No. 77 - Marzo 1998
Crisis financiera asiática
La destrucción de las monedas
por
Michel Chossudovsky
Desde comienzos de la crisis de la deuda, a principios de la década del 80, el FMI jugó un papel central en la determinación de los tipos de cambio y a menudo exigió a los países endeudados del Tercer Mundo que devaluaran sus monedas en 50 por ciento como precondición para la negociación de un acuerdo de crédito. Lo peculiar del caso de Corea del Sur, Indonesia y Tailandia es que la devaluación -que fue seguida por un acuerdo de rescate y la imposición de duras reformas macroeconómicas- no fue exigida explícitamente por la burocracia establecida en Washington, sino que fue resultado de presiones de importantes bancos mercantiles e instituciones financieras, que utilizaron una variedad de herramientas especulativas.
En la crisis financiera de Asia oriental, los "especuladores institucionales" jugaron un papel indirecto en el proceso de reforma macroeconómica. En otras palabras, instituciones bancarias y financieras internacionales dictaron, de hecho, políticas cambiarias nacionales mediante la manipulación de los mercados de divisas. Así, los especuladores institucionales crearon las condiciones para la posterior operación de rescate del FMI. También participaron de consultas rutinarias con las instituciones de Bretton Woods en relación con diversos componentes del programa de reformas incluido en los acuerdos de rescate, como por ejemplo la desregulación del sector financiero de Corea del Sur y la apertura de su mercado de bonos al capital extranjero.
A la vez, las mismas instituciones financieras y bancarias occidentales y de Japón, rutinariamente involucradas en la especulación monetaria y accionaria, son las acreedoras de los bancos centrales de Asia, y por tanto están interesadas en evitar la morosidad de los bancos asiáticos, que contrajeron grandes deudas a corto plazo. No sorprende, entonces, que esas mismas instituciones occidentales y japonesas hayan presionado a los gobiernos del G-7 para que contribuyan a los paquetes de rescate, de los que serán beneficiarios últimos.
¿Cómo se financiarán estas operaciones multimillonarias en dólares? La contribución de las instituciones de Bretton Woods y el Banco de Desarrollo de Asia constituye sólo una fracción del total. Los mayores aportes proceden de los gobiernos del G-7, los cuales, para "rescatar" bancos mercantiles y comerciales del sudeste asiático, se vieron obligados a crear una gran deuda pública que invariablemente será suscrita por los grandes bancos mercantiles. En otras palabras, los "beneficiarios" de los préstamos de emergencia son también los suscriptores de la deuda pública necesaria para financiar el crédito. Así, los gobiernos del G-7 financian su propio endeudamiento.
Mientras los paquetes de rescate producen una gran deuda pública, tanto en Asia como en los países del G-7, y fortalecen así el control de los acreedores sobre la conducción de la política económica, decenas de miles de millones de dólares de los estados son transferidos a instituciones financieras privadas, lo cual origina una acumulación de riqueza privada sin precedentes. A la vez, las reformas macroeconómicas impuestas en el contexto de los paquetes de rescate del FMI provocan un dramático colapso de la economía real y causan el empobrecimiento de millones de personas.
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