No. 70 - Agosto 1997
HONG KONG VUELVE AL REDIL
El martes 1 de julio a las cero horas, China recuperó el control de un territorio que le había sido arrebatado por Gran Bretaña hace 145 años. El príncipe Charles en nombre de la corona británica y el gobernador Chris Patten entregaron el control del enclave a las 12 horas del lunes 30 y participaron en la ceremonia de trasmisión de la soberanía a las autoridades designadas por Beijing. Según los acuerdos logrados en 1994, la ciudad será considerada como "región especial" durante un período de 50 años, bajo el régimen de "un país, dos sistemas".
Para el nuevo gobierno de la isla se designó a 400 ciudadanos de Hong Kong para que eligieran al nuevo jefe ejecutivo. El empresario Tung Chi Hua gobernará secundado por un Consejo Legislativo que comenzó a funcionar hace varios meses de forma paralela al electo según las disposiciones británicas en 1992. Cuando este nuevo legislativo comenzó a promulgar leyes antes mismo de la transferencia, se entabló un conflicto que acaba de resolverse. Si la elección de Tung tranquilizó a Occidente -es un rico armador nacido en Shangai que representa al conservadurismo de la comunidad comercial- sus primeras medidas -pidiendo mayor rigor en las leyes de libertades civiles- inquietaron a los sectores occidentalizados de Hong Kong.
Las aprensiones democráticas que generó el cambio de manos entre quienes temen la pérdida de libertades civiles para los habitantes de la isla pueden mitigarse si se recuerda que durante casi un siglo y medio la corona manejó la ciudad como una colonia. El gobernador, designado por la Corona, presidía un Consejo Ejecutivo de 15 miembros, también designados. Fue recién después de firmarse los acuerdos con China para su restitución que Gran Bretaña organizó elecciones, en setiembre de 1991, para la integración de un parlamento local.
Hong Kong es en los hechos la tercera economía del mundo, tercer centro financiero -después de Nueva York y Londres- y uno de los lugares más ricos del mundo. Su producto bruto interno es de más de 170.000 millones de dólares; la renta per cápita llega a los 25.000 dólares (detrás de Estados Unidos y Singapur, por delante de Alemania y Taiwán; en China es de mil dólares), los impuestos son bajos y los salarios son mucho más elevados que en China.
La propia China es uno de los grandes inversores en la ex colonia. Sobre un total de inversiones extranjeras directas de 95.000 millones de dólares ha colocado 17.000 millones de dólares (por detrás de Gran Bretaña, con 27.000 millones, y Japón, con 20.000 millones; por delante de Estados Unidos, con 11.000 millones).
(Servicio de actualización de la Guía del Mundo).
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