todo lo relacionado con las normas laborales, pero también consideramos a dichas normas reconocidas internacionalmente como derechos humanos esenciales. Este diálogo no debe terminar aquí".

La Confederación Internacional de Sindicatos Libres, que nuclea a organizaciones de 126 países y realizó una fuerte campaña en Singapur en favor de vincular el comercio con las normas laborales, manifestó su conformidad con la Declaración y se comprometió a "continuar luchando para obligar a gobiernos y empleadores a respetar" estas normas, denunciando abusos y haciendo saber a los consumidores que pueden elegir no comprar productos que lleven la "etiqueta de la represión".

En definitiva, los países en desarrollo, apoyados por algunas naciones industrializadas como Gran Bretaña y Australia, lograron incluir el tema de las normas laborales en un contexto no proteccionista ubicado en el marco de la OIT en lugar de la OMC.

No obstante, declaraciones posteriores a la Conferencia indicaron que Estados Unidos y algunos países europeos pretenderían resucitar el tema en la OMC, apelando al párrafo correspondiente de la Declaración.

Es posible que los países en desarrollo hayan ganado la batalla de los principios en Singapur, pero deben estar preparados para la de las interpretaciones.

Martin Khor es director de la Red del Tercer Mundo






Revista del Sur - Red del Tercer Mundo - Third World Network 
Secretaría para América Latina:  Jackson 1136, Montevideo 11200, Uruguay
Tel: (+598 2) 419 6192 / Fax: (+ 598 2) 411 9222
redtm@item.org.uy - www.redtercermundo.org.uy