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   No. 77 - Marzo 1998
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Globalización


No. 77 - Marzo 1998

Acuerdo Multilateral de Inversiones

Acciones contra las multinacionales

El Acuerdo Multilateral de Inversiones que estudian los 29 países más ricos del mundo dará a las empresas transnacionales el mismo estatus jurídico que a los estados y prohibirá todos los controles sobre el movimiento del capital. Contra esta iniciativa se constituyó en febrero en Ginebra una plataforma mundial de acción contra la liberalización comercial, denominada Acción Global de los Pueblos contra el "libre" comercio y la OMC (AGP).

Uno de los temas de interés de las transnacionales y de negociación entre representante de los gobiernos más influyentes del mundo es el llamado Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI). Algunas de las consecuencias de este nuevo acuerdo serán darle a las multinacionales el mismo estatus jurídico que a los estados; prohibir todos los controles sobre el movimiento del capital (incluyendo la especulación); prohibir a los gobiernos poner condiciones a los inversores extranjeros; obligar a los estados que quieran introducir nueva legislación social o ambiental a pagar miles de millones a los inversores, y hacer virtualmente imposible que los parlamentos puedan introducir nuevas leyes que limiten el campo de acción de las multinacionales, además de forzar la eliminación de las existentes actualmente.
Este tratado tiene otras características interesantes. Por ejemplo, solo los 29 países más ricos del mundo, los miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), tienen derecho a participar en las negociaciones, pero una vez éstas hayan terminado, intentarán que el AMI se convierta en un tratado mundial dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

La definición de "inversión" en este tratado va mucho más allá de lo que la mayoría de la gente asocia con este termino. El tratado designa como inversión a "todo tipo de valor que pertenezca a o sea controlado directa o indirectamente por un inversor", incluyendo "toda propiedad tangible e intangible, móvil o inmóvil, y todos los derechos de propiedad relacionados" en "el territorio, aguas internas y los mares territoriales" de los países signatarios.

Los derechos de propiedad intelectual son mencionados específicamente en la definición de inversión, y lo más probable es que incluyan patentes sobre la vida. Por tanto, el AMI será una contribución importante para la privatización de plantas, animales y partes humanas.

Si un Estado firma el acuerdo, no podrá salirse de él en los próximos cinco años (incluso si toda su población lo demanda), y después de estos cinco años tendrá que seguir obedeciendo las reglas del AMI otros 15 años.

Competencia por capitales

El libre comercio impuesto por la OMC ya obliga a los países y pueblos de todo el mundo a competir entre si para ofrecerle las "mejores" condiciones a los dueños del capital (lo cual equivale a ofrecer las peores condiciones a todos los/as demás). El AMI empeorara aún más la situación, pues implicará que los países también tendrán que competir entre si para retener al menos parte de los beneficios de la producción en su territorio (dado que las transferencias a cuentas suizas se convertirán gracias al AMI en derecho legítimo de las multinacionales). Por tanto, los gobiernos se verán obligados a bajar al mínimo los impuestos a quienes tienen con que pagarlos. Firmar el AMI equivale pues a despedirse de los servicios estatales, menos la policía y el ejército, que son parte de las condiciones que se deben ofrecer al capital.

El objetivo del AMI es incrementar los derechos del capital transnacional y reducir los de los gobiernos y los pueblos. Ha sido negociado en secreto desde septiembre de 1995, y ni siquiera los parlamentos de los países que forman parte de la OCDE pudieron informarse de su contenido. El grupo de negociadores espera terminar el tratado en abril de 1998, tras lo cual darán un período corto a los parlamentos para firmarlo. En algunos países, sin embargo, el gobierno puede firmar el AMI sin consultar al parlamento.

Hasta ahora no ha habido información pública sobre los contenidos y consecuencias del AMI. Si esto no cambia, lo más probable es que los/as parlamentarios/as aprueben el AMI sin tener la más remota idea de sus consecuencias, como hicieron con la OMC.

Surgen alternativas

Para enfrentar a la globalización neoliberal y al poder de las transnacionales, están surgiendo resistencias e iniciativas que "se proponen contribuir a impulsar alternativas humanistas en pro de la vida de los pueblos y de la democracia liberadora".

En este sentido, organizaciones como el Movimiento Sin Tierra de Brasil, los zapatistas de México, el movimiento campesino de Filipinas, centrales sindicales y organizaciones de mujeres e indígenas, entre otros, han formulado un llamado a arruinarle la fiesta a los poderosos del mundo. Estos movimientos y 600 representantes de base se reunieron en Ginebra para establecer una plataforma mundial de acción contra la liberalización comercial, denominada Acción Global de los Pueblos contra el "libre" comercio y la OMC (AGP).


¿Qué es la AGP?

Movimientos de base de todos los continentes se reunieron en Ginebra del 23 al 25 de febrero para lanzar una coordinación mundial de resistencia contra el mercado global, una nueva alianza de lucha y apoyo mutuo llamada la Acción Global de los Pueblos contra el "Libre" Comercio y la Organización Mundial de Comercio (AGP). Esta nueva plataforma funcionará como un instrumento global de comunicación y coordinación para quienes luchan contra la destrucción de la humanidad y el planeta por el "libre" mercado, y construyen alternativas locales a la globalizacion.

Los puntos de partida de esta alianza son:

1. Un rechazo muy claro de las instituciones que las multinacionales han construido para concentrar poder en sus manos, como la Organización Mundial de Comercio (OMC) y otros acuerdos de liberalización comercial.

2. Una actitud confrontativa, pues se piensa que el diálogo pueda tener ningún impacto en organizaciones tan profundamente antidemocráticas y tan perfiladas ideológicamente como éstas, en las que el capital transnacional es el único actor político real.

3. Un llamado a la desobediencia civil no violenta y a la construcción de alternativas locales por la población local, como respuestas a la acción de gobiernos y multinacionales.

4. Una filosofía organizativa basada en la descentralización y la autonomía.

Estos cuatro puntos formaron la base de las discusiones de febrero, sobre los que se construirá la plataforma. Fueron desarrollados en un proceso de discusión entre organizaciones de todo el mundo que incluyó una reunión internacional en agosto de 1997.

La AGP es una coordinación en constante evolución, y por tanto cambiará con el tiempo.

La AGP es un instrumento de coordinación, no una organización. Sus objetivos son inspirar al mayor número posible de personas y organizaciones a actuar contra el "libre" comercio a través de la desobediencia civil no violenta y de las acciones constructivas, ofrecer un instrumento de coordinación y apoyo mutuo a nivel global para quienes luchan contra el "libre" comercio, y dar mayor proyección internacional a las luchas contra el "libre" comercio y la OMC. El análisis político y el llamado a la acción de la AGP están reflejados en su manifiesto, un documento vivo que será revisado cada dos años.




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