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América Latina


No. 77 - Marzo 1998

Paraguay

El fantasma de Oviedo llega a las urnas

por Eduardo Tamayo G.

En la siguiente entrevista, el Defensor de los Derechos Humanos paraguayo, Hugo Valiente, analiza el alcance de la pugna interna del Partido Colorado, que se mantiene en el poder desde 1947, así como el discurso y la trayectoria del general retirado Lino Oviedo, protagonista de un fallido golpe de Estado en abril de 1996. Hoy aparece como el principal aspirante a la Presidencia.

Al acercarse las elecciones generales del 10 de mayo, el general retirado Lino Oviedo sigue dando que hablar. Desde la cárcel, en donde cumple un arresto de 30 días acusado de haber agraviado al presidente Juan Carlos Wasmosy, aseguró que si la justicia lo deja de lado de la carrera presidencial, "el pueblo se encargará de poner las cosas en su lugar". Oviedo encabezó un fallido golpe militar en abril de 1996 y luego, pasado a retiro, ganó las elecciones internas del Partido Colorado, que se mantiene en el poder desde 1947. El militar, que se presenta con un discurso mesiánico y autoritario, enfrenta a enemigos externos e internos que se oponen a su proyecto político personal.

-¿Qué tendencias se expresan dentro del Partido Colorado?

-El Partido Colorado tuvo una crisis bastante profunda con la transición, porque pasó del autoritarismo total a un ambiente de democracia, un ambiente en el que tenía que competir electoralmente con otras fuerzas y que sobre todo atizó muy fuertemente el ámbito de los conflictos internos. En el Partido Colorado actualmente hay 3 fuerzas sumamente fuertes y que están en una situación, como lo caracterizan analistas en Paraguay, de un empate catastrófico, porque ninguna de las fuerzas puede imponerse a la otra sin que necesariamente pase por un proceso de destrucción.

Pero evidentemente no van a llegar a la destrucción porque esta arma está desterrada de la política paraguaya. Yo creo que van a llegar a una negociación bastante ventajosa. Estas fuerzas están representadas, por un lado, por un sector empresarial liderado por Wasmosy, un sector de ingenieros y profesionales que se enriquecieron en la década del 70, durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1947-1989) en la época de la construcción de las dos grandes hidroeléctricas en Paraguay que implicó un flujo inmenso de capitales. Este sector acumuló una riqueza inimaginable, amparado por la corrupción que imperaba en el régimen de Stroessner. Este grupo también forma parte de los poderes económicos regionales, del Brasil sobre todo, y también de Estados Unidos.

Por otro lado, se manifiesta también el sector de los viejos dirigentes, caudillos y mandos medios del partido, gente que tiene el control del aparato político pero no el poder económico, que es el Movimiento de Reconciliación Colorada que dirige Luis María Argaña, que tiene mayor ascendencia en el aparato del partido y se sospecha, aunque no con muchas pruebas, que están apoyados económicamente por la familia Stroessner.

Y como una tercera fuerza está la tendencia representada por el movimiento liderado por el general Oviedo, la Unión Nacional de Colorados Eticos (UNACE), que básicamente representa una vuelta atrás en cuanto a la rearticulaci'on de la alianza Fuerzas Armadas y Partido Colorado, porque con la transición, esa relación tan clara y categórica que existía antes, se separó. Las Fuerzas Armadas están mucho más controladas hoy en día en cuanto a la relación partidaria con el coloradismo y esa desarticulación implicó una pérdida de poder para ambos sectores.

Oviedo maneja muy bien el mensaje del retorno a los viejos tiempos, el retorno a la época de la disciplina, del orden; parte de sus promesas electorales pasan por la restauración de la pena de muerte, la castración de los violadores, y maneja una serie de mensajes que para el electorado colorado tiene una significación muy fuerte, por ejemplo dice: "los que ahora no están con nosotros, cuando seamos gobierno no van a estar con nosotros". O sea, es el caudillismo, el partido que va a acaparar y a usar, como si fuera patrimonio suyo, personal, los bienes públicos. Ese tipo de mensaje trae recuerdos muy fuertes al electorado colorado de la época en la que ellos eran la autoridad absoluta.

-¿La propuesta mesiánica de Oviedo tiene simpatía popular?

-Hay que reconocer que en Paraguay prácticamente el 40 o 45 por ciento del electorado está afiliado al Partido Colorado, este partido fue durante los últimos 50 años el único que podía tener voz y voto en el país. El Partido Colorado creció de modo desmesurado desde el Estado, es un partido construido desde el Estado con dinero público. Estos componentes autoritarios que se manifestaban, sobre todo en la década del 40, tuvieron una gran incidencia en la población, y sobre todo de la población rural y pobre, que es de tendencia ideológica fascista, eso uno no puede negar, porque va a caer en un grave error.

-¿Qué fuerzas sociales apoyan a Oviedo?

-Básicamente le apoya el campesinado, tiene una ascendencia muy fuerte en la mitad del partido, la otra mitad responde más fielmente a Argaña. Ya que el control del aparato partidario está en manos de Argaña, Oviedo formó una estructura paralela, un Partido Colorado paralelo, para poder acceder directamente a las bases sin tener que pasar por la cadena de dirigentes locales y caudillos, esto evidentemente se hace con un gran despliegue de dinero. Al interior del Partido Colorado movilizan cantidades impresionantes de dinero.

-¿Cuál es el origen de la fortuna de Oviedo, que se asegura es de más de 100 millones de dólares?

-El origen de su fortuna muy probablemente es la corrupción, el tiene un pasado muy vinculado al general Andrés Rodríguez que fue el primer presidente de la transición (1989-1993), el que derrocó a Stroessner, hoy ya fallecido. Desde sectores políticos, hasta la justicia paraguaya y la DEA (la agencia antidrogas de Estados Unidos) lo vinculan con el negocio del narcotráfico.

Oviedo era, en la época de la dictadura, cuando era un oficial joven, secretario personal de Andrés Rodríguez, y a partir de allí tiene vinculaciones con sectores de la mafia cocainera y marihuanera, con sectores de la mafia china, vinculaciones con el negocio del contrabando y sobre todo se lo vincula mucho con la extorsión a empresarios. El ejército tiene un sistema de inteligencia muy desarrollado, y una alta tecnología que es usada para captar conversaciones telefónicas de empresarios, y a partir de allí, obtener pruebas de por donde están negociando por debajo de la mesa, y extorsionarlos, para que les den participación en los negocios.

-¿Qué influencia tiene Oviedo dentro de las Fuerzas Armadas ahora que está retirado?

-Es muy difícil saber la influencia que tiene Oviedo en las Fuerzas Armadas, porque cuando él cayó fueron pasados a retiro cerca de 250 oficiales, desde generales que tenían mucho poder en el ejército, hasta personal con mando de tropa. Básicamente Oviedo tiene mayores elementos adictos dentro del ejército de tierra, aunque hoy en día está bastante opacada su influencia porque los altos mandos tienen controlada la situación en favor de la continuidad de la institucionalidad democrática, tal como está ahora. Pero no tiene respaldo político dentro de la armada y la Fuerza Aérea que son manifiestamente contrarios a Oviedo.

Esto está vinculado a viejas pugnas internas dentro de las Fuerzas Armadas, porque al convertirse en un organismo deliberante aliado al partido, se introdujeron dentro de ellas las propias características deliberantes de los partidos. Las Fuerzas Armadas no son un poder monolítico dentro de Paraguay sino que están fraccionadas por intereses encontrados, por el apoyo a distintas fuerzas políticas. Y eso implica que hay que sectores de las Fuerzas Armadas que no estén apoyando a Oviedo.

-¿En base a qué ganó Oviedo las elecciones internas del Partido Colorado?

-Es muy difícil pretender que las elecciones internas del Partido Colorado se realicen con apego a las reglas claras de una pura democracia. El Partido Colorado es un partido que maneja a su electorado sobre la base de dos elementos básicos: el primero son las prebendas: compra a diestra y siniestra de votos, y el segundo es el control social al interior del partido. El partido tiene una estructura muy tiránica en el manejo de sus relaciones internas. Pero básicamente Oviedo ganó por haber invertido una fortuna inimaginable dentro de los comicios, por haber comprado electores, caudillos, y por haber manejado hábilmente ese mensaje de rearticulación del poder militar con el poder del Partido Colorado, que fue un factor convincente para que el electorado se vuelque ante una propuesta mesiánica que prometía el regreso al orden, a la antigua tranquilidad y paz que existía durante la dictadura de Stroessner.

Oviedo ganó por un margen mínimo, pero el proceso electoral colorado está todavía en juzgamiento, está en la instancia del Tribunal Superior de Justicia Electoral, donde se están juzgando los diversos hechos de fraude electoral que ocurrieron dentro de las internas. Los resultados pueden volcarse para Argaña o para Oviedo, porque el margen de diferencia con el que ganó Oviedo es mínimo, son cerca de 10.000 votos. Las imputaciones por fraude electoral son por sobre los 90.000 votos.

En Paraguay hay demasiadas tendencias encontradas y probablemente Lino Oviedo quede fuera de carrera, porque a pesar del poder económico y político que tiene se enfrenta con fuerzas sumamente poderosas: gran parte del empresariado, la Iglesia Católica, los partidos y organizaciones sociales y el entorno internacional están en contra de Oviedo. En ese sentido la orden de captura dictada por Wasmosy contra Oviedo, por razones disciplinarias, si bien, desde el punto de vista del derecho positivo, estrictamente hablando, es legal, porque de acuerdo a la Ley y el estatuto del personal militar, el Comandante en Jefe que es el presidente de la República tiene potestades disciplinarias sobre los militares, inclusive sobre los retirados, desde el punto de vista político es un error, porque no se puede recurrir a mecanismos que salen fuera de los espacios institucionales, para castigarle a alguien que bien podía ser castigado dentro de los parámetros normales que se establecen en los juicios penales y dentro del ámbito del poder judicial. Porque hay que recordar, que Oviedo tiene una serie de procesos penales por diversos delitos que son reales, y por los cuales podría estar perfectamente en la cárcel, pero que no están avanzando, por la propia ineficacia del poder judicial.

Oviedo tiene un proceso por el intento de golpe de Estado de abril del 96, tiene un proceso abierto en el Tribunal de Cuentas por malversación de fondos en la construcción de una instalación militar (el "Linódromo"), porque se presume que fueron usados fondos que no estaban asignados al Ministerio de Defensa, sino al Ministerio de Obras Públicas para la construcción de obras públicas. Él, amparado por el poder que tenía, utilizó esos fondos. Tiene dos procesos pendientes por participación en actos políticos, cuando estaba en servicio activo, hay que recordar que en la Ley, en la transición ya, se penaliza la participación directa de los militares en servicio activo dentro de actos políticos.

Recientemente fue incluido en un proceso de estafa y defraudación al Estado en la compra de tres helicópteros, que son prácticamente chatarra, que no vuelan. En conjunto los tres no tendrían un valor superior a los 300.000 dólares, y el Estado, en conjunto, pagó un valor superior a los 3 millones 500.000 dólares, y no se sabe donde está ese dinero. La justicia y la democracia paraguaya tendrían que encontrar los mecanismos institucionales para meter a Oviedo en la cárcel, para que la democracia pueda eliminar ese elemento de disturbio, de retorno al fascismo, y no recurrir precisamente a las vías ilegales, ni a las vías tradicionales del fascismo precisamente para frenarle la carrera.

-¿Pese a las discrepancias internas, el Partido Colorado todavía mantiene una fuerte base social?

-El Partido Colorado acusó mucho la pérdida de poder con la democracia, de cara al electorado. En la dictadura, un afiliado de base del Partido Colorado presentaba su carnet de afiliación en cualquier centro de salud o cualquier escuela del interior del país y le anotaban y atendían a sus hijos; hoy día eso ya no se da, no se atiende a nadie. Antes por lo menos se atendía a ellos, ahora, con la democracia y el deterioro de la calidad de vida, no se atiende a nadie. Sin embargo, el Partido Colorado es mayoritario incuestionablemente, tiene una base social muy fuerte, y sobre todo la adhesión del sector popular de la población es muy clara, porque la cultura paraguaya tiene una tendencia autoritaria muy fuerte. Más allá de que existan muchos sectores progresistas que estén intentando cambios, hay un cultura y una ideología que tiene una situación orgánica en un partido poderoso, eso hay que reconocer. Eso es fascismo y esta allí instaurado y no se lo puede borrar. (ALAI)


Lino Oviedo

Lino César Oviedo Silva nació el 23 de setiembre de 1943. Tuvo una destacada participación en el golpe de Estado que derrocó al general Alfredo Stroessner en febrero de 1989.

Ingresó en el colegio militar Mariscal Francisco Solano López el 6 de marzo de 1958. Fue Comandante de la Primera División de Caballería, Comandante del Primer Cuerpo de Ejército y Comandante en Jefe del Ejército.

Su carrera militar terminó en abril de 1996 cuando el presidente Juan Carlos Wasmosy ordenó su pase a retiro, decisión que el general no acató hasta dos días después, tras amenazar con un golpe de Estado. La comunidad internacional rápidamente apoyó al presidente Wasmosy, quien decidió nombrarle ministro de Defensa. Pero ante el rechazo generalizado de la ciudadanía, se vio obligado a rever su decisión. Actualmente, Oviedo está procesado por la justicia acusado de sublevación.

Oviedo ganó las elecciones internas del gobernante Partido Coloradas en 1997 como candidato del movimiento Unión Nacional de Colorados Eticos (UNACE).




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